martes, 19 de febrero de 2013

APRENDER A ESCUCHAR de CARLOS LENKERSDORF



 

Pocas son las personas que desde 1519 han tomado la iniciativa de “conocer” desde el marco perceptual de “su cultura y filosofía” a la civilización del Anáhuac y sus múltiples culturas diferentes en tiempo y espacio.


La colonización intelectual y cultural ha cerrado las puertas desde el mismo momento del desembarco de los europeos en el Cem Anáhuac, toda vez que ellos pensaron que había llegado a la India, por tal razón, subsumieron al “desconocido” en algo “conocido” y le llamaron “indio” y a su tierra “Indias Occidentales” y no Cem Anáhuac como lo llamaron por muchos siglos los pueblos invadidos en su lengua franca.


Para justificar la invasión, ocupación, despojo, robo y asesinato que iniciaron los europeos calificaron a los “nativos” como: animales, idólatras, caníbales, salvajes, demoniacos, irracionales, guerreros, flojos, entre otros calificativos que han llegado hasta nuestros días al referirse a los pueblos originarios y sus descendientes culturales.


Desde Cristóbal Colón y sus socios comerciales, pasando por Hernán Cortés y sus secuaces, intelectuales como Ginés de Sepúlveda hasta llegar a los neoliberales y globalizadores de nuestros días, los pueblos y culturas originarios, la civilización invadida y colonizada no ha  merecido ningún respeto intelectual a pesar de ser una de las seis más antiguas de la humanidad y con un origen autónomo, como China o la India.


Aún más, los “modernos misioneros” del Estado criollo contemporáneo, desde los inmaculados púlpitos de la anquilosada academia afirman que muy poco de la civilización originaria ha podido sobrevivir hasta nuestros tiempos y que el mestizaje ha borrado todo vestigio de aquella sabiduría que en algún tiempo remoto pudo existir en el Cem Anáhuac. El supuesto de la ideología criolla es que “el mestizaje” blanqueó y medio civilizó a los descendientes de los antiguos habitantes.   


Estos son algunos de los motivos por los cuales el libro “Aprender a escuchar” de Carlos Lenkersdorf cobra un gran importancia. Primero, porque nos demuestra que a finales del siglo XX la sabiduría ancestral (La Toltecáyotl) sigue viva, vigente y evolucionando en las comunidades indígenas tojolabales de Chiapas. 

  

En segundo lugar, que su permanencia demuestra su fuerza y vigor por lo cual a los pueblos originarios les ha permitido sobrevivir a su muerte histórica. Y en tercer lugar, porque al vernos como “cultura mestiza dominante” reflejados en el espejo de la cultura ancestral, nos descubrimos totalmente sordos ante el mundo, la vida y las personas con las que compartimos.


Así pues, se requiere una gran dosis de humildad y sentido autocrítico, desde el punto de vista personal como social y cultural, para acceder al mensaje que nos legó el Dr. Carlos Lenkersdorf que en paz descanse.


El objetivo de este trabajo no es suplir el mismo texto, por el contrario, nos proponemos hacer una síntesis para dimensionar la importancia que implica conocer a fondo el contenido del libro en particular y de toda la obra de Lenkersdorf en general.


Aprender a escuchar

Por eso, las lenguas se componen de dos realidades, el hablar y el escuchar. P12


Los tojolabales tienen, pues, una concepción particular de las lenguas porque las entienden compuestas de dos elementos, el escuchar y el hablar. Son de igual importancia los dos. Si no se habla, no se escucha ninguna palabra, y si no se escucha se habla al aire….En lugar de decir yo te dije, dicen, yo dije, tú escuchaste….


Lo aprendimos porque vivimos y trabajamos largos años con los mayas-tojolabales, nuestros contemporáneos de Chiapas, que nos enseñaron su lengua y su cultura. Las aprendimos por una razón que nos parece importante explicar. Habíamos estudiado y enseñado en varios países de Europa y de este continente. Tuvimos maestros muy buenos que nos enseñaron mucho y a quienes respetamos hasta el día de hoy. Pero no se nos enseñó nada de los pueblos originarios en todas las universidades. P14



Los tojolabales nos aceptaron y nos iniciaron en su lengua y cultura por tres semanas. Lo hicimos sin libros, sin maestros preparados, porque no hubo ni lo uno ni lo otro. En efecto, nuestros maestros fueron analfabetos. P14

Ustedes son los primeros que vienen con nosotros para aprender de nosotros. Aquí todos los que vienen quieren enseñarnos como si nosotros no supiéramos nada. Son maestros, médicos, funcionarios, políticos, extensionistas. Todos nos quieren enseñar.



