martes, 31 de enero de 2017

LOS HIJITOS DE SANTA ANNA

Algunos historiadores afirman, que se tienen, -firmes sospechas-, de que Antonio López de Santa Anna (Su Alteza Serenísima), estaba de acuerdo con Washington, para facilitarle la invasión de las tropas norteamericanas a México. Como comandante supremo, mandó tropas a donde no se necesitaban, envió parque de diferente calibre, como en la defensa del Fuerte de Churubusco. 
No es una idea descabellada. México fue creado por una élite de criollos para quitarles el poder a los gachupines, y cuando los reyes de España, ya no estuvieran presos en París por Napoleón, ellos volverían a ser súbditos de la corona. Es decir, el Grito de Dolores de ¡mueran los gachupines!, no era para crear una nación independiente, sino quitarles el poder a sus parientes los peninsulares.
Después de 11 años de lucha en el Virreinato, las cosas cambiaron en España. La maléfica semilla de la república (creada por los “mercaderes”), había echado raíces, y los gachupines y los criollos, decidieron hacer las paces y unir fuerzas y… ¡crear su propio país!
Así nació México, “el país de los criollos y para los criollos”, traicionando a las masas indígenas que, al grito de Hidalgo, de “es hora de matar gachupines”, fueron a una guerra fratricida en la que les prometieron, lo que, desde 1521 perdieron: libertad, tierra y justicia.
Se habla que cuando las tropas invasoras bordeaban las goteras de la Ciudad de México, las órdenes que daba Santa Anna, eran sorprendentemente torpes y desafortunadas. Se sabe que dio la orden a los comerciantes de venderles a los invasores alimentos. Se supone que fue “recompensado” por sus servicios a “la nación”, desde luego, en dólares.
Algo parecido como: firmar el TLC, privatizar las empresas del Estado, cambiar la constitución para privatizar el ejido, destruir a Pemex, CFE, IMSS, entregar los Ferrocarriles Nacionales a una empresa norteamericana y acabar con el transporte económico de mercancías y personas, entregar los aeropuertos, los puertos marítimos, Telmex, Canal 13 y 7, borrar del mapa a una isla en el Golfo de México para ceder a Estados Unidos aguas nacionales con petróleo, y un largo etcétera.
Los criollos, nunca han sentido a la tierra como los pueblos indígenas y los mestizos. Para ellos, la tierra es un objeto para hacer riqueza, sea explotándola inmisericordemente o vendiéndola. La misma patria, para ellos es algo externo, porque en el fondo, ellos, tienen en su corazón a su “Madre patria”, esté en cualquier punto del planeta.
Los criollos, nunca han tomado a las mayorías como sus hermanos, sus “compatriotas”. Por el contrario, siempre han sentido menosprecio, desdén y repulsión hacia ellos. De indios, nacos, pelados, mugrosos, yopes, hasta de “igualados, rotos, ladinos, y prole, como los llamó, la hija del Presidente Peña. 
Su desprecio se puede medir por el salario mínimo que les asignan; y las burlas que reciben, en el sentido que, con este salario mínimo, pueden tener lavadora y bocho.
Cuando los soldados estaban por entrar a la Ciudad de México, los hijos de los criollos, no pudieron enfrentar “al extraño enemigo”, porque el sastre que les hizo sus lujos uniformes color rojo… ¡no los pudo terminar a tiempo! El “Batallón Mermelada (por el color), no pudo entrar en defensa de la patria.

