México fue creado en 1824 por un puñado de criollos y
gachupines que, después de 11 años de guerra, deciden hacer las paces y crear
su propio país.
En estos 194 años, siempre un puñado de vivales se ha
enriquecido explotando al pueblo y sus recursos naturales, en medio de la
corrupción y la impunidad.
Desde el inicio, el proyecto económico de esta
élite, ha sido la entrega de la nación a los países y capitales extranjeros.
Desde que se impuso el neoliberalismo económico, los dirigentes nacionales se
han encargado de desmantelar al Estado mexicano.
No solo entregando las
empresas paraestatales, sino llegando a boicotear hasta la quiebra a las
empresas que no podían entregar, especialmente las energéticas.
En el regreso
del PRI, después de la decena trágica del panismo, la clase política se
desquició, destruyendo las instituciones del Estado a través de una voraz
corrupción.
Han robado literalmente absolutamente todo lo que han podido, sin
mediar vergüenza, recato y pudor alguno. A plena luz del día, cambiando las
leyes, aprovechándose de las instituciones, y usándolas para sus intereses
personales.
Hicieron TODO lo que les permitió su bajeza, irresponsabilidad y
cinismo, en los tres poderes y en los tres niveles de gobierno.
Creyeron que la
impunidad los iba a proteger hasta el fin de su vida.
Pensaron que el pueblo
iba, mansamente, a aguantar y que, con una torta, un refresco y unas láminas,
tendría su voto duro para seguir en la bacanal de corrupción.
Pero el pueblo, harto
de tanto abuso y depredación, decidió votar en contra de la corrupción, el
abuso y la irresponsabilidad.
El nuevo gobierno anuncia 50 medidas para iniciar el camino
de regreso al Estado de Derecho. De inmediato saltan los corruptos
consuetudinarios. Los que han hecho del abuso y la ilegalidad, una forma de vida.
Los que vivieron de los indebidos e inmorales privilegios expoliados del
erario. No están dispuestos a que se toquen sus “sagrados privilegios”.
Amenazan que robarán si se atreven a reducir sus ingresos y canonjías. Como
hienas y chacales heridos, no están dispuestos a soltar su hueso.
En medio del
rechazo, molestia e indignación nacional, se defenderán “con la ley en la mano”,
sus inmorales privilegios.
Gente parásita que no podría, por su propia
iniciativa, vivir con los ostentosos lujos y grandes derroches.
Por ejemplo, un
ministro que gana en un mes, lo que un trabajador tiene que pagar en 30 años,
para tener una casa de interés social.
Esto nos permite ver el tamaño de
corrupción. En los poderes Judicial y Legislativo, la cleptocracia dará la
batalla en contra del pueblo y el Estado, que ya les lanzó un “ya basta”
contundente en las elecciones.
Este es el momento en que la patria fundada en 1824, necesita
de las mejores personas. Se requiere gente dispuesta a SERVIR A LA PATRIA.
Personas que estén dispuestas a sacrificar, no la vida, sino la fatua ilusión
de tener una vida con lujos y privilegios indebidos.
Funcionarios que funcionen
con el elevado interés “del bien común”, que estén preocupados por la gente sin
trabajo, sin servicios de salud; niños y jóvenes sin escuela, familias sin
techo o sustento.
El país necesita de gente que esté preocupada por servir a la
gente. Por hacer de este país, un lugar seguro, digno y confiable. Gente que
este dispuesta a servir a la patria, no servirse de ella.
La patria fundada en 1824 está amenazada en estos momentos.
Lo que se ha perdido, -en esencia-, son los VALORES Y PRINCIPIOS.
La patria
siempre ha pertenecido y favorecido a unos cuantos.
México siempre ha sido de
los vencedores.
Los vencidos siempre han perdido en estos 194 años.
Pero…debemos
de recordar que, en este país, también tenemos MATRIA.
Es decir, la Cultura
Madre, que desde hace diez mil años nos ha dado todo cuanto tenemos.
Esa Madre
que, aunque la despreciemos, la desvaloremos y la denigremos, nunca nos ha
dejado y siempre ha estado ahí.
Con su maíz, frijoles, calabazas, chile,
nopales, la que nunca nos ha dejado solos. Plena de tradiciones, valores y
principios cuajados de sabiduría perene.
Será que es el momento que los hijos de la Matria salven al
país. Quién estará dispuesto al sacrificio de sus intereses personales, por el
bien de México.
Será que los nuevos funcionarios en verdad predicarán con el
ejemplo.
Será que el futuro presidente, no solo no robará, sino que, en verdad,
no dejará que “su gente” cometa los mismos errores en el ejercicio del poder
que los gobiernos anteriores.
Quién estará dispuesto a llevar una ejemplar vida
republicana en la función pública. Será este el principio del fin del “estado
de corrupción”. Será que después de casi dos siglos, por fin llegará “un
gobierno del pueblo y para el pueblo”.
Un país no lo cambia un hombre o un partido político.
Será que,
así como votó el pueblo, así apoyará las medidas anticorrupción, comenzando con
la responsabilidad de ser un ciudadano escrupuloso en el cumplimiento de sus
obligaciones, la ley y la norma. Este es el punto amable lector.
Estará el
pueblo verdaderamente harto de esta podredumbre, que impulsará la toma de
conciencia ciudadana.
Vivimos un momento histórico de la patria.
No solo fue
rechazar en las urnas la corrupción, ahora sigue lo más difícil, el rechazo de
una inercia corrupta en la forma de vivir en sociedad.
Ese es el verdadero
desafío.
Descolonizar es concientizar.
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Amlo corre el riesgo de fracasar. La gente voto por el masivamente , pero lo extraño es que el poder respetó la voluntad popular. Esto sería esperanzador, o reflejo de la aceptación de su perdida de hegemonía, pero hay un presentimiento de que hubo algún tipo de arreglo, y esto en México suele llevar a la nacion a desengaños y simple continuidad del Status Quo, como paso con Fox hace 18 años. Amlo tiene para si una misión muy compleja. El tiempo hablara , y si se demuestra que el tabasqueño solo pactó con el poder , no castiga debidamente a tanto 'gobernante' por sus crímenes contra su propio pueblo, no pone en paz relativamente al país, y mejora la distribución de la riqueza , cosas muy malas van a pasar. México está en un estado de putrefacción, sujeto a un poder extranjero, no posee autodeterminacion ni destinos propios, y lo peor , su pueblo apenas subsiste en la peor pobreza material y mental, colonizado hasta el tuétano. Amlo es una esperanza para millones, odiado por otros, por ignorancia o por lo que potencialmente representa que es el poder de los pobres, los marginados, los jodidos. En este país, simbolizar al menos la activa oposición a los potentados, los criollos, los grandes jerarcas, es peligroso. Ya veremos qué hace Obrador, ojalá mejore al menos un poco la situación del país y las mayorías. Si fracasa , esos millones que lo impulsaron , lo detestaran y se confirmará el dicho de que todos los políticos son lo mismo. Al fallo de amlo emergerán otras opciones. Y no se sintetizaran en simple encono controlable por el poder. La gente perderá la paciencia, y esto no augurara más que violencia y la interrupción de la paz como no se ha visto desde 1910.
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