En lo
que hoy es México fue la cuna de una de las seis civilizaciones más antiguas de
la humanidad. Dos rasgos fundamentales que la distinguen son: fue la única que
tuvo como base y fundamento un sistema de educación obligatorio, público y
gratuito, que le darán un rostro propio hasta nuestros días; y en segundo
lugar, que como consecuencia alcanzó el más alto nivel de vida para todo sus
pueblo durante por lo menos mil años (200 a.C. a 850 d.C.). De este modo
podemos afirmar que en el Anáhuac nació la pedagogía y la didáctica y que los
primeros misioneros y frailes fue uno de los elementos culturales que más les
impresionó.
“Ninguna cosa más me ha admirado, más digna de alabanza, que el
cuidado y orden que en criar a sus hijos tenían los mexicanos. Porque
entendiendo bien que en la crianza e institución de la niñez y juventud
consiste toda la buena esperanza de la república, dieron en aportar a sus hijos
de regalo y libertad que son dos partes de aquella edad y en ocuparlos en
ejercicios provechosos y honestos.” (Joseph Acosta. 1590).
Los
conquistadores y posteriormente los colonizadores inmediatamente desmantelaron
el sistema de educación, destruyeron las escuelas, quemaron los libros, y por
supuesto, asesinaron a los maestros. La colonización justamente se sustenta en
la aniquilación del potencial del invadido-explotado para revelarse y poner fin
a su estado indefensión-esclavitud. Un pueblo sin su lengua, memoria,
conocimientos, espacios y espiritualidad, queda en un total y absoluto estado
de indefensión y fragilidad que puede durar cinco siglos o más, pues al perder
su conciencia de sí mismo queda en calidad de zombi.
Durante
los siguientes tres siglos, después del inicio de la invasión-ocupación, los
anahuacas quedaron sin la mínima oportunidad de educarse académicamente, solo
fueron sometidos al terror a sangre y fuego de la evangelización. La mente
colonizada inmediatamente podrá argumentar que no es cierto, que los españoles
crearon en 1534 el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, sin embargo, el
perverso fin de esta iniciativa era de “educar solo a los hijos de la nobleza
nahua” del Valle de México, para
“convertirlos al pensamiento, cultura y religión española” y a través de ellos,
gobernar mejor a la base esclava que estaba enviando toneladas de riqueza a la
corona española. Este modelo colonizador ha sido repetido en el Siglo XX, ahora
por los Estados Unidos, como lo explica el memorándum del Secretario de Estado
al Presidente de aquél país:
“...México es un país extraordinariamente fácil de
dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos
que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano
americano, ya que eso llevaría otra vez
a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirles a los jóvenes
mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo
de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto
al liderazgo de Estados Unidos. México necesitará de administradores
competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y
eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos
gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y
más radicalmente que nosotros...” (Richard Lansing, Secretario de Estado del presidente
Wilson. 1924. Reproducido en el
Boletín de Economistas 1963-1967, de la Escuela Nacional
de Economistas, UNAM.)
El
“experimento educativo” del Siglo XVI de los españoles fue clausurado porque
resultó que los estudiantes demostraron capacidades sorprendentes y muy pronto
aventajaron a sus maestros. Es lógico entender lo que sucedió debido a que por
más de tres mil años los anahuacas fueron de generación en generación a la
escuela. Para tener una idea de la dimensión del fenómeno es que en 1519 de los
550 españoles que desembarcaron en el Anáhuac solo tres sabían leer y escribir
y en el Anáhuac todos tenían educación académica, como afirma Jacques Soustelle
en su libro “La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista” y en
él, al describir la educación nos dice:
“Es admirable que en esa época
y en ese continente, un pueblo indígena de América haya practicado la
educación obligatoria para todos y que no hubiera un solo niño mexicano del
siglo XVI, cualquiera que fuese su origen social, que estuviera privado de
escuela.” (1956).
Cuando
los criollos en 1810-1821 le dieron el “golpe de Estado” a los gachupines a
través de levantar al pueblo anahuaca en contra de la corona, que la historia
oficial del Estado criollo neocolonial llama con eufemismo “Guerra de
Independencia”, se inicia un nuevo periodo con las mismas estructuras del
periodo colonial hispano, solo que ahora en manos de los criollos. La educación
durante la primera parte del Siglo XIX fue un enunciado más, especialmente de
los mestizos y mulatos. No hubo oportunidad de instaurar un sistema de
educación pública porque los criollos que desplazaron a los gachupines del
poder, se dividieron en dos bandos y se la pasaron en permanentes guerras
fratricidas por lo que el país sufrió dos invasiones y la pérdida de más de la
mitad del territorio.
