El pueblo de este país, está desposeído de su memoria histórica y su identidad cultural ancestral. A través de una estrategia realizada por el Estado mexicano desde 1824, para dejarlo en un estado de total indefensión por medio de una amnesia que lo deja vulnerable e inconsciente.
A pesar de que los ciudadanos de este país, son herederos culturales de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad, y la que, alcanzó uno de los niveles más altos en desarrollo humano, especialmente en los más de diez siglos del periodo Clásico (200 aC a 850 dC), están desposeídos de ese valioso patrimonio cultural que podría cambiar al país, y mejorar sus vidas radicalmente.
La ideología criolla, de la clase dominante, por una parte, siempre se sintió disminuida y acomplejada, por recibir el desprecio de los peninsulares en los tres siglos de Colonia, y en los dos últimos siglos, se siente acomplejada por las culturas europeas y norteamericana, a las cuales han querido imitar torpemente con desastrosos resultados. Pero al mismo tiempo, ha despreciado y marginado a las culturas de la Civilización Madre del Anáhuac, excluyéndolas y folclorizándolas. Los poderosos en este país nunca se han sentido arraigados a esta tierra, a sus culturas y a sus pueblos, por el contrario, siempre se han sentido superiores y ajenos.
Como lo definió el Dr. Guillermo Bonfil, cuando señaló que existían “dos Méxicos”. Uno profundo; de estirpe anahuaca, ancestral, proveniente de la Civilización Madre, pero marginado, explotado, aferrado a una cultura de resistencia. Y un “México imaginario”, nacido con la invasión-ocupación española, sustentado ideológicamente, primero en España y posteriormente en Francia y Estados Unidos. Bonfil dice que es “imaginario”, porque nunca ha tomado en cuenta al “México profundo”, en los desafortunados proyectos de nación que ha tratado de crear. Uno es “profundo”, el otro es superficial, ambos siempre en permanente lucha.
En el periodo porfirista, se inició la construcción ideológica de una identidad nacional. Los criollos, desde 1824 hasta 1872, se la pasaron entre guerras fratricidas por el poder e invasiones, de modo que fue hasta que, en 1884, Porfirio Díaz le ordena a Vicente Riva Palacio crear “la historia oficial”, con la publicación del libro “México a Través de los Siglos”. En el que, en la “Historia Prehispánica”, los mexicas o aztecas, ocuparán el lugar prevalente.
Esto viene de la “herencia” de los textos del siglo XVI, escritos por ignorantes conquistadores y fanáticos misioneros, en donde los primeros pretenden hacer del holocausto invasor, una epopeya de heroísmo, y los segundos, del brutal epistemicidio, una piadosa jornada de evangelización. Unos y otros, harán de los mexicas la cultura más importante y representativa de las tierras invadidas y conquistadas. Los pueblos y culturas mayas, zapotecos, mixtecos, purépechas, entre muchas otras, pasarán a un segundo plano.
Este discurso maniqueo, es la forma en la que el Estado mexicano, logra que el pueblo, desconozca su milenario pasado y quede marginado de su verdadero potencial de sabiduría. De esta manera, gracias a la SEP, las universidades, los intelectuales colonizados, los medios masivos, las iglesias y la iniciativa privada, “el pasado ancestral”, queda reducido a la “historia prehispánica” de solo 196 años, es decir, desde la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlán en 1325, a su destrucción en 1521. El “discurso del Estado mexicano” se ve materializado en “la catedral del México Prehispánico”, nos referimos al Museo Nacional de Antropología e Historia, en donde la sala principal se reserva para glorificar a la cultura mexica, sobre todas las demás.
La historia oficial “prehispánica” pone a los mexicas, como un inexistente imperio, con un poder que nunca tuvo y un falso dominio del territorio del Cem Anáhuac. La milenaria sabiduría de la Civilización del Cem Anáhuac, que tal vez comenzó en las cuevas de Guilá Naquitz, en los Valles Centrales de Oaxaca, con la invención del maíz y la agricultura, hace diez mil años, que son la base del Sistema Alimentario, el Sistema de Salud, el Sistema de Educación y el Sistema de Organización, que se conoce como La Pirámide de Desarrollo Humano tolteca, y que, en su conjunto, serán los cimientos de la Civilización Madre. Para que, en el periodo Clásico, se alcanzara el mayor esplendor, no solo del Cem Anáhuac, sino de las civilizaciones ancestrales del planeta. Toda esta sabiduría, que fue investigada, desarrollada y trasmitida durante siglos, se conoce como Toltecáyotl, fue creada por todos los pueblos del Anáhuac.
