En 1519
llegaron a las costas del Anáhuac 850 europeos que tenían como objetivo
“rescatar oro” (robar) y luego “pacificar” (reprimir) a los pueblos invadidos,
someterlos al “Dios verdadero” y sumar los territorios al reino de Castilla.
Venían comandados por Hernán Cortés, quien traicionó al gobernador de Cuba,
Diego Velásquez, para romper el leonino contrato de la expedición que era
sufragada por Cortés, inversionistas y algunos expedicionarios. No eran un
ejército, no había soldados y si expedicionarios prófugos de la ley de Cuba,
deseosos de hacerse ricos de la noche a la mañana al precio que fuere.
Los reyes
católicos no solo tenían un compromiso con el Vaticano para extender los
dominios de “la fe católica” que les generaban al papado grandes riqueza y
posición política, sino que le debían, en parte, la posibilidad de su
matrimonio gracias a las bulas en promulgó en su favor y apoyo político y
económico para vencer a sus enemigos locales, al reino de Portugal y contener
al reino de Francia sobre el de Aragón, eternos enemigos.
De modo que
la Península Ibérica, desde el inicio de los tiempos, fue invadida por diversos
pueblos dado que era paso natural entre Europa y África, quienes impusieron a
los pueblos originarios su costumbres y creencias religiosas, fueran fenicios,
griegos, cartagineses, bereber, judíos, suevos, alanos, bizantinos, romanos,
vándalos, godos, visigodos, etc.
Lo
interesante es saber que cuando la península era una provincia romana se
extendió el “culto arrio”, que no creía que Jesús de Nazaret fuera "Dios" y
acusaba a los católicos de politeístas y ambas religiones entraron en pugna.
Con la caída del Imperio Romano y la invasión de los pueblos germánicos (godos
y visigodos) la confrontación fue álgida hasta que los pueblos ibéricos se
aliaron a los musulmanes y expulsaron a los visigodos de la península (año 711)
y algunos abrazaron al islam, “pecado” que no reconoce la “historia oficial de
España”.
De modo que
la supuesta “re-conquista” (porque nunca hubo “conquista” árabe) que hicieron
los reinos de Castilla y Aragón, no solo fue contra los árabes, sino
posteriormente contra los pueblos originarios que no eran católicos y que
profesaban otras religiones (arrios, judíos y musulmanes) y contra sus
autoridades, es decir, reyes y señores feudales tradicionales de la península
para imponer las leyes de Castilla, su lengua y a nobles castellanos para
gobernarlos y crear hasta 1516 el Reino de España. De ahí vienen las actuales luchas
independistas de los vascos, catalanes, gallegos, etc.
La religión
católica que bendijo y legalizó la invasión española en América, para 1519,
había pasado por un proceso de transformaciones, adaptaciones y degradaciones,
especialmente en la llamada “Edad Media”, donde el Vaticano compartió y luchó
por el poder terrenal, corrompiéndose a tal punto que el papado era comprado o
llegó a existir una “mujer Papa”. Pero sobre todo, para que los pueblos
barbaros de Europa abrazaran la religión católica, ésta sufrió muchas
adaptaciones y transformaciones (como en México) para poder ser "adecuada" a los dioses ancestrales
locales.
La iglesia Católica llegó al Anáhuac como un poder más, e independiente, pero con los mismos fines de la corona y los colonizadores: "tener más poder y hacer fabulosas riquezas". Esto la liga a una serie de crímenes, no solo contra los anhauacas sino entre ellos mismos. En efecto, la vida inmoral y los delitos que permanentemente cometían los hombres de la iglesia entre ellos mismos hacían que las mazmorras del Santo Oficio estuvieran repletas de procesados, la carta enviada al rey por Alburquerque, el Obispo de Oaxaca en el S XVI, para pedir la construcción de un nuevo edificio pone como pretexto que no caben los religiosos procesados.
La iglesia Católica llegó al Anáhuac como un poder más, e independiente, pero con los mismos fines de la corona y los colonizadores: "tener más poder y hacer fabulosas riquezas". Esto la liga a una serie de crímenes, no solo contra los anhauacas sino entre ellos mismos. En efecto, la vida inmoral y los delitos que permanentemente cometían los hombres de la iglesia entre ellos mismos hacían que las mazmorras del Santo Oficio estuvieran repletas de procesados, la carta enviada al rey por Alburquerque, el Obispo de Oaxaca en el S XVI, para pedir la construcción de un nuevo edificio pone como pretexto que no caben los religiosos procesados.