Lo que, si sucedió, es que “la prole”, se lanzó a apedrear al ejército invasor, por lo que se hizo una matazón, y la bandera de las barras y estrellas ondeó un año en Palacio Nacional.
Más tarde, luchando los criollos entre sí, conservadores contra liberales, al ser derrotados política y militarmente los primeros, tuvieron “el cinismo” de ir a pedirle a Napoleón III, que invadiera “a su país”, para vencer a sus enemigos, los liberales.
Durante la invasión francesa se sabe que los ejércitos conservadores luchaban a favor del Imperio y que, solados norteamericanos, con uniforme mexicano, luchaban contra los franceses. Estados Unidos siempre ha “instruido y asesorado”, a los criollos liberales-priístas, y a los criollos conservadores-panistas, el Vaticano y naciones europeas como Francia, Inglaterra y Alemania.
La firma del TLC y El Pacto por México, organizado por el moderno Santa Anna, -Carlos Salinas-, es la penúltima entrega de la nación a las fuerzas económicas extranjeras. El PRI, el PAN y el PRD, en total complicidad entregaron los recursos naturales y al pueblo de México, al voraz capital trasnacional. Por unas cuantas “monedas de plata”, la corrupta clase política entregó al pueblo a los chacales y las hienas.
Los hijitos de Santa Anna, de nuestros días, son los diputados, senadores, magistrados, jueces, gobernadores, alta burocracia, que están muy ocupados, auto otorgándose, inmorales sueldos, prestaciones a granel, apoyos ilimitados, ayudas cuantiosas, vehículos de lujo, vales de gasolina a discreción, boletos de avión al por mayor clase premier, personal a su servicio a montones, y desde luego, ejércitos de guarda espaldas. Todo pagado por los contribuyentes.
El pueblo, como siempre, catatónico, amnésico, enajenado, no se atreve a tomar el destino y la denfensa de “su país” en sus manos. Bastaría con dejar de comprar productos norteamericanos, comida y bebida chatarra e ir a sus tiendas. Dejar de usar los teléfonos móviles, comprar en tianguis y mercados, en pocas palabras, dejar de tratar de ser gringos de tercera a través de su consumo personal. Dejar de ver la televisión y escuchar las estaciones comerciales, volcarse en las redes y el Internet.
“Sorpresa te da Trump”…sucede que “nunca hemos tenido país”. Todo fue un sueño, somos en realidad una Colonia. Nunca fuimos ciudadanos, sino solo objetos de explotación, salario mínimo y voto cautivo. Más nada.
En el centro de esta tragedia, tenemos a un Presidente, que se ve totalmente rebasado, timorato, incapaz, -moral e intelectualmente-, para enfrentar esta grave crisis, junto con la lata burocracia de criollos descastados. La última entrega será la del territorio…con su, -por supuesto-, “desocupación”.
Los criollos tendrán que irse a su “Madre Patria”, y el pueblo, a ese lugar mítico y lejano, donde se manda al que se aborrece.



