viernes, 31 de agosto de 2012

“LA OTRA CONQUISTA”…la mental y cultural.




Una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del mundo ha sido vilipendiada, negada y excluida desde 1519 en su propia tierra y con su propio pueblo. 




En efecto, desde “Las Cartas de Relación” de Hernán Cortés, pasando por los escritos de Sahagún, Clavijero, Riva Palacio, la SEP/libro de texto, hasta Mel Gison y su película Apocalypto. El discurso sobre “el otro”, el invadido, el colonizado, el explotado, es que los antiguos habitantes del Cem Anáhuac eran guerreros, caníbales, salvajes, idólatras y un largo etcétera de epítetos. Que la conquista y posterior colonización vino a traerles la “civilización”, la cultura, la lengua, la religión y el progreso.




Este tendencioso discurso trata de justificar el holocausto y el crimen de lesa humanidad que se cometió, -y se sigue cometiendo-, contra los habitantes de este país. Es curioso, pero el 10% de los habitantes más pobres que poseen el 1% de la riqueza nacional son llamados por el INEGI “indígenas”; y casualmente del otro lado, el otro 10% de los más ricos, que poseen el 40 % de la riqueza nacional, son descendientes de extranjeros avecindados hace dos o tres generaciones en el país.




Será esta la razón por la cual los que tienen el poder económico, político y cultural, tratan de todas las formas posibles de mantener en la ignorancia de sí mismos y de sus milenarias raíces a todo el pueblo de este país colonial. 




 Fox quitó de primaria la historia antigua… “la propia-nuestra”, y Calderón lo hizo con la secundaria. Acaso se trata de tener a un pueblo sin memoria histórica, millones de zombis que no saben de dónde vienen, quienes son y mucho menos a dónde quieren ir. 




Por qué seguir insistiendo por todos los medios en una historia falsa, fundamentada en los dolosos y parciales textos escritos por los conquistadores, los misioneros y los indígenas convexos. Por qué se les sigue diciendo a los pueblos anahuacas “indios”, cuando sabemos que Colón se equivocó y no llegó a la India. 




Por qué seguir llamando a nuestra historia antigua, -la propia-nuestra-, que se escribió sin la presencia de ninguna otra civilización: “prehispánica, precolombina, precortesiana”. Por qué negar hasta la pronunciación de su nombre verdadero.




Por qué a nuestro milenario territorio, que los Viejos Abuelos nombraron hace miles de años en náhuatl, la lengua franca con la que se comunicaban las más de 250 culturas existentes en su día antes de la invasión; por qué no la nombran por su nombre verdadero Anáhuac, y la llaman “Mesoamérica”, invento de un extranjero que dividió nuestro territorio cultural arbitrariamente en dos partes: Mesoamérica y Aridoamérica, copiando el concepto de “Mesopotamia” que se refiere a la civilización que nació entre dos ríos, el Tigris y el Éufrates.  




Ó por qué los criollos en 1821 le pusieron a la milenaria Anáhuac, “México”, para crear “su país”. Porque es claro que México viene de “mexica” y en la actualidad la gran mayoría que habitamos este país no somos mexicas, ni descendemos de los mexicas. 




Actualmente existen 62 pueblos o naciones y gran parte de los habitantes de este país somos “mestizos”. Entonces, por qué negarle su nombre ancestral y original. Será que pueden hacer esto por la amnesia en que se ha sumido a casi toda la población y el rechazo a sí mismos.   




Pero toquemos el punto, volvamos al principio. Por qué se mantiene la idea generalizada de que nuestra civilización Madre era “salvaje, guerrera y caníbal”. Que nuestros antepasados vivía en permanentes guerras, sacrificios humanos, adorando a los elementos naturales y temiendo los fenómenos celestes, como los eclipses.








Por qué alentar el rechazo a nuestra raíz más antigua y esencial. Por qué negar su valor y sobre todo, su presencia en lo que hoy somos como personas, familia y pueblo.





Dos datos para evidenciar la falsedad de estas injurias y esta cinco centenaria campaña de desprestigio y negación de “lo propio-nuestro”. En 1492 los europeos pensaban que la Tierra era plana, y que si navegaban por el mar en línea recta, morirían al caer en un vacío. Su calendario era el llamado Juliano que era de 365 exactos, por lo cual cada cuatro años se desajustaba un día.