Los
invasores-conquistadores llegaron al Anáhuac con este pasado y con una religión
que había sufrido muchas transformaciones y degradaciones. Que no era una
religión antigua como el hinduismo o el zoroastrismo de la India o
Mesopotamia. Y que justificaba todos los
crímenes, robos, abusos y desmanes en razón de la imposición a un pueblo ajeno,
que nunca los había ofendido, atacado o invadido, para quitarles su religión
“demoniaca” e imponerles a sangre y fuego al “Dios verdadero”.
Por otra
parte, los pueblos del Cem Anáhuac venían de un proceso endógeno de desarrollo
humano de más de siete milenios y medio, formando parte de las seis
civilizaciones más antiguas del mundo con un origen autónomo. En el Anáhuac
había una sola civilización con muchas culturas diferentes en tiempo y espacio,
unidas por una “raíz-matriz”, filosófica-cultural-religiosa llamada Toltecáyotl.
Existía una
misma concepción religiosa, desde lo que hoy es Nicaragua hasta el Norte de
E.U. Se basaba en una energía creadora, invisible, innombrable e impalpable que
llamaron metafóricamente “Aquél por quien se vive, Noche Viento, El que está
aquí y en todas partes al mismo tiempo” y lo representaban simbólicamente con
el Sol o una águila. Esta energía creadora tenía muchas advocaciones que los
españoles maliciosamente tomaron como “dioses” para justificar su “guerra
contra el demonio”.
Por ejemplo:
la manifestación de la divinidad suprema como “energía luminosa”, -átomos-, se
representaba metafóricamente con el agua. No era “el dios del agua”, porque en
el Cem Anáhuac no ha había “dioses”. "El agua es el constituyente de prioridad de las células de todos los tejidos animales y vegetales. Por tanto, donde no hay agua no es posible la vida -al menos tal como la conocemos- ya que en ella se desarrollan todas las reacciones bioquímicas de los seres vivos. Sencillamente es el fundamento de la vida porque la vida ha nacido en ella. Es la base de todo ser vivo. Ya el filósofo, matemático y astrónomo griego Tales de Mileto -que vivió hace más de 2500 años- la consideró "el principio de todo lo que existe".
Esta advocación en lengua náhuatl se le
conocía como Tláloc, en maya Chac, en zapoteco Cosijo y en totonaca Tajín,
todas eran diferentes en cuanto a su iconografía, pero todas compartían unas
anteojeras y una lengua de serpiente, así como la misma significación
filosófica-religiosa de su “raíz-matriz” La Toltecáyotl para todo el Cem
Anáhuac.
El símbolo
metafórico por excelencia en todo el Anáhuac de la sabiduría era Quetzalcóatl.
Entendido, no como un ser humano o un “dios”. Sino como el arquetipo cultural
del Anáhuac, en donde el quetzal representa la parte espiritual del ser humano
(del ombligo a la cabeza) y el cóatl (serpiente) representa la parte material
del ser humano (del ombligo a los pies). Así “Quetzal<->cóatl”, lejos de
representar un dios, se convierte en la aspiración más elevada del ser humano
por encontrar el equilibrio entre “el par de opuestos complementarios” que lo
conforman. Por ello La Toltecáyotl, que es la sabiduría e instituciones de los
toltecas se puede entender como “el arte de vivir en equilibrio”. ->
Y este es el
punto de nuestra religión ancestral, encontrar el equilibrio entre nuestra
parte espiritual y la material de nosotros mismos y del mundo en el que
vivimos. De el "tonal" o parte racional y su contra parte el "nahual" o parte intuitiva. El equilibrio interior y exterior. El equilibrio con todos los seres
vivos con los que compartimos la vida y el universo.
Es por ello que el símbolo
iconográfico de este arquetipo es conocido como Nahui Papalotl “cuatro
mariposa” en náhuatl o quincunce en
latín según Laurette Séjurné o Hunab Ku en maya, representa cuatro mariposas en
equilibrio apuntando a los cuatro puntos cardinales y formando en su centro un
caracol cortado transversalmente.
La religión
ancestral del Anáhuac era una sola, con múltiples expresiones diferentes de la
misma realidad, en tiempo y espacio. En la que el ser humano acepta la
responsabilidad de coadyuvar con las fuerzas del universo para mantener “el
equilibrio en movimiento”.
