En este país, desde 1521 los que detentan el poder
político, económico, social y cultural son extranjeros. Lo que han vivido en
estos cinco siglos “los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos”, sean
“indios, campesinos, obreros, empleados, desempleados; en síntesis: “LA PROLE”,
ha sido y sigue siendo, un verdadero infierno.
Los que empezaron a llegar al Cem Anáhuac desde 1519, destruyeron
las milenarias instituciones, leyes y autoridades del Anáhuac, para imponernos
sus leyes, autoridades e instituciones COLONIALES durante tres siglos.
Y
después de que los criollos echaron a los gachupines del poder y del Virreinato
de la Nueva España, fundaron en 1821 “su país”, al que llamaron equivocadamente
“México”, manteniendo el sistema colonial, pero disfrazado de una “república
bananera”.
En los dos últimos siglos los criollos han fortalecido y
refinado el poder NEOCOLONIAL, buscando siempre alianzas con países y capitales
extranjeros para someter y explotar a los pueblos anahuacas y depredar sus
recursos naturales.
Los “euromexicanos neocolonizadores” que piensan que no
tiene validez este lenguaje, ideología y lucha por la descolonización del
Anáhuac, los invitamos a que vean en “su Madre Patria” lo que está sucediendo
en pleno S XXI.
En efecto, la invasión, conquista y colonización que sufrimos
nosotros, también la sufrieron los pueblos y culturas ibéricas. Los castellanos
y aragoneses a sangre y fuego “crearon” el reino de España sobre los reinos
existentes en la península.
Han pasado también, cinco siglos, y la herida sigue viva
y los vascos, catalanes y gallegos, entro otros, siguen manteniendo la vital necesidad
de ser “independientes y autónomos”. Los “euromexicanos”, es decir, los
descendientes sanguíneos y culturales de los colonizadores afirman que “nada ha
quedado de los vencidos”, que todo acabo en 1521.
Que no existe la civilización
originaria y que todos los habitantes de este país son “muudernos mexicanos” y
que en este país, “su país”, todos somos iguales y que no existe racismo ni
clasismo. Mitos y fantasías de la neo-colonización.
Solo que la verdad nos dice que existen tres clases de “ciudadanos
de este país”. Los “euros y sus descendientes, los anahuacas y sus
descendientes” y los mestizos desculturizados. En el primer extremo están esas
200 mil “familias bonitas” de “euromexicanos” que poseen el 40% de la riqueza
nacional: Gente que está en lo más alto de la pirámide social en la economía,
la política, la ciencia, la cultura.
Del otro lado están diez millones de
“indígenas” anahuacas que para sobrevivir al holocausto se han refugiado en los
lugares más agrestes y apartados, esta clase de “ciudadanos” poseen el 1% de la
riqueza nacional.
En medio de esta tragedia está una inmensa masa de mestizos
des-culturizados llamados a secas “mexicanos”, ni de aquí ni de allá, hijos de
televisa, ladinos, ignorantes de sí mismos, “morenitos en vías de blanquearse”,
o como los llamó Guillermo Bonfil, “indios desindianizados”.
Pues bien, los “euromexicanos” han sumido al pueblo de
“su país”, desde 1821, no solo en la histórica injusticia y pobreza, sino en la
corrupción, impunidad y “despropósito gubernamental” más cínico y aberrante
desde la implantación del neoliberalismo y la globalización impuesta por los
capitales y mega empresas trasnacionales.
El servilismo y la docilidad frente
al poder global, sumado a su histórica incapacidad para gobernar y administrar,
están llevando a “su país” al fracaso más grande en sus dos siglos de mínima existencia.
La “Estela de Luz” es el símbolo de su desgobierno,
corrupción, impunidad, traición, incapacidad de sus gobiernos desde 1821. Ellos
mismos se “honran a sí mismos”. Su historia es la suma de traiciones a “su
patria”, pleitos y guerras fratricidas, explotación deshumanizada al pueblo
invadido y despreciado.
Siempre han gobernada de rodillas al poder extranjero y
de espaldas a su pueblo, entre bayonetas y un charco de sangre. Entregándolo
como obra de mano barata y depredando los recursos naturales de este riquísimo
y al parecer inacabable cuerno de la abundancia para empresas y gobiernos
extranjeros.