En esa misma fecha, nuestros Viejos Abuelos sabían desde más de dos mil años atrás que: la Tierra era redonda y que giraba alrededor del Sol en 365.2520 días. De hecho, gracias a este saber ancestral, los europeos reformaron su calendario al que llamaron Gregoriano y en el cual hoy sigue vigente en todo el mundo. 




Bastarían estos datos para comprender las abismales diferencias entre las dos civilizaciones y que se desplomaran los maliciosos y tendenciosos juicios en contra de la civilización del Anáhuac. 


 


Pero aún más, no solo sabían que la Tierra estaba integrada a un Sistema Solar, sino que el planeta era un “ser vivo” al que llamaron Tonatzín y que éste giraba en torno al centro de la galaxia en 25,625 años, que justamente se cumple el próximo 21 de diciembre.





Con estos dos datos reveladores, podemos ver y entender claramente el nivel de consciencia “del Ser y el estar” de las dos civilizaciones. Mientras los europeos pensaban que la Tierra era plana, los Viejos Abuelos toltecas del Anáhuac entendían profundamente la mecánica celeste, más allá del Sistema Solar.





 Este dato irrefutable, desmiente categóricamente todas las mentiras y calumnias que se han ideo tejiendo a lo largo de cinco siglos sobre el supuesto atraso de la civilización Madre, las cuales pretende mantener la colonización material y cultural de nuestro pueblo. 




La idea de que la conquista y Colonia fueron “un mal necesario”, y subliminalmente, que “lo mejor de este país viene de los invasores/vencedores”, permite y justifica el estado de ignorancia y menosprecio que tiene en general la población, sobre sus orígenes y su identidad. 




 Como personas, como familia y como pueblo, somos lo que recordamos. Si no tenemos memoria histórica no sabemos quiénes somos. La Identidad Cultural es lo que fortalece la auto estima, y ésta, acrecienta y multiplica las posibilidades y capacidades de los pueblos y culturas que conforman este país que, a la fecha, sigue sin pertenecerle a la gran mayoría (por la misma razón).




Además de la permanente campaña de desprestigio del Estado y “el sistema criollo” en contra de la ancestral civilización Madre, que cuenta con los grandes capitales, los medios masivos de comunicación, el sistema político, el sistema educativo, la academia, los intelectuales y los artistas; el peso siniestro y subliminal de rechazar el sentirse parte de una civilización estigmatizada hace que el ciudadano común de este país, recechase todo vínculo con su raíz ancestral, dejándolo vulnerable y desprotegido a toda injusticia y explotación.




Justamente esta es la razón de tan execrable campaña.        


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martes, 28 de agosto de 2012

LA IDEOLOGÍA CRIOLLA EN LA CONFORMACIÓN DE LA NACIÓN 3/3

 
V.- LA HIPOCRESÍA DE LOS CRIOLLOS.
La nación mexicana ha sido construida con las ideas de los criollos y con la sangre y el esfuerzo del pueblo. Lo que hoy conforma nuestra patria nació como el resultado de una invasión. Sus cimientos más antiguos (de Estado Nación 1810-1821) vienen de un feroz sistema de explotación e injusticia a los pueblos originarios, el cual duró 300 años en el llamado periodo colonial (1521-1810).
 
 
La "Independencia" fue una iniciativa criolla para desplazar a los peninsulares y mantener el sistema colonial de explotación y la dependencia de la corona española. Es por ello que 180 años después, la situación de los más pobres de este país, que según datos razonables pueden llegar al 60 % de la población total, es verdaderamente desesperada y sólo un 6 % de la población tiene la mayor parte de la riqueza. En efecto, la riqueza en México está en manos de extranjeros, sus hijos y sus descendientes avecinados en estas tierras, desde la colonia, hasta los últimos que han venido a comprar bancos. Los poseedores de los mejores bienes de producción, de las mejores tierras, los mejores comercios, los que tienen acceso a los privilegios del sistema, los que tienen los más altos puestos en el gobierno, indiscutiblemente que son extranjeros nacidos en México en los últimos quinientos años; y digo extranjeros nacidos en México, porque ellos JAMÁS SE HAN QUERIDO DE CORAZÓN ASIMILARSE A LOS VENCIDOS, a los pueblos originarios. Por el contrario, siempre han recalcado sus diferencias raciales y culturales, como un legado de superioridad y de distinción. Sí ellos se hubieran convertido en verdaderos Mexicanos, sentirían al pueblo como propio y no lo tendrían en los niveles de pobreza, ignorancia, explotación y enajenación.
 