Esta fue la primera observación que, por boca de ellos nos enseñó una realidad desconocida. Los tojolabales como otros pueblos indígenas no se aprecian por parte de la sociedad dominante. He aquí la actitud: “de ´indio´no se aprende nada”. La primera enseñanza crítica que no escuchamos antes. Sí, hay indios, pero no se aprende nada de ellos. Viven al margen de la sociedad dominante. P15 




Los indios se mantuvieron ágrafos y poco respetados, porque de ellos no se puede aprender nada. Los dos comentarios modificaron nuestro curso. Los tojolabales fueron, para nosotros, maestros y nada de indios ignorantes. Nos enseñaron lo que sabían y lo que nosotros no conocimos. 


Las clases, además, se hicieron dialógicas, nosotros aprendimos su lengua y ellos aprendieron a escribirla. La relación acostumbrada entre representantes de la sociedad dominante, es decir, nosotros y los indígenas se cambió. Los tojolabales se transformaron en educadores y nosotros eb educandos gracias a ellos. Un cambio que no se produjo por 500 años a excepción de contados ejemplos. P15


Por tanto, el escuchar otra lengua quiere decir entenderla desde la perspectiva de los hablantes y, a la vez, respetarla en su particularidad. …Al escucharla así, la lengua escuchada nos muestra su idiosincrasia gracias a la cosmoaudición. P17


Si no escuchamos, si no los podemos escuchar, tampoco descubriremos qué es el ´ab´al; que nos revela otra manera de escribir, entender y vivir el mundo. He aquí la importancia del ´ab ´al; si no sabemos escucharlo y entenderlo, tampoco entendemos la cultura del pueblo que es otra. P17


Nos acercamos a la razón de la obra. La escribimos para que aprendamos a escuchar ´ab ´al. Así nos abrieron y se abrirán perspectivas desconocidas y no soñadas que, además, nos hacen falta y que ayudarán a salir del provincialismo cerrado que caracteriza al país y su cultura europeizante, por no decir eurocéntrica.   


Escuchamos la lengua de un pueblo de una cultura milenaria, en la cual sigue presente una historia sin enemigos, sin pobres y ricos y cuyo concepto fundamental es el nosotros y no el yo de ganadores, campeones, jefes, líderes, presidentes y mandones. P18


Se recibe para poder dar y no para enriquecernos ni para acapararlo, tampoco para amontonarlo. El recibir escuchando nos transforma sin que lo esperásemos. Nos afecta de modo inimaginable. P18


No sólo escuchan al nivel social, sino que escuchan a las plantas, los animales y toda la naturaleza. P19


El escuchar puede ser la transformación de nuestra vida en medio de un contexto de sordos. P20


Podemos agregar en paréntesis que los arquéologos, epigrafistas y otros, dedicados a la investigación de culturas del pasado, están comprometidos en descifrar los testimonios antiguos. 


¿Qué nos dicen las piedras, la cerámica, el arte, la escritura y demás creaciones producidas por culturas antiguas? Hay publicaciones fascinantes con fotografías y representaciones gráficas. Pero dentro de poco tiempo se encuentran otros testimonios, y se modifican y cambian las interpretaciones anteriores. …


Para poder conocer otra cultura, otra cosmovisión, insistimos nuevamente que debemos aprender a percibir desde la perspectiva de ella; de su cultura y cosmovisión. …Hace falta una cosmoaudición, palabra que ya usamos y permítanos el neologismo, porque no se trata solamente de la cosmovisión. P23

 
Por ejemplo, el término nosotros es el pronombre personal de la primera persona del plural. Así nos enseñó en la escuela cuando aprendimos nuestra lengua. Pero en otras culturas, por ejemplo, la tojolabal, el nosotros / ke¨nitk, aparte de ser el pronombre mencionado y una palabra muy, muy frecuente, es el concepto clave que explica la organización socio-política del pueblo y su cultura. P24


Se dice que los tojolabales antropomorfizan la realidad. Pero al hablar con los tojolabales enfatizan que sí las cosas tienen ojos que ven y así nos ven también a nosotros. Tienen pues, ojos, así como tienen corazón que los hace vivir porque todo vive y tiene corazón.


