La
epistemología es la
rama
de la filosofía cuyo objeto
de
estudio es el conocimiento.
La diversidad
epistémica del mundo ha sido tratada de destruir y ha sido negada por el
eurocentrismo. En efecto, como afirma el
Dr. Enrique Dussel, existe una tetralogía necrófila consistente en la creación
y vinculación de cuatro factores que explican el caótico mundo en el que hoy
vivimos, y el cual, por cierto, pareciera que no tiene futuro.
El colonialismo,
la modernidad, el capitalismo y el eurocentrismo, nos han llevado a un mundo
carente de lógica, inteligencia y humanidad. Donde el abuso, el racismo y la
codicia han hecho vivir a muchos pueblos del mundo episodios de injusticia,
miseria y genocidio como nunca se había vivido, en lo que los toltecas,
nuestros Viejos Abuelos, llaman Quinto Sol.
Después de
la caída del Imperio Romano en el año 476, la península más Occidental del
continente “euroasiático-africano”, que más tarde se llamará Europa, entró en
un periodo oscurantista en el que se persiguió el conocimiento indígena de
Europa, -que tenía una supuesta raíz indoeuropea-, a manos de la Iglesia
Católica Romana, quien era la poseedora de la justicia y la verdad absoluta.
Durante siglos las mujeres y hombres de conocimiento de las culturas
ancestrales de Europa fueron perseguidos y exterminados en la hoguera. El fanatismo y la ignorancia campearon durante más de diez siglos, hasta casi dejar "seca" a Europa de "humanidad".
Los pueblos
barbaros de Europa, han mantenido una sistemática cultura de destrucción y
negación del “otro” y de su humanidad. En la adornación del “Becerro de Oro”, a
través del comercio y las guerras, se ha impuesto la cultura “judío-anglosajona”. Ahora con el FMI y la OTAN.
Ya en las cruzadas, quemaron tres
millones de libros de la biblioteca de Trípoli, conocida como “Dar Al ´llm” (La
casa de la ciencia) en el año 1109, y según el Dr. Ramón Grosfoguel de la
Universidad de Berkeley, afirma que fueron destruidas en la toma de Sevilla
(1248) y Granada (1492) sus bibliotecas, en donde se quemaron 500 mil y 250 mil
libros respectivamente, cuando en la Europa cristiana de la época la biblioteca
que tenía más libros no llegaban a mil.
Lo mismo
vinieron a hacer posteriormente los europeos a Ixachillan (continente
Americano), donde conquistadores, frailes y encomenderos quemaron, no solamente montañas de amoxtli
(libro) de las amoxcalli (bliblioteca),
sino también quemaron vivos a los hombres
y mujeres de conocimiento, para con ello tratar de desaparecer a la Toltecáyotl
(la sabiduría e instituciones de los toltecas), que tenía por lo menos 3500
años de desarrollo en esta parte del mundo.
La perversa
idea de negar la humanidad del invadido y reducirlo a la condición de animal,
tenía como objetivo económico la simple y llana esclavitud sin ningún prejuicio
o lastre moral.
En efecto, según la tesis de Aristóteles de los pueblos
vencidos en la guerra eran “por naturaleza y ley natural”, seres inferiores,
como los animales, se les podía utilizar para la explotación de la tierra y los
trabajos domésticos, sin derecho a paga o retribución alguna.
La
confrontación entre Ginés de Sepúlveda y Fray Bartolomé de las Casas, conocido como “El debate de
Valladolid” (1550-1551) sigue vivo, -en esencia-, hasta nuestros días. Los
conquistadores-colonizadores, de ayer y de hoy, siguen en lo mismo.
Unos
tomando a los “naturales” y sus descendientes culturales (campesinos, obreros,
empleados y desempleados) como esclavos; y los otros, como “seres humanos inferiores
en vías de desarrollo”, unos para explotarlos y otros para integrarlos a la
cultura dominante.
Pero en ambos casos, ni remotamente se acepta que la
civilización invadida poseía un pensamiento que estructuró, durante miles de
años sus creaciones materiales e inmateriales.
Su determinada y específica
visión del mundo y la vida. Aún en el presente, los antropólogos mantienen en
el ámbito del folclor o “mitos de origen” la sabiduría que se ha preservado.
En efecto,
la arqueología, que es una “ciencia moderna y eurocéntrica”, sigue
“investigando-clasificando” a la civilización invadida, destruida y negada, solo por
medio de los vestigios de sus obras materiales.
Es decir, que “con cuatro
tepalcates”, pretenden interpretar el inconmensurable desarrollo espiritual que
se logró a través de milenios, y que sitúa a la civilización del Cem Anáhuac, a
la par de procesos humanos tan elevados y complejos como los de India, Egipto,
China en los campos del conocimiento y potencial humano en el plano espiritual.
El
epistemicidio que caracteriza a los pueblos barbaros de Europa, ha pretendido
negar la “humanidad y el conocimiento” de “los otros”, es decir, todos aquellos
pueblos que no son europeos.
Esto solo es posible por la ignorancia, la
barbarie y el fanatismo, para lograr la explotación de la mano de obra y la
depredación de los recursos naturales. Es el eurocentrismo la visión que "pretende" justificar este holocausto.
Justamente la modernidad y el
capitalismo nacen con la colonización de América y África y posteriormente de
Asía, y con esto se crea el concepto de una supuesta superioridad racial,
cultural, tecnológica y religiosa de Europa sobre el resto del mundo, es decir,
el eurocentrismo.