La gran diferencia con Occidente y el pensamiento
moderno, es que en La Toltecáyotl, la ciencia y la espiritualidad están unidas
indisolublemente a través del equilibrio y la armonía del principio de “los
opuestos complementarios”. Donde el cosmos era el cuantificable “maestro” y la
Tierra como la cualitativa “maestra”.
De esta
manera, el ser humano se convertía en un Guerrero que tenía que luchar con el
adversario más poderos que habita en la parte oscura de cada individuo, para
afinarse con la “frecuencia vibracional” que mantiene el equilibrio interno y
externo del “todo universal”.
Las armas del
Guerrero son por excelencia “Flor y canto”, entendidas metafóricamente como “flor-belleza-equilibrio
y canto-poesía- sabiduría”. Ha esta lucha los toltecas la nombraron
metafóricamente como “Batalla Florida” y se hacía por medio del “Espejo
Humeante”, Tezcatlipoca (el enemigo interior), que nos permite conocer el
“rostro propio y el corazón verdadero”.
Así, los
Guerreas y las Guerreras de la Muerte Florecida, al vencerse a sí mismos, se
afinaban con la frecuencia maestra, convirtiéndose en mariposas (metafóricamente)
para elevarse y encontrar los espacios celestiales del Espíritu.
La
Toltecáyotl seguramente inició con la inversión de la agricultura y el maíz
aproximadamente en el sexto milenio a.C., a través del conocimiento les
permitió satisfacer sus necesidades de orden material de sobre vivencia y
posteriormente, sus necesidades en el orden de la trascendencia en el plano
espiritual, y llegó a su apogeo en el periodo Clásico (200 a.C. a 850 d.C.).
Se conoce
como el “Colapso del periodo Clásico Superior”, cuando inexplicablemente en
todo el Cem Anáhuac, los Guerreros y Guerras de la Muerte Florecida, así como
sus venerables maestros desaparecieron misteriosamente al mismo tiempo y en una
acción “concertada” (desde Alaska hasta Nicaragua), dejando la profecía que
regresarían a restaurar su sabiduría y equilibrio en “el año uno caña”, que se repetía cada 52 años
según la posición en el cenit de las Pléyades.
El tercer
periodo inicia aproximadamente en año 850 y finaliza con la llegada de los
invasores europeos. Este periodo es de decadencia, los pueblos sin sus
venerables maestros y con los centros de conocimiento abandonados o destruidos,
comenzaron a trasgredir la Toltecáyotl y varios pueblos y tlatoanis trataron de
restaurar la unidad cultural por medio de las armas, que habían logrado los
toltecas por medio de la Toltecáyotl.
Comenzaron
las guerras, se iniciaron los “Altépetl” traducido al español como “Señorío” y
fueron dirigidos estos vanos intentos por varios famosos Huey Tlatuani, entre
los que podemos mencionar a Moctezuma Ilhuicamina mexica, Ocho Venado Garra de
Jaguar mixteco y Tzintzuntzan purépecha. A este periodo de guerras y de
trasgresiones de la Toltecáyotl el investigador Alfredo López Austin le llama la
conformación del Estado o “régimen Suyuano”.
La “Historia
Oficial Hispanista Neocolonial” nos pone a los mexicas o como les llama
“aztecas”, como el pueblo más poderoso e importante de todo el Cem Anáhuac y
del pasado “Prehispánico”, (como lo llaman los criollos). Totalmente falso y
doloso, los pueblos mayas y purépechas eran más poderosos militarmente que los
mexicas. De hecho en el año de 1478 Axayácatl fue derrotado vergonzosamente por
los purépechas en Charo.
Los mexicas
son el pueblo representativo del periodo Postclásico. Llegaron al Altiplano
central en el año de 1215. Fundan una pequeña aldea llamada Tenochtitlán en
1325, comienzan a apropiarse de los vestigios de la cultura tolteca (han
transcurrido casi cinco siglos desde la partida de Quetzalcóatl y el abandono
de Teotihuacán), y empiezan a tener un relativo poder en 1440 con Moctezuma
Ilhuicamina.
Por las trasgresiones que ordenó Tlacaélel (1398-1480), el Cihuacóatl de tres tlatoanis mexicas, se le hicieran a la Toltecáyotl, es decir, cambiar el pensamiento filosófico tolteca de carácter espiritual por una ideología “materialista-místico-guerrera”, que trasgredía las enseñanzas espirituales de Quetzalcóatl e imponía las de “poder terrenal” de Huitzilopochtli.