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sábado, 21 de enero de 2017

TRUMP Y EL PETATE DEL MUERTO

Eran los inicios de la década de los años setentas, cuando por primera vez crucé la frontera, a E.U. en un autobús de la UNAM. Íbamos a juagar un partido de futbol americano contra una academia militarizada de Texas. Al empezar a internarnos en “territorio robado”, empezó a crecer en mi menta ideas llenas de indignación y coraje, “esta tierra era nuestra”, me decía en mi juvenil mente.
Hasta que, finalmente, me puse a pensar de manera crítica y analítica, “haber Guillermo, -me dije-, de cuando acá la tierra le ha pertenecido al pueblo. Desde 1521 los extranjeros se han apropiado de las mejores: tierras, negocios, ciudades, casas, comercios, recursos naturales, etc. Entre Hernán Cortés y Carlos Slim, la historia se ha ido repitiendo eternamente una y otra vez, generación tras generación. Este razonamiento calmó mi ánimo beligerante contra “los gringos”, y me di cuenta, que desde hace cinco siglos sufrimos “nuestros propios gringos de casa”, con apellidos extranjerizantes. De todas maneras “perdimos el partido contra los gringos”.
Partiendo esta reflexión, y sabiendo que, la mayoría de los medios están al servicio del “sistema”, especialmente los de gran impacto, como son la TV y la radio, cuando en ellos escuchamos a los funcionarios anunciar que, “no subirá la gasolina y la energía eléctrica, las reformas son necesarias para el progreso de México, se toma una medida “dolorosa” pero necesaria, se detendrán los corruptos caiga quien caiga, hemos hecho todo lo que el Estado puede hacer, perseguiremos la corrupción, investigaremos hasta las últimas consecuencias, se investigará exhaustivamente el fraude electoral, se hará justicia, las elecciones serán limpias, etc., etc., etc.”, el pueblo sabe, a través de la dolorosa realidad que NADA DE ESO ES CIERTO, y que, seguramente, las cosas son de manera inversa.
Dentro de todas las mentiras, especialmente en este sexenio, vemos con mucha preocupación que el gobierno federal pasó de la mentira al cinismo rampante. Al punto de desafiar los funcionarios a la opinión pública, “las medidas son irreversibles”, o, dicho de otra manera, “háganle como quieran”. Y los “pericos con sus plumas y las guacamayas con sus picos”, de los medios masivos, censurando “moralinamente” a “los sospechosos saqueadores” de establecimientos comerciales, que atentan contra la sagrada propiedad privada, y cientos de ciudadanos han caído bajo el riguroso peso de la ley. 
Sin embargo, -extrañamente-, los gobernadores y funcionarios (de los tres niveles) que han venido SAQUEANDO impunemente el erario, para ellos no hay cárcel y no existe indignación. O sea que, se “vale” robar el dinero del pueblo, pero JAMÁS, el de las empresas trasnacionales que están aseguradas para estas contingencias. 
Pero el punto de esta entrega, amable lector, es que nos asustan con “el petate del muerto”, del enemigo número uno de México, el presidente de E.U. Pero, después de lo anteriormente expuesto, tal vez, si analizamos contra quien atenta el Sr. Trump, se verá que es, solo contra los ricos de E.U. y de México, pero a nuestro pueblo, desde Hernán Cortés, todos los que han estado en el poder, han atentado en contra del pueblo, si no me cree, revise la historia de manera crítica.
Sin profundizar, Trump llega a la presidencia tomando el reclamo y las fobias de las mayorías blancas y pobres de E.U. ¿Populista?, probablemente, pero sus medidas van en contra de la globalización económica que solo beneficia “al uno por ciento” de los ricos del planeta. Que revisará el TLC, que atenta contra los trabajadores de los dos países. Que echará abajo el nuevo tratado del Pacífico…¿y?. Tal vez, el Sr. Trump, no será tan malo para los mexicanos, como sí lo son, los que des-gobiernan el Anáhuac desde hace 496 años.
Trump, llegó a la Casa Blanca, por atender el reclamo de los pobres y clases medias de E.U., que ven, como en muchos países del “mundo libre”, que unos pocos se “apoderan del pastel”, sin el menor sentido humanista y realista, porque lo que están haciendo, está llevando a la destrucción del planeta, en su enloquecido afán de apoderarse de TODA LA RIQUEZA. Destruyendo el medio habiente, envenenado a la gente con química para hacer más jugosas las ganancias, enfermando a la niñez, embruteciendo y vulgarizando a los pueblos.
Que no se construyan más maquiladoras en México, aprovechando el salario esclavo que nos imponen, y que, regresarán esos puestos de trabajo, bien pagados en dólares a los obreros norteamericanos. Eso ni afecta ni beneficia AL PUEBLO, porque sabemos que son trabajos de salario mínimo, y no, impulsan el crecimiento de la economía del país. Si hacen más ricos a los dueños del dinero de E.U. y de México, que administran las neo haciendas, llamadas armadoras y maquiladoras. La riqueza que producen esas empresas sale del país.
Que repatriarán a millones de trabajadores mexicanos indocumentados, que tuvieron que huir del país que no les da oportunidades, y que están haciendo el trabajo que muchos allá no quieren hacer. Estos sufridos, maltratados y vejados trabajadores reciben la mitad del sueldo, viven hacinados, comiendo porquerías, sin servicios de salud y en constante zozobra de ser deportados. 
La enorme riqueza que generan, es para los empleadores gringos y los empresarios y comerciantes euromexicanos, que les cambian los dólares de las remeseras por “pancholares” que no tienen valor. Gran negocio del gobierno mexicano, hacer pobres a gran escala. Recibir la segunda fuente de divisas, sin invertir un peso en salud, educación e infraestructura.
Los medios masivos mexicanos hacen ver a Trump como el enemigo. Cuando en verdad, los enemigos históricos de los pueblos y culturas del Anáhuac, son los que se han hecho ilegal e inmoralmente del poder en estos 495 años. La pobreza, la injusticia, la corrupción que esclaviza al pueblo, es producida no por Trump, sino por una clase gobernante, -en los tres niveles de gobierno-, insensible, deshumanizada, corrupta, mentirosa y cínica, que viven como faraones, mientras el pueblo día a día, se empobrece sin ninguna esperanza de revertir esta tendencia.
Que no nos asusten con “el petate del muerto”. Trump es el enemigo de los negocios globalizados para el uno por ciento más rico, no para el pueblo de México, con Tumpo o sin Trump, México va de mal en peor. Finalmente, Trump es un "payaso" que atenta contra el poder global...y con esa gente no se juega.

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lunes, 16 de enero de 2017

VISLUMBRAR LA TOLTECÁYOTL 2/2


El sistema de organización ha demostrado su eficacia, ya que sigue en operación en nuestros días en miles de comunidades indígenas y campesinas de todo el país. En efecto, los llamados “Usos y Costumbres” son herencia de la Toltecáyotl y que está sustentado en el Artículo Segundo Constitucional. 

