sábado, 6 de septiembre de 2008

EL ESTADO QUE GUARDA LA NACIÓN… “de los criollos”.


Lo que hoy llamamos “México”[1], es un país creado hace apenas 187 años por los criollos[2] en 1821, sobre lo que fue El Virreinato de la Nueva España, que duró 300 años (1521-1821); que a su vez, se sobrepuso a la civilización del Anáhuac[3], que tuvo un desarrollo humano endógeno de más de 7500 años, y que debido a una invasión, ha sido negada y explotada durante los últimos 479 años.


Los criollos traicionaron a sus parientes los gachupines
[4], a quienes siempre envidiaron, pero que históricamente jamás han podido superar en los aspectos económico, político y militar. En efecto, los gachupines explotaron al Anáhuac y enriquecieron a la corona española durante la Colonia, pero fueron traicionados por los criollos, quienes iniciaron una rebelión utilizando el rencor y el hartazgo de los indígenas, por una parte. Y por la otra, los problemas que vivía en ese momento la corona, dado que Napoleón I había invadido España y tenía prisioneros a los reyes. Al triunfo de esta guerra entre hermanos, los criollos expulsaron a los gachupines, lo que propició que “su país”, llamado México, que iniciará con dos grandes problemas que han venido arrastrando hasta nuestros días.

El primero fue la primera fuga de cerebros y capitales. La segunda, es que los criollos se dividieron en dos bandos e iniciaron una guerra civil durante gran parte del siglo XIX. Los criollos agrupados como: masones yorkinos o escoceses, liberales o conservadores, prisitas o panistas, han venido luchando por “construir el modelo de su país”. En esta lucha ha sido totalmente excluida la Civilización Madre indígena, con sus pueblos, culturas y valores.


Desde 1821 el modelo ideal de los criollos ha sido y sigue siendo, debido a su incapacidad y grandes limitantes, el de fincar el desarrollo “de su país”, en la entrega de los recursos naturales y la mano de obra de los pueblos invadidos a los capitales extranjeros. Ha este modelo se debe sumar el vicio de origen que han tenido los estadistas, políticos y funcionarios del país de los criollos, son cleptómanos incurables por naturaleza.


Esta fue la visión y la realidad de Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna, Benito Juárez, Miguel Miramón, Tomás Mejía, José Limantour, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Miguel Alemán, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, entre sus más significativos y recientes personajes. Nada nuevo ha pasado desde Iturbide hasta Calderón. Es el mismo modelo económico, la misma incapacidad y el mismo vicio de la cleptomanía. Ante la total incapacidad de generar riqueza, la entrega de la mano de obra y los recursos naturales de la Nación ha sido “su solución”.


En efecto, los criollos nunca han sentido a esta tierra y a su gente como su “verdadera madre” y sus hermanos. Nunca han, en verdad, amado y respetado a este generoso pueblo que las ha dado asilo y ha esta tierra que les ha dado lo que la suya les negó. Los nativos, aborígenes, indios, yopes, nacos, son denostados y menospreciados. Tanto en su morfología, su color, sus tradiciones, fiestas, creencias, usos y costumbres, como en su profunda espiritualidad. El país de los criollos, este “su México”, sea hispanizado, afrancesado o agringado, siempre se ha construido en la simulación y la hipocresía. Sea en los discursos políticos, sociales, educativos y culturales. Se dice una cosa a favor del pueblo y siempre se hace exactamente lo contrario. “Este país” ha sido clasista, racista e hipócrita.


Los criollos siempre, desde 1821 están salvando “su patria”. No se le reconoce ningún valor a la Civilización invadida, por el contrario, siempre ha significado un lastre, una vergüenza, una “mínima” parte de la historia que hay que olvidar o borrar. Los modelos socioculturales en estos quinientos años de colonización han sido: trescientos español, cien como francés y los últimos cien Norteamericano. Para la cultura colonizadora los indígenas y los mestizos han sido y son un estorbo. Se les ha tratado de “cristianizar, civilizar, integrar, desarrollar, modernizar, globalizar, pero nunca se les toma en cuenta.


Pero sobre todo, este “su país”, se ha construido a través de la violencia, la injusticia, el engaño, la impunidad y la corrupción. Desde 1521, al declarar a su invasor un héroe. Entre Hernán Cortés y Carlos Slim no hay la mínima diferencia (se trata de engañas, robar y depredar) y todos los “mexicanos” con la ideología criolla, encuentran en estos personajes a sus referentes de éxito y triunfo personal. México siempre ha sido un lugar para infringir la ley con el cobijo de las autoridades, sean civiles, militares, económicas o religiosas.


El criollismo es una ideología, no es una cuestión étnica. Es una forma de ver y entender el mundo y la vida, en la que no existen límites, principios y valores. No existe responsabilidad histórica, social, cultural, ambiental y mucho menos espiritual con el pueblo y la Nación. Se trata de abusar sin límite y sin medida. Entrar en el fenecí del presuroso enriquecimiento ilegitimo, sea en el gobierno o en la iniciativa privada. El poder criollo se mide a través de la impunidad y la corrupción. El criollismo se ve lo mismo en los extranjeros avecindados, que en sus hijos y nietos, pero también se ve en los mestizos e indígenas. El criollismo es una ideología que nos destruye.


