Todas las grandes y antiguas civilizaciones, han guiado el largo camino de su “desarrollo humano” a través de una compleja y elaborada estructura de conocimientos, que explican y le dan sentido a la vida del individuo, de la familia, la comunidad y del Estado. Todas estas civilizaciones, invariablemente, han tratado de responder las tres preguntas básicas que son los cimientos en los que se levanta todo desarrollo humano: ¿Quién soy, de dónde vengo y a dónde voy?
Esta explicación de las razones fundamentales de la existencia es lo que conocemos en occidente como filosofía. El ser humano no se resigna a nacer, crecer, reproducirse y morir, busca encontrar un significado trascendente a sus pensamientos, sentimientos y actos, en síntesis, a su vida. Esta búsqueda, del significado de la vida, compartida por un grupo humano, es lo que le da continuidad y dirección a una civilización a través del tiempo.
Los antiguos habitantes de lo que hoy es México iniciaron y desarrollaron, desde el mismo origen de los tiempos, una serie de ideas sobre el sentido de la vida. A lo largo del tiempo fueron puliendo, decantado y sistematizando este complejo sistema al que llamaron “Toltecáyotl”, que se puede traducir como “el conjunto más elevado de creaciones de los toltecas”, el meta objetivo de la civilización del Anáhuac.
La Toltecáyotl es el conjunto de conocimientos que tienen como objetivo lograr la trascendencia espiritual de la existencia, a partir de alcanzar “el equilibrio de los cuatro rumbos de la vida”, es decir, el aspecto espiritual con el aspecto material, el aspecto racional con el intuitivo y que iconográficamente se representa con la llamada “Cruz de Quetzalcóatl” o quincunce.
La Toltecáyotl tiene el mismo valor filosófico y la misma profundidad humana como el hinduismo, el budismo o el zoroastrismo. Sabiduría que ha guiado por milenios el existir de los pueblos que conforman la civilización del Anáhuac a lo largo de ocho milenios, desde la invención de la agricultura hasta nuestros días.
Este ancestral conjunto de conocimientos, que a través del tiempo se han ido acumulando en “el banco genético de información cultural”, en la memoria histórica, y le da a los hijos de los hijos un “rostro propio y un corazón verdadero”, que los distingue y los diferencia de los demás pueblos del mundo.
Esta explicación de las razones fundamentales de la existencia es lo que conocemos en occidente como filosofía. El ser humano no se resigna a nacer, crecer, reproducirse y morir, busca encontrar un significado trascendente a sus pensamientos, sentimientos y actos, en síntesis, a su vida. Esta búsqueda, del significado de la vida, compartida por un grupo humano, es lo que le da continuidad y dirección a una civilización a través del tiempo.
Los antiguos habitantes de lo que hoy es México iniciaron y desarrollaron, desde el mismo origen de los tiempos, una serie de ideas sobre el sentido de la vida. A lo largo del tiempo fueron puliendo, decantado y sistematizando este complejo sistema al que llamaron “Toltecáyotl”, que se puede traducir como “el conjunto más elevado de creaciones de los toltecas”, el meta objetivo de la civilización del Anáhuac.
La Toltecáyotl es el conjunto de conocimientos que tienen como objetivo lograr la trascendencia espiritual de la existencia, a partir de alcanzar “el equilibrio de los cuatro rumbos de la vida”, es decir, el aspecto espiritual con el aspecto material, el aspecto racional con el intuitivo y que iconográficamente se representa con la llamada “Cruz de Quetzalcóatl” o quincunce.
La Toltecáyotl tiene el mismo valor filosófico y la misma profundidad humana como el hinduismo, el budismo o el zoroastrismo. Sabiduría que ha guiado por milenios el existir de los pueblos que conforman la civilización del Anáhuac a lo largo de ocho milenios, desde la invención de la agricultura hasta nuestros días.
Este ancestral conjunto de conocimientos, que a través del tiempo se han ido acumulando en “el banco genético de información cultural”, en la memoria histórica, y le da a los hijos de los hijos un “rostro propio y un corazón verdadero”, que los distingue y los diferencia de los demás pueblos del mundo.
Tomado del libro PEDAGOGIA TOLTECA filosofia de la educacion en el México antiguo.
http://www.toltecayotl.org/ seccion libros
hola, siempre haciendo unbuen trabajo Guillermo Marin, siempre he leido tu obra, he leido algunos de tus libros, y todavia hoy dia me sorprende ver como mi pueblo vive en los laberintos que el extranjero dejo, solos, sin identidad, nadando en el oceano de la pobreza material bien plantada e ignorando todo el saber de nuestros abuelos, por cuenta propia empece a dar a conocer todo aquello que nos hace colonizados, si bien al principio no especificaba de manera adecuada la fuente de los textos ahora trato de hacerlo de un modo que evite el plagio, recientemente publique un articulo en mi blog, practicamente son tus palabras las que se pueden leer, puedes checar si deseas (www.escribeya.com/darkmando), me interesa el saber mas acerca de nuestra cultura, he visitado tu pagina(toltecayotl) aunque no siempre esta disponible, me gustaria colaborar, en mi pueblo la lengua de mis abuelos se muere y nadie hace nada, mi nombre es Armando. te enviare un correo explicandote de unos sitios olvidados.
ResponderEliminaralguna vez tome un seminario con marin y puedo decir que es un hombre apasionado y vehemente, cree de verdad en el conocimiento prehispánico, y por lo menos a los que asistimos, nos lo hizo sentir
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