EL MÉXICO DEL “VASCO” AGUIRRE

Lo que hoy llamamos “México” surge de la traición que hicieron los criollos a los peninsulares. El Virreinato de la Nueva España fue explotado y administrado durante tres siglos por los peninsulares bajo el estricto y excluyente Sistema de Castas, en el que los peninsulares ocupaban los puestos más importantes en el gobierno, la administración, la iglesia, el ejército y el comercio. Los criollos, eran españoles de segunda por haber nacido en América.

La envidia y el resentimiento creció y forjó un sentido de identidad frente a los “gachupines”, los criollos se sintieron los “herederos legítimos” de esta tierra y utilizando a los indígenas en 1810 inician un estallido social para quitarles el poder a sus parientes. En 1821 finalmente lo logran e inician la expulsión de los gachupines en 1827 y 1829 finalmente lo logran.

Desde la fundación de “su país”, los criollos niegan cualquier valor y participación de los pueblos y culturas indígenas. Para ello “criollo” será sinónimo de autóctono y lo “de castilla” de España. De esta manera el “México” de los criollos nace con la exclusión de la mayoría de su población y de la sabiduría de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del planeta.

El proyecto criollo de Estado-Nación, desde Agustín de Iturbide hasta Felipe Calderón es el mismo. Invitar a los capitales, empresarios y tecnologías extranjeras a invertir en “su país”. Los criollos han buscado ser socios de los capitales extranjeros, su oferta ha sido la misma desde hace dos siglos: ellos ponen la mano de obra esclava y los al parecer, inagotables recursos naturales para que los extranjeros exploten inmisericordemente el país a cambio de unas migajas.

Los criollos a diferencia de los gachupines, se han caracterizado en sus doscientos años de historia, de ser ineptos, corruptos y traidores. Peleando permanentemente entre sí por el poder y gastando en suntuosos gobiernos imperiales lo que no son capaces de producir. Así, en estos dos siglos se la han pasado endeudando el país y luchando: conservadores vs. liberales, pro-europeos vs. pro-estadounidenses, panistas vs. priístas. En medio de guerras fraticidas fueron invadidos en dos ocasiones y perdieron más de la mitad del territorio que heredaron de los peninsulares.

Tanto los peninsulares como los criollos excluyeron y explotaron a las culturas y pueblos indígenas y han basado la colonización, primero peninsular y después la neocolonización criolla, en la pérdida de la memoria de los pueblos invadidos, explotados y excluidos. Esta ha sido la más eficaz arma con la que han dominado a los pueblos colonizados. La pérdida de la memoria histórica hace de las personas zombis capaces de resistir, sumisa y calladamente, una y otra vez, toda clase de abusos, injusticias y engaños. El punto es que “no tienen capacidad de recordar”, y por ello, no tienen conciencia de sí mismos, porque como personas, familias y pueblos…somos lo que recordamos.

Este es el patético caso del entrenador de la “decepción nacional” Javier “el vasco” Aguirre y su desalmada empresa: televisa.

Ante el derrumbe de “su país”, los criollos en el poder usan al “vasco Aguirre” como ariete para levantar a su famélico y desilusionado pueblo de la desesperanza de vivir una realidad cada vez más deprimente y sin futuro. En donde no existe un Estado de Derecho, justicia, bienestar, educación para los 72 millones de “mexicanos” que sobreviven en la pobreza e indefensos, no solo del crimen organizado; sea éste institucional, uniformado o partidario, sino indefensos de los abusivos empresarios y voraces comerciantes que cada día explotan impunemente al trabajador, quitándole sus mínimos derechos y prestaciones laborales.

Los criollos de manera cínica abusan de la incapacidad de recordar que tiene el pueblo. Ponen al “vasco Aguirre” de ejemplo para dejar de ser el pueblo del “si se puede” al México de “si se pudo”. Pero, ¿quién es el “vasco Aguirre”?

Un entrenador que es capaz de darle una patada a un jugador contrario ante millones de telespectadores y en medio de un estadio. ¿Qué ética y valor moral puede tener un malandrín capaz de hacer esta bajeza? El vasco demostró en vivo y a todo color que él es un patán, sin ninguna calidad profesional y menos humana.

Un “mexicano” que en España declaró a la prensa que “México era un país jodido”. Un país jodido que le paga el más alto sueldo de todos los entrenadores del continente Americano y lo ubica como el tercer entrenador mejor pagado del mundo…y en euros.

Un oportunista que abusa y se aprovecha de un pueblo desmemoriado. Una persona sin calidad moral que conduce una campaña inmoral, porque se quiere engañar al pueblo ilusionándolo, aunque sea por breves momentos, de que “sí se puede…RECORDAR” y dejar de ser un zombi explotado y denigrado.

Que tiene la capacidad de darse cuenta que desde 1521, los extranjeros y sus descendientes siguen haciéndose ricos a base de la injusticia, la explotación y depredación, tanto de ellos mismos como del medio ambiente. Que los gobiernos y empresarios criollos además de ser ineptos y corruptos, son impotentes y han vivido en estos dos siglos en el subdesarrollo mental y material. Lo único que han hecho bien, es acrecentar la pobreza y la injusticia entre los millones de ciudadanos que han creído y confiado en ellos… y en “su país”.

Televisa y TV azteca, los consorcios voceros del criollismo y encargados de mantener la enajenación, embrutecimiento y, fundamentalmente, en la ignorancia de sí mismos a los millones de mexicanos, siguen apostando y abusando de la incapacidad de RECORDAR que la colonización ha logrado inculcar en el pueblo de México.

Para salir (momentáneamente) de la frustración de no tener empleo, de que la gasolina sube despiadadamente, que ya no tiene seguridad y que esta indefenso ante el crimen organizado y el narcopoder, además ser vulnerable la violencia policíaca y militar en cualquier momento. Ante la depresión de que haga lo que haga, cada día se esta haciendo más pobre, indefenso y vulnerable. Que el Estado Mexicano le ha cerrado las puertas y que solo atiende y defiende a los ricos del país y los capitales extranjeros.

 Los criollos abusan de la falta de memoria del pueblo.