Sin embargo, a mediados del siglo IX, se dio un misterioso colapso, y los Tollan y sus hombres y mujeres de conocimiento que investigaban y estudiaban en ellos, literalmente desaparecieron del Anáhuac, dejando la profecía que regresarían a restaurar el equilibrio y el bienestar. Siglos después, empezaron a llegar al Altiplano Central, oleadas de pueblos del Norte, que no sembraban maíz y algodón, no hablaban náhuatl, y eran cazadores recolectores. El último en llegar fue el pueblo mextin, que más tarde, en su periodo de expansión cambiará su nombre al de mexica, para que no se conociera su humilde pasado.
El proyecto postrevolucionario del Estado mexicano, con la creación de la SEP, pretende crear un país con una sola identidad, una sola lengua, una sola historia, un ciudadano “mexicano” sin distinciones y diferencias. Comienza una campaña de integración de los pueblos anahuacas al modelo “desarrollista”. Como lo llamó Guillermo Bonfil, un proyecto de “desindianización”. En este periodo se trató brutalmente de integrar al desarrollo y a la modernidad a los pueblos anahuacas. Pasaron entonces a ser nombrados como comunidades marginadas, “mexicanos deprimidos” a los que se les debería castellanizar, capacitar en la lecto escritura para incorporarlos a las ciudades para ser mano de obra e integrarlos al consumo.
El anahuaca “desapareció” de la vida nacional y reaparecerá, con sus demandas históricas e identitarias hasta 1994, con la irrupción del movimiento neozapatista del EZLN. Los pueblos y culturas anahuacas vuelven a ocupar un espacio, en sus luchas por la autodeterminación, la justicia y el respeto a sus derechos históricos. Ahora les llamarán “indígenas o pueblos originarios”. En el año de 2017, el Consejo Nacional Indígena y el EZLN, lanzarán a una vocera como candidata a las elecciones presidenciales de 2018.
Pero desde la década de los años setentas, empezó a surgir un movimiento en el Zócalo de la Ciudad de México, primero marginal y después con mayor presencia en otras partes del país. Su origen se remonta a los grupos tradicionales de la danza de Concheros, que habían logrado sobrevivir desde los tiempos coloniales en los atrios de los templos, gracias a un impecable ejercicio de sincretismo religioso-cultural y resistencia cultural, que la iglesia católica tuvo que aceptar. Se tocaron instrumentos de cuerda con concha de animales y se mezcló con cantos religiosos católicos.
Este movimiento, una hermandad, nació en el centro del país y se mantuvo, por más de cuatro siglos, en un hermetismo casi clandestino. Sin embargo, se empezó a abrir a personas que no eran de la tradición. Posteriormente, de la danza conchera, se crea la llamada “danza azteca o danza guerrera”, que busca “autenticidad y desvinculación con la religión católica”. Se quitan los instrumentos de concha y se baila únicamente a través de un tambor llamado “huéhuetl”. Comienza la expansión.
Los mextin llegaron al Altiplano Central en el año de 1215, totalmente ajenos a la sabiduría ancestral llamada Toltecáyotl. Después de un peregrinar, se asientan en un pequeño islote, debido a que las tierras estaban ya ocupadas. Empieza un proceso de culturización, tomando de los pueblos de estripe tolteca, la Toltecáyotl, para pasar a tener una vida sedentaria y civilizada. Los hijos de los nobles, que estaban destinados a gobernar, eran enviados, como todos los del Altiplano al Calmécac de Cholula dedicado a Quetzalcóatl, como símbolo de la educación y el conocimiento, en donde se les educaba bajo la sabiduría tolteca. Fue aquí en donde se “toltequizaron” todos los tlatoani nahuas, especialmente Moctezuma Ilhuicamina, Tlacaélel y Netzahualcóyotl.
Cuando estos tres personajes toman el control de la Triple Alianza (Ēxcān Tlahtōlōyān), después de vencer a Maxtla, el tirano del Señorío de Azcapotzalco, los mextin, en el inicio de su expansión, liderados ideológicamente por Tlacaélel, deciden cambiar las bases filosóficas espirituales de la Toltecáyotl de origen ancestral tolteca, para crear, lo que se conoce como Mexicáyotl.
