La forma más sencilla de describir al Maestro
Rubén Bonifaz, es que era, en el sentido más amplio de la palabra, “todo un
caballero”. Desde su elegante y meticulosa forma de vestir, siempre con un
traje muy bien cortado de tres piezas, camisa, corbata y zapatos en armonioso
equilibrio plástico.
Pero especialmente, su trato. Terso, suave y
educado, que era coronado por una sutil y muy fina ironía de sí mismo. Su
pausada y rítmica forma de hablar, que hacía que uno callera fascinado en el
armonioso bosque de sus luminosas ideas.
A través de más de 35 años de ejercer la
promoción cultural he podido conocer a muchos artistas e intelectuales. Lo que
puedo decir, de estos “encuentros y desencuentros”, es que entre más humilde y sencilla es la
persona, más grande es su talento y su dimensión artística. Tal vez, sea esto,
lo que más recuerdo del Maestro.
En aquellos entonces, ya me encontraba en el
inicio de la búsqueda de la Toltecáyotl, y fue una gran sorpresa que el “gran
poeta”, traductor de los clásicos grecolatinos, justamente estaba trabajando
sobre Los Viejos Abuelos.
La presencia del Dr. Bonifaz Nuño en mi
investigación fue determinante para tomar el camino crítico y descolonizador
que en aquellas épocas todavía no vislumbraba con claridad. Me asombró la
agudeza de su crítica a los investigadores extranjeros y nacionales.
“Para
demostrar la posible falsedad de las fuentes documentales, bastaría con acudir
a lo dicho por los soldados que describen lo que ellos mismos vieron. Allí
resalta su incomprensión de aquello que ante los ojos tenían.” (1992).
En efecto, hasta esos momentos había caído atrapado por el discurso
colonizador de “las fuentes” y los investigadores hispanistas neo colonizadores,
que siguen “revisando-repitiendo” el discurso histórico de los conquistadores,
misioneros e indígenas conversos como auténtico y veraz.
“Moralmente
muy por encima de tal concepción, el antiguo indígena mesoamericano, como se
desprende de sus imágenes y de sus textos, proclama la suya: el hombre es el
principio de la creación del mundo y el encargado de su alrededor. Así es como
se constituye la cultura de que somos, hasta hoy, exclusivos herederos.”
(1992).
El maestro me abrió los ojos y la mente, al enseñarme un ángulo
diferente para conocer a nuestros Viejos Abuelos. Quedó atrás entonces “La
visión de los vencidos” y “la batalla de la noche triste”. Me invitó a penetrar,
junto con la Maestra Laurette Séjurné el inconmensurable acervo espiritual de
la Toltecáyotl. Encontré, gracia a él, la veta de “lo propio-nuestro” y de mí
mismo. La autoestima, escatimada por el colonizador.
“De
esta suerte, valiéndose de análogas complicidades, los eruditos estadounidenses
han formado, respecto de la cultura olmeca, un sistema de mentidas conjeturas
cuyo cuyas principales características son el desdén y la ignorancia.
Condenable es eso, pero no es, en mi opinión, lo peor; lo peor consiste en que
los estudiosos mexicanos, voluntariamente sometidos a una perversa forma de
colonización extranjera, se sujetan, por lo común, a las sistemáticas
equivocaciones de los eruditos estadounidenses, y las repitan y las confirman
como verdades, acaso con el deseo y la esperanza de que éstos los tengan por
iguales suyos. De estos casos, por obvio principio de dignidad, no quiero
ofrecer ningún ejemplo.” (1995).
A un año de su muerte su obra DESCOLONIZADORA empieza su camino para
iluminarnos y sacarnos de la oscuridad de la ignorancia y el colonialismo
mental y cultural. En mi última conversación (2010) le pedía autorización para
hacer una corresponsalía del SEMINARIO PARA LA DESCOLONIZACIÓN DE MÉXCIO (UNAM)
en Oaxaca. El Dr. Bonifaz aceptó, pero me dijo, “debe estar consciente de que
lo van a atacar y bloquear, véame a mí y dese cuenta qué le puede pasar”.
Efectivamente, desde que tomó el camino de la descolonización y revaloración de
la civilización Madre, fue silenciado y bloqueado por las instituciones que
ahora lo quieren homenajear.
Es muy cierto que Bonifaz Nuño fue un gran poeta y humanista, pero
“SORPRENDE” que no se mencione su obra más importante para el pueblo y la
cultura de este país, que es su trabajo para la revisión crítica de la historia
del Anáhuac y la consecuente descolonización del pensamiento de quién en verdad
fuimos y quién en verdad somos.
La pregunta sería, ¿Por qué las instituciones educativas y culturales,
así como, los investigadores e intelectuales han guardado silencio sobre la
parte más importante de la vida y la obra del Dr. Rubén Bonifaz Nuño. Por qué
solo hablan de su obra poética y las traducciones de la primera etapa de su
vida, pero cuando llegó a la madurez intelectual, a “florecer su sabiduría y
conocimiento”, y se atrevió a señalar la visión colonizadora de los
investigadores extranjeros y sus achichicles nacionales sobre la historia
antigua de México, calló portentoso sobre él, el SILENCIO Y EL BLOQUEO
INSTITUCIONAL.
Algunas ligas recomendadas sobre Bonifaz Nuño:
Visite www.toltecayotl.org
Rubén Bonifáz Nuño, eterno.
ResponderEliminarProfe marin que suerte haber conocido a este valioso personaje...pero sigale sigale sigale y no pare
ResponderEliminarHola Guillermo, no tengo el gusto de conocerte pero ahora, después de leer tu texto sobre Rubén Bonifaz Nuño, no podía dejar de escribirte! Me alegra muchísimo encontrar a alguien que desde la Mexicayotl conozca y reconozca a Don Rubén, a quien también tuve el gusto de conocer precisamente en los años 80. Me parece increíble lo poco que se conoce su obra, en particular las dedicadas al análisis iconográfico que considero fundamentales.
ResponderEliminarAyer publiqué un texto breve de Don Rubén en mi blog: http://ritualolmeca.ning.com/profiles/blogs/el-simbolo-cosmogonico-mesoamericano-ruben-bonifaz-nuno-fragmento
Comparto también, pues me ha gustado mucho tu artículo, con los debidos créditos y referencias,
Un saludo afectuoso.
Fidelia