sábado, 20 de octubre de 2012

RECORDANDO A DON PEDRO VAZQUEZ COLMENARES.





El día de hoy asistí al merecido homenaje que le rindió Oaxaca, su gobierno, sus ex colaboradores, amigos y su familia en El Teatro Macedonio Alcalá. Sobra decir que fue sobrio, discreto y emocionado.



En estos días resulta extraño que se recuerde a un ex gobernador de Oaxaca con tanto cariño y respeto. En efecto, el desempeño como funcionario público de Don Pedro fue muy apegado al espíritu juarista, pero con un atributo más, el ser un eficiente y eficaz administrador, además de ser un sensible humanista.




Y este es el punto de esta reflexión. Con todos los grandes aciertos que tuvo como gobernador de uno de los estados con más carencias e injusticias sociales, con mayor pobreza y limitaciones de carácter histórico, Vázquez Colmenares con muy poco hizo lo que nunca se había llevado a cabo en Oaxaca. Me refiero a implementar una Política Cultural, que además fue exitosa.



Para la década de los años ochenta, tal vez con el gobernador Enrique González Pedrero de Tabasco y la Promotora Cultural Laura Ramírez Rasgado, se llevaron a cabo los mejores programas en Desarrollo Cultural en México. 


 

En efecto, solo dos gobernadores “entendieron” el potencial que tiene la dimensión cultural del desarrollo. Dejaron el sitio común de que la Cultura era un “adorno gracioso para las actividades del gobernador” e invirtieron su capital político en el Desarrollo Cultural de sus estados.



Cuando un día le presentamos a Don Pedro el proyecto del Festival de Primavera de la Orquesta Sinfónica Nacional, con un presupuesto de cuatro millones de pesos, se quedó pensativo, lo que provoco un silencio expectante y dijo con voz pausada, “yo entiendo que esta cantidad no es significativa para el erario, tomando en cuenta los beneficios socioculturales que traería a Oaxaca, pero en un estado con tantas limitaciones podría ser mal interpretado que se invierta en este tipo de actividades, de modo que tienen mi apoyo moral, …pero deben conseguir que una institución privada lo financie”. 



El primer festival se llevó a cabo gracias a las gestiones de don Emilio García Romero con el banco que manejaba la cuenta del gobierno y el festival se pudo realizar.



Don Pedro, como ningún otro gobernador en Oaxaca hasta la fecha, impulsó una virtuosa Política Cultural en su administración. Con pocos recursos, pero con mucha voluntad política y gran sensibilidad humanista, vislumbró que el milenario pueblo de Oaxaca abre su corazón eternamente a “Flor y Canto”. 


En su administración se implementó la creación del Sistema Estatal de Casas de Cultura, La Bienal Rufino Tamayo, Los Festivales de Primavera y el de Bandas, se abrieron galerías, se dignificó a los maestros del arte popular, se apoyó la creación artística con premios y concursos, se generaron encuentros de poetas y escritores, se alentó la edición de libros y colecciones, se desarrolló un ambicioso programa de educación artística infantil, se alentaron permanentemente las presencias culturales de diversos países en Oaxaca, así como se invitaron de manera regular a creadores e intelectuales de talla nacional e internacional. 



Con Vázquez Colmenares Oaxaca vivó sus mejores momentos en el Desarrollo Cultural.



Y esto es, justamente, lo que hoy resalta al pasar el tiempo. Don Pedro tuvo la visión de diferenciar lo “urgente de lo trascendente” en la administración pública. Indudablemente que con todos los recursos que invirtió en tratar de resarcir las históricas carencias de los oaxaqueños en el plano material, no lo logró; pero con muy pocos recursos y mucha voluntad política, “invirtió” en el Desarrollo Cultural y proveyó a los oaxaqueños de uno de los satisfactores más esenciales de su Ser. 




Tuvo que ser un hombre con una alta sensibilidad, con educación y pasión por la cultura y el arte, que entendiera la raíz y la esencia de la aspiración más elevada de su pueblo. No en balde los antiguos oaxaqueños invirtieron su vida, energía y pasión durante 1350 años en la construcción de Monte Alban a la gloria del Espíritu Humano y que hoy es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad. 




El legado cultural de Don Pedro a Oaxaca sobrevive a pesar de la incapacidad e irresponsabilidad de los gobiernos que le han sucedido. Con gente inexperta y sin experiencia, ha venido decayendo el vigor de la rectoría del gobierno en materia del Desarrollo Cultural. 





La sociedad civil organizada tomó el timón de la Política Cultural y después se sumado la iniciativa privada. Los gobernantes no aprendieron de la inmensa y luminosa lección que nos dejó Don Pedro Vázquez Colmenares en materia de Desarrollo Cultural en el estado de Oaxaca, que es, “La reserva espiritual de México”. 




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1 comentario:

  1. Marín, hoy son muchos los que se "cuelgan las medallas" del trabajo exitoso en cultura en los años ochentas, pero son más los que lo han borrado de su torcida memoria, pero los que si vivimos esos años y disfrutamos de esa vida cultural sabemos que fuiste tú el generador de ese movimiento cultural. Los oaxaqueños somos así, esa es nuestra cruz.

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