En ellos, el pueblo discute en asamblea abierta los problemas de la comunidad, dan sus opiniones “los que han servido con eficiencia”, vota todo el pueblo y con la decisión, la autoridad “manda obedeciendo”. De esta manera, no solo vivieron en armonía durante milenios nuestros pueblos, sino que, con este sistema de organización, se pudo construir la red más numerosa de Tollan y con ello el mayor número de pirámides en el mundo antiguo. El sistema de organización está sustentado en el bien común sobre el interés privado, en el servicio del ciudadano a la comunidad a través del tequio, la gozona, la guelaguetza, la mano dada, y un largo rosario de acciones solidarias y fraternas que se dan entre individuos, familias y pueblos. 
En el nivel superior de la pirámide, se encuentra, la parte abstracta de la Toltecáyotl. Nos referimos al sistema de espiritualidad, que no de “religión”. Existió una sabiduría, que tuvo una estructura “filosófica” o de sabiduría, que, a su vez, se inspiraba en conocimientos o principios rectores, que provenían de la astronomía, las matemáticas, la física cuántica, la química, en general del conocimiento humano sobre el mundo que los rodeaba y el mundo interior que los constituía.
No era una religión, porque no tenían dios o dioses. Todos los pueblos concebían una “energía creadora”, que era invisible, impalpable e innombrable. Ésta tenia múltiples advocaciones, pero en esencia, era una sola. Cada pueblo nombró esta “realidad” con diferentes lenguas y recreaciones simbólicas materiales, pero todos se referían a los mismos conceptos. Por ejemplo: la imagen religiosa-filosófica de la “energía material”, se le representaba metafóricamente con el agua, que es la vida. Todas las culturas utilizaron la metáfora, cada una la representó en tiempo y espacio a su manera, pero todas coincidían en llevar unas anteojeras y una lengua de serpiente. Los mayas le llamaron Chac, los nahuas Tláloc, los totonacos Tajín. Pero todos manejaban la misma información. Esta sabiduría múltiple y diversa, enseñaba una forma de vida recta, equilibrada y en armonía. Cada pueblo manifestaba esta sabiduría, en tiempo y espacio, con rituales diferentes; pero en esencia, se trataba de lo mismo.   
En el siguiente nivel de la pirámide, se encontraba el pensamiento ordenado y sistematizado, que explicaba el mundo y la vida. La cultura occidental le llama filosofía (amor a la sabiduría), los Viejos Abuelos en la lengua franca del Anáhuac, le llamaron Toltecáyotl. Este conjunto de valores, principios, actitudes y conocimientos, con los que se construía el mundo material e inmaterial del Anáhuac, se fue construyendo, ensamblando y sistematizando a lo largo de miles de años y a través de todos los pueblos, y hoy, constituye la herencia más importante para nosotros, los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos toltecas, y para los demás pueblos del mundo, porque es una de las seis sabidurías ancestrales del planeta. 
Esta sabiduría se puede sintetizar como, “El Arte de Vivir en Equilibrio”. Es decir, el ser humano ante el desafío de buscar el equilibrio entre el mundo espiritual y el mundo material, entre el mundo cognitivo-concreto y el mundo intuitivo-abstracto. Un punto muy importante de la concepción del “mundo tolteca”, es que, por lo menos, desde el año 1500 a.C., “el mundo tolteca” tenía una dimensión galáctica. Es decir, los Viejos Abuelos toltecas, partían del centro de la galaxia para situar su “ser y su estar”. La llamada “cuenta larga”, es decir, el calendario de 25625 años, en que la Tierra gira alrededor del centro de la galaxia.
En el vértice superior de la pirámide de desarrollo humano tolteca se encuentra coronada por el conocimiento más elevado, producido por la conciencia humana. La grandeza de los toltecas, es que a pesar de saberse efímeros e insignificantes frente a los insondables misterios del Universo, los toltecas, en un arrojo de “amor a la vida”, alcanzaron a vislumbrar la “esencia”, es decir, llegaron a percibir el Universo como energía. Ante tan brutal y descomunal descubrimiento, que rebasa con mucho las posibilidades racionales y “perceptuales” del ser humano, fueron lo suficientemente discretos y coherentes, guardando celosamente esta sabiduría, que sigue viva, de manera secreta, en un puñado de verdaderos Guerreros de la Muerte Florecida.
La Toltecáyotl es la columna vertebral, la raíz y la esencia de nuestra milenaria civilización. Se ha enriquecido en estos cinco siglos de invasión y colonización, a través de una fortísima cultura de resistencia, que se fue apropiando, de manera directa o indirecta, de muchos y variados elementos culturales de otras civilizaciones, no solo de Europa, sino de África y Asia. 
La Toltecáyotl está presente en la forma más íntima y profunda de ver y entender el mundo y la vida. Es la que, a final de cuentas, nos da “un rostro propio y un corazón verdadero, en todos sus hijos, aún en los extranjeros que se han avecindado o han nacido en esta tierra y se han alimentado de sus productos, tangibles e intangibles.
El gran desafío que tenemos como pueblo, es que, por los procesos de colonización mental y cultural, el invasor ha pretendido desaparecer a la Toltecáyotl, y ésta, ha quedado en el subconsciente de la gente. En las comunidades anahuacas y campesinas de manera más fresca y superficial a través de las tradiciones, fiestas, usos y costumbres; en las comunidades urbanas y suburbanas, de manera inconsciente, pero que en ambos casos, en los momentos más difíciles, como el terremoto en la Ciudad de México en 1985, brotó con fuerza emergente de las telúricas profundidades de nuestra Madre Querida.
 