Un amigo judío alguna vez me dijo que, “el problema de
México es su inmensa riqueza”. Efectivamente, van quinientos años y no se
acaba, sea el oro, la plata, la grana cochinilla, las materias primas, el
petróleo, pero sobre todo, la riqueza que produce un pueblo “culto y educado”
en los valores de la civilización del Anáhuac, que además de ser trabajador,
sacrificado, solidario, noble; cree, porque así se lo enseñó su milenaria civilización,
en las instituciones y autoridades.
De esta manera, ha sido en estos cinco siglos de
colonización y neocolonización, que la base de este pueblo –los anahuacas- han
creado la riqueza con su trabajo esclavizado, engrosado los ejércitos que
usaron los gachupines y criollos para pelar entre sí, la mano de obra que ha construido
todo cuanto está edificado y los votos que llenan las urnas que validan el
gobierno de los euromexicanos.
Ciudadanos siempre excluidos, denigrados, marginados,
despojados, engañados y utilizados. Estos ciudadanos que la “patria” de los
criollos les ha vuelto la espalda y siempre los ha engañado y traicionado, sea
en 1810, 1910, 1926, 1988 y 2006, son la base y sustento, los cimientos y la
estructura de “la patria de los criollos”.
Sin embargo, el Anáhuac no está muerto y “estos
ciudadanos de tercera” tienen una “MATRIA” que es su civilización ancestral.
Las diferentes culturas que la conforman se han mantenido “en estado latente”,
se ha refugiado allá en lo más profundo e íntimo de nuestra “esencia”…donde el
euromexicano nunca se ha atrevido a penetrar.
No se olvide que fueron nuestros
Viejos Abuelos toltecas los maestros “del tiempo y del espacio”. Los olmecas
fueron los forjadores del movimiento “ollin y maestros de la medida “mecatl”,
de ahí viene su nombre de olmecas, los maestros de “la medida del movimiento”,
es decir, del Tiempo.
El Tiempo ha sido y es, elemento fundamental de nuestra
civilización. El tiempo ha estado de nuestra parte. Ayer fue “el tiempo del no
tiempo”, ahora, está muy próximo el tiempo de “nuestro tiempo”.
Está por salir
la Luz del nuevo Sol y la oscuridad será vencida para la luminosa sabiduría de
los Viejos Abuelos que se ha sabido guardar sabiamente en el fondo de nuestros
corazones y alumbrará el inexorable futuro, propio-nuestro, que nos ha sido
reservado por “Aquél por quien se vive”.
La Toltecáyotl emergerá telúrica y
vibrante del fondo de nuestros corazones adormecidos por el colonialismo.
Visite www.toltecayotl.org
El Conocimiento Silencioso ya esta haciendo su trabajo Maestro Marín, El Regreso Triunfal de la Serpiente Emplumada ya esta despertando en miles de corazones esa chispa de Consciencia Universal para vencer al Dios Mammon.
ResponderEliminarSaludos
Vicente Rueda
Sobresaliente su resumen de la esclavitud a la que ha sido sometido nuestro pueblo milenaria y ancestral , lo felicito por ese empuje y esas ganas de abrir consciencias ami ya me cayo el veinte desde su libro la verdadera historia de mexico, siga asi para que seamos mas y apoyemos en grupo a nuestros maestros los indigenas, estoy harto de vivir en esta cultura de consumismo, y espero que no falte mucho para que se reviertan estas condiciones infrahumanas, un saludo
ResponderEliminarNo puedo mas que reconocer en sus palabras ¡al maestro! Siento la firmeza y convicción de alguien y ha vivido ello y que sabe k así serán las cosas, siento el calor de sus palabras, en verdad es reconfortante encontrar seres como Ud. ¡Gracias por ayudarnos a entender y continuar el camino!
ResponderEliminarNo puedo mas que reconocer en sus palabras ¡al maestro! Siento la firmeza y convicción de alguien y ha vivido ello y que sabe k así serán las cosas, siento el calor de sus palabras, en verdad es reconfortante encontrar seres como Ud. ¡Gracias por ayudarnos a entender y continuar el camino!
ResponderEliminarEres un racista. ¿Lo sabes o lo sospechas? Todo tu discurso indigenísta demuestra que estas mal de la cabeza sin importar que seas egresado de la UNAM (nido comunistoide) y que hayas escrito unos cuantos panfletos que nadie ha leido jamás. Eres un Don Nadie con delirios de grandeza.
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