La historia de este país, se
puede dividir en dos partes: la historia propia y la historia ajena.
En efecto,
desde la invención de la agricultura, el maíz y la milpa, en el año seis mil
aC., hasta 1519, es la historia propia-nuestra.
Y de 1521 hasta nuestros días
la historia ajena, que surge con una invasión, conquista, Colonia y un periodo
necolonial los últimos dos siglos.
Así pues, podemos decir que las
Instituciones, Leyes y Autoridades “propias-nuestras”, fueron brutalmente
destruidas y en su lugar se impusieron, a sangre y fuego, nuevas Instituciones,
Leyes y Autoridades que crearon los colonizadores para regular la explotación
de los invadidos y sus cuantiosos recursos naturales.
De modo que los
conquistadores no trajeron las leyes, autoridades e instituciones de España,
sino que crearon otras diferentes para regular la extracción de la riqueza. Por
eso tenemos un país neocolonial, con leyes, autoridades e instituciones de carácter colonial.
Hernán Cortés ha sido, y sigue
siendo, “el modelo del emprendedor exitoso” en estas tierras desde 1521.
Llegó
pobre y a la aventura, en poco tiempo se había robado más oro que el que tenía
el rey de España.
Pero lo mismo se puede afirmar de algunos super millonarios
de México actual, que sus familias llegaron al país en el siglo pasado sin un
quinto, y ahora están en el ranquin de los más ricos del mundo.
En este país, desde 1521 nadie
respeta a las instituciones, las leyes y a las autoridades, comenzando con las
propias autoridades de los tres niveles.
Porque, en este país, TODO MUNDO HACE
LO QUE QUIERE…SI PUEDE.
El poder, es decir, el gobierno, sus instituciones, sus leyes son para hacer dinero, sea robando, defraudando o haciendo obras para corruptamente inflar costos o de plano, hacer obras imaginarias con empresas imaginarias, con personas imaginarias, pero con altos costos muy reales.
El poder, es decir, el gobierno, sus instituciones, sus leyes son para hacer dinero, sea robando, defraudando o haciendo obras para corruptamente inflar costos o de plano, hacer obras imaginarias con empresas imaginarias, con personas imaginarias, pero con altos costos muy reales.
A diferencia de otros países,
especialmente los que han sido “colonizadores”, es más difícil robar o se hace
de manera más hipócrita.
Las instituciones, leyes y autoridades se respetan o
se aparenta más que se respetan.
En este país no es así.
Descarada y
cínicamente, el que entra al gobierno, desde arriba o desde abajo, lo hace para
robar y hacerse rico de la noche a la mañana.
En el gobierno roba el que puede,
desde hojas de papel y lápices, pasando por predios, vehículos, mobiliario, hasta
presupuestos enteros.
La norma es “el que no tranza no avanza”, “donde hay
obras hay sobras”, o “la famosa ley de Herodes” y “un político pobre es un
pobre político”.
Como en este país todo mundo hace
lo que quiere…sí puede, pues, desde pasarse una luz roja, despachar kilos de
800 gr. o litros de 850 ml.,
apartar cajones para estacionamiento en la vía
pública,
no respetar una fila,
el rebasar por la derecha,
evadir impuestos,
cobrar de más,
violentar a mujeres, ancianos o niños,
hasta robar al erario;
casi todo mundo, en este país… “hace lo que pude”.
¿Y a quienes les conviene esta
nueva cultura que recién trajeron los conquistadores hace apenas cinco siglos?
¿A quién le conviene que no se respeten las leyes, las instituciones y las
autoridades?
Pues justamente, sí usted, amable lector lo analiza, es a los
verdaderamente poderosos.
Porque en un país, en el que todo mundo hace lo que
quiere…los poderosos pueden hacer absolutamente todo cuanto quieren. TODO.
Puede un poderoso volverse super
millonario de un día para otro si le regalan una empresa paraestatal.
Puede
comprar un puesto público,
dese una humilde presidencia municipal hasta de las
más grandes alturas.
Puede apropiarse de terrenos de la nación o despojar a
pueblos de tierras comunales.
Puede comprar playas, islas o destruir
impunemente manglares o arrecifes.
Pude congelar leyes que atenten en contra de
sus intereses.
O abusar de los empelados sindicalizados y vivir como rey.
Pude contaminar, talar, destruir, construir, depredar,
envenenar, explotar
O puede comprar un reconocimiento nacional
o exterminar, hasta asesinar, secuestrar,
desaparecer un
medio de comunicación o a un periodista;
puede hacer lo que quiera…simplemente
porque PUEDE.
Los que “no pueden”, pues
simplemente no pueden,
se tienen que conformar con soñar hacer lo que quieren
o
ser “pre-potentes”.
Los que PUEDEN... son potentes de verdad.
Y usted, amable
lector, “qué hace” y qué piensa.
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