No he de morir todo. Me has
dejado
decir de tu presencia, me
aseguras,
por eso, el no morir. Y las
futuras
horas verán tu espejo
enamorado.
RBN
Para mi caso, la historia de la descolonización
inició a los 25 años cuando me fui a España en “búsqueda de mis raíces”.
Durante un cuarto de siglo en mi casa, en la escuela, la TV y todo el mundo me
hizo creer que yo, “era occidental y que tenía a un abuelito español”.
Después de vivir dos años con los españoles me
di cuenta que mis raíces más profundas no estaban allá. No era ni mejor ni peor
que los españoles, tan solo profundamente diferente. La pregunta calló fulminante
como un rayo, “entonces qué eres”. Algo en mí, me decía desde lo más profundo
que mi raíz ancestral estaba en mi país. Lo que me hizo regresar en su búsqueda.
En ella he invertido tenazmente los últimos 36
años de mi vida y fue “la suerte” la que me envió a Oaxaca a trabajar en la
Casa de la Cultura de Tuxtepec, ahí fue el comienzo. Posteriormente trabajando
en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Oaxaca, un día invité al Dr. Rubén
Bonifaz Nuño a hacer una lectura poética (1982). El encuentro fue determinante
y el Dr. Bonifaz se hizo un invitando permanente a Oaxaca y “una tea que no
humea” para mí, al inicio de la década
de los años ochenta.
De mi experiencia en España regresé con la idea
que “los mexicanos éramos indígenas en la forma de entender el mundo y la vida.
Es decir, indígenas (todos) con rasgos occidentales y no occidentales con
rasgos indígenas… que todo mundo trata de desaparecer. La amistad con el Dr.
Bonifaz fue alimentando y afinando esta percepción, sumada al encuentro de
trabajo, que luego se tronó de amistad e investigación con el Dr. Guillermo
Bonfil Batalla en el año de 1985.
En 1987 escribí en el texto “Apuntes sobre
administración cultural”, editado por la Casa de la Cultura Oaxaqueña, “Los pueblos de México tienen una herencia
histórico-cultural de casi ocho mil años, de éstos, aproximadamente siete mil
quinientos años se desarrollaron en el marco de las culturas indígenas, y por
otra parte tenemos el desarrollo de una cultura mestiza en los últimos
cuatrocientos sesenta y seis años.
Así pues,
las culturas indígenas han jugado un papel relevante para conformar la
filosofía, la psicología y la cultura de los mexicanos actuales y sus culturas
regionales. Por lo anterior nos atrevemos a proponer que: los mexicanos somos
indígenas con rasgos occidentales y no occidentales con rasgos indígenas, como
nos creemos actualmente.
Encontrar
lo indígena en nuestras formas culturales contemporáneas, es una tarea
inaplazable. Reflexionar sobre lo indígena en nuestra forma de ser, no sería
entender por indígena la marginación o un aspecto folcloroide. Sería por el contrario buscar en la
sensibilidad, en la espiritualidad, en nuestras formas de relaciones personales
y con la naturaleza, en nuestras tradiciones y costumbres, en la “cultura
popular” y en el subconsciente colectivo de nuestros pueblos.”
Las lecturas y la amistad con la Maestra Laurtte
Séjurné, así como la obra de Carlos Castaneda me habían sensibilizado para
abrirme a “una realidad aparte”, pero tal vez lo más importante fue la
enseñanza que me dieron los pueblos y culturas oaxaqueños. Podría decir, si
temor a equivocarme que “nací espiritualmente” en Oaxaca hace 36 años y en gran
medida la partera fue “la abuelita mazateca”.
Pero volviendo al Dr. Rubén Bonifaz Nuño, su
sencillez, su humildad, pero sobre todo su finísimo sarcasmo de sí mismo y de
la vida me cautivaron. En la primera vista a Oaxaca, en el aeropuerto para
despedirlo le dije, “Maestro, vuelva pronto a Oaxaca para que lo tratemos como
usted se merece”, -inmediatamente me contestó-, “Oiga usted, si regreso, pero
me tratan como ahora, no como yo me merezco”.
Inmerso en la búsqueda de mi verdadero rostro y
a partir de las intensas conversaciones sobre el tema, el Dr. Bonifaz me dedicó
su libro “De otro modo lo mismo” con esta reflexión, “Para el licenciado Guillermo Marín Ruiz en homenaje a su noble búsqueda
de la identidad mexicana; en reconocimiento a su generosa amistad.” Él fue
quien me enseñó a ver el ángulo colonizador de la historia de la conquista y la
“historia prehispánica”. A leer entre líneas los textos de “las vacas sagradas”
de la historia, arqueología y la antropología.