En efecto, Tlacaélel le da un giro total a la espiritualidad tolteca y tomando las bases estructurales de la Toltecáyotl, le da un enfoque mixtico-materialista-guerrero. Quitan de la dualidad ancestral tolteca, la dualidad de Tláloc-Quetzalcóatl, y crean la dualidad mexica de Tláloc-Huitzilopochtli, el numen tutelar que los mextin traían del Norte, y que, no pertenecía al Panteón tolteca. El Quetzalcóatl tolteca es, -entre otras cosas-, el símbolo del equilibrio entre la parte espiritual (quetzal) y la parte material (cóatl) del ser humano, el equilibrio. Es también, el referente a la educación y el conocimiento.
Huitzilopochtli es en cambio el símbolo de la voluntad de poder, de la guerra y el mundo material. Los mextin, en el Templo Mayor de Tenochtitlán, “bajaron” a Quetzalcóatl y lo ubicaron en la parte frontal, en un “cu” mucho más pequeño. Y en el lugar que le correspondía, según la tradición tolteca, pusieron a Huitzilopochtli. Esta transgresión filosófica-cultural-religiosa, es el rompimiento con la milenaria Toltecáyotl.
Este sisma, explicará más tarde, la estrategia de Hernán Cortés, asesorado por Malinche y apoyado militarmente por Ixtlilxóchitl, al presentarse como el embajador de Quetzalcóatl, creando una guerra civil entre los pueblos nahuas.
Las reformas del Cihuacóatl Tlacaélel, le dieron una nueva pero efímera vitalidad a los mextin, en su periodo de expansión (1440-1521). Tlacaélel el longevo Cihuacóatl de tres tlatoani (Mixcóatl, Moctezuma Ilhuicamina y Axayáctl), fue “el poder atrás del trono”. Fue quien ordenó la quema de los códices ancestrales y su reposición con una nueva historia, para que no se conociera el humilde origen de los mextin, creando la “historia oficial” de los mexicas. Nombre con el que aparecerán en la peregrinación, que era un mito de origen ancestral, pero ahora, protagonizado por los “flamantes mexicas”.
Las modificaciones a las milenarias normas comunitarias, religión y filosofía tolteca, adaptándolas a la nueva ideología mixtico-materialista-guerrera, será conocida como Mexicáyotl.
Estas modificaciones, cambiaron sustancialmente el sentido filosófico y de vida de los mexicas. Entre algunos cambios podemos mencionar: El Sistema de Educación paso de enseñarse la sabiduría tolteca a convertir a las escuelas en instituciones militares. Los guerreros toltecas realizaban la Batalla Florida en lo profundo de su corazón. Los guerreros mexicas hacían la guerra a los vecinos, les imponían fuertes cargas tributarias, y a estas guerras, también las llamaron “floridas”.
Los pochtecas toltecas intercambiaban, con trueque, los productos para el culto entre las regiones del Anáhuac. Los pochtecas mexicas comerciaban y eran espías. Los mexicas comenzaron a introducir el cacao como instrumento de cambio y la acumulación, los toltecas jamás usaron moneda. Los mexicas iniciaron con la propiedad privada, los toltecas nunca la usaron, todo era comunitario.
El Estado mexicano, nacido en 1824, de ideología criolla, se asume como el “vencedor histórico” de los mexicas (por sus abuelos españoles), y también de los gachupines, a quienes corrieron en 1828, crearon su país, de ellos y solo para ellos. Para los criollos, los mexicas, serán en su “historia oficial, un gran imperio mítico”, como los griegos para los europeos, que le funciona al Estado mexicano como los cimientos más antiguos de “su nuevo país”.
En los últimos años en el país, se ha creado una fuerte corriente de “mexicanos” que se han acercado a los grupos llamados de “la tradición”, “la mexicanidad”, “danza azteca”, o “danza guerrera”. Personas que están buscando “otra alternativa”, desilusionados del modelo necolonial-trasnacional. Por intuición, se acercan hacia la Cultura Madre”. Sin embargo, gracias a la colonización de la historia, por parte del Estado mexicano, se quedan tan solo en la historia oficial del “México prehispánico”.
En efecto, estas personas, que no estudian, que no investigan a profundidad de manera crítica y analítica, se quedan atrapadas en el fantasioso mundo del “Imperio azteca, los guerreros aztecas, los mexicas, en la gran México-Tenochtitlán”, del discurso perverso del Estado mexicano, que, desde 1824, se ha propuesto de manera sistemática y a través de sus tres poderes y tres niveles de gobierno, despojar al pueblo de su “memoria histórica e identidad cultural ancestral”, para imposibilitarlos de recurrir a la sabiduría de sus Viejos Abuelos, los creadores de una de las civilizaciones antiguas que alcanzó el más alto nivel de desarrollo humano en el planeta.