 
En la construcción de la nación mexicana se ha mantenido el mismo racismo y clasismo que heredamos del periodo colonial, lo peor en nuestro tiempo, es que no se reconoce, se niega y se prohíbe que se toquen estos temas... "incómodos". El contra ataque criollo es afirmar que en México todos somos iguales y que no existe el racismo o el clasismo y que es un tema agotado.
 
En efecto, amable lector, la sociedad mexicana es una sociedad hipócrita, que no encara sus problemas más graves y profundos de manera abierta y transparente. Por el contrario, se esconden y se nombran de manera indirecta y fundamentalmente NO SE RECONOCEN, a diferencia de nuestros vecinos del Norte que, como todo pueblo, tiene también sus propios problemas. Así es, los gringos no niegan su rasismo contra los negros y las minorías, sin embargo ellos les han dado más oportunidades a los negros que nosotros a los pueblos indígenas. A los negros y los gringos los separa un océano de diferencias raciales y culturales; a nosotros los indígenas, además de ser los pueblos originarios de estas tierras y que vivimos "en y de" su cultura milenaria, resulta que son nuestros parientes sanguíneos y culturales, cosa que nadie quiere reconocer.
 
 
A diferencia de Gonzalo Guerrero, aquel marinero que naufragó antes de la conquista en las costas de Quintana Roo y que se asimiló a la cultura maya, casándose con una princesa, teniendo 3 hijos de ella, negándose a embarcar con Cortés, cuando este lo mandó "rescatar" para participar en la invasión, Gonzalo Guerrero tomó las armas para defender A SU PUEBLO de los invasores y fue muerto por ellos. A diferencia de este extranjero que se asimiló a la cultura que lo auxilió (porque hay que decirlo, la mayoría de los criollos llegaron pobres, expulsados por la miseria en que vivían en sus tierras de origen), los criollos se camuflajean como mexicanos pero no se asimilan verdaderamente. Siempre tienen sus capitales en el extranjero y ante cualquier amenaza, históricamente, inmediatamente sacan sus capitales del país. Los criollos nunca se la han jugado con México. Ellos tienen sus propios círculos cerrados, sus clubes deportivos, sus escuelas, sus centros comerciales, celebran sus propias fiestas. Los criollos se apoyan y se auxilian entre ellos y al mismo tiempo son feroces explotadores con los mestizos y los indígenas. A lo largo de estos 180 años han tenido al pueblo en la miseria a pesar de que las tierras de esta nación, históricamente, son poseedores de cuantiosos recursos naturales, ayer el oro y hoy el petróleo, la situación no a cambiado, ayer la encomienda hoy la maquila, la cuestión es explotar inhumanamente a los pueblos originarios y sus descendientes y verdaderamente DEPREDAR sus recursos naturales sin la menor consideración.
 
 
El salario mínimo y la televisión comercial mexicana son un ejemplo claro y contundente de lo que afirmamos. Los que han "dirigido" nuestra nación, los que nos han "gobernado" desde 1521, jamás les ha interesado EN VERDAD el desarrollo, bienestar, educación y felicidad del pueblo. La demagogia política y económica busca el supuesto bienestar y desarrollo de los mexicanos todos, pero eso es sólo cuento electorero, pues la realidad y las estadísticas no mienten.
 
México es la treceava economía del mundo y tenemos más pobres en extrema pobreza que China que tiene más de mil trescientos millones de habitantes. México es el país que más mega millonarios tiene (todos criollos) y al mismo tiempo compite con la república Dominicana, por el más alto índice de inequidad en el reparto de la riqueza. El pueblo de México está condenado a pagar a los grandes capitales financieros, entre 7 y 10 mil millones de dólares al año, por el concepto de intereses, no abono al capital.
 