El escuchar, pues, nos abre las puertas para entrar en otra cultura. Al hablar con la gente, nos pueden abirir el corazón, explicar sus problemas y alegrías y hacernos participar en el mundo que viven. A la vez nos pueden cuestionar se aceptamos sus preguntas. P25


hay una condición para ser autoridad elegida, debe saber escuchar. …Dicho de otro modo, el escuchar conduce al diálogo por el cual se emparejan los dialogantes, quiere decir, rigen relaciones de una democracia de iguales y participativa. P27


El escuchar desde la perspectiva Chamula es incluyente, es decir, empareja a todos y no hace excepciones para los que manden. …El ejemplo de los indígenas de Chamula, Chiapas, señala la que el escuchar representa en elemento fundamental de la democracia, en este caso, de maya-tzotziles. P29


El escuchar y ser escuchado exige condiciones políticas que excluyen la particularidad de una sociedad estratificada entre los de arriba y los de abajo. Dónde ésta existe, el escuchar encuentra obstáculos.
Por eso, subrayamos que el escuchar tiene implicaciones profundas más allá de la percepción auditiva. P30


Parce que profundiza a niveles a donde no llegamos, no sabemos llegar. Nos quedamos en la superficie. El escuchar a fondo percibe realidades para nosotros escondidas. P31


Es decir, explican dichas lenguas desde la perspectiva occidental. …En la lingüística y en muchas ciencias estamos acostumbrados a pensar que las ciencias buscan y establecen universalidades que, sin embargo, no se confirman si partimos de culturas y lenguas diferentes, es decir, culturalmente profundamente separadas. …Para el tojolabal el nosotros es un concepto clave, mientras que en el español y otras lenguas europeas no lo es. En ésta domina el yo. Por eso, el concepto de nosotros no lo encontramos como entrada en los diccionarios de filosofía, politología, sociología, etcétera. … 


Los ejemplos de los chamulas, la niña y los mayas del congreso nos hacen observar que ellos parten de la realidad del nosotros. … Por la misma razón, las publicaciones científicas, políticas y culturales, sobre otras culturas, pueden tener juicios muy eruditos pero, a menudo, no tocan el meollo de las otras culturas. Dichas publicaciones interesan a turistas o a los buscadores de asuntos exóticos, también pueden interesar a especialistas que buscan correspondencias con las lenguas europeas o sus particularidades, pero no llegan al fondo de sus cosmovisiones y cosmoauiduciones, como ya lo dijimos respecto a la finalidad del estudio de otras lenguas. P37


Las lenguas escuchadas

Ya dijimos que al hablar de las lenguas solemos pasar por alto la mitad. Porque nos referimos a las lenguas habladas y omitimos las escuchadas. …Así llegamos a la primera conclusión hipotética: en las lenguas europeas despeña el escuchar un papel subordinado y secundario. P 39


El escuchar en serio, en cambio, exige ante todo que nos acerquemos a la persona o las personas que queremos escuchar y que nos escuchen. Que nos arrimemos a la voz, a la persona para escucharla y que nos escuche. Así el nosotros se hace realidad tangible. La cercanía es significativa porque expresa la importancia que concedemos al otro. Nos hace falta encontrarnos al mismo nivel. Dicho de otro modo, que nos emparejamos y no dejemos al que hable en la tarima y nosotros a sus pies. P41


Si sabemos escuchar y acercamos a nuestros enemigos, éstos ya no son enemigos nuestros. …El escuchar nos abre el corazón y también a los otros. P42


El escuchar es uno de los pilares del diálogo. …Cada uno de los dialogantes está en el mismo nivel social, aunque sea de niveles económicos, culturales y políticos muy diferentes. Ninguno de los que se escuchan y se hablan es superior al otro. …El diálogo es, pues, una advertencia a los superiores para que no se impongan, que tampoco consideren mejor opinión la suya y que no empequeñezcan a los inferiores. 


