jueves, 12 de diciembre de 2013

Epistemicidio en el Cem Anáhuac


La epistemología es la
rama de la filosofía cuyo objeto
de estudio es el conocimiento.

La diversidad epistémica del mundo ha sido tratada de destruir y ha sido negada por el eurocentrismo.  En efecto, como afirma el Dr. Enrique Dussel, existe una tetralogía necrófila consistente en la creación y vinculación de cuatro factores que explican el caótico mundo en el que hoy vivimos, y el cual, por cierto, pareciera que no tiene futuro. 



 
El colonialismo, la modernidad, el capitalismo y el eurocentrismo, nos han llevado a un mundo carente de lógica, inteligencia y humanidad. Donde el abuso, el racismo y la codicia han hecho vivir a muchos pueblos del mundo episodios de injusticia, miseria y genocidio como nunca se había vivido, en lo que los toltecas, nuestros Viejos Abuelos, llaman Quinto Sol.
 


Después de la caída del Imperio Romano en el año 476, la península más Occidental del continente “euroasiático-africano”, que más tarde se llamará Europa, entró en un periodo oscurantista en el que se persiguió el conocimiento indígena de Europa, -que tenía una supuesta raíz indoeuropea-, a manos de la Iglesia Católica Romana, quien era la poseedora de la justicia y la verdad absoluta. 

 

 
Durante siglos las mujeres y hombres de conocimiento de las culturas ancestrales de Europa fueron perseguidos y exterminados en la hoguera. El fanatismo y la ignorancia campearon durante más de diez siglos, hasta casi dejar "seca" a Europa de "humanidad".

 

 
Los pueblos barbaros de Europa, han mantenido una sistemática cultura de destrucción y negación del “otro” y de su humanidad. En la adornación del “Becerro de Oro”, a través del comercio y las guerras, se ha impuesto la cultura “judío-anglosajona”. Ahora con el FMI y la OTAN.

 


 
Ya en las cruzadas, quemaron tres millones de libros de la biblioteca de Trípoli, conocida como “Dar Al ´llm” (La casa de la ciencia) en el año 1109, y según el Dr. Ramón Grosfoguel de la Universidad de Berkeley, afirma que fueron destruidas en la toma de Sevilla (1248) y Granada (1492) sus bibliotecas, en donde se quemaron 500 mil y 250 mil libros respectivamente, cuando en la Europa cristiana de la época la biblioteca que tenía más libros no llegaban a mil.

 


 
Lo mismo vinieron a hacer posteriormente los europeos a Ixachillan (continente Americano), donde conquistadores, frailes y encomenderos quemaron, no solamente montañas de amoxtli (libro) de las amoxcalli (bliblioteca), 

 

sino también quemaron vivos a los hombres y mujeres de conocimiento, para con ello tratar de desaparecer a la Toltecáyotl (la sabiduría e instituciones de los toltecas), que tenía por lo menos 3500 años de desarrollo en esta parte del mundo.

 

La perversa idea de negar la humanidad del invadido y reducirlo a la condición de animal, tenía como objetivo económico la simple y llana esclavitud sin ningún prejuicio o lastre moral. 

 

 
En efecto, según la tesis de Aristóteles de los pueblos vencidos en la guerra eran “por naturaleza y ley natural”, seres inferiores, como los animales, se les podía utilizar para la explotación de la tierra y los trabajos domésticos, sin derecho a paga o retribución alguna.

 

 
La confrontación entre Ginés de Sepúlveda y Fray Bartolomé de las Casas, conocido como “El debate de Valladolid” (1550-1551) sigue vivo, -en esencia-, hasta nuestros días. Los conquistadores-colonizadores, de ayer y de hoy, siguen en lo mismo.

 

Unos tomando a los “naturales” y sus descendientes culturales (campesinos, obreros, empleados y desempleados) como esclavos; y los otros, como “seres humanos inferiores en vías de desarrollo”, unos para explotarlos y otros para integrarlos a la cultura dominante. 


Pero en ambos casos, ni remotamente se acepta que la civilización invadida poseía un pensamiento que estructuró, durante miles de años sus creaciones materiales e inmateriales. 

 

 
Su determinada y específica visión del mundo y la vida. Aún en el presente, los antropólogos mantienen en el ámbito del folclor o “mitos de origen” la sabiduría que se ha preservado.

 

En efecto, la arqueología, que es una “ciencia moderna y eurocéntrica”, sigue “investigando-clasificando” a la civilización invadida, destruida y negada, solo por medio de los vestigios de sus obras materiales. 

 

Es decir, que “con cuatro tepalcates”, pretenden interpretar el inconmensurable desarrollo espiritual que se logró a través de milenios, y que sitúa a la civilización del Cem Anáhuac, a la par de procesos humanos tan elevados y complejos como los de India, Egipto, China en los campos del conocimiento y potencial humano en el plano espiritual.

 

El epistemicidio que caracteriza a los pueblos barbaros de Europa, ha pretendido negar la “humanidad y el conocimiento” de “los otros”, es decir, todos aquellos pueblos que no son europeos. 


