viernes, 23 de marzo de 2012

Desde California hasta Oaxaca





Después de casi un mes de estar visitando escuelas e impartir pláticas a estudiantes, maestros y padres de familia en el vecino estado de California, E.U., siempre viene la reflexión ineludible, qué tan bueno es la migración para los mexicanos en general y para los oaxaqueños en particular.





No se puede hacer un juicio concluyente y determinante, existen muchas visiones y experiencias diferentes. De hecho, cada migrante es una historia, existen casos sorprendentes que yo conozco de migrantes super exitosos, como un michocano que se fue “al otro lado” para juntar para comprar una bicicleta y terminó con dos concesionarias automotrices en Bakersfield, pero también, miles de muertos y gente en la cárcel.




Rosario Marín, ex Tesorera de Estados Unidos de América.



Existen muchos casos de personas que llegaron a tierna edad llevados por sus padres o que nacieron allá, y que, gracias al esfuerzo y el estudio, no solo han llegado a obtener una licenciatura en las caras y prestigiadas universidades norteamericanas, sino que han obtenido doctorados o posiciones muy elevadas en el sistema educativo y empresarial.





Es indiscutible que uno de los valores de cruzar la frontera es la educación.






Sin embargo, lo que sí es general a todos los migrantes e hijos de migrantes nacidos allá es, sin lugar a dudas, EL SUFRIMIENTO.






Desde el abandonar la familia, la cultura, la Tierra, el traumático cruce de la frontera y la dolorosa adaptación que puede durar años enteros o que, en algunos casos, jamás se logra y se vive en la añoranza permanente.





El aprendizaje del idioma es fundamental y determinante. Podría decir que en más de una década de experiencia de trabajo con los migrantes en California, que el aprendizaje del inglés determinará en gran medida las oportunidades que puedan aprovechar en la cultura anglosajona.






Lo que he observado es que mucha de nuestra gente, que desde el principio no se propone hacer el esfuerzo de aprender el idioma, inmediatamente “desaprende el español”, y empieza a hablar como aquellas personas que tiene muchos años de vivir allá y está olvidando la lengua Madre.






En Estados Unidos se sufre mucho, todo migrante, independientemente del país que venga, el Tío Sam le obliga a perder su Cultura y lengua Madre, su religión ancestral y le obliga por fuerza de la mercadotécnica a venerar al “Becerro de Oro”.






Vivir para comprar y pagar, para ello tienen que trabajar mucho y vender su alma al diablo. Es aquí donde se pierden a los hijos, pues los padres tienen que trabajar de sol a sol y llegan a casa verdaderamente cansados.






Los hijos los educa la calle y la televisión. Se trabaja tan duro en la semana que el sábado es para lavar ropa, arreglar la casa y preparar la comida de la semana. Por ello se pierde la tradición de visitar a los amigos, compadres y parientes.





El sufrimiento permanente de ser “un ilegal”. De andar siempre con el miedo y la zozobra constante de que en cualquier momento puede ser deportado drásticamente sin ningún derecho de facto. Eso, a lo largo del tiempo, produce un estrés y un trauma inconsciente. Que un ser humano sea “ilegal” es un verdadero crimen.




Frente a lo antes expuesto de manera general, los “expulsados” de México, vergonzosamente tienen MÁS OPORTUNIDADES que en su propia tierra. Qué tanta es la injusticia, la explotación y la exclusión social en México y especialmente en Oaxaca, que sus hijos más indefensos del caníbal Sistema Colonial establecido, encuentran las oportunidades en E.U. que su nación les niega desde hace cinco siglos.





Y aquí se debe hacer un reconocimiento a la capacidad y la cultura de los oaxaqueños migrantes que, en primer lugar, son muy apreciados por sus empleadores, por ser personas trabajadoras, responsables y eficaces. Y en lo que respecta a la capacidad de organización los oaxaqueños son los más organizados.



Guelaguetza San Diego. Cal State San Marcos, 11 de Octubre 2009


No solo entre ellos allá, para apoyarse para la búsqueda de un trabajo, un enfermo o una muerte, sino que el oaxaqueño tiene consciencia comunitaria, histórica y cultural.





Existe un venero constate de recursos que llegan a Oaxaca para obras de cada comunidad, de a cinco a diez, los dólares son un reflejo del potencial humano que tienen las culturas anahuacas (indígenas).





Los que sin lugar a dudas se benefician de la migración y el sufrimiento son las economías de los dos países. México recibe decenas de miles de millones de dólares sin gastar un peso en infraestructura social.



Gabino Cué, Guelaguetza en Los Ángeles, California



Las remesas son el segundo lugar en entrada de dólares al país después del petróleo. Y la economía de E.U., que como en el caso de California, la agricultura recibe un “subsidio” hipócritamente disfrazado, pues la mano de obra mexicana es, además de muy profesional y eficiente, muy barata por ser trabajadores “ilegales”.