Otro
problema que enfrentaron los gobiernos del Siglo XIX fue la permanente banca
rota de las arcas de la nación, tanto por las guerras, el pésimo gobierno, como
por la permanente corrupción. Un insignificante intento limitado solo a algunos
núcleos urbano fue el de Justo Sierra como Secretario de Instrucción Pública y
Bellas Artes de Porfirio Díaz en 1905.
“Fue
hasta 1905 en que Porfirio Díaz aceptó separar del Ministerio de Justicia el
ramo de la instrucción pública para hacer una nueva Secretaría de Instrucción
Pública y Bellas Artes, cuya titularidad estuvo a cargo de Sierra del 1º. de
julio de 1905 al 24 de marzo de 1911.
Este
cambio significó para Sierra que el presidente Díaz había comprendido que la
educación pública en el país era tan importante como la transformación
económica. La asignación presupuestal fue mayor cada año, pero mínima comparada
con lo asignado al Ministerio de Guerra, que acaparaba la cuarta parte del
presupuesto total. En este año, del total de mexicanos, el 85% de la población
era analfabeta. (Ana Verónica
Ávila.http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/reformaeducativadejustosierra.htm)
Fue hasta 1921 cuando el General Álvaro
Obregón crea la Secretaria de Educación Pública y nombra como su primer
secretario al Lic. José Vasconcelos Calderón, “hombre ilustrado de su tiempo”,
total y plenamente colonizado. Su visión eurocéntrica y católica, no le permite
reconocer ningún valor o conocimiento de la Civilización del Cem Anáhuac. En el
prólogo de su famosa novela “El Ulises Criollo”, Vasconcelos nos da una
descripción brutal de su visión colonial de nuestros milenarios antepasados y
lo que para él significaba la civilización Occidental y la religión Católica.
“En todo caso, la conclusión más optimista que se puede derivar
de los hechos observados es que aún los mestizajes más contradictorios pueden
resolverse benéficamente siempre que el factor espiritual contribuya a
levantarlos. En efecto, la decadencia de los pueblos asiáticos es atribuible
a su aislamiento, pero también, y sin duda, en primer término, al hecho de que
no han sido cristianizados. Una religión como la cristiana hizo avanzar a los
indios americanos, en pocas centurias, desde el canibalismo hasta la relativa
civilización.”
Esta “relativa civilización” es la que
Vasconcelos pretende “salvar” a través del flamante sistema educativo
postrevolucionario. “Educar” para Vasconcelos es occidentalizar y cristianizar
erradicando las Culturas Madre. De modo que si se analiza la propuesta de los
primeros misioneros del Siglo XVI frente a una cultura muy superior a ellos,
especialmente en el tema de educación, Vasconcelos vuelve a tratar de hacer lo
mismo. Redimir, salvar a “los indios incultos” a partir de la cultura y la educación
occidental, de la cual, él era solo un remedo, una copia despreciada por los
europeos.
“junto con la campaña alfabetizadora,
Vasconcelos enfoca como labor preferente “… Incorporar a los indios de las
diferentes razas que pueblan el territorio nacional, a la civilización, para
convertirlos en ciudadanos y productores…”. Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
Es lamentable y vergonzoso que entre el
magisterio mexicano y los especialistas en educación, exista un pobre y
minúsculo análisis crítico de los planteamientos de los “insignes educadores” y
que, en vez de leerlos críticamente, se sigan repitiendo cómodamente los
clichés coloniales, sin conocer a fondo su errada ideología sustentada en la
colonización mental, cultural y el racismo extremo que existe en el país. Los
“padres de la educación moderna de México”, en su mayoría se inspiraban en el pensamiento
“positivista”, compartían con sus diferentes matices la visión de Vasconcelos
en términos generales, como: Justo Sierra, Gabino Barreda, Enrique C. Rébsamen, Gregorio Torres Quintero, Abran Castellanos,
etc.