 
Esto solo es posible por la ignorancia, la barbarie y el fanatismo, para lograr la explotación de la mano de obra y la depredación de los recursos naturales. Es el eurocentrismo la visión que "pretende" justificar este holocausto.

 

 
Justamente la modernidad y el capitalismo nacen con la colonización de América y África y posteriormente de Asía, y con esto se crea el concepto de una supuesta superioridad racial, cultural, tecnológica y religiosa de Europa sobre el resto del mundo, es decir, el eurocentrismo. 

 

 
Los pensadores europeos, desde el siglo XVII comenzarán a construir una serie de ideas de sí mismos y del mundo, que les permitirá invadir, asesinar, explotar y robar a los demás pueblos del mundo. Y además, verlo como algo bueno, justo y humano...!natural!


 
Crean una sola forma de ver y entender el mundo y la vida, a la que llaman, “universal”. 

 

 
Lo -“universal”- es lo europeo, lo demás es -“particular”-, por eso hemos aprendido a conocer: “la historia universal, el arte universal, el conocimiento universal, la filosofía universal”. Hoy en día, en casi todas las universidades del mundo se estudia la “Historia Universal”, “La Historia del Arte Universal” y la geografía, a partir del pensamiento eurocéntrico. Es decir, desde la visión del colonizador.

 

 
El epistemicidio ha creado “un solo universo”, es decir, el conocimiento del mundo y la vida a través del eurocentrismo y ha menospreciado y negado el conocimiento milenario y plural de Egipto, Mesopotamia, China, India, Anáhuac (Norte América) y Tawantinsuyo (Sur América). 

 

 
La contraparte del concepto de un mundo “universal”, es la concepción de un mundo formado por la pluralidad y riqueza de otras epistemologías. Es decir, la aceptación de que “este mundo” es diverso, es decir, “PLURIdiverso”. 

 

Como dicen los neozapatistas del EZLN, que es posible, justo y necesario, que en el mundo existan otros mundos. Otras formas de ver, sentir e interpretar el mundo y la vida. No solo para ampliarla sino también para enriquecerla.


Uno de los grandes aportes de nuestra civilización Madre, es que durante milenios mantuvo la unidad de los pueblos del Cem Anáhuac en la diversidad a través de la Toltecáyotl. Y afirmamos, sin temor a equivocarnos, que en  el continente Ixachillan, no existen dos civilizaciones (Cem Anáhuac y Tahuantinsuyo) como lo afirma la ciencia de Occidente, sino que las dos son una sola. 

 

Desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, todos los pueblos originarios mantienen los mismos valores y principios esenciales, así como una similar iconografía y procesos de desarrollo. Tanto en el periodo Clásico como en nuestros días. Somos una sola civilización.

 

Ante la irrefutable caída del paradigma de la modernidad, la crisis sistémica del capitalismo, la palpable mediocridad del pensamiento eurocéntrico y las re-nacientes luchas anticolonialistas, se requiere implementar un “pensamiento crítico”.




No se puede seguir pensando con las ideas del carcelero para buscar la libertad.




Es claro que en los últimos cinco siglos los poderosos han construido un sistema “no quivalencial”, como afirma Enrique Dussel, “cuando un rico compra a un pobre, que no tiene absolutamente nada más que su mano de obra para sobrevivir, el rico lo está destituyendo de su dignidad infinita”.




Porque los seres humanos “no tienen valor”, sino dignidad. Por eso es que los pobres del mundo son la fuente de la riqueza, y esta riqueza está amasada con la sangre de los más débiles y desposeídos.


La propiedad privada no es un “derecho natural”, es en cambio, una ideología perversa y deshumanizada que degrada a nivel de objetos a todos los seres vivos, desde los vegetales, los animales, el ser humano, hasta el mismo planeta.





En cambio, “el bien común”, la comunidad y comunalidad, la espiritualidad, son un “derecho natural” de la mayoría de los pueblos antiguos del mundo.




Como dice el Dr. Boaventura de Sosa, “por un principio de justicia cognitiva”, se requiere descolonizar el pensamiento creado por el eurocentrismo y revalorar los saberes comunitarios de todos los pueblos del mundo.




El Dr. Guillermo Bonfil Batalla convocaba a “re-pensar la cultura”, en la década de los años ochenta.

 

Por todo ello, resulta impostergable y apremiante, iniciar un trabajo descolonizado y sistematizado de la hermenéutica del Anáhuac.




Requerimos re-crear la epistemología de la Toltecáyotl para partir de una noción descolonizada de la vida y el mundo.




Necesitamos recupéranos a nosotros mismos y crear una nueva narrativa “propia-nuestra”, en un dialogo horizontal inter-epistémico entre las civilizaciones del mundo. 


El futuro del Anáhuac es su pasado, porque la experiencia-histórico social del Cem Anáhuac se concentra en la Toltecáyotl.