 
Los criollos ante la suma de sus incapacidades y estrepitosos fracasos, en el siglo XIX perdieron más de la mitad del territorio que habían heredado de los peninsulares y el sistema colonial, en el siglo XX llevaron tan torpemente la economía y la política que, entregan el país al capital financiero supra-nacional y ponen de rodillas a los millones de mestizos e indígenas, perdiendo definitivamente la soberanía nacional. Desde luego que salvándose ellos solos y haciéndose "socios" de los nuevos colonizadores. Se entregan dócil y cínicamente a sus nuevos amos, aduciendo que "la globalización no se puede detener y que el nacionalismo esta caduco en el nuevo orden internacional" y sin embargo, las poderosas naciones neo-coloniales, refuerzan más sus fronteras y exacerban más sus nacionalismos imperialistas, el caso más claro es el que sufrimos con nuestros vecinos del Norte, donde entre muchas cosas, no dejan pasar a nuestros trabajadores ni a nuestros transportes.
 
 
Pues bien, amable lector, llamó a usted su valiosa atención en estas consideraciones, pues resulta innegable que la "IDIOLOGÍA CRIOLLA" domina la política, la cultura y a la sociedad mexicana. Es necesario ver y entender desde esta perspectiva el bloqueo para que se reconozcan los derechos históricos de los pueblos indígenas de México que, durante 480, sistemáticamente se les han negado. La cerrazón de muchos de los panistas, priístas y perredistas, que se unen en el Congreso de la Unión, para detener un iniciativa que fue elaborada por la COCOPA sobre la Ley Indígena y que, como se vio, posee con el respaldo y simpatía del pueblo de México.
 
El problema del EZLN, no es un problema regional, ni sólo de dimensiones indígenas. Por el contrario, es un problema de carácter nacional e internacional, es la lucha desesperada de los más pobres contra los más ricos, es la lucha de la deshumanización en contra de los más esencial del espíritu humano, es la lucha por la sobre vivencia de la raza humana.
 
 
VI.- LOS CRIOLLOS ANTE LA HISTORIA
Los españoles llegaron al continente en 1492 en búsqueda de una ruta comercial a la India, financiados fundamentalmente por los mercaderes a quienes les "urgía" seguir lucrando con el Oriente, ya que los turcos habían tomado Constantinopla e impedían el paso de las caravanas comerciales.
 
 
"Descubierta" América se inició la invasión, legalizada a través de una Bula Papal, donde los españoles y portugueses se dividieron el continente ahora llamado americano. El permiso que les otorgó el Vaticano consistía en ganar tierras y riquezas para la corona española y almas para la Santa Fe Católica.
 
 
 
Sin que los habitantes de estas tierras les hubieran hecho nada, los españoles, que en su mayoría eran gente pobre e ignorante de la España medieval, venían con una sed de sangre y codicia a "rescatar oro", que no es más que robar y luego "pacificar", es decir exterminar a los pueblos agredidos. Desde luego que, otorgando el 20 % de lo robado a la corona española, quien llamó a este impuesto de rapiña, el "Quinto Real" o sea, una quinta parte de lo saqueado, era para los reinos de Castilla y Aragón, sin que estos "invirtieran" ni dinero, ni hombres, ni armas o naves, sólo por la "concesión" se llevaba una buena tajada de león. Es por ello que los mercaderes, la baja nobleza empobrecida y la chusma de la España medieval, cayó sin tregua y medida, como una diabólica plaga, sobre los pueblos y culturas milenarias del Anáhuac (Centro Y Norte América) y el Tawantainsuyo (la zona de los Andes).
 
 
Hernán Cortés llegó a México en 1519, venía prófugo de Cuba, pues su gobernador se enteró que lo pensaba traicionar y lo mandó tomar preso, ya que de la concesión para "rescatar oro" que había conseguido en la corte española obligaba a Cortés a darle un buen porcentaje de lo robado, toda vez que se la había subconcesionado al extremeño. Cortés partió una semana antes de lo previsto y la orden de detención llegó cuando él había levado anclas rumbo a Yucatán.
 
La conquista fue más que violenta, fue inhumana y genocida. La ambición del oro y el poder hicieron que los conquistadores perdieran toda medida y que escribieran páginas horribles y dolorosas de la especie humana. La injusticia y la barbarie produjeron matanzas como la del Templo Mayor, Cholula y muchas más que la "historia oficial", nuca ha querido registrar. Asesinatos injustos como los de Cuauhtémoc o Tupac Amaru, violación sistemática de las mujeres, comenzando con las esposas e hijas de la nobleza indígena, que cayeron en manos perversas de asesinos y delincuentes, o el asesinato de sus sacerdotes y maestros, además de la destrucción de sus templos y edificios.
 