Lo que no entiende los “cultitos” y los
historiadores, arqueólogos, antropólogos y literatos integrados en el sistema
colonial que fue justamente, el profundo conocimiento de “los clásicos
grecolatinos” y su inmensa sensibilidad lo que le permitió penetrar al inconmensurable
y maravilloso mundo de La Toltecáyotl, la sabiduría ancestral del Anáhuac. Esa
es su proeza no entendida y si perseguida por el sistema académico y de investigación
neocolonial criollo.
El aporte más importante del Dr. Rubén Bonifaz
Nuño no fue su gran tarea de traductor de los clásicos, ni el tamaño inmenso de
su poesía, ni sus inolvidables cátedras, sino la propuesta de ver nuestra
historia y cultura de manera descolonizada. Tener el valor de evidenciar a los
extranjeros y a los lacayos nativos que “estudian” nuestro pasado ancestral
argumentado toda clase de mentiras y bajezas, denigrantes de nuestra grandeza
ancestral.
“De
esta suerte, valiéndose de análogas complicidades, los eruditos estadounidenses
han formado, respecto de la cultura olmeca, un sistema de mentidas conjeturas
cuyo cuyas principales características son el desdén y la ignorancia.
Condenable
es eso, pero no es, en mi opinión, lo peor; lo peor consiste en que los
estudiosos mexicanos, voluntariamente sometidos a una perversa forma de
colonización extranjera, se sujetan, por lo común, a las sistemáticas
equivocaciones de los eruditos estadounidenses, y las repitan y las confirman
como verdades, acaso con el deseo y la esperanza de que éstos los tengan por
iguales suyos.
De
estos casos, por obvio principio de dignidad, no quiero ofrecer ningún
ejemplo.” (Rubén Bonifaz Nuño. 1995)
Fue Bonifaz Nuño el que predicó en el desierto
una nueva visión de nosotros mismos, de nuestro pasado. Luchando contra lo
dicho desde Hernán Cortés hasta Mel Gipson con su película Apocalypto, que es
la misma historia solo que en el cine y a todo color. Bonifaz platea
reconocernos en toda nuestra verdadera dimensión y entender que somos los que
hemos sido y seguiremos siendo, y que este legado es lo mejor que tenemos para
construir el futuro. Eso es justamente lo que persigue y censura el colonizador
y por lo cual fue silenciado y negado en vida el Maestro Bonifaz Nuño. Esa es
la verdad que no dicen los medios.
“...el
hombre es el principio de la creación del mundo y el encargado de su
preservación y su desarrollo hacia lo perfecto. Sobre esta concepción se
edifica a sí mismo, y edifica el mundo a
su alrededor. Así es como construye la cultura de que somos, hasta hoy,
exclusivos herederos.” (Rubén Bonifaz
Nuño. 1992)
La creación al final de su vida
del “Seminario de Estudios para la Descolonización de México”, es el intento de
difundir desde la UNAM una nueva forma de reconocernos y de entendernos, como
herederos de una de las seis más antiguas sabidurías de la humanidad que no ha
muerto y sigue presente y vigente en el “México profundo” y en el subconsciente
de los mexicanos. Por esta posición ante la “intelectualidad criolla hispanista
colonizada”, Bonifaz Nuño tuvo que enfrentar el rechazo de las instituciones,
las vacas sagradas, los intelectuales y por supuesto, la sociedad dominante que
es anacrónicamente hispanista e ignorante de sí misma.
“Victoriosas
sobre las injurias y el desprecio de los extranjeros, se levantan aún las
señales de aquel sistema espiritual de iluminación que construyeron nuestras
antiguas ciudades.
Allí el urbanismo,
la ingeniería, la arquitectura, la escultura, la metalurgia, la pintura, las
artes todas, allí las ciencias, la matemática, la astronomía, la medición del
tiempo, florecieron obedientes al mismo entusiasmo del hombre seguro de sí
mismo, orgulloso de ser fuente y camino ascendente de la perfección de la vida.
Cuando Bonifaz Nuño declara al periodista Carlos Martínez Rentería (La
Jornada 5/02/13) “Nosotros somos
indios con una cultura occidental impuesta. Yo, como indio que soy, tengo que
adueñarme de esa cultura, no para asimilarme a ella, sino para dominarla y
usarla de instrumento de poder. De ahí que yo haya estudiado latín y griego, a
los clásicos españoles; que pueda leer poesía en cuatro idiomas modernos.”