Pero lo mismo en Chicago, Las Vegas, Florida, etc., los trabajadores en los servicios están en manos de nuestra gente.





Qué sería de México sí no hubiera existido este válvula que desahogara la presión social de la pobreza de más de diez millones de mexicanos que han sido expulsados por la incompetencia, la corrupción y la exclusión de los que tienen el poder en nuestro país.






 
 
 
 

domingo, 18 de marzo de 2012

FLORENCE CASSEZ DE NUEVO LA INTEVENCIÓN FRANCESA… la historia se repite



El caso Florence Cassez es bastante común y ordinario para el sistema de procuración y administración de justicia del país. Nada extraordinario y des usual, solo aberrante. Así son las cosas en este país colonial, así se aplica “la justicia” cotidianamente. La diferencia es que está de por medio, no solo una extranjera, sino la protegida y vehículo de promoción personal del presidente de Francia para su reelección. En México los que están en la cárcel son los pobres y los sujetos a una venganza, porque todos sabemos que con dinero baila el perro y que la “injusticia” está a las órdenes del mejor postor.





Ni la Suprema Corte de Justicia de la Nación está libre de estos “pecados del poder”, en muchas dolorosas y vergonzosas ocasiones nos han demostrado -los magistrados- en sus resoluciones, la ausencia de un mínimo sentido común, responsabilidad social y nacionalismo, se esconden en la supuesta imparcialidad del los procesos judiciales (rollos legaloides). Es decir, el cumplimiento de la ley a secas y en seco, favoreciendo “órdenes o presiones superiores”.




No se duda, ni por un momento, que el ex director de la AFI en su día, García Luna, haya cuatrapeado la ley para hacer una más de sus “producciones” acostumbradas con la Cassez. Tampoco se duda de los sufrimientos de las víctimas de la banda en la que participaba la francesa. Por sus dichos, se conoce que la Cassez participó directa y personalmente en el delito del secuestro y tortura. Esto es innegable y pareciera que ahora es lo menos importante. Sería interesante conocer la posición del Ministro Zaldívar, si uno de los secuestrados fuera su hijo.  Las cárceles mexicanas están repletas de casos parecidos donde la corrupción, la impunidad y la injusticia es la norma. Los mexicanos hemos callado sumisamente o hemos sido cómplices de esta situación por nuestro silencio y tolerancia.





La pregunta es: en medio de todos los intereses del propio presidente de Francia que busca la reelección, del de México que pierde “meritos en su guerra personal” contra el crimen organizado, del Secretario de Seguridad Pública Federal que trata de evitar la cárcel al final del sexenio donde fue el protegido de protegidos, y del “coro nativo de voces comprometidas con el imperio”, que claman la libertad de la delincuente.





Se dejará en libertad a una secuestradora por el solo hecho que es de nacionalidad francesa, por tener grandes y poderosos defensores saldrá impune de México. Si así sucediera, será un atropello a la justicia en el sentido más universal, una burla y humillación al pueblo de México, una exhibición de la ausencia de un Estado de Derecho y otra acción violenta contra los secuestrados, pues el Estado mexicano ni siquiera ha capturado a toda la banda “El Zodiaco” que siguen amenazando a sus víctimas. Una vez más, la intervención francesa vence en México y una vez más, los traidores de hoy, “los miramones y los mejías, los zaldívares y los carlos fuentes”, al servicio del imperio ladran en coro a la voz de su amo.





Carlos Fuentes, por ejemplo, declara que:”liberar a la francesa puede subsanar error de la justicia mexicana” y por supuesto, le permitirá seguir usufructuando sus privilegios de “intelectual bananero” al servicio del eurocentrismo. Fuentes ha sido un “vividor” cultural al servicio de las universidades y centros culturales europeos...el aborigen ilustrado que vive en Londres.




Cuál será el mensaje al pueblo de México, a los secuestradores, criminales y narcotraficantes, que gracias a la impunidad y corrupción siguen “en activo”. Sí dejan en libertad a la secuestradora francesa, será la puntilla que acabará la propaganda presidencial de la guerra contra el crimen organizado. Habrán vencido de nuevo la “intervención francesa” en México. Será derrotado el presidente y se exhibirá una vez más a México como un Estado fallido.












viernes, 9 de marzo de 2012

LA AMPUTACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA



Cuando hablo con las personas sobre la sabiduría, la cultura y la historia antigua de nuestro país, en general existen dos posiciones frente a “la otra historia”, la que no es hispanista y colonizante.




O de una negación, mezclada con escepticismo y suspicacia, que pretende terminar en confrontación y negación, o la de un asombro salpicado de júbilo y orgullo.