 
A sangre y fuego los conquistadores se apoderaron de tierras y unos pueblos que no eran de ellos y nada les habían hecho, pero en menos de 30 años lograron establecer el Virreinato de la Nueva España.
 
 
Fue entonces que empezaron a llegar los colonizadores españoles. Gente pobre y sin posibilidades que huyendo de la miseria se venían a "hacer la América", con el sueño de regresar ricos a sus tierras natales, la Nueva España jamás fue, para los colonizadores un fin, sólo un medio, a diferencia de los pioneros ingleses que se vinieron con sus familias.
 
Las leyes, las Autoridades y las Instituciones que implantó la corona española en América, no fueron las que regían en España y desde luego que contemplaban a los indígenas, primero como animales y después como vencidos de guerra, sin ningún derechos más que el de recibir la nueva religión. Las Leyes, Autoridades e Instituciones españolas en América no tenían el propósito de alentar el desarrollo y bienestar de los pueblos indígenas. Por el contrario, sólo regulaba las relaciones entre los españoles y la explotación de los indios y sus recursos naturales.
 
Durante tres siglos los españoles explotaron implacablemente a los pueblos indios y depredaron sus recursos naturales sin ninguna restricción. En los primeros 100 años de la colonia, los españoles exterminaron entre 20 y 25 millones de personas, a través de cuchillo, trabajos forzados y fundamentalmente, con enfermedades que los diezmaron, dejándolos escasamente en un millón, México no volvió a tener ese número de personas hasta la década de 1940.
 
 
Las minas, las encomiendas, los bosques, la grana cochinilla y las haciendas, produjeron gracias a la explotación de los indios, inmensas ganancias. Verdaderos emporios de riqueza se empezaron a dar en todo lo que hoy conforma el territorio nacional.
 
 
El Virreinato a pesar de estar mal administrado y existir mucha corrupción entre los propios españoles, logró aportar una formidable riqueza a España durante trescientos años.
 
 
Esto se logró gracias a un férreo sistema de castas, donde los españoles nacidos en España (gachupines), tenían todo el control de la colonia, pues los españoles nacidos en América (criollos), eran considerados "de segunda clase" y no podían acceder a los altos puestos en el gobierno, el clero y el ejército, de esta manera se mantenía el poder colonial.
 
 
En este sistema de castas existían dos grandes divisiones: los gachupines y los criollos por una parte, pues a fin de cuentas eran hermanos, parientes y paisanos, lo único que los diferenciaba es que unos no habían nacido en España y por ello, no accedían a los altos cargos de la colonia. El otro gran grupo fue el integrado por los mestizos, negros e indios, donde los primeros eran los que trabajaban en puestos medios como mayordomos, capataces u hombres de confianza de los gachupines y los criollos, y por supuesto los indios que no tenían absolutamente, ningún derecho. Eran la mano de obra esclava, los vencidos, los hijos del demonio, los despreciados.
 
 
Sin embargo, al interior de la sociedad novo hispana se empezó a gestar un gran resentimiento entre los criollos en contra de sus parientes ricos, los envidados gachupines. Los criollos siempre fueron ambiciosos y resentidos. Por una parte eran rechazados por los gachupines y ellos a su vez, rechazaban a los mestizos y a los indios. El ser rechazados por su Cultura Madre Ibérica, los mantenía en un permanente estado de frustración. Siempre gozaron de las riquezas de sus parientes nacidos en España, pero nunca pudieron generar la riqueza con el ímpetu de ellos. Eso, desde los primeros años de la colonia los hizo "impotentes" y frustrados.
 
 
Siempre agachando la cabeza y maldiciendo por debajo a sus parientes ricos y poderosos. Sin embargo a principios del siglo XIX, cuando España estaba invadida por las tropas de Napoleón Bonaparte y los reyes estaban presos en París; a los criollos se les ocurrió derrocar a los gachupines, quienes al estar preso el rey, resultaba que ellos en América no tenían a quien rendir cuentas.
 