…La afirmación suena bonita, pero no es nada fácil, porque exige que nos emparejemos con los otros. …De esta manera el camino del dialogar y escuchar supera la estructura social de los de arriba y los de abajo, de ricos contra pobres, de sabios contra incultos, de blancos contra negros, de mestizos contra indios, de cristianos contra musulmanes; en resumen, supera tanto la división de la sociedad por clases sociales, económicas, políticas, religiosas y racistas. Pero, a menudo, le damos la superioridad al hablar sobre el escuchar. Éste es el caso de las lenguas de occidente que desconocen las lenguas de los pueblos originarios, tampoco las aprenden. P43

 
Porque para empezar, el escuchar no silencia, no cierran la boca y frena también el diálogo interior que habla sin cesar. Son las palabras de adentro. En efecto, el silenciador se exige, porque si no nos callamos no podemos fijarnos en los otros o el otro que nos hable. Necesitamos todos los recursos intelectuales a nuestra disposición para escuchar, reflexionar y entender lo que escuchamos, lo que nos dice el otro. … Desde fuera, pues, no sólo escuchamos las palabras de nosotros, si no escuchamos, a la vez, la naturaleza que nos habla, que no sostiene, que nos acaricia y, a veces nos sacude. Nos hace falta escucharla con todas sus manifestaciones, porque somos parte de ella y, de ninguna manera, somos dueños de ella para manipularla. P45


Escuchar al corazón y el diálogo interior

El diálogo interior es un escuchar a nosotros mismos. Parece que ese monólogo no descansa, sin cesar lo escuchamos, sin interrupción nos habla o hablamos con nosotros mismos. Es la reflexión nunca interrumpida de nosotros. Y seguido este diálogo interior nos aísla y nos obstaculiza al escuchar tanto al corazón, como a los demás. A veces el corazón nos sacude y nos despierta, pero sólo a veces. Es uno de los aspectos más delicados de nuestra humanidad. A la vez es un bastón en el cual nos podemos apoyar para encaminarnos hacia lo humano del cual nos olvidamos con tanta facilidad.


Dicho de otro modo, hay dos voces interiores que nos habla. El corazón nos quiere despertar como miembros del nosotros cósmico y decirnos que formamos una humanidad. El diálogo interior, en cambio, nos confirma en lo que sabemos y queremos. …Es difícil acallar el diálogo interior que nos habla sin cesar, pero es necesario hacerlo para poder escuchar, tanto el corazón como las voces de los otros. …Es un liberador de la egolatría y el egocentrismo. P48


El riesgo de escuchar, 1

Es decir, el escuchar al otro nos traslada a otra realidad. En primer lugar, no es fácil escuchar a nuestro corazón y escucharlo con voz de otro, porque puede ser que lo confundamos con el diálogo interior que no nos despierta sino que sólo confirma nuestro yo y así nos adormece. … otro peligro es diferente, si queremos escuchar a alguien tenemos que desmontar la imagen que a menudo solemos tener del otro como enemigo. P49


El tojolabal

Se presupone a lo menos dos personas que se comunican al referirse al hablar y escuchar. Ninguna de las dos es más importante que la otra. Sin hablar no se escucha nada, y sin escuchar no se habla al vacío. P59


Es EL TOJOLABAL, por esta razón no es un asunto biológico, de la raza, de la sangre, de haber nacido en una comunidad tojolabal o de hablar el idioma de este pueblo Maya desde la niñez, sino que significa un compromiso. Por tanto, una persona puede tojobalizarse o destojolabalizarse al no cumplir con su vocación.


