Empecemos por el principio. Lo que hoy es México,
inició su desarrollo civilizatorio cuando se inventó la agricultura, el maíz y
la milpa, aproximadamente hace ocho mil años.
Durante los primeros 7500 años de
vida, iniciamos un proyecto de desarrollo humano endógeno y fundamentado en un
carácter eminentemente espiritual.
La episteme “propia-nuestra” llamada
Toltecáyotl, permitió alcanzar el más alto nivel de vida para todo el pueblo en
la historia de las civilizaciones Madre.
Por ejemplo, todas las civilizaciones
Madre construyeron, -sin ponerse de acuerdo- pirámides.
Los anahuacas fuimos
los que construimos el mayor número y estos sitios, en todo el mundo, eran
centros de investigación y de estudio.
Inventamos el maíz, la milpa, la cuenta perfecta
del tiempo, el cero matemático, el chocolate, el primer sistema de educación
para todo el pueblo, el juego de pelota, y un largo etcétera.
Pero aun en el periodo más decadente
y degradado de nuestra civilización Madre, -con los mexicas-, Tenochtitlán era
la ciudad más grande del mundo en 1519. París tenía 62 mil habitantes y en Tenochtitlán, los expertos no se ponen de acuerdo pero eran más de 400 mil.
La calidad y nivel de vida de un
tenochca promedio, era con mucho, muy superior a un parisino o un madrileño.
No solo por la nutrición, salud, higiene, sobre todo por el acceso a la educación pública, que en Europa llegó hasta 1596 en una región de Italia.
No solo por la nutrición, salud, higiene, sobre todo por el acceso a la educación pública, que en Europa llegó hasta 1596 en una región de Italia.
Pero en 1519 se inició la invasión española.
Llegaron los europeos a robar, asesinar y a someter a una civilización que nada
les había hecho.
Un Papa y una reina, autorizaron legal y moralmente el mayor
genocidio de la historia de la humanidad, en menos de cien años, más de 80
millones de personas fueron masacradas y contaminadas en el continente.
Para el
caso de lo que hoy es México, los europeos exterminaron a 24 millones de seres
humanos.
Los siguientes tres siglos, de 1521 a 1821, la corona española
instauró el Virreinato de la Nueva España, que iba desde el Norte de lo que hoy
es E.U. hasta Panamá.
Se instauró un riguroso sistema de castas, no solo para
explotar la mano de obra en calidad de esclavos, sino también, para dividir y
enfrentar a las castas y que éstas no se unieran en contra de la corona.
Se
implementó un inhumano “terrorismo de Estado” a través de la iglesia católica
para erradicar a sangre, terror y muerte, la milenaria religión de los
invadidos.
Se prohibió sus lenguas, su historia ancestral, sus enormes
conocimientos, se les despojó de todos los espacios, físicos, sociales y espirituales,
se prohibió su comida, el arte, la medicina.
Se destruyeron sus escuelas, sus
códices y se exterminó a sus maestros. En síntesis, se les prohibió “ser”, lo
que habían sido durante milenios, reduciéndolos a la categoría de simples
animales de trabajo.
En 1810 un puñado de criollos ambiciosos,
traicionaron a sus parientes los gachupines al grito de “es hora de matar
gachupines.
Se inició una lucha sangrienta que culmina con una traición,
-otra más-, de los criollos con el “Abrazo de Acatempan”.
En 1821 se crea LA
PATRIA de los victoriosos criollos.
A esta Patria, indebidamente, le pusieron
“México”, que viene de México-Tenochtitlán, en honor a sus antepasados, los
conquistadores, que habían vencido a través de provocar una guerra civil entre
anahuacas.
El problema de “la Patria”, es que sus hijos
“patriotas”, los criollos, se dividieron en dos grupos antagónicos que han
luchado entre sí, desde 1821, hasta nuestros días. Conservadores (PAN) vs. Liberales (PRI).
De esta lucha de “perros y
gatos”, los extranjeros se han aprovechado y han invadido “la Patria de ellos”,
en varias ocasiones, le han quitado más de la mitad del territorio que
heredaron del Virreinato.
Se han aliado a los diferentes bandos, para sacar
provecho y en estas luchas fratricidas.
Los bandos han llegado al extremo de
pedir ayuda al extranjero, para vencer a sus hermanos.
Al inicio del Siglo XXI la Patria, ha quedado en la
ruina total, no solo económica, sino moral y ética. Tenemos a más de diez millones expulsados del país.
El Estado neocolonial
criollo se ha corrompido de una manera cínica y general, comenzando con el más
alto nivel, hasta llegar a ser un Estado fallido.
El mismo Presidente, por sus
dudosos hechos, reconoce que existe una falta de confianza en las instituciones
de gobierno.
Se ha perdido la soberanía financiera, económica, comercial,
alimentaria, educativa y de seguridad. Las empresas trasnacionales están haciendo su "agosto".
El crimen organizado y las
trasnacionales tienen el poder y el gobierno está totalmente infiltrado y
cooptado. El Sistema de Justicia está corrompido hasta la medula.
Qué podemos celebrar en estos 194 años de
permanentes fracasos, traiciones, robos, crímenes, en los que además, el
pueblo, siempre ha estado excluido y ha sufrido la pobreza y la injusticia.
La
Patria hoy no nos puede garantizar a los ciudadanos la seguridad, la propiedad
privada, la libertad y el empleo.
Hoy, en cualquier momento los podemos perder
y convertirnos en una estadística más, como decenas de miles de mexicanos
afectados por la incapacidad, la corrupción y la impunidad.
chido profe Marín, usted debería dar clases en la UBJO pa que abramos los ojos y el cerebro. Muy bien...siga adelante. Nicasio
ResponderEliminarFelicidades por su excelente síntesis histórica del proceso de conquista, y el análisis tan rico de como esta afecta en nuestros días. Me hace recordar un poco el laberinto de la soledad de Octavio Paz.
ResponderEliminarExcelente como siempre
ResponderEliminarquienes son los personajes en la caricatura, son tres?
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