Por las trasgresiones que ordenó Tlacaélel (1398-1480), el Cihuacóatl de tres tlatoanis mexicas, se le hicieran a la Toltecáyotl, es decir, cambiar el pensamiento filosófico tolteca de carácter espiritual por una ideología “materialista-místico-guerrera”, que trasgredía las enseñanzas espirituales de Quetzalcóatl e imponía las de “poder terrenal” de Huitzilopochtli.
Este numen
tutelar era una figura religiosa creada por la cultura mexica en el periodo
Postclásico, mucho antes de su llegada al Altiplano Central, no pertenece a la
milenaria estirpe tolteca producto de la Toltecáyotl. Los mexicas lo
relacionaron con el Sol, la guerra y la voluntad de poder. Tlacaélel y sus
reformas trataron de borrar la historia antigua e “injertaron” a Huichilopoztli
en las historias cosmogónicas y fundacionales del Anáhuac.
La misma historia de “la peregrinación en busca de la tierra prometida”, es parte de la memoria histórica ancestral de Anáhuac (y de otros antiguos pueblos del mundo), y no la historia del “ultimo pueblo que llegó “chichimeca” (bárbaro) del Norte.
La misma historia de “la peregrinación en busca de la tierra prometida”, es parte de la memoria histórica ancestral de Anáhuac (y de otros antiguos pueblos del mundo), y no la historia del “ultimo pueblo que llegó “chichimeca” (bárbaro) del Norte.
Los mexicas
trastocaron la dualidad divina tolteca conformada con Tláloc-Quetzalcóatl y la
sustituyeron por la de Tláloc-Huitzilopochtli, es decir, minimizaron el mundo
espiritual y exaltaron la visón “mística-materialista-guerrera” que, brevemente
les dio un relativo poder en el Altiplano Central (1440-1521), pero que fue el
motivo por el cual Cortés logró llegar a Tenochtitlán, autonombrándose “el
capitán de Quetzalcóatl” y poner a los
pueblos del altiplano en su contra.
Las escuelas
toltecas de sabiduría pasaron a ser escuelas militares. Las “Batallas Floridas”
toltecas de carácter místico-espiritual, pasaron a ser guerras para capturar a
guerreros y sacrificarlos al Quinto Sol para que fuera su alimento y no
muriera, además de imponer grandes tributos a los vencidos. Se activó el
comercio y se empezó a usar el cacao como instrumento de cambio, los sacerdotes
asumieron mandos militares, por primera vez en el Anáhuac se empezó a
proliferar la propiedad privada y la sociedad se militarizó y desarrolló el
aspecto material de la vida y del mundo.
Fue Cortés
que a través de la traición de Malinche que se enteró de que 1519 era el año de
la profecía del regreso de Quetzalcóatl, y él se caracterizó como el “Capitán
de Quetzalcóatl” (otra más de sus mentiras), haciendo creer a los anahuacas que
el rey de España era Quetzalcóatl y que lo había enviado para que los mexicas
pagaran sus transgresiones al antiguo pensamiento y religión, provocando una “guerra
religiosa”, entre los pueblos que apoyaban al enviado de Quetzalcóatl y a los
mexicas que mantenían el culto a Huitzilopochtli.
Los
españoles llegaron con una religión transgredida que poco tenía que ver con la
prédica y el ejemplo de vida de Jesús de Nazaret y que recién incorporaban
(como pueblo) a su cultura, apoyados por el Vaticano en sus intenciones de
expansión y poder, recuérdese que muchos pueblos que vivían en la península
tenían las religiones, arria, musulmana y judía tuvieron forzosamente que tomar
la religión católica como única forma de sobrevivir. Por esta “cruzada” los
reyes de Castillas y Aragón se autodefinieron como “católicos” y obligaron a
profesarla a los que vivieran en sus dominios.
Los mexicas
que habían transgredido una religión milenaria, apenas 81 años atrás, pero que
fueron “la puerta de entrada” a la conquista y colonización, pues una vez
venciendo a los mexicas, los europeos se dedicaron a invadir el Cem Anáhuac con
las mismas fuerzas militares indígenas de sus aliados, y de los propios mexicas
que se sumaron a la invasión en calidad de “vencidos/aliados”, bajo los usos y
costumbres de las guerras del periodo Postclásico.