 
 
 

viernes, 6 de diciembre de 2013

LAS REFORMAS ESTRUCTURALES EN LA HISTORIA DEL ANÁHUAC



Las Reformas Estructurales del Estado, que está llevando a cabo el gobierno del Presidente Peña Nieto, obedecen a un largo proceso histórico de colonización y neocolonización, nada nuevo en el Anáhuac. 




En efecto, desde la invención de la agricultura hace ocho mil años hasta 1521, los gobiernos de los pueblos y culturas de estas milenarias tierras, porque no se debe de olvidar, que somos una de las seis civilizaciones más antiguas del planeta, fueron parte de un proceso endógeno en el que no intervinieron potencias, culturas e intereses externos.




Sin embargo, a partir de 1521 y hasta 1821, “las leyes, autoridades e instituciones” fueron traídas del extranjeros, aplicadas para beneficio de los extranjeros y sus gobiernos. Para el periodo Colonial los beneficiarios fueron: la corona española, la nobleza y burocracia real, los comerciantes, los burócratas coloniales y los “gachupines” es decir, los españoles nacidos en España. 




Las grandes mayorías indígenas y los pocos mestizos fueron solo mando de obra esclava y sirvientes para financiar la capitalización de una Europa paupérrima, después de mil años de estancamiento conocido como “La Edad Media”.




En 1810 un puñado de criollos, es decir, españoles nacidos en el Anáhuac, utilizando a la mayoría indígena (anahuacas), para organizan un estallido social en contra de los gachupines, para quitarles el poder colonial. 




Después de su inmediato fracaso (lo que caracteriza al criollo es su incapacidad e incompetencia histórica), retoman la lucha los mestizos y después de 11 años de enfrentamientos, y debido a los cambios que se daban en España y Europa, con la caída de las monarquías desestabilizadas por la naciente burguesía. 




Los gachupines y los criollos deciden que lo mejor, para sus intereses, es independizarse de la débil corona española y crear un país, como se empezaban a crear en Europa, con la voluntad y financiamiento de los dueños del dinero, que buscaban “la libertad económica”.




La creación de México, un país “de los criollos para los criollos” trajo una lucha en la que se ha venido debatiendo en los dos siglos “independientes”. Los criollos se han dividido en dos bandos: conservadores-centralistas-monárquicos-pro europeos, y los, liberales-federalistas-republicanos-pro E.U. Ahora es el PAN y el PRI…son los mismos gatos, solo que muy revolcados.




El estallido social de 1910 fue pensado, promovido, financiado y dirigido desde la embajada de E.U. En esta ocasión se usaría a la inmensa maza mestiza, es decir, a -“los indios desindianizados”-, como decía el Dr. Guillermo Bonfil, como carne de cañón para expulsar a los capitales europeos y abriles la puerta de “su traspatio” a los norteamericanos.




El modelo estabilizador, el desarrollismo y la “dictadura perfecta”, dieron al país un periodo de crecimiento y estabilidad postrevolucionaria bajo una directriz “nacionalista y popular” en parte del Siglo XX, pero a principios de la década de los años ochenta, el capital financiero trasnacional decidió minimizar a los Estados nación e imponer el Mercado como el rector, no solo de la economía y la política, sino de la forma de vida de los pueblos del mundo.




Esto, apoyado por el desarrollo tecnológico y científico, el exponencial crecimiento del capital financiero, las comunicaciones, haciendo del planeta una aldea global.




La implementación de la dictadura del Mercado a nivel global, trae como consecuencia la extrema pobreza de cientos de millones de personas, la pobreza de miles de millones de seres humanos y el enriquecimiento inconmensurable de un puñado de personas en el planeta. 




El uno por ciento posee la mayor parte de la riqueza, lo que provoca el derrumbe de la calidad y nivel de vida miles de millones y la depredación y contaminación del planeta.




Esta insensatez, esta locura criminal y necrófila pone en riesgo, a mediano plazo, la continuidad de la VIDA en el sentido más amplio del concepto en todo el planeta.




Pues bien, las Reformas Estructurales que se están implantando en México obedecen a esta política global, en la que los políticos solo obedecen mansa y servilmente los poderosos dictados del Mercado a nivel global a cambio de mantener el poder y sus corruptas prebendas. 




Beneficiarán con la tajada del león a las mega empresas trasnacionales y con las migajas a las peñas élites criollas nativas.


 

Por supuesto que las reformas no son populares, perjudican a la Nación, al Estado de Derecho, a los ciudadanos y a la naturaleza. 




Los masehuales, los indígenas, los campesinos, los desempleados, los asalariados, o como dijo la hija del Presidente, -“la prole”-, tendrá cancelado un mínimo de bienestar o la posibilidad de aspirar a mejorar su calidad y nivel de vida. 




La mayoría será más pobre y una pequeñísima minoría ser enriquecerá, aún más. 




La pusilánime democracia morirá asfixiada. 




Quien se oponga tendrá que enfrentar la represión brutal y sin piedad, el “Imperio de la Ley del Mercado” se impondrá a sangre y fuego. 




Éste será nuestro futuro, por lo menos durante los próximos veinte años.





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