lunes, 26 de noviembre de 2012

CURSO PARA DIRECTORES DE CASAS DE CULTURA EN LEÓN GUANAJAUTO



Invitados por el Instituto Estatal de Cultura del Gobierno de Guanajuato se impartió el curso “Planeación e Implementación de Proyectos Culturales", del 21 al 23 de noviembre en la ciudad de León, dentro de las actividades de la “Primera Reunión Estatal de Directores de Casas de Cultura”



Al curso asistieron los directores de Casas de Cultura del estado y se realizó en la Sala José Vasconcelos de la Biblioteca Pública del Estado.



Los temas tratados fueron: Marco Histórico, Marco Teórico, El Perfil del Promotor Cultural, Administración y la Elaboración de Proyectos Culturales. El qué hacer y cómo hacer en el trabajo cultural.



Resulta muy importante la capacitación de los promotores culturales. Un reglón bastante descuidado en los sistemas de casas de cultura del país. Lo que conlleva el empirismo y la falta de profesionalización en la oferta de bienes y servicios culturales.



La Lic. Martha Hernández, Directora de Promoción Cultura del Instituto estuvo presente todas las jornadas y compartió con los directores. Lo mismo el Lic. José Alberto López, Coordinador General de Casas de Cultura, quien fue nuestro anfitrión.



Son impresionantes las instalaciones que tiene el Instituto Estatal de Cultura en la Ciudad de León. La Biblioteca además de su belleza arquitectónica cuenta con un excelente acerbo y sobre todo, una gama muy variada de servicios culturales y educativos, con énfasis en los niños. El Museo de Historia y la Unidad Cultural que comparten con la Universidad.



Desde los finales de la década de los años ochenta nos hemos dedicado a la capacitación de los promotores de cultura. Todo inició con la invitación que no hizo el Lic. Luis Garza Alejandro, cuando era Director de Promoción Cultural de la SEP.



Hemos trabajado en estos cursos durante muchos años en muchos estados del país, como Baja California Sur, Querétaro, Morelos, Puebla, Chiapas, Sinaloa, Yucatán, Oaxaca, entre otros estados.



Hemos publicado El Manual Básico del Promotor Cultural, un texto para aquellas personas que se inician en la promoción cultural y que lo pueden bajar gratuitamente de: http://www.toltecayotl.org/tolteca/index.php?option=com_content&view=article&id=403:manual-bsico-del-promotor-cultural&catid=36:general&Itemid=77



La respuesta entusiasta y comprometida de los directores y directoras de las casas de cultura de Guanajuato refleja la necesidad imperiosa de la capacitación en desarrollo cultural en el país. Pocos estados se han ocupado de profesionalizar a quienes tienen que hacer eficaz y eficiente los recursos que el Estado destina al Desarrollo Cultural.



Nos dio mucho gusto recibir la visita del Director General del Instituto, el Dr. Juan Alcocer Flores, quien expuso la Política Cultural a los Directores de Casas de Cultura que pretende implementar en este nuevo sexenio, ya que él por su desempeño repitió en su responsabilidad.










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El concepto colonizador de “Mesoamérica”



Parte de la colonización mental y cultural, es que desde las Cartas de Relación de Hernán Cortés, hasta nuestros días, son los extranjeros los que “escriben nuestra historia”. Siempre desde una perspectiva foránea, en general eurocéntrica y con una inaceptable superioridad juzgan lo que no conocen en su esencia más íntima y siempre a partir de parámetros europeos y ahora norteamericanos. 

Dr. Rubén Bonifaz Nuño

No solo es un problema de carácter económico, dado que los investigadores extranjeros, en general, están apoyados y financiados por instituciones económicamente poderosas, sino de una “mansedumbre” e incondicionalidad de los “investigadores mexicanos”, que en vez de mantener una posición crítica se ubican como sumisos ayudantes de las “eminencias extranjeras”, como bien lo apunto el Dr. Rubén Bonifaz Nuño.



