La muerte de nueve jóvenes en el desalojo policial de un “antro” en el Distrito Federal, representa tan solo la punta de un inmenso iceberg de “la gran tragedia de ser joven en México”.
A la sociedad no le interesa en absoluto la situación de la juventud, solo son usados y explotados desde un punto de vista político y económico. Los jóvenes solo son carne de cañón, se les criminaliza, no se les ofrece una educación de calidad, se les enajena y no se les brindan verdaderas alternativas de crecimiento, esparcimiento y desarrollo. Solo son un negocio, un botín político o un mercado barato de mano de obra. Más nada.
A la sociedad no le interesa en absoluto la situación de la juventud, solo son usados y explotados desde un punto de vista político y económico. Los jóvenes solo son carne de cañón, se les criminaliza, no se les ofrece una educación de calidad, se les enajena y no se les brindan verdaderas alternativas de crecimiento, esparcimiento y desarrollo. Solo son un negocio, un botín político o un mercado barato de mano de obra. Más nada.
Para los gobiernos los jóvenes representan un problema que no quieren enfrentar. Han fracasado totalmente en su responsabilidad educativa. Nadie quiere hablar de la necesaria evaluación que debe hacerse al Estado en la atención de la juventud a través de la pésima educación que ofrece, la mala educación física y la nula educación artística. El Estado, los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada, no ofrecen a los jóvenes los puestos de trabajo que se requieren. Ni siquiera a los que estudian los 19 años y que terminan con un título universitario y no encuentran trabajo. Para el Estado Mexicano los jóvenes en vez de ser el futuro de la nación, los han convertido en los chivos expiatorios. No les ofrecen una educación de calidad, los usan políticamente y criminalizan sus manifestaciones producto del abandono gubernamental, social y familiar. Los jóvenes son abusados, vejados y perseguidos en nuestro país por todas las policías. La extorción, los golpes y el abuso sexual es lo que reciben cotidianamente de los encargados de la Seguridad Pública.
Para los políticos la tragedia es solo la oportunidad de denostar a sus oponentes y adversarios. Representa el medio para exhibir la ineptitud del enemigo, más no existe un verdadero interés y preocupación por los jóvenes. Sí fuera de otra manera, desde la tragedia del “Lobombo”, tanto ese tipo de lugares y sus sistemas de seguridad, como los operativos policiacos contarían con todas las garantías para la seguridad de los usuarios. A los políticos les interesan los jóvenes solo en tiempo de elecciones.
Para los medios masivos (de desinformación) es una oportunidad de atacar a aquellos políticos e instituciones políticas que están a favor de limitar el poder político, social y económico de esta “casta divina” que determina quienes son los buenos y los malos en este país. Calla cuando le conviene a sus intereses, como son los asesinatos de jóvenes en los retenes que ponen los soldados o las vejaciones y robos que sufren los jóvenes vendedores ambulantes que “se auto emplean” por no tener la oportunidad de tener un empleo digno y bien pagado. Pero al mismo tiempo, ladran como perros de rancho. En jauría rabiosa se lanzan contra los enemigos políticos de sus socios.
Para “la gente decente” de la iniciativa privada los jóvenes solo representan un mercado del cual sacar más dinero. Desde el empresario, que hoy los medios nos presentan como víctima y los gobernantes como culpable, pasando por todos aquellos que los envician y embrutecen. No solo con alcohol, drogas o cigarros. Sino fundamentalmente, aquellos que los embrutecen como es Televisa, TVazteca y los concesionarios de la radio. El negocio es mantenerlos en la ignorancia y la desolación, para que busquen en el consumo chatarra una salida a su laberinto de la soledad y desesperación. La televisión y la radio tienen mucha responsabilidad en las conductas erráticas y desequilibradas de los jóvenes.