De esta
manera, a sangre y fuego, se destruyó una de las seis religiones más antiguas y
con origen autónomo del planeta. Con la Santa Inquisición, las ordenes
religiosas, el clero secular, el gobierno colonial y hasta cualquier español,
se persiguió para “extirpar”, de manera sistemática y brutal toda permanencia y
resistencia de la religión milenaria de los anahuacas.
Solo el
inmenso sufrimiento y la atroz persecución lograron que los hijos de los hijos
de los Viejos Abuelos dejaran su milenaria
religión Madre y se convirtieran a una religión ajena, que los españoles no
cumplían cabalmente, ni los mismos sacerdotes, monjes y altas autoridades
religiosas que estaban en permanente lucha por la riqueza, el poder y sus
prebendas, y mezquinas rivalidades a lo largo del periodo colonial.
No solo fueron
las injusticias contra los anahuacas por los españoles, sino la cantidad de
juicios de los que se tienen registros documentales entre los propios
religiosos, como fueron: asesinatos, robos, despojos, fraudes, injurias,
disputas de territorios, conductas inmorales y “pecados de carne”. Las cárceles
del Santo Oficio estaban repletas de religiosos. El Obispo de Oaxaca, Bernardo
de Alburquerque esgrime esta razón al rey de España a mediados del Siglo XVI, para
que le autorice construir un nuevo obispado más grande para albergar a tantos
religiosos encarcelados.
La
incongruencia entre la teoría y la práctica religiosa de los españoles y
después de los criollos, fue lo que llevó a que los anahuacas perdieran su alta
espiritualidad y pasaran a ser fanáticos idólatras de una religión
transfigurada no entendida cabalmente, que va del “arrianismo” devenido de la predica directa
de Jesús de Nazaret hasta la Iglesia Católica y Romana que venía de la pavorosa
y decadente Edad Media, pasando a los “entuertos” de los intereses de la corona
y las autoridades civiles y religiosas virreinales.
De la
milenaria espiritualidad que estaba presente en todos los órdenes de la vida
cotidiana, tanto de las personas, como de familias y autoridades del Estado anahuaca,
manifiesta en la religión de “aquél que es invisible, impalpable e
innombrable”, que está aquí y en todas partes al mismo tiempo y que es, por
quién se vive”, pasando por el choque brutal y violento de la conquista,
Colonia y la sistemática y fanática “extirpación”, hasta crear un transfigurado
sincretismo religioso, que se encuentra pletórico de idolatrías y entre
cruzamientos de “lo propio y lo impuesto”, que ha alejado a los pueblos
anahuacas de su visión espiritual del mundo y la vida, dejándolos sin “un Dios
propio y sin una religión verdadera”.
Notable tu artículo, Guillermo. Un placer leerte y confirmar una y otra vez que contigo la Toltecayotl sigue renaciendo. Un abrazo.
ResponderEliminarPrimero, lo felicito por querer mostrar lo grandioso de nuestro pasado Anahuaca, pero tengo una duda, al final con los mexicas pienso que caes en lo mismo que dicen diferentes autores al decir que eran sacrificadores para apaciguar al Sol, si tenían conocimientos avanzados en Matemáticas y Astronomía donde sabían las posiciones que ocuparía el Sol y también en que fechas, por qué harían sacrificios para que el astro siguiera en función? estoy seguro que leyó a Arturo Meza Gutierrez y el menciona que no hubo sacrificios para sus deidades.
ResponderEliminarAnónimo del 8 de febrero. Solo el conocimiento pleno, verídico y sin chovinismos nos podrá liberar de la colonización. Los mexicas tomaron la sabiduría tolteca que estaba en decadencia y la transgredieron para hacer una ideología de Estado. La “historia” no es plana, los mexicas fueron un Estado imperial y usó los principios filosóficos de la Toltecáyotl pero los deformó para justificar su expansión y voluntad de dominio. Decir que en el tiempo del periodo Clásico TODOS eran toltecas es una falsedad, como negar los sacrificios humanos que se han dado en TODO el mundo y en TODOS los tiempos es un error. Debe usted saber que según la UNICEF en México ACTUALMENTE se mueren diariamente casi 500 niños por problemas de miseria (y ese es un sacrificio humano), solo que los economistas del ITAM dicen que son “daños colaterales de la economía”.