“De esta suerte, valiéndose de análogas complicidades, los eruditos estadounidenses han formado, respecto de la cultura olmeca, un sistema de mentidas conjeturas cuyo cuyas principales características son el desdén y la ignorancia.
Condenable es eso, pero no es, en mi opinión, lo peor; lo peor consiste en que los estudiosos mexicanos, voluntariamente sometidos a una perversa forma de colonización extranjera, se sujetan, por lo común, a las sistemáticas equivocaciones de los eruditos estadounidenses, y las repitan y las confirman como verdades, acaso con el deseo y la esperanza de que éstos los tengan por iguales suyos.
De estos casos, por obvio principio de dignidad, no quiero ofrecer ningún ejemplo.”  (Rubén Bonifaz Nuño. 1995)
  Paul Kirchhoff

De esta manera, Paul Kirchhoff en 1943 lanza su temeraria propuesta de dividir arbitrariamente al Cem Anáhuac en dos partes. Mesoamérica y Aridoamérica y acríticamente es aceptada su propuesta por los dóciles “investigadores mexicanos”. Dese 1519, los invasores europeos nos han “estudiado” por nuestras diferencias, más no por nuestras semejanzas. Nos han “estudiado” como un archipiélago de islas culturales diferenciadas unas de otras (y de su propiedad intelectual). Nunca han tenido la buena fe o la inteligencia de entender que somos un continente cultural, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego que está unido indisolublemente por una matriz filosófica cultural que en el Anáhuac se conoce como Toltecáyotl. El investigador alemán escribe:


“Mesoamérica”, publicado originalmente en 1943, fue un intento de señalar lo que tenían en común los pueblos y las culturas de una determinada parte del Continente Americano, y lo que los separaba de los demás. Para lograr este propósito me impuse la limitación de enumerar sólo aquellos rasgos culturales que eran propiedad exclusiva de esos pueblos, sin intentar hacer una caracterización de la totalidad de su vida cultural. Por la aplicación rigurosa de este principio no se mencionan en mi trabajo rasgos tan fundamentales y característicos de la civilización mesoamericana como la pirámide, ni se analiza la configuración y estructuración de esa civilización, que obviamente es más que la suma de sus partes. Falta también la división de esta superárea en áreas culturales que se distinguen no sólo por la presencia o ausencia de determinados “elementos” sino por el grado de desarrollo y complejidad que han alcanzado, siendo las más típicamente mesoamericanas las más desarrolladas y complejas. Falta, en fin, la profundidad histórica que la orientación misma de este trabajo implica, esto es, la aplicación de los mismos principios a épocas anteriores, retrocediendo paso por paso hasta la formación misma de la civilización mesoamericana.


 
Esta “distorsión cultural” impide dimensionar en toda su grandeza y trascendencia a una de las seis civilizaciones más antiguas del mundo. Producto de lo anterior, podemos ver cantidad de títulos de “grandes libros” escritos por los extranjeros y sus alumnos mexicanos, con nombres como: “La civilización maya de Robert J. Sharer”, “La civilización Zapoteca de Joyce Marcus, Kent V. Flannery”, “La civilización azteca de George Clapp Vaillant”. O referencias tan equivocadas como “El Calendario azteca o El Calendario Maya”. La civilización del Cem Anáhuac es una sola, por más culturas diferentes en tiempo y espacio que se hayan desarrollado en ocho mil años.


Recientemente, de manera muy tibia, se acaba de publicar la idea de que en el continente solo ha existido una sola civilización y no dos, como plantean “los investigadores extranjeros” desde Hernán Cortés hasta Mel Gipson. Nos referimos al libro titulado “Dioses del Norte, dioses del Sur de Alfredo López Austin y Luis Millones” (Era 2008, Méx.), en la que los investigadores nativos proponen “cautamente”, que tal vez es una y no dos, las civilizaciones del Continente Americano. 


La descolonización de la Historia y la Cultura propia-nuestra, debe ir desechando estos infundios y estas imposiciones producto del abuso extranjero y la dejadez nuestra. El término “Mesoamérica”, del alemán Paul Kirchhoff, lo copia del término “Mesopotamia” que significa “entre dos ríos” y que aceptable cuando se habla de la civilización que se desarrolló entre los ríos Tigris y Éufrates en el Medio Oriente, pero que en referencia al Anáhuac no tiene ningún sentido, porque “Mesoamérica” significa literalmente “en medio de dos Américas”, porque el prefijo “mesos” viene de la voz griega que significa “”en medio, medio”.  



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