El próximo primero de enero, se
cumplen 25 años del estallido social que ha transformado el mundo moderno.
Un
cuarto de siglo en que los anahuacas más ilustres de este país, llegaron a la sabia
y digna conclusión, que era preferible morir por las balas del ejército, que de
hambre o de enfermedad, y dijeron un rotundo y sonoro ¡Ya basta! y se
levantaron en pie de guerra.
La otra fecha significativa para las personas
consientes y descolonizadas es el 21 de febrero, cuando se cumplen 500 años del
inicio de esta invasión, que llega hasta nuestros días, y que, pareciera que no
termina.
La infame voracidad, insaciable y depredadora, de los extranjeros y de
los hijos de sus hijos, que siguen llegando a asesinar explotar y engañar a
nuestra gente.
Extranjeros que explotan y contaminan impunemente nuestros
bosques, montañas, playas y aguas.
Quinientos años en que hemos sido
despreciados y despojados de nuestra memoria histórica y nuestra identidad
cultural ancestral.
Quinientos años que nos han forzado a olvidar, quiénes
fueron nuestros gloriosos antepasados, cuáles sus grandes e impresionantes
logros de organización, de educación, de salud y alimentación.
Sus
impresionantes avances y descubrimientos de las matemáticas, la física, la
astronomía, la ingeniería y la arquitectura. Quinientos años de no saber
quienes en verdad somos, todos y cada uno de nosotros, de no saber, qué es lo
que deseamos y qué es lo que no queremos.
Quinientos años, como dijo el poeta
Octavio Paz, de “vivir en un laberinto de soledad”, de ser extranjeros incultos
y ajenos a nosotros mismos en nuestra milenaria tierra y en nuestra Madre
Cultura.
Amable lector, dos fechas muy
significativas. La primera nos demuestra que, “si se puede decir ya basta” al
capitalismo global, a la banca internacional, a las mega empresas trasnacionales
y a los gobiernos locales corruptos.
Reconocidos en los sectores de pensamiento
más avanzado del planeta, los anahuacas mayas de Chiapas, son el inicio del
despertar en Europa y E.U. Y, sin embargo, por el vasallaje y la feroz
colonización de los dueños de este país, la mayoría de los mexicanos no conocen
la proeza del EZLN.
En vez de ser un ejemplo a seguir por comunidades, pueblos,
colonias, ciudades, sindicatos, organizaciones sociales, están en el escarnio y
en la desvaloración de su valiente ejercicio de libertad y dignidad.
Todos
están en contra de los “indios revoltosos de Chiapas”. Tanto partidos
políticos, como estudiantes, intelectuales y artistas, que sufren de la
colonización cultural.
Su eurocentrismo, malinchismo y, sobre todo, su racismo
e ignorancia, los hacen perder el camino y la oportunidad de liberarse de las
cadenas de la esclavitud mental, material y espiritual.
Porque si algo nos
enseña la digna lucha de los 250 mil anahuacas mayas de Chiapas, es que, “El
futuro de este país, está en el conocimiento de la historia y sabiduría del
pasado milenario”.
Este es el punto amable lector. Pareciera que las mentes más
lúcidas, que pretenden “rescatar y
transformar a México”, no conocen la Toltecáyotl. Insistimos una vez más,
“no se puede salir del calabozo de la colonización, con las ideas eurocéntricas
de nuestros carceleros”.
Los zapatistas nos enseñan el camino. Nos demuestran
que “el mandar obedeciendo”, la comunalidad, el bien común sobre el interés
personal y los valores ancestrales de la familia, son un legado vivo del
Anáhuac, con el que, se puede y se debe, construir una forma de vida, justa y
humana.
Monumental cátedra de honor y dignidad.
Entiéndase bien, son con estos
valores, principios, conocimientos, con esta milenaria sabiduría con la que se
puede reconstruir este país. En esta tierra que pisamos, desde el 21 de febrero
de 1519, se han creado dos bandos, dos grupos, dos formas de ver y entender al
ser humano, la vida y el mundo.
“Los tradicionales”, aquellos que pretenden
mantener una de las formas de vida más exitosas de la humanidad, de la llamada,
civilización del Anáhuac.