El mito del "Imperio Azteca", sus guerreros y la Gran México-Tenochtitlán, cumple con varios propósitos. El primero y más importante es, desposeer al pueblo, del potencial civilizatorio condensado en la sabiduría ancestral conocido en lengua náhuatl como Toltecáyotl, para mantenerlo sometido en la ignorancia y la vulnerabilidad.
Es decir, los conocimientos y las instituciones creadas a lo largo de miles de años, que permitieron alcanzar el más alto grado de desarrollo humano, -para todo el pueblo-, de la humanidad. El segundo es, construir un mito que le de prestigio y “autenticidad nativa”, para edificar los cimientos del Estado necolonial criollo.
Para la historia oficial, “todo comienza con la peregrinación de los mexicas”, el desarrollo de su “Gran Imperio”, la heroica conquista de los abuelos españoles, y la Guerra de Independencia de los abuelos criollos que fundaron el país. Para la historia oficial neocolonial criolla, todo se resume a “Cuauhtémoc, Cortés e Hidalgo”. Una historia que explique, sin cuestionamientos, el por qué existe tanta pobreza en muchos y tanta riqueza en pocos. Una historia de vencedores y vencidos. Un país monolítico, monolingüe, mono cultural, centralista, con mandones y mandados.
Para lograr esto, desde 1921, el Estado mexicano a través de la SEP, el INAH, los investigadores del sistema, las radiodifusoras, las televisoras, las universidades, la iniciativa privada, las iglesias, se han confabulado para “secuestrar la Historia Verdadera”, y crear, en la mente de los ciudadanos, la idea de que “vivimos en tiempos mejores”. Que los aztecas, a pesar de ser un gran imperio, hacían abominables sacrificios humanos y explotaban inhumanamente a sus vecinos.
Que los conquistadores de manera heroica, pues eran un puñado de valientes, lograron vencer a cientos de miles de feroces guerreros aztecas, para librear a los pueblos explotados de todo México del yugo mexica.
Que el periodo Colonial fue benéfico para los salvajes y primitivos habitantes de estas tierras. La corona española y la iglesia católica, generosamente, nos trajeron la civilización, la paz, nos trajeron la verdadera religión, nos dieron un idioma, nos enseñaron a construir, a trabajar y a vivir civilizadamente.
Este mito es la base del sistema, y aún, en la película Apocalypto de Mel Gipson, se mantiene y reafirma, como una verdad comprobada e irrefutable, que pesa sobre el inconsciente del pueblo desposeído de su memoria histórica y su identidad cultural ancestral.
Cuál es la diferencia de la Mexicáyotl creada por el Cihuacóatl mexica Tlacaélel, y re-creada por el Estado Mexicano neocolonial criollo a partir de 1921, y la Toltecáyotl, creada por la milenaria sabiduría de los toltecas del Anáhuac a lo largo de por lo menos 3500 años.
La primera, fue una institución creada trasgrediendo la filosofía, principios y objetivos de la Toltecáyotl, para dirigir un esfuerzo de expansión militar, política y filosófica, para encumbrar al último pueblo salvaje venido del Norte, los mextin, dándole un destino manifiesto (mantener con vida al Quinto Sol) a través de la transformación de la filosofía y religión humanista y espiritual tolteca, en una filosofía y religión guerrera y materialista. Hecho evidenciado por la sustitución de la dualidad Tláloc-Quetzalcóatl, por la nueva dualidad Tláloc-Huitzilopochtli.
La segunda, La Toltecáyotl, es la suma de miles de años de investigación, análisis, razonamiento, aplicación y trasmisión, del conocimiento y la sabiduría, a partir de la observación de la mecánica celeste y la naturaleza, para que el ser humano logre vivir en equilibrio interno, con los demás seres humanos, con todos los seres vivos y con los planetas y estrellas.
Esto queda plasmado de manera esquemática en la Pirámide de Desarrollo Humano toltecas. Es decir, que, por medio de los siete niveles sistemas y maestrías, el ser humano llega a la plenitud. Los cuatro sistemas son: el de Alimentación, Salud, Educación y Organización. Las tres maestrías son: la conciencia del ser histórico, la conciencia de la sacralidad de la existencia y finalmente, el logro supremo civilizatorio, la maestría de la conciencia del ser energético.
