Invitados por el Frente
Indígena de Organizaciones Binacionales FIOB, mi esposa y el que escribe, a dar pláticas sobre identidad, memoria
histórica y cultura de México, estamos realizando una extensa visita desde
Ensenada, Baja California, hasta Fresno, California, E. U.
Gozando de la solidaria
hospitalidad de Antonieta, José, Bertha, Odilia, Leoncio, Jesús y Arsenio, entre otros
compañeros, quienes hicieron la invitación y gestionaron los apoyos para hacer
posible estas pláticas. Oportunidad que tenemos de conocer la compleja realidad
de la migración, especialmente de los oaxaqueños en el estado de California.
A las pláticas asisten lo
mismo trabajadores, amas de casa, que estudiantes de nivel de preparatoria y de
universidad. La respuesta, como siempre, es muy emotiva, misma que se ve
reflejada en los rostros y en los nutridos comentarios.
En efecto, “nuestra gente”
que vive fuera del país, siente en “corazón propio” la añoranza de la “Cultura
Madre” y por ello, tiene mayor claridad sobre los procesos de Identidad
Cultural. La necesidad de la Cultura Madre es algo que se vive con imperiosa
necesidad cuando está uno en el extranjero.
El problema, como ya lo
hemos dicho en muchas ocasiones, radica en que la colonización mental y
cultural que sufrimos desde 1521, nos ha hecho olvidar casi totalmente nuestra
memoria histórica y con ello diluido nuestra identidad cultural, especialmente
cuando vivimos “protegidos y apapachados” por la Cultura Madre aunque no nos
demos cuenta.
Un pueblo sin recuerdos,
es un pueblo amnésico, y la amnesia nos hace dóciles, indefensos y vulnerables,
perdidos en “el laberinto de la soledad”. Cuando un pueblo ha perdido su
identidad cultural el colonizador/explotador le puede hacer lo que quiera. Nuestra civilización es tan antigua como la de la China y la de la India y tiene su propia sabiduría ancestral conocida como Toltecáyotl.
De modo que cuando
“nuestra gente” llega a este país, en la aduana (metafóricamente) le quitan su
patrimonio cultural para permitirle el paso al “país del sueño americano”. Todo
lo que el trae de su tierra “no sirve para nada”, aquí según el oficial, es un
estorbo. Por ello, la importancia de venir a hablar de nuestra historia y sabiduría ancestral.
Su lengua, sus
conocimientos, sus valores y principios, su visión de la familia, el trabajo,
la solidaridad y el bienestar, valores ancestrales, “son anacrónicos” en este
lugar. Esta herencia cultural de nada le sirve, aquí todo se vuelve trabajo/dinero/consumo.
Pero al tiempo nuestra
gente se da cuenta que justamente estos valores, principios y cultura son lo
que precisamente le permiten sobrevivir en una cultura pragmática/materialista/individualista. La Cultura Madre es la que nos "rescata" de la "modernidad".
En efecto, la solidaridad,
la fraternidad, la espiritualidad, la familia, la ayuda solidaria es lo que les
permite abrirse un espacio (a bayoneta calada), en esta sociedad tan
competitiva e inhumana. Los saberes comunitarios, las tradiciones, las costumbres, las fiestas es lo que nos permite seguir siendo lo que esencialmente somos.
Por la misma fuerza de la
cultura milenaria y las necesidades comunitarias de “nuestra gente” en
California, E.U., surge la iniciativa del FIOB. En un principio esta iniciativa
era solo entre oaxaqueños, pero por sus buenos resultados y las grandes
necesidades ahora es de todos los pueblos indígenas migrantes.
En efecto, como hace miles
de años en el Anáhuac, la ORGANIZACIÓN COMUNITARIA es la que multiplica
geométricamente las posibilidades del ser humano, lo mismo para construir Monte
Albán que para construir una red de ayuda mutua y apoyo solidario entre
migrantes en California. La mano vuelta, el tequio, la guelguetza es el lenguaje de la comunidad en su cotidianidad.
Cada año, desde 2001 he
venido a dar conferencias a California, y últimamente he dicho que ya lo dejaré
de hacer, porque el trabajo que estamos realizando con los maestros oaxaqueños
es muy importante, necesario y valioso…pero resulta que venir a California
también es muy importante, especialmente cuando se hace con el apoyo solidario de una organización que tiene muchos años de comprobado servicio a la comunidad migrante.
Todos los “mexicanos” en general, pero en
particular los llamados “pueblos originarios” requieren “racionalizar” la
Toltecáyotl para trabajar por la descolonización explotadora y enajenadora.
Esto es, pasar el “conocimiento/ancestral/comunitario” que vive en el subconsciente de los “mexicanos”, manifiesto en las tradiciones, fiestas, usos y costumbres, a un plano “racional pragmático”, con sus categorías y sus adaptaciones para una sociedad “moderna”.
Esto es, pasar el “conocimiento/ancestral/comunitario” que vive en el subconsciente de los “mexicanos”, manifiesto en las tradiciones, fiestas, usos y costumbres, a un plano “racional pragmático”, con sus categorías y sus adaptaciones para una sociedad “moderna”.
Eso es justamente lo que han venido haciendo los pueblos sobrevivientes de la colonización española y la neocolonización criolla de los últimos dos siglos, pero en California, en su calidad de migrantes, los oaxaqueños han podido organizarse, no solo en favor de los derechos de los trabajadores, sino que han enviado a sus comunidades originarias, no solo recursos, sino ahora existe gente y proyectos que están operando en Oaxaca.
Existen indígenas oaxaqueños muy preparados en
Estados Unidos, no solo en el plano académico, sino en sectores como el
educativo, comercial y en lo que aquí llaman “liderazgo”. Mucha de nuestra
gente ha estado en los más altos foros de Estados Unidos aportando su experiencia
y puntos de vista.
En los colegios y universidades de Estados
Unidos existen muchos oaxaqueños e hijos de oaxaqueños nacidos aquí, que se
están preparando en universidades del primer mundo y que no solo son bilingües
y biculturales, sino trilingües y triculturales.
Ellos no solo aman a Oaxaca, sino que tienen su corazón enraizado en una visión de compromiso con el futuro de Oaxaca y de México. Ellos mantienen el sentir del "nosotros comunitario" y "Oaxaca" llega hasta California.
Ellos no solo aman a Oaxaca, sino que tienen su corazón enraizado en una visión de compromiso con el futuro de Oaxaca y de México. Ellos mantienen el sentir del "nosotros comunitario" y "Oaxaca" llega hasta California.
Muy pronto estas nuevas generaciones de “oaxaqueños”
llegarán a México y con otra visión nos ayudarán a construir un país más justo
y cimentado en la civilización Madre.