Después de 187 años el modelo se ha agotado. Los criollos se acabaron a “la gallina de los huevos de oro”. Fue tanta su voracidad, que se atascaron hasta empantanarse en la injusticia y el abuso. Han explotado tanto al pueblo y han pasado por encima de la ley y de “los morenitos”, que ya se derramó el vaso. El crimen organizado y el narcotráfico han tomado por la fuerza de la violencia la seguridad de todos, muy pocos están a salvo. Las élites del poder económico y político están, como siempre, asustadas y totalmente rebasadas.


Aparentemente el secuestro y asesinato de un hijo de un empresario han puesto a “la sociedad” a exigir que se detenga la impunidad, la violencia, la corrupción. Se exige ¡El Imperio de la Ley¡ Pero… las clases acomodadas de México han sido los beneficiarios históricos de la falta del cumplimento de la ley y la justicia. De hecho, “su país” se estructura en la injusticia, en el abuso y el uso faccioso del poder del Estado. Esto es la esencia del poder colonial, sí hubiera justicia y respeto a la ley, no existirían los centenarios problemas estructurales que generan la violencia.


Han empobrecido tanto al pueblo, han llegado a tanta explotación, a tanto abuso, que la violencia ya se generalizo y llegó a ellos. Más de la mitad del pueblo vive en la pobreza. Somos el país de América latina que más injusto reparto de la riqueza tiene, el país que menos crece y el que más exporta pobres a E.U. El 20% de los mexicanos han ten ido que huir a E.U. El único negocio que han sabido hacer los criollos es crear pobres.

Dos pesos de aumento al salario mínimo es la violenta respuesta de las elites políticas y económicas a la pobreza, generador de la violencia. El aumento de los combustibles a precisos internacionales, es la receta de los criollos y le dan dos pesos para que coma, se eduque, viva y se transporte. Han entregado dócil y sumisamente la tierra, los recursos naturales, la auto suficiencia alimentaria, la mano de obra, al voraz capital internacional. El gobierno mexicano, históricamente, desde Iturbide hasta Calderón, ha estado al servicio de los dueños del dinero. Muy pocas veces ha estado del lado del pueblo.


Ahora se reúneme los tres poderes y los gobernadores para solucionar este problema histórico con 75 puntos. Cómo solucionarlo, sí ellos mismos son parte del problema. Y una parte muy importante. En esa reunión estaban personas que generan y encubren la impunidad, la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado. Comenzando con un Ejecutivo, que no es aceptado por la mitad de los votantes de este país. Viene de unas elecciones cuestionadas y él mismo, no quiso validarse al no aceptar limpiar la elección. De modo que en el mejor de los casos, Calderón es el presidente 0.56%... en el mejor de los casos.


Pero en esa misma mesa se sentaron gobernadores que tienen crímenes, delitos e injusticias en su contra, no aclarados. Gobernadores que han protegido a narcotraficantes, pederastas, delincuentes o a empresas trasnacionales, que han actuado en contra de los intereses de la Nación y del pueblo. Jueces que han protegido al crimen organizado, a los narcotraficantes, secuestradores y a pederastas. Diputados y Senadores que se la pasan pelando como perros y gatos, legislando al vapor para los intereses extranjeros y de los ricos. Funcionarios que están al servicio de intereses privados, nacionales y extranjeros, lo mismo devolviendo miles de millones de pesos vía exención de impuestos, que entregando contratos ilegales o terrenos y reservas naturales o empresas paraestatales. ¿Cómo es posible que ellos hagan cumplir la ley?… ¡Comenzando con el mismo Presidente de la República!


“Éste país”, el de los criollos, ha tenido constantemente estallidos sociales de carácter regional en toda su geografía a lo largo de toda su pequeña historia. Pero dos grandes explosiones sociales han sido de carácter nacional, la de 1810 y la de 1910. Estas explosiones sociales se dieron, en gran parte, porque se rebasaron los límites del abuso, la injusticia y la violencia. La explotación se desbordó, se salió de control y colmaron al pueblo. Lo más lamentable de todo esto, es que estamos volviendo a vivir el proceso de “estallamiento social”, y de nuevo los ineptos criollos, no pueden impedir que esto suceda.


La historia por desgracia nos enseña que a un pueblo en estallido social, no lo pueden sofocar con el ejército o las policías. Pero también, la historia nos enseña que, con estos estallamientos, el que siempre pierde es el propio pueblo y la Nación. Pues en nada se resuelven los problemas históricos y estructurales de una nación colonial en manos de criollos ineptos, raposos y cleptómanos. Después de tanta destrucción y muerte, los únicos que ganan son los capitales extranjeros al validar el poder del espurio vencedor. Todo se reduce a un “quítate tú, para que me ponga yo”. Todo cambia para seguir igual.


[1] México viene de mexica y era el nombre de la ciudad de los aztecas, “México Tenochtitlán”
[2] Hijos de españoles nacidos en América que ocupaban un lugar secundario en el Virreinato
[3] Nombre en lengua náhuatl para lo que hoy es el país y parte de Centro América y que significa “La tierra rodeada de las grandes aguas”
[4] Españoles nacidos en España, quienes encabezaban el Sistema de Castas con todos los privilegios

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