Las élites nahuas de los Altépetl del periodo Postclásico, en el Altiplano Central, se educaron en el Calmécac de Cholula, consagrado a Quetzalcóatl, que era el benefactor de la educación. En esta institución, en el periodo Postclásico, solo se enseñó los cuatro sistemas básicos, las tres maestrías se fueron con los toltecas. Esta es la razón por la cual, Tlacaélel, que estudió en este Calmécac, no conoció la sabiduría superior de la Toltecáyotl. Y todas las transformaciones que le hizo a la Toltecáyotl, básicamente estuvieron en los sistemas de educación, organización y en la religión.
Esto puede explicar, -de alguna manera-, la incongruencia de algunas grotescas prácticas materialistas mexicas, sustentadas en una ancestral y sofisticada sabiduría espiritual.
El Estado mexicano, neocolonial de ideología criolla, no le conviene que el pueblo, que en su inmensa mayoría es mestizo culturalmente, recupere su memoria histórica y su identidad cultural ancestral. Mientras crean que su más remoto pasado “prehispánico” son los mextin, convertidos en mexicas por Tlacaélel, y posteriormente, en el siglo XIX, por Humboldt en aztecas.
Mientras todo quede en “danzar y emplumarse” los fines de semana, tatuarse y hacer “turismo cultural”, nada atenta contra el sistema colonial de explotación y enajenación. Lo mismo es “disfrazarse de guerrero azteca, que de darketo o de emo”. Son solo fugas inocuas de la atroz realidad. Una moda más, un nuevo mercado de consumo. Más nada.
El peligro real para el sistema, es que el pueblo recupere su memoria histórica y su identidad cultural ancestral, y que, en vez de disfrazarse de mexicas, se empeñen en vivir como toltecas. Que salgan de los cinturones de miseria de las ciudades y regresen a su tierra, a volver a ser hombres y mujeres libres. Que produzcan su propio alimento, que vuelvan a vivir del autoconsumo y dejen el consumismo chatarra, que cuiden su alimentación y que dejen de ser maltratados por patrones explotadores y burócratas prepotentes.
Jesús León Santos campesino mixteco
Personas y familias que se preocupen y ocupen en mantener su salud, con buenos hábitos alimenticios y hábitos higiénicos, cuidando de su salud emocional y espiritual. Familias que eduquen y enseñen, con el ejemplo, valores y principios éticos y morales, donde el respeto vuelva a ser el medio de comunicación.
Donde el hogar sea el centro de la vida, la madre el eje y los abuelos la base de la familia. En donde la hermandad se extienda a toda la comunidad, en donde el calpulli sea la institución rectora.
Que los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos toltecas, los creadores de la Toltecáyotl, se rijan por los milenarios usos y costumbres. Que la Asamblea vuelva a ser el espacio democrático de análisis y discusión de la comunidad, del “deber ser” y el bien común. En donde los ciudadanos se capaciten para servir desde niños. En donde todos los ciudadanos se roten en el servicio por el bien común, y de manera cíclica y en una espiral ascendente, vayan tomado poco a poco, responsabilidades para auto organizarse y auto gobernarse.
ESTO ES JUSTAMENTE LA TOLTECÁYOTL, UNA FORMA RESPONSABLE Y CONSCIENTE DE VIVIR EN EQUILIBRIO.
Al Estado neocolonial de ideología criolla, bajo ningún motivo le conviene que el pueblo “recupere la memoria” y recuerde cómo fue que sus ancestros se organizaron para alcanzar el más alto grado de desarrollo humano en la historia de la humanidad.
Sería un atentado al “establishment”, el sistema se vería herido de muerte. Los grandes negocios se acabarían, la corrupción no funcionaría, la impunidad se derrumbaría, El “México imaginario colapsaría”.
Cuando el pueblo reconecta su “banco genético de información cultural”, el pueblo sabe lo que debe hacer y sabe cómo hacerlo. Así ha sucedido los días 19 de septiembre de 1985 y de 2017. Ante la tragedia, el pueblo despertó y por horas tomó el control y salvó la vida. El pueblo rescató al pueblo y recuperó a los heridos. Horas después, llegó el gobierno, los uniformes, los políticos, las televisoras y los granaderos, para asumir y recuperar “el control”.
No existe ningún problema con la cultura mexica, es parte de un proceso de diez mil años de civilización en el inmenso Cem Anáhuac. El problema, radica en cómo el Estado mexicano, ha manipulado y usado la falsa historia del último pueblo en llegar al Altiplano Central. En cómo se engaña y manipula a las personas, presentando una falsa “historia prehispánica”, que nos nulifica de nuestro potencial civilizador y nos impide volver a vivir con dignidad y en libertad.