Los
pensadores europeos, desde el siglo XVII comenzarán a construir una serie de
ideas de sí mismos y del mundo, que les permitirá invadir, asesinar, explotar y
robar a los demás pueblos del mundo. Y además, verlo como algo bueno, justo y humano...!natural!
Crean una sola forma de ver y entender el
mundo y la vida, a la que llaman, “universal”.
Lo -“universal”- es lo europeo,
lo demás es -“particular”-, por eso hemos aprendido a conocer: “la historia
universal, el arte universal, el conocimiento universal, la filosofía
universal”. Hoy en día, en casi todas las universidades del mundo se estudia la
“Historia Universal”, “La Historia del Arte Universal” y la geografía, a partir
del pensamiento eurocéntrico. Es decir, desde la visión del colonizador.
El
epistemicidio ha creado “un solo universo”, es decir, el conocimiento del mundo
y la vida a través del eurocentrismo y ha menospreciado y negado el
conocimiento milenario y plural de Egipto, Mesopotamia, China, India, Anáhuac
(Norte América) y Tawantinsuyo (Sur América).
La contraparte del concepto de un
mundo “universal”, es la concepción de un mundo formado por la pluralidad y
riqueza de otras epistemologías. Es decir, la aceptación de que “este mundo” es diverso, es decir,
“PLURIdiverso”.
Como dicen los neozapatistas del EZLN, que es posible, justo y
necesario, que en el mundo existan otros mundos. Otras formas de ver, sentir e
interpretar el mundo y la vida. No solo para ampliarla sino también para
enriquecerla.
Uno de los
grandes aportes de nuestra civilización Madre, es que durante milenios mantuvo
la unidad de los pueblos del Cem Anáhuac en la diversidad a través de la
Toltecáyotl. Y afirmamos, sin temor a equivocarnos, que en el continente Ixachillan, no existen dos
civilizaciones (Cem Anáhuac y Tahuantinsuyo) como lo afirma la ciencia de Occidente,
sino que las dos son una sola.
Desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, todos
los pueblos originarios mantienen los mismos valores y principios esenciales,
así como una similar iconografía y procesos de desarrollo. Tanto en el periodo Clásico como en nuestros días. Somos una sola civilización.
Ante la
irrefutable caída del paradigma de la modernidad, la crisis sistémica del
capitalismo, la palpable mediocridad del pensamiento eurocéntrico y las
re-nacientes luchas anticolonialistas, se requiere implementar un “pensamiento
crítico”.
No se puede seguir pensando con las ideas del carcelero para buscar la libertad.
Es claro que en los últimos cinco siglos los poderosos han construido un sistema “no quivalencial”, como afirma Enrique Dussel, “cuando un rico compra a un pobre, que no tiene absolutamente nada más que su mano de obra para sobrevivir, el rico lo está destituyendo de su dignidad infinita”.
Porque los seres humanos “no tienen valor”, sino dignidad. Por eso es que los pobres del mundo son la fuente de la riqueza, y esta riqueza está amasada con la sangre de los más débiles y desposeídos.
No se puede seguir pensando con las ideas del carcelero para buscar la libertad.
Es claro que en los últimos cinco siglos los poderosos han construido un sistema “no quivalencial”, como afirma Enrique Dussel, “cuando un rico compra a un pobre, que no tiene absolutamente nada más que su mano de obra para sobrevivir, el rico lo está destituyendo de su dignidad infinita”.
Porque los seres humanos “no tienen valor”, sino dignidad. Por eso es que los pobres del mundo son la fuente de la riqueza, y esta riqueza está amasada con la sangre de los más débiles y desposeídos.
La propiedad
privada no es un “derecho natural”, es en cambio, una ideología perversa y
deshumanizada que degrada a nivel de objetos a todos los seres vivos, desde los
vegetales, los animales, el ser humano, hasta el mismo planeta.
En cambio, “el bien común”, la comunidad y comunalidad, la espiritualidad, son un “derecho natural” de la mayoría de los pueblos antiguos del mundo.
Como dice el Dr. Boaventura de Sosa, “por un principio de justicia cognitiva”, se requiere descolonizar el pensamiento creado por el eurocentrismo y revalorar los saberes comunitarios de todos los pueblos del mundo.
El Dr. Guillermo Bonfil Batalla convocaba a “re-pensar la cultura”, en la década de los años ochenta.
En cambio, “el bien común”, la comunidad y comunalidad, la espiritualidad, son un “derecho natural” de la mayoría de los pueblos antiguos del mundo.
Como dice el Dr. Boaventura de Sosa, “por un principio de justicia cognitiva”, se requiere descolonizar el pensamiento creado por el eurocentrismo y revalorar los saberes comunitarios de todos los pueblos del mundo.
El Dr. Guillermo Bonfil Batalla convocaba a “re-pensar la cultura”, en la década de los años ochenta.
Por todo
ello, resulta impostergable y apremiante, iniciar un trabajo descolonizado y
sistematizado de la hermenéutica del Anáhuac.
Requerimos re-crear la epistemología de la Toltecáyotl para partir de una noción descolonizada de la vida y el mundo.
Necesitamos recupéranos a nosotros mismos y crear una nueva narrativa “propia-nuestra”, en un dialogo horizontal inter-epistémico entre las civilizaciones del mundo.
Requerimos re-crear la epistemología de la Toltecáyotl para partir de una noción descolonizada de la vida y el mundo.
Necesitamos recupéranos a nosotros mismos y crear una nueva narrativa “propia-nuestra”, en un dialogo horizontal inter-epistémico entre las civilizaciones del mundo.
El futuro del Anáhuac es su pasado, porque la
experiencia-histórico social del Cem Anáhuac se concentra en la Toltecáyotl.
Visite www.toltecayotl.org