Los tojolabales, pues, son aquellos que saben escuchar puesto que ésta es su vocación. Dicho de otro modo, enfatiza el escuchar y no el hablar. Porque al recibir las palabras de otros se saben obsequiados. Así es que ponen en su atención en los otros para entenderlos bien. Y los entienden a respetar sus palabras, respetar su manera de ser y de expresarse.  Es decir, esperan que los otros también sepan escuchar. Que cumplan sus palabras. De este modo son, como se dice en tojolabal, ´ermanos, es decir jmojitik.
A sus ´ermanos los encuentran también en la naturaleza de las plantas, animales, aguas y nubes. Todos ellos son hermanas y hermanos. P61


De otro modo, en español y en otras lenguas europeas se sabe filosofar, pero poco o nada se sabe. …Ni nos damos cuenta que excluimos la mitad, es decir, la mitad de la lengua que es el escuchar. … Pero, ¿sabemos escuchar? ¿Conocemos los requisitos para saber escuchar? ¿Se dan clases del escuchar? ¿Conocemos los obstáculos para escuchar? También hay que destacar uno de los retos concretos de hoy día: la necesidad de aprender a escuchar. ¿No es una tarea que hasta la fecha ignoramos con un orgullo olímpico? P66


La comunicación en tojolabal se realiza de manera tal que los dos sujetos se complementan, porque para los tojolabales no hay comunicación a no ser que dos o más interlocutores participen en el evento. P67


Al referirnos al giro, yo dije, tú escuchaste, no solamente se subraya el escuchar, sino que se espera que el escuchador responda. La frase de comunicación en tojolabal representa el inicio del diálogo. En el hablar diario, los hablantes esperan que se dialogue. Dicho de otro modo, el hablar-escuchar que su relación dialéctica de los que se complementan y espera la complementación. Es decir, su lengua establece relaciones horizontales que son bidireccionales y no verticales ni autoritarias. P69


La asamblea de los luchadores

“Las autoridades, elegidas por nosotros, son mandadas por nosotros”.
Es decir, los electores al elegir a las autoridades por consenso, no le entregan el poder en la toma de decisiones. …“Nosotros pensamos, nosotros decidimos y nosotros vamos a hacer”. …En resumen, las comunidades tojolabales se caracterizan por la capacidad, la obligación y el querer escuchar. Así se diferencian de la organización política en la sucia dominante donde se domina la mayoría entre (auténtica o fabricada). P76


En nosotros, a su vez, se constituye por escuchar. De hecho, el escuchar precede las tres acciones que resumen el consenso de la asamblea. …Esta integración de los que escuchan y hablan desempeña una función altamente política, porque los que escuchan se emparejan con sus interlocutores. P77


Por eso, el escuchar es el distintivo de las asambleas tojolabales y de otros pueblos originarios. Si los asambleístas no saben escuchar, no funcionó la asamblea, tampoco se logra el consenso y se descompone la comunidad o el cuerpo socio-político. P80


Y por supuesto comunidades tojolabales en las cuales no funcionan las asambleas del consenso. La influencia de la sociedad dominante se metió y sigue filtrándose en las comunidades. No lo negamos. Pero esta clase de comunidades no son representativas del modelo de los tojolabales. Porque sus juntas son réplicas de las asambleas en la sociedad dominante. P82


La democracia debe escuchar

Una vez logrado (el consenso en las asambleas), se dice: lajan lajan´aytik, que quiere decir: estamos emparejados, estamos en paz, no hay pleito porque estamos de acuerdo. Dicho de otro modo, el emparejarse corresponde a la paz social fundada en el actuar o hacer de todos los miembros de la comunidad o del cuerpo social y político que hace dichas afirmaciones. P93


Desde la perspectiva tojolabal el escuchar y al hacer formar una unidad que no se debe disolver. Por eso, con la elección de la autoridad no se le entregue el poder de tomar decisiones y determinar las acciones. La autoridad tiene la función de ejecutar los acuerdos de la comunidad, del conjunto social y político. Para los tojolabales se realiza la democracia al mantener la unidad del pueblo que escucha, piensa, decide y actúa. La separación de estos elementos disuelve la democracia o la construye de nombre pero no en la realidad. P94


El poder y el gobierno

De hecho, con mucha probabilidad existía esta clase de estructuras socio-políticas en los tiempos prehispánicos del clásico maya tardío entre los mayos de la audiencia de los confines.