Hacer consiente nuestra ancestral forma de ver, entender y sentir el mundo y la vida: la familia, el trabajo, la comunidad, la fiesta, la muerte, la naturaleza, etcétera; representa un inmenso desafío descolonizador. Al mexicano, -ajeno a su Madre Cultura, ignorante de su historia y cultura ancestral-, lo hacen pensar que todo en el Anáhuac es “nuevo” y que llegó con los invasores. Totalmente falso. Sin negar las apropiaciones de los elementos culturales externos en estos cinco siglos, la parte más importante y vital de nuestro ser se formó a través de miles de años y está viva en “el banco genético de información cultural”. Lo que nos hace falta, solo es concientizarlo, re-descubrirnos a nosotros mismos, re-conocer en nuestra forma de ser y hacer a los Viejos Abuelos y la Toltecáyotl. 


Lo difícil no es hacerlo…sino imaginarlo.
Otoño de 2016
Oaxaca.

martes, 3 de enero de 2017

VISLUMBRAR LA TOLTECÁYOTL 1/2

La mayoría de los habitantes “del país de los criollos”, somos hijos de los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del planeta. Somos, culturalmente, tan antiguos como China e India. Sin embargo, a diferencia de estos países, que tienen vinculado su presente a su pasado ancestral, nosotros vivimos ajenos y desconectados (conscientemente) a la historia y cultura de nuestros ancestros. Construimos año tras año, un presente, que de inmediato es destruido, nuestra condena es olvidar, olvidar y olvidar, para vivir en un “laberinto de la soledad”.
Por los procesos de colonización que hemos sufrido en los últimos cinco siglos a manos de los colonizadores de ayer y los neocolonizadores de hoy, en los que se ha tratado de desaparecer nuestras lenguas, memoria histórica, conocimientos, territorialidad, y espiritualidad; hemos perdido  la conciencia, en el mundo de todos los días, la sabiduría ancestral que crearon nuestros antepasados a lo largo de siete milenios y medio, misma que se manifiesta en los pueblos indígenas y campesinos en las tradiciones, usos y costumbres, y de manera subconsciente, en la vida “moderna” de los mestizos que vivimos en los núcleos urbanos. 
Bajo ningún motivo nuestra Civilización Madre ha desaparecido, se mantienen a través de la resistencia cultural, las apropiaciones culturales y la misma evolución endógena, porque la cultura es cambiante y siempre está en movimiento.
Cómo toda Civilización Madre, poseemos una matriz filosófica cultural que ha sido la “espina dorsal” del milenario conocimiento que ha sido investigado, registrado, sistematizado y mantenido a través de miles de años. Este conocimiento es conocido como Toltecáyotl. El Dr. Miguel León Portilla lo define como los conocimientos e instituciones de los toltecas. Los toltecas, “son”, los hombres y mujeres de conocimiento. No son una etnia o una cultura, sino un grado o nivel de conocimiento y sabiduría. La palabra Toltecáyotl en lengua náhuatl se compone de dos partes, “tolteca y yotl”. De modo que tolteca es el “máximo artífice” del trabajo interior; y yotl significa literalmente “lo conveniente, lo recto, como debe ser”, pero de manera metafórica o abstracta significa “la cualidad de todo aquello que es comible”. (Miguel León Portilla).
La Toltecáyotl, de esta manera, representa el Patrimonio Cultural Intangible más valioso de nuestra milenaria Civilización. Es, con propiedad, la aportación más importante a la humanidad. En esencia, no es muy diferente a la sabiduría que han aportado los pueblos de China o India, pues todas estas sabidurías, por una u otra forma, buscan la realización y plenitud humana. La única diferencia es quees “la propia-nuestra”.   Para intentar visualizar la Toltecáyotl de manera sencilla y esquemática, proponemos verla como una pirámide, en la que, en su base, podamos ubicar los conocimientos para resolver los desafíos de la conservación, desarrollo y mantenimiento de la vida en el aspecto material. Y en la parte superior ubicaremos los conocimientos para satisfacer las necesidades de trascendencia de la vida, en un orden mucho más sofisticado y elevado.
