Somos una de las seis
civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del mundo. La que alcanzó el
más alto nivel de desarrollo humano para todo su pueblo. La que le ha dado más
de cuarenta y dos productos al mundo, como el chocolate, la vainilla y el
amaranto, entre muchos otros.
La que inventó el maíz. La que inventó y usó el
cero matemático antes que nadie.
La primera en crear una calculadora llamada
nepohualtzintzin.
La primera que hizo trepanaciones.
La primera que tuvo un
sistema de educación, obligatorio, público y gratuito.
La que nunca inventó
armas. Con las que heredamos de periodo Prehistórico, con esas nos defendimos de la agresión e invasión europea.
La que no usó moneda ni propiedad privada. Ochenta años antes de la invasión los mexicas empezaron a usar el cacao como instrumento de cambio, pero no era una monada porque se podría y no se podía atesorar.
La que aplicó, antes que
nadie, la democracia participativa a lo largo de por lo menos tres mil
quinientos años y que sigue vigente en cientos de comunidades indígenas y
campesinas en la actualidad.
Son infinidad de aportaciones a la humanidad que
son sistemáticamente escatimadas y muchas han sido apropiadas por la cultura
occidental, asumiéndolas como suyas.
Pero ahora deseamos referirnos en especial
a la invención del tiempo. Porque somos la civilización que “inventó” el tiempo
exacto para toda la humanidad. (El que la gente no sepa esto, es una forma de
mantenerla sometida.)
Todo comenzó hacia el sexto
milenio aC., cuando se inventó la agricultura, lo que implica, -no solo la
domesticación de plantas silvestres-, sino la invención del maíz y la milpa,
base del sistema alimentario del Anáhuac.
Sin que nadie nos trasmitiera el
conocimiento, nuestros Viejos Abuelos, por si solos y a lo largo de muchas
decenas de siglos fueron investigando, sistematizando y trasmitiendo el
conocimiento, para crear en los primeros cuatro mil quinientos años “la
pirámide de desarrollo humano del Anáhuac”, que implica: un eficiente sistema
alimenticio, un eficaz sistema de salud, un competente sistema educativo, y
finalmente, un solvente sistema de organización, que permitirá, que en el año
mil quinientos aC., apareciera la cultura olmeca en el vasto territorio del Cen
Anáhuac.
Y justamente este es “el inicio”
del gran proyecto civilizatorio. Ya satisfechas las necesidades de orden
material, con la infraestructura técnica, científica y ética, los Viejos
Abuelos se lanzan a su gran desafío, “medir el tiempo”.
Esta es la razón del
nombre de la Cultura Madre, la cultura olmeca, que en lengua náhuatl, -la
lengua franca desde Nicaragua hasta Alaska-, “ollín” es igual a movimiento,
“mecatl” es igual a medida, traducido como: “el pueblo que mide el movimiento”.
En efecto, el tiempo no existe,
es una abstracción de la medida del movimiento. Es decir, el movimiento de
rotación que hace la tierra sobre su propio eje nos da el día, y el movimiento
de traslación en torno al Sol nos da el año y así sucesivamente en sus
diferentes partes y diversos referentes, hasta llegar a “la cuenta larga” de
25,625 años.
Quetzalcóatl olmeca
Para llegar al ser humano en
plenitud, deben estar satisfechas sus necesidades de subsistencia material,
para después pasar a las necesidades de trascendencia de la existencia en un
orden superior.
Cuando un ser humano se plantea ¿quién soy yo, de dónde vengo,
a dónde voy, y en dónde estoy?, se puede afirmar que ha dejado un estadio
básico elemental de existir, para pasar
a un nivel superior que busca “la trascendencia”, más allá del orden material
de la vida.
Para comparar el grado de desarrollo y
conciencia de sí, de los españoles en 1492 y el de los anahuacas, diremos que
los primeros tenían una religión reciente en la península, que había tenido
muchos cambios desde el año 325 en que se creó en el Concilio de Nicea y
que pensaban que la Tierra era plana.
Los Viejos Abuelos tenían una religión
propia, nacida y desarrollada por lo menos con tres mil años de antigüedad, y
sabían, desde por lo menos el año 3114 aC. (Estela de Chiapa de Corzo), que la
Tierra era redonda, que estaba en un sistema solar y éste formaba parte de una
galaxia, y que la Tierra tardaba 25,625 años en darle la vuelta al centro de la
galaxia.
Sin embargo, cuando llegó
accidentalmente a Ixcachillán (continente) Colón, en una empresa mercantil
financiada por los “mercaderes” europeos, decretó que los seres humanos
encontrados eran “animales”, y en tal condición, estaban al servicio de la
supuesta superioridad “bíblica y aristotélica” (Ginés de Sepúlveda) del hombre
europeo.
Desde ese fatídico 12 de octubre de 1492 hasta nuestros días, los
extranjeros avecindados, que siguen llegado a hacerse ricos, nos han
deshumanizado, tachándonos de salvajes, caníbales, primitivos. Explotando al pueblo invadido con encomiendas, haciendas, fábricas, maquiladoras, salario mínimo y televisa.
La colonización antes que nada es MENTAL, si seguimos pensando como Hernán Cortés, Bernardino de Sahagún y Enrqiue Krauze, nunca podremos salir del calabozo de la colonización. Tenemos que despertar de la catatonia y descubrirnos con nuestros propios ojos y nuestro corazón verdadero.
Descolonizar es un acto de dignidad y de soberanía intelectual.
Viste
www.toltecayotl.org
Milgracias maestro por seguir compartiendo su conocimiento para descolonizarnos mentalmente y continuar aprendiendo y conociendo la historia verdadera de nuestros ancestros y la grandeza de nuestra cultura milenaria. No rendirnos ante el capitalismo salvaje y continuar esforzandonos para lograr una educación verdadera llena de conocimiento y verdad y dejarnos de impresionar por los espejos con brillo y las cuentas de metal.
ResponderEliminarReciba un respetuoso saludo y gratitud por compartir su conocimiento.
Como muestra de gratitud difundir lo que tan amablemente comparte.
Atentamente
Ignacia Glez-Fuentes.
Gracias por esta clara visón objetiva de nuestra realidad. Si necesitamos despertar del estado de hipnosis generalizada de los lobies del capitalismo y del mundo Televisa. Es tiempo y tenemos todos los recursos. Sólo falta consciencia y ganas.
ResponderEliminarA juntar voluntades eso es lo que empezamos a hacer.
Ya llego en momento del despertar.
Enirak .