En Bolivia se esta librando en estos momentos una batalla decisiva entre la ideología criolla neocolonizadora-explotadora y la voluntad y dignidad de los pueblos indígenas. Se pretende acabar la colonización que se inició hace 506 años. Este puede ser el principio del fin de una larga cadena continental de injusticias y crímenes en la total impunidad institucional.
Hace cinco siglos se inició la matanza más grande de la historia de la humanidad. En menos de cien años, Colón, sus hijos, Cortés, Pizarro y todos los aventureros facinerosos que llegaron a depredar, robar, explotar, violar y matar, llevaron a cabo el genocidio de 200 millones de personas. No solo fueron asesinados con cuchillo y arcabuz, trabajo esclavo y encomiendas, sino fundamentalmente se llevó a cabo la primera “guerra bacteriológica” del mundo. El sarampión y la viruela diezmaron a los indefensos pueblos autóctonos. Robar, explotar, depredar y matar han sido “los cuatro jinetes del Apocalipsis” que han azotado a los pueblos originarios, desde 1492 hasta la fecha. En cinco siglos nada ha cambiado.
La “gente decente” no quiere tocar estos temas. Le son incómodos y pretenden encubrirlos diciendo que: “no todo fue malo” y que con la conquista llegó también la cultura, la religión y el idioma español a los pueblos salvajes y primitivos. Las buenas conciencias argumentan que “lo pasado pasó, y que ahora somos, felizmente mestizos”. Pero la brutal realidad nos demuestra que no es pasado. Que las matanzas se siguen dando, que el despojo esta a la orden del día, que la violencia aplicada a indígenas, campesinos y lumpen proletariado en toda la llamada América Latina es cotidiana e intrascendente. El racismo, el clasismo, el desprecio por las culturas originarias de las personas con rasgos y morfología indígena es innegable, bástenos ver la televisión comercial de México, Guatemala, Bolivia o Perú, países con una mayoría indígena. Solo gente rubia o blanca tiene acceso a la tv, a la riqueza, a la tecnología, a la educación, a las oportunidades. El continente entero sigue viviendo un deshumanizado sistema colonial y siguen existiendo de manera solapada dos clases de personas: los vencedores y los vencidos.
El caso de Bolivia es realmente muy importante, pues en ese pequeño país, más del 80% de los habitantes son de origen indígena. Una pequeña elite de blancos tiene el poder económico y político, y no vaya a creer el amable lector que son descendientes de Pizarro o de Pedro de Anzures, sino son centro europeos que llegaron a Bolivia en la década de los años setentas, con una mano a tras y otra adelante, y ahora son los dueños del país.
Pues bien, en Bolivia los indígenas se han organizado. Han usado los medios legales que la “democracia de los Mercaderes” les permite y a partir de su voto y de una concientización y lucha por sus derechos negados durante quinientos años, han tomado el poder. Es la primera vez en la historia de los pueblos originarios del continente que los indígenas toman el poder. Siempre han sido mayoría, pero pese a ello, han sido masacrados, explotados, vejados, engañados y se han impuesto los intereses depredadores de los colonizadores sobre ellos. La historia antigua y actual no miente. A través de golpes de Estado, de asesinatos, masacres y corrupción, cuando un pueblo ha intentado liberarse de los criollos explotadores, que siempre se han aliado con las potencias y capitales extranjeros para mantenerse en el poder, son negadas sus aspiraciones de justicia y de igualdad. A sangre y fuego se ha mantenido el sistema neocolonial en América latina. Actualmente la CIA esta apoyando a los criollos bolivianos, que se han atrevido, soberbia y prepotentemente a entrar en rebeldía en contra del gobierno y el pueblo boliviano. En su cabeza y en su corazón no pueden aceptar que los indígenas piensen, se organicen, luchen pacíficamente por sus derechos históricos a ser seres humanos, con los mismos derechos y oportunidades que ellos.
La razón del pueblo de Bolivia, es la misma razón de los pueblos de Perú, Ecuador, Paraguay, Colombia, México, Guatemala, Honduras, El Salvador y la Amazonia. El Banco Mundial presentó el día 7 de Octubre en la Universidad Iberoamericana un documento titulado: "Desigualdad en América Latina y el Caribe: ¿ruptura con la historia?" en el que señala que en la tierra "descubierta por Colón", el 10% de la población posee el 48% del ingreso total y que, el 10% más pobre de la región, posee solo el 1.6% de la riqueza. En México un puñado de familias posee la riqueza del país y el 72% del pueblo mexicano no cubre las necesidades básicas indispensables para tener una mínima calidad de vida y el 10% de la población (indígenas) poseen el 1% de la riqueza. Como se puede apreciar, “ser mayoría no basta”. Los pueblos originarios han sido mayoría desde 1492…y de nada ha servido. Bolivia es la esperanza de las personas deseamos la justicia, el respeto y la igualdad.
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a los indìgenas siempre nos desprecian en todas partes,
ResponderEliminarEs muy difìcil vivir toda una vida llena de desprecio y que por el hecho de ser indio, tengas que condenarte a la pbreza y a la marginaciòn...solo los que lo vivimos sabemos de esto...