Por eso, en las ordenanzas de los roedores se insiste en la prohibición de las asambleas. No tiene derecho el pueblo de tomar decisiones, porque éstas deben estar en las manos de los cabildos, es decir, de las personas con talas y elegidas. En otras palabras, los mayas quisieron mantener las estructuras prehispánicas, lo que los españoles no admitieron. También encontramos la misma estructura en los tojolabales de hoy en día. P106


Obstáculos para escuchar

El nombre del habla es lengua que, en primer lugar, es el origen del cuerpo humano con la cual articulamos las palabras. Dicho de otro modo, ya a partir del vocablo, nuestro idioma es lo que se habla, lo que se dice, pero no se incluye lo que se oye o escucha. P107


Al hablar decimos al otro solamente yo te digo y no mencionamos nada de lo que esperamos, es decir que escuche. No iniciamos un diálogo. Enfatizamos la diferencia del tojolabal. Sabemos que se dice, yo digo tú escuchas. Para los mayas tojolabales el dialogar requiere la complementariedad de los que participan: se habla y se escucha. Se presupone el recibir de los dialogantes. Así se forma comunidad, se forma el nosotros, concepto distintivo del tojolabal. P109


El no querer escuchar se da en sociedades divididas en clases sociales, en razas inferiores y superiores, en los que mandan y en los que son mandados. P111


El no querer escuchar caracteriza la historia de la Conquista y del colonialismo como lo documenta Las Casas en La Brevísima relación de la destrucción de las Indias que no se acabó con Independencia y la Revolución. P114


El luchar en el contexto tojolabal

El escuchar es uno de cuatro conceptos claves del tojolabal. Los demás son el nosotros, todo vive y la complementariedad o intersubjetividad. P121


Es decir, todos somos iguales, no hay los de arriba ni los de abajo, todos nos complementamos y mantenemos la estructura cósmica del anillo nosótrico. P129


Porque como responsables, todos tenemos que participar a restablecer el equilibrio social. Por la misma razón del nosotros,la educación es la no mosotrificacion de los educandos. Es decir, aprenden todos y no se prepara una élite de ganadores, primeros, campeones y mandones. La organización sociopolítica también es nosótrica. Es decir, es de una democracia participativa dentro de las comunidades y en los conjuntos más amplios. Las autoridades sí son elegidas, pero no está en sus manos el poder, porque éste queda en manos del nosotros popular cuyos consensos tienen que ejecutar las autoridades. Si no lo hacen, pueden ser revocadas.


Estos conceptos clave se están usando por los tojolabales en su habla diaria y contemporánea. Al convivir con ellos los aprendimos. Suenan utópicos desde la perspectiva de la sociedad dominante en la cual no existe. Entre los tojolabales, en cambio, se da la utopía vivida y presente que se practica. P130


Pero desde la crisis en la cual vivió occidente, es decir, ecológica, política, económica y cultural, nos parece recomendable despegar la cosmovisión tojolabal porque representa la alternativa al camino occidental. No es arrogancia ni soberbia que nos hacen decirlo, sino que la situación que vivimos nos llama a aprender de otras culturas, lo que nos pueden enseñar, lo que no sabemos o lo que se nos olvidó. P132



Carlos Lenkersdorf
APRENDER A ESCUCHAR
Editorial Plaza y Valdés, S.A. de C.V.
México 2008
ISBN: 978-607-402-432-6


Visite www.toltecayotl.org 
www.aquioaxaca.com  




4 comentarios:

  1. gracias, empezaremos a leer al maestro carlos

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  2. Hay que recordar que escuchar es importante, sin esta parte no hay dialogo.
    Gracias por compartir.

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  3. por qué son los extranjeros los que se van a vivir con los indígenas, apreden su lengua, su cultura y escriben libros sobre estos saberes ...y nosotros solo soñamos con ir a Disenylandia a tomarnos la foto con el ratón miguelito

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  4. muy intersante la propuesta de Lenkersdorf, es extraño que no sea muy conocido en el medio académico, que yo sepa se conoce el libro >Los hombres verdaderos<, en fin, lo buscarmeos. Bien por la información aunque un poco larga.
    J. Pineda.

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