 
 
Esta traición venía siendo acariciada desde finales del siglo XVIII, la ambición y voracidad de los criollos eran tan grande como su misma frustración. La traición más grande de los criollos a sus parientes gachupines, fue usar a los indígenas en contra de ellos para lograr sus perversos fines. Cuando Miguel Hidalgo (criollo) les dice a los indios en Dolores, -¡es hora de matar gachupines!- desató la ira y el odio contenido a lo largo de trescientos años de injusticias. El levantar a los indios en contra de los gachupines fue un acto de traición a su sangre y a su cultura. El mismo Hidalgo preso en Chihuahua y juzgado por la Santa Inquisición, pidió perdón y se arrepintió de haber provocado la matanza de tantos españoles en el inicio de la guerra de independencia y es la razón por la cual, cuando venció a las tropas realistas en la Batalla del Monte de las Cruces, en las goteras de la Ciudad de México, no dio la orden de tomarla y retrocedió al Bajío.
 

La revuelta criolla tomó otro rumbo cuando los mestizos intervinieron en ella. Fue José María Morelos y Vicente Guerrero (ambos mestizos) los que transformaron una revuelta de criollos, en un verdadero movimiento independentista. Fundamentalmente Morelos dará las bases ideológicas con los "Sentimientos de la Nación" y el Primer Congreso del Anáhuac en Chilpancingo, decretando la derogación de la esclavitud y diseñando una nación libre totalmente de España; pues según los planes de los revoltosos criollos, según ellos, cuando los reyes de España volvieran a gobernar, ellos se reincorporarían a la corona española, habiendo previamente desplazado a los gachupines. Es por ello que Hidalgo en el "Grito de Dolores", termina su arenga a los indios diciendo "!vivan los reyes de España!". La guerra de independencia de los criollos, no era en contra de la corona española, sino en contra de sus parientes los gachupines o españoles peninsulares.
 
 
 
La guerra de independencia concluyó con la traición de un criollo a los peninsulares. En efecto, después de diez años de guerra y de que Hidalgo, Morelos, Mina y demás precursores de este movimiento estaban muertos y derrotados por las fuerzas reales de la colonia española. Para acabar el último reducto de insurgentes que se refugiaban como guerrilla en las montañas de lo que hoy es el estado de Guerrero, los gachupines armaron un gran ejército para que fuera a las montañas del Sur, a aniquilar a el último vestigio de la insurrección iniciada en 1810.
 
 
Sin embargo, su error no pudo ser más grande que el de poner al frente de ese poderosísimo ejército a un ¡criollo! Fue Agustín de Iturbide el criollo que traicionó a los gachupines y realizando la primera "concertacesión" con el Abrazo de Acatempan, donde Iturbide acuerda unir fuerzas para que "criollos y mestizos" tomaran la Ciudad de México, con el mismo ejército que los gachupines habían financiado y decretaran la Independencia, previo acuerdo de que Iturbide se proclamaría posteriormente "emperador".
 
 
La siguiente traición de los criollos a los gachupines, fue que entre 1821 y 1828 acordaron expulsar a los gachupines de México a través de Leyes como la del 10 de Mayo de 1827, donde el Artículo primero empieza así: "Ningún individuo que sea español por nacimiento podrá ejercer cargo ni empleo alguno de nombramiento de los poderes generales de cualquier ramo de la administración pública, civil y militar...", o la Ley del 20 de Diciembre del mismo año, donde se instrumenta la definitiva expulsión de los gachupines de México.
 
 
 Los torpes, ineptos y ambiciosos criollos, al expulsar a los españoles crearán la primera "fuga de capitales" y en segundo lugar, sacan del país que nacía a los generadores de la riqueza. Esta es la verdadera historia de los criollos y este remedo de patria (sólo para ellos) que fundaron a principios del siglo XIX, donde la inmensa masa de indígenas no tenía cabida. En efecto, para 1821 la cifra de españoles viviendo en México era de aproximadamente diez mil y la población total se calcula en seis millones de personas, la mayoría indígena.
 
 
Los criollos jamás, en estos dos siglos de intento de nación, han podido generar la riqueza que sus parientes los gachupines lograron producir. De esta manera comenzaron los "gobiernos de su patria" en la pobreza, pues ya no se producía y no se generaban impuestos y para colmo, se dividieron entre sí en dos bandos: conservadores y liberales, centralistas y federalistas, masones escoceses y masones yorkinos, panistas y priístas, lo que desató un estado de guerra constante durante casi todo el siglo XIX, además que por las guerras fratricidas, fueron invadidos por los franceses y los gringos, perdiendo más de la mitad del territorio que habían heredado de sus parientes los gachupines en la colonia.
 