Deja clara su posición frente a la colonización y entendemos por qué
los “colonizados intelectuales mexicanos” no pueden ni siquiera vislumbrar la
grandeza y sabiduría de la Toltecáyotl. No la entienden porque ni siquiera
entienden la cultura occidental de fondo, han sido siempre una copia mal hecha
y sin sentido “del otro”, su colonizador.
“Feliz, el
hombre vivió y edificó durante cerca de 30 siglos el glorioso testimonio de su
paso sobre la tierra. Fundamento ideal para la felicidad de los hombres
actuales, la creación olmeca, es decir la maravilla de la cultura de
Mesoamérica, permanece allí, multiplicada en obras que son ejemplo sin tregua. Y
esa maravilla es herencia nuestra particular que nos honra y nos distingue
entre todos.” (Rubén Bonifaz Nuño. 1992)
Para los que afirman que con la conquista nos llegó “la civilización y
la cultura”, el discurso de Bonifaz Nuño es veneno puro. Sus textos nos abren
los ojos, nos dan luz y nos sacan de las mazmorras oscuras de la colonización
mental y cultural. Encienden el fuego interno que ha estado apagado estos cinco
siglos y nos dan fuerza y orientación en la batalla florida por la
descolonización de México y los “mexicanos”.
“Y
ahora júzguese el progreso del fenómeno cultural ocurrido en el territorio de
Mesoamérica durante cerca de tres milenios; piénsese en la índole de la humana
energía que poseyó la capacidad de edificar, entre otras muchas, las ciudades
antes indicadas, ciudades en las cuales dieron flor y frutos las artes y las
ciencias; donde la sabiduría sirvió de raíz y coronamiento a los gigantescos
esfuerzos materiales requeridos por tal edificación.
Habrá
que concluir que sólo una concepción moral plenamente optimista y feliz, habida
por el hombre acerca de sí mismo y de su mundo, pudo engendrar el núcleo de esa
energía incalculable. Una dichosa concepción humanista de veneración por la
vida en la totalidad de sus manifestaciones”. (Rubén Bonifaz Nuño. 1992)
En la entrevista que le hace
Carlos Martínez en 1988 dice, “Mire, soy un hombre viejo, tengo
63 años. En este momento, en verso y en prosa, considero mi obligación decir lo
que soy yo, como parte de un grupo de mexicanos, concretamente los pobres y los
pelados, con la esperanza de proponer un camino de acción que parte de la
educación, para que nos demos cuenta de quienes somos verdaderamente y podamos
aspirar a realizarnos”. Tengo el gusto y el privilegio de pertenecer a
ese numeroso grupo de mexicanos que trabajamos en la educación, por la memoria
histórica, la identidad cultural y la descolonización mental, guiados entre
otros, por la sabiduría visionaria de Rubén Bonifaz. www.toltecayotl.org
Fiablemente recordaré al Dr.
Rubén Bonifaz Nuño en nuestra última entrevista en sus oficinas de la Biblioteca
Central de C.U. de la UNAM en 2010, cuando le fui a proponer abrir una
corresponsalía en Oaxaca del Seminario
de Estudios para la Descolonización de México. Me dijo, “puede usted hacerlo
Guillermo, pero debe pensar bien a lo que se va exponer, véame a mí, totalmente
bloqueado y silenciado, la descolonización es un camino lleno de incomprensión y
represión”.
“Victoriosas
sobre las injurias y el desprecio de los extranjeros, se levantan aún las
señales de aquel sistema espiritual de iluminación que construyeron nuestras
antiguas ciudades.
Allí el
urbanismo, la ingeniería, la arquitectura, la escultura, la metalurgia, la
pintura, las artes todas, allí las ciencias, la matemática, la astronomía, la
medición del tiempo, florecieron obedientes al mismo entusiasmo del hombre
seguro de sí mismo, orgulloso de ser fuente y camino ascendente de la
perfección de la vida.
Feliz, el
hombre vivió y edificó durante cerca de 30 siglos el glorioso testimonio de su
paso sobre la tierra.
Fundamento
ideal para la felicidad de los hombres actuales, la creación olmeca, es decir
la maravilla de la cultura de Mesoamérica, permanece allí, multiplicada en
obras que son ejemplo sin tregua.
Y esa
maravilla es herencia nuestra particular que nos honra y nos distingue entre
todos. (Rubén Bonifaz Nuño. 1992)
Para conocer más sobre el trabajo
del Dr. Rubén Bonifaz Nuño:
http://www.toltecayotl.org/tolteca/index.php?option=com_content&view=article&id=856:cosmogonia-antigua-mexicana-ruben-bonifaz-nuno&catid=26:general&Itemid=74
Visite www,toltecayotl.org
muy buen aporte, no conocía al Prof. Rubén Bonifaz Nuño. Gracias
ResponderEliminarMaestro Marín, yo también soy uno de los muchos educadores que desde su humilde salón de clases trabaja con mis niños la descolonización. Los profesores comprometidos estamos trabajando en Oaxaca por la grandeza de nuestras raíces.