Para los maestros, desde la primaria hasta la universidad, los jóvenes solo representan una forma mal pagada de ganarse la vida. Especialmente para los maestros de primaria y secundaria, el alumno es un estorbo que impide hacer los que ellos quieren, sea su trabajo sindical, la grilla escolar, la plática con los compañeros o simplemente con el “no hacer nada”. Los maestros en general (con sus grandes excepciones) dejan hacer todo lo que los muchachos quieren hacer. No hay límites en las escuelas, tanto públicas como privadas. Las escuelas son “tierra de nadie”, en donde nadie se quiere hacer responsable de trasmitir valores como la disciplina, la responsabilidad, la eficiencia, el trabajo en equipo, el respeto, el aseo, la solidaridad, las buenas palabras. A los jóvenes nadie les pone límites porque a nadie le interesa en verdad la juventud. La gente que trabaja en la docencia en este país, está más preocupada de sus intereses personales, gremiales o económicos. Los jóvenes en la educación solo son un estorbo.
Para los padres de familia los jóvenes representan una responsabilidad que no están dispuestos a asumir. No existe verdadero amor. Los mandan a la escuela como una forma de evadir esa responsabilidad. Piensan que son los maestros y la escuela los que deben EDUCAR a sus hijos. Los padres están demasiado preocupados o agobiados en el trabajo, en la búsqueda de dinero para poder consumir y pagar. Los padres no tienen tiempo, ni humor, ni amor para atender a sus hijos. La trasmisión de VALORES corre cómodamente a cargo de la televisión. Los que tienen dinero creen que entre más dinero cueste la escuela, más se esfuerzan y preocupan por su educación. Los que no tienen dinero, ven en la escuela el medio con el cual el hijo tenga un mejor empleo y esté fuera de casa. Más nada.
El creciente número de los niños “de la calle” y “en la calle”, nos habla de aquellos padres que no tienen interés ni dinero para atender a los hijos, en el primer caso. Y nos habla del problema de las familias con recursos que los tienen en la calle, para con dinero, evadir la responsabilidad, como es el segundo caso. Los padres han abandonado la responsabilidad de EDUCAR y de trasmitir VALORES a través del ejemplo, la atención y el amor cotidiano.
Ser joven en México es una verdadera tragedia. No tienen opciones y oportunidades. El futuro está cancelado para ellos. No es verdaderamente valorado y amado por la sociedad, como por su familia. Todo es falso, pura escenografía social y familiar, tanto del gobierno como de la iniciativa privada y de los padres. Los jóvenes son usados, explotados y abusados, lo mismo por el político, que por el empresario, el narcotraficante o el policía. Los padres ya no se comprometen con los hijos, están perdidos en el sistema de consumo y en la obtención del dinero. La fragua cotidiana en casa, con la que se crean y fortalecen los Valores y los Principios se ha apagado. Todo mundo esta muy ocupado buscando dinero.
that's really cute..wish i had one too.
ResponderEliminara los jovenes nos pasan a cada rato, no a la bascula, sino a cuchillo los perros policias y
ResponderEliminarnadie dice nada.
soy maestra de secundaria y me parce que tu opinion es buena, pero tu critica afirma una totalidad que no puede ser cierta, porque todavia habemos maestros que nos preocupan sinceramente nuestros alumnos,que nacimos con vocacion y que estamos consientes de que el ser maestro no implica hacerse rico monetariamente, pero la satisfaccion que tengo de hacer algo qu amo y el aprender con mis alumnos no tiene precio alcanzabl alguno. Somos pocos y hacemos la difererncia.
ResponderEliminarnel pastel...los mairos son chochos y chochas, les vale todo y dejan pasar sin dompe...erika, no te azotes que hay vidrios
ResponderEliminarEricka, todos comentamos según nos fué en la feria. Estudié en la UNAM, fuí prof. de 3 secundarias, donde encontré que "si no estás con el equipo, estás contra él", " no trabajes tanto, porque nos perjudicas a los demás " , y no me permitiéron seguir con mis plazas porque: " estubiste bien en todo pero existe un decreto: está prohibido enseñar y tú enseñaste "... ésto fué lo que me dijo el subdirector de la última escuela pública donde trabajé. La tónica que encontré en todas fué el tremendo y orquestado abuso sexual a las alumnas, así como "la vista gorda" de las profesoras al respecto; la falta de ética de la mayoría del profesorado, la guerra de las plazas de profesores, incluso, está acuñado el concepto: "el método de culofón"... y el dinero es lo único que a muchos les interesa, ¿ y el compromiso educativo ? ... es en lo último en que piensa la mayoría: "me pagan una miseria, ahora somos Pobresores "...muy mal que estámos.
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