 
Paradójicamente, fueron un indio y un mestizo, los que pudieron cristalizar el anhelado proyecto de nación criolla de 1810. Benito Juárez y Porfirio Díaz lograron consolidar la República (criolla) y entrar al siglo XX.
 

La victoria de los criollos liberales fue consolidada por los gringos, quienes alentaron y financiaron la revolución de 1910, para desplazar de su "traspatio" a los franceses, ingleses y alemanes, de acuerdo a la Doctrina Monroe, donde "América es sólo para los americanos". Los criollos liberales en el primer cuarto del siglo XX, crearon una formidable maquinaria política-social-cultural a través del Partido Revolucionario Institucional, que logró institucionalizar su poder y redujo a casi nada a sus enemigos, los criollos conservadores que, desde el Partido de Acción Nacional, se mantuvieron latentes en lo político, ya que como había sucedido con Díaz a finales del siglo XIX, los criollos conservadores se dedicaron más a los negocios y los criollos liberales a la política.
 
 
Las políticas desarrollistas impuestas por los gringos, después de la Segunda Guerra en la mitad del siglo XX, alentaron el sueño de la industrialización y la modernidad de los dirigentes. Los criollos, tanto liberales como conservadores, tomados de la mano se embarcaron ciegamente en el proyecto propuesto por los gringos y compraron tecnología contaminante y caduca de industrias productoras de bienes de consumo y no bienes de capital. El dinero fue maléficamente prestado con intereses leoninos, lo que produjo a finales del siglo un endeudamiento descomunal, con su consiguiente pago de sumas exorbitantes de intereses.
 
 
A finales del siglo XX, los criollos liberales dejan a un país endeudado, con una altísima carga financiera por el pago de intereses, un sistema de administración pública ineficiente, obeso y sumamente corrupto, con una pérdida total de credibilidad y legalidad del sistema político, así como un país totalmente contaminado. Además de implantar de manera inadecuada la globalización, los criollos liberales, para "salvar su pellejo", entregan, sin ningún remordimiento y de la manera más cobarde y cínica, al pueblo de México y la riqueza de la nación, al capital financiero supra nacional, para que aplique sus políticas neoliberales sin ninguna compasión a la nación mexicana.
 
 
Nuevamente los criollos traicionan a la patria y acuerdan con sus amos foráneos, dejarle el mando a los criollos conservadores que "limpios y puros", desde la iniciativa privada, salvaran a la nación a partir de hacer eficiente a la administración pública, erradicar la corrupción, implementar políticas empresariales y el marketing, manejando al país como una gran empresa.
 
 
 
En estos doscientos años, los criollos jamás han tomado en cuenta a los indígenas y fundamentalmente, a la civilización originaria, que sigue viva, vigente y vibrante, en el proyecto de "su nación".
 
 
Han logrado desindanizar a muchos indígenas a través de sus políticas indigenistas e integracionistas. Han logrado neutralizar a los mestizos, haciéndolos "extranjeros incultos en su propia tierra", despreciando permanentemente sus raíces indígenas y exaltando la cultura de sus explotadores foráneos. Derrumbando su memoria ancestral de pueblos sabios y dejándolos indefensos en el auto desprecio y auto-denigración. Es por ello que, criollos, mestizos e indios desindianizados, están condenados de por vida a ser sólo importadores, consumidores y repetidores de un mundo que jamás podrán construir con ORIGINALIDAD, pues para ellos, la modernidad viene siempre de afuera. Estarán siempre condenados a ser de tercera, subdesarrollados, imitadores, sumisos seres despreciados por sus colonizadores y al mismo tiempo, feroces menospreciadores de lo propio, de su raíz, de su identidad, de su Madre Cultura Indígena. Extranjeros incultos en su propia tierra, eternos viajeros desolados, perdidos en "el laberinto de su soledad".
 
 
Este destino también lo comparten los criollos, que despreciando la cultura originaria que los alimentó y formó, permanentemente la desprecian frente a la cultura Occidental, sin embargo, cuando ellos viajan a España o su tierra de origen, sus parientes y paisanos los señalan como "indianos", pues sin darse cuenta, han absorbido mucho de la cultura que ellos desprecian y ya no pertenecen totalmente a la originaria, (ni de aquí ni de allá).
 