“La gente de razón”, especialmente la que
posee estudios superiores conoce muy poco, y menos les interesa, los alcances y
logros civilizatorios del Anáhuac, menos aún los egresados de las escuelas
normales, quienes repiten al pie de la letra el discurso histórico de “la
batalla de la noche triste”, con el que posteriormente troquelaran
colonialmente las mentes de sus alumnos. Desde 1521 se partió de que “los
naturales” no tenían alma, es decir, no eran seres humanos, razón por la cual,
“legal y cristianamente” se les podía usar para su beneficio. Este pensamiento
poco cambió en la creación del Estado Mexicano postrevolucionario en 1921, que
tiene una “ideología neocolonial criolla”. En ella, los “indios” primero y
posteriormente “indígenas”, deben ser “integrados” al Estado nación, para crear
riqueza y consumir. Vasconcelos entonces tratará de cumplir las aspiraciones
inconclusas de los primeros colonizadores del Siglo XVI.
“De regreso a Mérida, se realiza la excursión
obligará a Uxmal y Chichén Itza; frente a las ruinas arqueológicas comenta:”…
según el grado de conservación y lo que indican las decoraciones se han
inventado nombres para los restos de las construcciones más grandes: el Templo
de los Guerreros y la Casa de las Monjas, etc. El juego de pelota ocupó un
vasto y bien conservado anfiteatro y así sucesivamente, según avanza la
etiqueta del desenterrador, van apareciendo año tras año prodigios nuevos; pero
todo es uniformemente bárbaro, cruel y grotesco. Sin ningún sentido de belleza;
en el decorado, simple y labor paleográfica. Como no tuvieron alfabeto eficaz
usaron el dibujo y el relieve como lenguaje, lo que fuerza y aleja la línea de
su desarrollo musical desinteresado, que es la esencia del arte. Decoración
utilitaria, que, por lo mismo, no los causa emoción estética alguna; sólo el
asombro de los tanteos y aberraciones del alma humana…”. Joaquín Cárdenas
Noriega. 1982.
El concepto de la educación para Vasconcelos
es civilizar e integrar, entendiendo como occidentalizar y modernizar a los
pueblos campesinos e indígenas. Acabar con todo vestigio de las culturas
originarias emanadas de la Civilización Madre. Erradicar las lenguas, culturas, tradiciones y
costumbres ancestrales que maravillosamente, en un heroico ejercicio de
“resistencia cultural”, los pueblos indígenas y campesinos lograron mantener a
lo largo de casi cuatro siglos y medio de coloniaje, exclusión y
persecución. Se pretende “integrar” al
campesino y al indígena como trabajadores y consumidores de una sociedad
homogénea, monolingüe y “nacional”.
Por esta razón se crean las llamadas “Misiones
Culturales”, una especie de “extensionismo eurocéntrico”, que pretende
“civilizar-integrar-modernizar-mejorar” a los “primitivos y salvajes” nativos
que reacios históricos “al progreso” (occidental), se aferran en su “bárbaras y
rudimentarias culturas”. A estos personajes se les llamó “misioneros” en el
sentido judeocristiano quienes se iban incrustando en las comunidades para
destruir, desarticular y corromper las milenarias tradiciones y costumbres
emanadas de la Civilización Madre. Hasta
la fecha el modelo no ha cambiado en lo esencial. Personas con un bajo nivel
académico y una limitada cultura eurocéntrica, -en voraz acenso social-, van
con la representación del Estado mexicano a través de la SEP a “convertir” a
los masehuales en ciudadanos modernos y productivos.
“El maestro misionero no debe despreciar
ninguna oportunidad para lograr su objeto. Inspírese en el espíritu de los misioneros
franciscanos que cristianizar a los indios y tenga presente que su trabajo es
de amor, de actividad, y de inteligencia. La escuela ha de tener por mira
enseñar a hablar a los niños y a los vecinos el idioma castellano (leerlo y
escribirlo); enseñarlos a conocer su tierra (plantas, animales y minerales);
enseñarlos a explotar a todo trance sus productos regionales para elevar su
condición económica y despertarles la conciencia de su propio valer para
incorporarlo a la masa trabajadora de México.” (Instructivo para capacitar a
los misioneros 1923). Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
Leer para creer, ya es tiempo de retomar con seriedad la educacion, sabemos que al gobierno no le interesa, pero a nosotros como individuos que? Y nuestros hijos y nietos....tienen o no derecho a una verdadera educacion?, con real conocimiento en primer lugar de la historia de nuestra nacion. Reflexionemos todos.