ResponderEliminarSaludos de nuevo y gracias por responder, lo que he leído en "Al Otro Lado de las Sombras" es que los famosos sacrificios eran ejecuciones tanto por violar reglas como también mostrar su poder, no se que opine, pero concuerdo de que tenían su parte guerrera, no por casualidad fue lo que los condenaría ya que otros pueblos se pusieron en su contra, lamentablemente los hispanistas usan a los mexicas como pretexto para erradicar todo lo preamericano, cómo si sólo antes fueran los mexicas y se desprecia también a los Mayas, Zapotecas, Mixtecas, y muchos otros pueblos más de los que podemos aprender, así como la Toltecayotl, un cordial saludo y siga adelante con su grandioso trabajo.
ResponderEliminarHola Guillermo, hace mucho tiempo que te sigo y como siempre un placer leerte. Creo que un punto importante es la unidad, hace mucho tiempo que esta tierra llamada Cem Anáhuac no está unida. Y aunque con cuerdo y disfruto la mayor parte de tu texto, creo que en reiteradas ocasiones has hecho mención a la “diferencia” entre el “culto” a Tlaloc y Huitzilopotchi, en el cual puedo o no estar de acuerdo pero lo respeto ampliamente. Creo que en momentos como estos en el que cada día se pierde un poquito de nuestra Toltecáyotl, es importante hacer conciencia de la importancia de la unidad de conciencia, de pueblo y ampliar nuestro conocimiento e importancia del Toltecáyotl del cual haces mención. Como bien dices, los invasores tomaron un pretexto para despedazarnos en todos los sentidos y lo siguen haciendo. También es cierto que los Mexicas chichimecas (barbaros) como los describes son de alguna manera nuestros hermanos, somos parte de ellos y ello son parte de nosotros y durante todos estos año han sufrido como todos los pueblos los abusos por parte de esa "Religion" catolica. Tambien gracias alos Mexicas se sabe un poco más sobre nuestro pasado, muchas personas que no saben nada de sus raíces ni de su historia, comienza su desarrollo gracias a lo que se sabe de NUESTROS HERMANOS MEXICAS y así como tú mismo lo describes que esta tierra estaba dividida también pudo ser otro pueblo en algún otro momento el que fuese “satanizado” y de alguna manera culpado lo cual creo que no es algo bueno ni justo.
ResponderEliminarMe declaro totalmente pro Toltecáyotl, amante de nuestros pueblos, Admirador de tú hermosa labor y esto solo es mi humilde punto de vista.
Saludos Cordiales desde Tenochtitlan.
Heriberto
Estimado Heriberto, muchas gracias por tus generosos conceptos y permíteme explicarte mi punto de vista: Solo el conocimiento pleno de nuestro pasado nos permitirá recuperar nuestro rostro propio y nuestro corazón veredero. Toda civilización tiene “tiempos y espacios” luminosos y oscuros (hasta la modernidad). El periodo Postclásico y en especial los mexicas, representan un momento oscuro en nuestra larga historia. No podemos y no debemos tratar de ocultarlo o matizarlo, de los errores también se aprende. Nuestra civilización es de más de ocho mil años y la etapa de poder transgresor a la Toltecáyotl de los mexicas fue tan solo de 81 años. Por ese breve tiempo los colonizadores y neocolonizadores se valen para condenar a nuestra civilización y justificar los crímenes de lesa humanidad y el holocausto que mantienen hasta nuestros días. El “Imperio Azteca” es una tendenciosa y maliciosa mentira de los explotadores y justamente es para la gente se pierda en el mito occidental del guerrero de la materia y no conozca el mito anahuaca del Guerrero de la Muerte Florecida. Finalmente te recuerdo que “la verdad nos hará libres…y descolonizados”. Afectuosamente.
ResponderEliminarbuen tip marin ..gracias
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=ljqgmadIRAc
ResponderEliminarSOY PIEDRA Y RAIZ
Rumi cani, sapiiqui
Cani huamaj, ckay maiqui
Cani luchaj, umai pacha
Amusaj, barromanta.
Ckonckay quiman
Huauckecami
Razaichiscka, manahuañun.
Piedra soy, soy raíz
Soy tu origen y tu ayer
Soy quien lucha con el tiempo
Y del barro volveré.
No me olvides soy tu hermano
Nuestra raza no se muere
No me olvides soy tu hermano
Todos juntos llegaremos al sol.
Estoy ansioso de conocer más sobre Toltecayotl e investigaré y seguiré estas grandiosas enseñanzas, el universo me pone en este camino, las puertas se abren justo cuando estás preparado para entrar, gracias
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