 
Los criollos ¿mexicanos? prefieren entregar a "su patria" a los gringos o el capital financiero supra nacional, que reconocer el derecho ancestral que les han negado a los pueblos originarios desde hace 480 años. Es por ello que se unen los criollos conservadores (PAN), con los criollos liberales (PRI), en las cámaras del Poder Legislativo para impedir el reconocimiento legal de la existencia de los pueblos indios y sus consiguientes derechos.
 

Este país ha sido una creación criolla, donde los indígenas y mestizos, han sido solo "carne de cañón y sangre esclava".
 
 
Los criollos tienen el poder económico, el poder político, y son los científicos, artistas e intelectuales nacionales, bástenos leer sus nombres y conocer sus blasones.
 
 
 
El criollismo no es un fenómeno sanguíneo o racial, sino ideológico y cultural.
Existen muchas personas que actúan con esa mentalidad y son mestizos o indígenas mismos. Estos personajes les llaman " los cocos mexicanos", es decir: - cafés por fuera y blancos por dentro-.
 
 
Los mexicanos todos, sentimos que es momento de un gran cambio. Que no podemos seguir como hasta ahora los criollos han gobernado esta nación. La sociedad mexicana está despertando, quizás de un sueño, que muchas veces se convirtió en pesadilla. Los Pueblos Indios de México dicen un ¡YA BASTA! Que esta sacudiendo todas nuestras anquilosadas estructuras.
 
 
Tenemos que poner nuevos cimientos, nuevas bases y principios para crear una sociedad que responda a nuestra milenaria Cultura Madre y este en armonía con la parte de la Cultura Occidental de la que nos hemos apropiado en estos cinco siglos.
 
En el futuro próximo de nuestra nación, los pueblos anahuacas y sus culturas afloraran con una inmensa fuerza tectónica, que derrumbará muchas construcciones colonial que habitan en la mente, la cultura y el corazón de nuestra sociedad criolla.
 
 
El futuro de México es su pasado, y los indígenas tomaran el sitio que les corresponde en la historia, y los mestizos, retomaremos la parte perdida, la parte olvidada de nuestra raíz, esencia de lo que hoy somos. México indefectiblemente es y será un país mestizo. La diferencia es que muy pronto los indígenas ocuparan los espacios que les corresponde y los mestizos nos despojaremos del colonialismo mental, espiritual y cultural que padecemos.
 
 
En muy pocos años veremos lo increíble.
 
VIII.- COLOFÓN.
 
 
Los mexicanos debemos "repensar nuestra historia" y desmantelar la anquilosada "historia oficial", que sólo ha servido para mantener el orden colonial y validar a los criollos en el poder. Debemos investigar exhaustivamente, con otros ojos y con otra mente, la conformación de la nación mexicana, para liberar al pueblo de la ignorancia de nosotros mismos. Debemos de luchar contra el colonialismo mental, espiritual y cultural con el que hemos construido, con nuestra sangre y con nuestro dolor, esta patria que no es nuestra, pues en la demagogia es de todos, pero en la práctica sabemos que es de unos cuantos.
 
 
El criollismo es una ideología. No todos los extranjeros y sus hijos comparten este pensamiento y esta forma de vivir. Tenemos maravillosos ejemplos como el de Gonzalo Guerrero, Francisco Javier Mina o recientemente los españoles exiliados por la guerra civil y el franquismo. Porque también, existen muchos indígenas y mestizos que son feroces colonizadores del pueblo, de sus propios hermanos y enemigos de su Cultura Madre. El sistema colonial en el que vivimos actualmente en México, indiscutiblemente que encuentra sus más antiguos cimientos en la ideología criolla. El revisar nuestros más antiguos problemas culturales, el aceptar abiertamente nuestros problemas, es el primer paso para resolverlos.
 
 
La injusticia, la explotación y la miseria de millones de mexicanos, encuentra sus más remotos orígenes en el rasismo, el clasismo y en la negación de la otra parte que nos conforma, nuestra Cultura Madre y nuestro pueblo. Los mexicanos no podremos construir una nación justa, si no desmantelamos el complejo sistema colonial y su acendrada ideología.
 
 
 
 
Junio de 2001.
Yahuiche, Oaxaca.