ResponderEliminarM.S.R.
Gracias querido Guillermo,
ResponderEliminarDon Rubén siempre ha sido habitante de mi corazón. Me gustó mucho el texto.
Abrazos.
Margarita Verduzco.
Muy pocas personas han entendido la obra del Dr. Rubén Bonifaz Nuño como tú Guillermo. Tienes muchas razón, lo mejor que nos dio, su fruto florecido fue la creación del Seminario de Estudios para la Descolonización de México desde la UNAM, solo que nadie habla de cómo el sistema lo neutralizó y acalló. Sigue trabajando, te lo agradecemos muchos mexicanos.
ResponderEliminarLE AGRADEZCO ENORMEMENTE LA INFORMACION QUE HASTA LA FECHA ME HA ENVIADO, SOY PROFESOR DE PRIMARIA BILINGUE EN LA ZONA ESCOLAR 142, EN TUXTEPEC, OAX., DONDE USTED DIO UNA CONFERENCIA QUE ME PERMITIÓ AMPLIAR MI PERSPECTIVA SOBRE EL FORTALECIMIENTO CULTURAL QUE DEBEMOS TENER CON NUESTROS PUEBLOS. NO TENGO MUCHOS CONTACTOS PARA DIFUNDIR SU INFORMACION, PERO ME BASTAN MIS ALUMNOS PARA SEMBRAR EN ELLOS LA INQUIETUD DE INVESTIGAR SUS ORIGENES Y QUE SE IDENTIFIQUEN CON SUS DISTINTOS PUEBLOS ORIGINARIOS. MIL GRACIAS POR SU APOYO Y ESPERO SEGUIR CONTANDO CON EL MISMO.
ResponderEliminarCESAR ROGELIO MORENO GARCIA.
Escribes puras sandeces, estás operado del cerebro
ResponderEliminarClaro, diafano, profundo...muy bien. Gracias. Gloria Martinez
ResponderEliminarEn ciertos puntos tiene razón, pero lo que usted no entiende es que mucha poblaciòn ni es española ni Ahahuaca.Yo estarìa a favor de una ideologìa nueva que desechara el hispanismo colonizador, pero tambièn que borrara el toltecayolt lastre, que condeno a esos pueblos a vivir en el neolitico, casi a la par de los negros africanos...Digàme usted porque los chinos, arabes y japoneses, si tuvieron civilizaciones superiores a los mesoamericana?...Este mundo es una constante guerra de dèbiles contra fuertes, quien no evoluciona es absorbido por los fuertes hasta su extinciòn, eso le paso a los nativos americanos.Ahora como parcialmente descendiente de aquellos nativos deberiamos construir una nueva cultura sin mal adaptar conceptos extraños que no se entiende de las dos culturas y nop regresar el tiempo , que la historia no tiene reversa, somos lo que somos y es lo que hay, en mi caso un indoiberico y usted?
ResponderEliminarEstoy deacuerdo en que debe erradicarse la ideologia criolla, pero tambien el toltecayotl...Empezar de cero, REGRESAR A LO QUE USTED PROPONE ES IR AL NEOLITICO, Y CULTURA QUE NO EVOLUCIONA ES EXTERMINADA POR UNA MAS FUERTE, ESTE MUNDO HA SIDO SIEMPRE MARCADO POR LA VIOLENCIA Y SOBREVIVENCIA. LAMENTABLEMENTE LOS NATIVOS ESTABAN MAS ATRASADOS QUE LOS CHINOS,ARABES E INCLUSO QUE LA CIVILIZACION VEDICA...LOS AMERINDIOS ESTABAN TAN CIVILIZADOS COMO LOS CELTAS,VIKINGOS Y NEGROS DE AFRICA. YO EN LO PERSONAL NO ENTIENDO LA FILOSOFIA QUE USTED PREGONA, PERO TAMPOCO ME GUSTA QUE EXTRANJEROS DIRIJAN EL PAIS E IMPONGAN TODO LO DE FUERA, EN LO PERSONAL ME CONSIDERO DIFERENTE DE LOS INDIOS Y DE LOS ESPAÑOLES, Y ME GUSTARIA QUE eSO FUERA LA NUEVA IDEOLOGIA, MUY PARECIDO A LA REFORMA DE TLACAELEL CON LOS AZTECAS... PERO LLAMANDONOS INDOIBERICOS Y USTED, QUE SE SUPONE QUE ES USTED?
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