En general a nadie le gusta que “le muevan el tapete”. Que le cambien su visión del mundo que le han enseñado a lo largo de la vida. El sistema está diseñado para producir gente dócil intelectualmente y que asuma toda la información que le dan, sin un sentido de crítica y análisis, pareciera que entre más educación académica se tiene, se es más inflexible sobre este punto.




La publicidad y las noticias en los medios, especialmente la televisión, junto con el sistema educativo son el marco referencial, ideológico y cultural en el que construimos la “realidad”, y por así estar diseñada, la realidad es una percepción acrítica del sistema colonial en el que vivimos sin daros cuenta de él.



El punto es que la gran mayoría de los ciudadanos que vivimos en este país hemos sufrido una amputación de nuestra memoria histórica y de nuestra identidad.




Lo más grave del asunto es que no lo sabemos, que no nos damos cuenta de esta ausencia y de la pérdida de este valioso patrimonio que nos ha sido negado y que si lo recuperáramos, podría cambiar positivamente nuestras vidas y nuestro país.



En efecto, somos una civilización tan antigua como la China o la India, con una riqueza y experiencia extraordinaria sobre el desarrollo humano que se trabajó, investigó y sistematizó a lo largo de siete mil quinientos años.


Sin embargo, primero el régimen colonial durante tres siglos y posteriormente el régimen neocolonial en los dos últimos siglos, han excluido brutalmente el legado cultural de la civilización del Anáhuac en la construcción de la realidad nacional, el Estado y la educación del pueblo.




China e India, que son potencias mundiales fundamentan su desarrollo en su ancestral cultura. Los chinos, por ejemplo, son una potencia mundial en el orden económico y cultural gracias a su Patrimonio Cultural.



No fueron una copia de Rusia y ahora no lo son de E.U. Los chinos tienen su propio camino en base a su ancestral forma de ver y entender el mundo y la vida, en base a su milenaria cultura.



La China moderna no podría ser lo que es hoy sin Lao Tzé, Confucio, Buda, Sun Zut y Mao Zedong, entre otros, que de alguna manera viven y conforman su cotidianidad.



Los chinos han tomado préstamos culturales de los rusos, norteamericanos, ingleses y ahora japoneses, entre otros pueblos y culturas; pero se han mantenido fieles a su memoria histórica y su identidad cultural ancestral.



No es así con el pueblo de “México”. Los colonizadores saben que un pueblo sin memoria histórica y sin identidad cultural queda indefenso, vulnerable, dócil, fácil de dominar y explotar.




Por ello, primero los colonizadores y misioneros le quitaron a los pueblos invadidos sus lenguas originarias para dejarlos mudos, su antigua memoria histórica para dejarlos amnésicos, sus milenarios conocimientos para dejarlos estúpidos e incapaces de crear y transformar su mundo y su realidad, les quitaron sus espacios físicos e intangibles para dejarlos inseguros “en el aire” y finalmente les quitaron su religión y espiritualidad para dejarlos en un estado de fanatismo y primitiva idolatría.



Al amputarles estos cinco Elementos Culturales los dejaron amnésicos, como zombis sin voluntad y consciencia, aptos para la explotación, sumisos ante la injusticia, prestos a la traición.



Cuando usted se pregunta, ¿por qué los mexicanos aguantamos todo, olvidamos todo, nos quitan todo?




¿Cuándo usted, amable lector, se cuestiona por qué el pueblo es engañado y manipulado, una y otra vez, por los mismos políticos, por el mismo partido, con el mismo discurso?




¿Cuándo usted no sabe por qué las empresas engañan y roban al pueblo con total impunidad y cinismo? La respuesta la puede encontrar en la pérdida de estos cinco Elementos Culturales: la lengua, la memoria histórica, los conocimientos, los espacios y la espiritualidad.



Por eso, cuando se le explica a algunas personas que la “historia oficial” está plagada de mentiras e imprecisiones, que tiene una tendenciosa parcialidad hacia la colonización.




La gente en general se molesta y se irrita cundo se le habla de “la otra historia”, se le está cambiando el “discurso” que desde niño escuchó en boca de sus maestros, en el libro de texto, en la televisión, en el cine, en la radio y en su propia casa.



En general, el “mexicano” moderno no se siente identificado con la civilización del Anáhuac, es más, la desconoce y rechaza. Piensa que “él”, nada tiene que ver con “ese pasado que ya pasó hace mucho tiempo”, que “todo” acabó el 13 de agosto de 1521 con la caída de Tenochtitlán, …y que en todo caso, su “abuelito” era español.




Sin embargo, al mismo tiempo se siente y se sabe rechazado y menospreciado por las culturas dominantes, sean en su tiempo las de España, Francia y ahora E.U.




Se sabe desolado y perdido en el fondo del “laberinto de la soledad”. Recuperar la memoria histórica y la identidad resulta una necesidad imperiosa y fundamental, el primer paso para cambiar nuestra dolorosa realidad.