Pero para tener una mejor apreciación de la Toltecáyotl, tenemos que tomar en cuenta que ésta sabiduría tiene otros factores que la hace más compleja. Nos referímos a que la pirámide de la Toltecáyotl, además, la debemos de ver en función del “tiempo y el espacio”. Es decir, que tenemos que entender que esta pirámide tuvo diferencias en tiempo, es decir, no es la mismo en el periodo Preclásico, que en el Clásico, y que en el periodo Postclásico. Pero las diferencias o variantes también están en función del espacio. No es lo mismo la zona maya, que el Altiplano Central, la Gran Chichimeca, Norteamérica, o el Caribe. La Toltecáyotl se nos revela muy compleja y aunque comparte una misma matriz filosófica, en cada pueblo y en cada tiempo y espacio, tuvo muchas variantes. Debemos de considerar que uno de los grandes logros de nuestra Civilización Madre, fue el encontrar la plenitud en una “unidad profundamente diversificada”. 
Desde hace muchos años afirmamos, por lógica descolonizada, que todos los pueblos y culturas del continente llamado Ixachilan en el Norte y Abya-Yala en el Sur, son hijos de una sola civilización continental. Como dijimos con anterioridad, la pirámide de desarrollo humano tolteca tiene en su base los conocimientos para facilitar el logro del mantenimiento y plenitud de la vida. Esto se logra a través de cuatro sistemas que actúan íntimamente interconectados. En primer lugar está el sistema alimentario, que implica, desde la invención de la agricultura y la domesticación de las plantas, pasando por la invención del maíz, la milpa y los complejos sistemas hidráulicos como es la chinampa, canales, y represas, hasta una sofisticada y nutritiva gastronomía, basada principalmente en vegetales, insectos, frutas y pocas carnes, que brindaban la suficiente energía que les permitieran tener el tiempo libre, para realizar sus inconmensurables obras materiales e inmateriales.
Con la energía y el tiempo disponible, se requirió, además, poseer un sistema de salud, que garantizara mantener la vida en las mejores condiciones y la energía en plenitud. El sistema de salud comenzaba con los hábitos higiénicos personales, familiares y comunitarios. El baño llegó a su máxima expresión con el temazcal. Se supone que antes de la invasión en el Anáhuac, existía el 75 % de la biodiversidad del planeta. Los Viejos Abuelos conocían con profundidad las sustancias activas de las plantas, insectos y minerales, necesarios para recuperar la salud perdida. La cirugía llegó a tal grado de avance, que muchos siglos antes de la era cristiana, en el Anáhuac, ya se hacían trepanaciones y sofisticados trabajos dentales, de los que en la actualidad, existen vestigios irrefutables.
Con la energía y salud, dispuestas para enfrentar los magnos proyectos civilizatorios, se requirió un efectivo sistema de educación, que, por una parte, permitiera el desarrollo en armonía y plenitud de las nuevas generaciones. Porque para los Viejos Abuelos, la educación familiar y académica fue uno de los pilares más importantes de su civilización. El concepto de “formar rostros propios y corazones verdaderos”, nos habla de la formación en valores éticos y morales, como base para educación académica. Como en el caso de la construcción del Tollan de Daany Beédxe (zona arqueológica de Monte Albán, Oaxaca), que se llevó 1350 años de construcción, ésta, no habría sido posible sin contar con la convicción de participación de las sucesivas generaciones a lo largo de más de 13 siglos. La civilización del Anáhuac tenía un concepto en lengua náhuatl, que es su esencia civilizadora y su fundamento cultural; nos referimos al término de  Tlacahuapahualiztli o "arte de criar y educar a los hombres".
Continuará...2/2

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