ResponderEliminarProfe. Marin ahora resulta que hasta Vasconcelos es un colonizador....no será que usted ve moros con tranchetes. Anonimo desconcertado :-(
ResponderEliminarHola Guillermo,
ResponderEliminarLa visión que nos compartes de José Vasconcelos Calderón no concuerda con la que se deriva de los siguientes hechos realizados por Vasconcelos:
1) En su libro "La raza cósmica", establece que la raza mestiza de América está destinada a ser la raza que guiará a la humanidad, si el tuviese tan mala idea de las culturas originarias de América, como tu estableces, jamás se le habría ocurrido que la raza mestiza llegará a ser la raza cósmica.
2) Cuando fue rector de la UNAM, año de 1920, creo el lema de la UNAM que dice: "Por mi raza hablará el espíritu", nuevamente se refiere a la raza cósmica, y a su espíritu que hablará por ella, este espíritu solo puede ser el que proviene de las culturas originarias de América.
3) El escudo de la UNAM representa a Latinoamérica flanqueada por el águila y el cóndor, con lo cual realza el mestizaje. Curiosamente, esta águila y cóndor están representados en la parte inferior Oriente de la pirámide de Mayapán, ciudad fundada por Quetzalcóatl-Kukulcán.
4) Le dio gran importancia a Quetzalcóatl, y no ha habido otro funcionario público en México que lo iguale o supere en esto.
Por lo antes expuesto, vemos que Vasconcelos si valoró y le dio gran importancia a las culturas originarias de América y a la raza de bronce.
ATTE: Ing. Manuel Rosado Sarmiento
Estimado Ing. Manuel Jesús Rosado Sarmiento…
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir su respetable punto de vista.
Lo invito a que re-lea con atención la primera de las dos partes del ensayo, la segunda es “más intensa”. Sí usted observa estoy citando al propio José Vasconcelos y no pongo ideas mías en sus propias palabras. Además, cito a terceros que analizan su obra y los propis textos de Vasconcelos.
No fue solo Vasconcelos, él y otros educadores, son parte de un proceso colonial en el que hemos vivido estos cinco siglos. Tenemos que empezar a despertar una “conciencia crítica y analítica”. Si el Estado no tuviera una ideología neocolonial, los pueblos indígenas y campesinos, ni la mitad de la población vivirían en la pobreza, ni 2450 familias en este país tendrían toda la riqueza que tienen. El país se nos está viniendo abajo, justamente, por no ver la realidad y seguir simulando “mitos caducos”.
No se puede tratar de seguir tapando el Sol con un dedo colonizador.
Saludos cordiales.
Estimado colega:
ResponderEliminarMe parece muy interesante y provocador el Vasconcelos que usted nos presenta. Sin investigar todavía, creo que tiene usted razón porque lo que es bueno para SEP es malo para los profesores y alumnos, eso está comprobado. Pero tiene usted razón, si el gobierno nos presenta a Vasconcelos como un héroe de la educación...debemos empezar a sospechar. Investigaré y muchas gracias. Profesor Hilario Martínez.
¡Estupendo! Maestro Marín, gracias por empezar a quitarnos la venda de los ojos y mostrarnos “con qué y de qué” está hecha la estructura colonial ideológica que nos hace ciegos a la realidad. Como este personaje, Vasconcelos, una estrella más del canal de las estrellas del sistema, se tiene que desnudar a otros “iconos y arquetipos” del sistema. Habría que revisar a Benito Juárez, porque como liberal y reformador, si viviera, hoy estaría en el PRI, sería neoliberal y apostándole a las reformas de Peña Nieto. La verdad nos hará libres. Felicidades. Ricardo Meneses.
ResponderEliminarJosé Vasconcelos terminó frustrado porque le quitaron la presidencia (nada nuevo en México) y se cargó a la derecha. De viejo, admiraba a Hitler y a Mussolini, muy europeizado para mi gusto y además facha. Anónimo desconocido.
ResponderEliminarEs cierto. Maldito sea Vasconcelos. Por su culpa me discriminan más peor en las escuelas...xD
ResponderEliminarEstoy escribiendo un libro sobre eso, precisamente. Le mostraré a México de qué lado masca la iguana...xD