Y “los modernos”, que a sangre y fuego han impuesto
una forma externa de vivir. La “modernidad” llegó al Anáhuac, primero de
España, después de Francia y ahora de E.U. Los modernos imponen su lengua, sus
valores, sus costumbres. Los tradicionales defienden la permanencia de sus
milenarias lenguas, valores y costumbres.
Los modernos los representan en el
principio: Hernán Cortés, Malinche e Ixtlilxóchitl. Los tradicionales los
representan: Gonzalo Guerrero, Xicoténcatl y Cuauhtémoc.
Aquí y ahora, en México y a 500
años de la invasión, pareciera que se define el destino de la humanidad. Un
verdadero choque de civilizaciones. La Civilización Occidental, moderna,
eurocéntrica, capitalista, racista, patriarcal, materialista, individualista y
consumista.
La civilización más tóxica y necrófila que ha existido en los diez mil años, y que, con apenas 500, no solo
está poniendo en peligro de muerte a la especia humana, sino al mismo planeta.
Por el otro lado, la Civilización del Cem Anáhuac, la que ha alcanzado la más
alta calidad de vida para todo su pueblo por más de diez siglos, y una de las
seis más antiguas y con origen autónomo del planeta.
Una civilización que ha
sobrevivido a su muerte histórica, y que, representa, los valores, los
conocimientos y la sabiduría más decantada y eficiente para vivir en armonía,
entre los seres humanos, con la “Madre Querida” y con el espacio de lo sagrado
y lo divino.
Es tiempo que cada persona con conciencia y dignidad, diga un ¡ya basta! Que acepte que estamos colonizados, enfermos, intoxicados y que somos adictos a una forma de vida que nos está conduciendo a la muerte.
Necesitamos cambiar nuestra idea del mundo y de la vida. Para verdaderamente “TRANSFORMAR” este país, necesitamos, primero, transformarnos nosotros mismos.
Es tiempo que cada persona con conciencia y dignidad, diga un ¡ya basta! Que acepte que estamos colonizados, enfermos, intoxicados y que somos adictos a una forma de vida que nos está conduciendo a la muerte.
Necesitamos cambiar nuestra idea del mundo y de la vida. Para verdaderamente “TRANSFORMAR” este país, necesitamos, primero, transformarnos nosotros mismos.
Necesitamos
comer sano, desintoxicarnos mental y emocionalmente, y dejar de ser adictos al
consumismo. No existe ningún camino recorrido en la vida, que antes, no se recorra hacia
adentro. Descolonizar es dignificar.
www.toltecayotl.org
www.toltecayotl.org
Nuestros mejores deseos para este nuevo año a todos los amigos que nos
hacen el favor de leernos”.
Está publicación es simplemente esclarecedora. Aunque tengo discrepancias con respecto a la conducción militar del movimiento neozapatista y las formas de sus jefes, debo decir también que les tengo un gran respeto, pues trabar combate con el ejército de ocupación , que los superaba en todo no lo han hecho desde entonces muchos. Tengo la plena seguridad de que algún dia en el futuro, y esto no será muy lejano, alguien llegará a sus tierras y les pedirá su fuerza para, por fin , acabar con este tiempo del no tiempo. A este alguien no le importarán las profecías, pero si le interesará cumplirlas. Mientras no queda más que dar apoyo a la causa , no de Marcos, si no de los pueblos originarios, dueños irreductibles de este país mal llamado México. Ignorar a los que llenan su miseria defenestrando algo que no conocen, algo que les da miedo, pues se han criado de rodillas, implorando siempre a sus amos blancos, adorandolos como dioses y poniendo , inclusive , su inútil vida de por medio en defensa de sus explotadores. Esa es la mentalidad del esclavo. Son ovejas, y sus amos, perversos depredadores. Se llenan la boca de odio contra si mismos , contra sus hermanos. Se autodesprecian , arman todo un circo en defensa de los putridos criollos. Le tiran con todo al EZLN, aclaman a títeres del paramilitarismo como héroes, niegan que el EZLN sea un ejército. Y no faltan las bestias del ejército de ocupación haciendo alardes de que fue un placer hacer pedazos a los mal armados milicianos, cuando a muchos de ellos los bajaban de sus transportes obrandose encima. Fuerza y vida al zapatismo!!!! Ya vendrá el momento del ahora sí tu o yo.
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