El problema es que, ante la evidencia histórica, se prefiera vivir engañado y en la simulación vana y fantasiosa.
La ignorancia es la madre de los fanatismos. De los fanatismos deviene la cerrazón y la violencia. Esto es justamente, lo que pretende el Estado mexicano, para que los anahuacas se queden en la superficie ideologizada de “la identidad cultural prehispánica”, con los mexicas y el Gran Imperio Azteca, y en permanentes pugnas internas.
Para que no profundicen en sus ancestrales raíces y su esencia más primigenia, para que queden deshabilitados de la riqueza de sabiduría, que posee la Toltecáyotl, que nos enseña una forma de vivir en libertad, conciencia y responsabilidad.
El desafío es de conciencia y responsabilidad.
Oaxaca, otoño 2017
Visite www.toltecayotl.org
Excelente. xD
ResponderEliminarSin embargo:
"En efecto, estas personas, que no estudian, que no investigan a profundidad de manera crítica y analítica, se quedan atrapadas en el fantasioso mundo del “Imperio azteca, los guerreros aztecas, los mexicas, en la gran México-Tenochtitlán”...
¿Cómo vamos a investigar sobre cosas que no tienen más registro que ruinas, piedras y restos de trastes, y un montón de mitos y leyendas que varían según quien las cuenta? Lo poco que existe afuera de los mexicas, con respecto a las culturas ancestrales, está celosamente custodiado por académicos, en bibliotecas a las que sólo ellos tienen acceso. Muchos, como yo, hemos intentado investigar, hemos intentado aprender más, pero nos topamos siempre con las mismas barreras: Académicos celosos que no quieren "soltar la sopa" más que para lucirse en congresos a donde sólo van otros académicos (quienes los chulean y felicitan de forma hipócrita), investigaciones más valiosas que el oro acumulando polvo en bibliotecas de fondo cerrado y acceso restringido, piedras y libros hechos pedazos con figuras o grabados que nadie es capaz de leer, restos de ollas y restos de mitos y leyendas adulterados por el paso del tiempo. Así no se puede. Tuve que meterme a estudiar a una sucursal de UNAM (a 850 kilómetros de Oaxaca, mi ciudad natal) con tal de conseguir la información que quiero (con respecto a las culturas ancestrales de Oaxaca), y aún así es demasiado difícil acceder a ese tipo de cosas. Hay lugares y textos a los cuales sólo gente con doctorado puede acceder. :(
ResponderEliminarNo creo que los "usos y costumbres" sean necesariamente legado ancestral. Están fuertemente vinculados con la iglesia católica y sus fiestas (especialmente con las fiestas: los hombres se juntan sólo para ponerse de acuerdo en "cuántas chelas se traen y quién las trae", y ese tipo de cosas). Además, hasta el PRI los tiene ya intervenidos e interferidos (los cacicazgos existen desde mucho antes de la era colonial). Cualquier intento de saber cómo eran originalmente los primeros "usos y costumbres" (empezando por ver qué diablos es eso de "El Costumbre" y ese tipo de cosas que sólo entiende quien las usa) será inútil... O demasiado difícil de hacer y un proceso que llevará demasiado tiempo. Las cosas no-materiales tienden a modificarse con el paso del tiempo. :(
Incluso, el rescate de los idiomas ancestrales es algo demasiado complicado. Del zapoteco hay cuatro variantes principales (yo creo que ya son cuatro idiomas diferentes mal denominados "zapoteco"; sería como llamar "latín" al español, al portugués, al italiano y al francés), y de cada una de ellas hay más de diez variantes, mínimo. Y las lenguas otomangueanas (zapoteco, mixteco, otomí, mazahua, etc.), por ser mayoría y por ser tonales (un cambio en la entonacion de una vocal puede cambiar el significado de una palabra radicalmente), enfrentan el problema de la falta de reglas de escritura (yo hablo lo básico de zapoteco, y lo escribo "como suena" por lo mismo, más otras adaptaciones que los mismos hablantes tuvieron que hacer debido a los pleitos entre lingüistas que, al no ponerse de acuerdo en qué sonido es cuál ni en cómo representarlo, hicieron a los hablantes nativos a un lado) y el hecho de que no hay forma de representar gráficamente los tonos que puede tener una sílaba o palabra. xD
De ahí que el nahuatl sea el idioma nativo más popular (el maya va en segundo lugar), de que los danzantes sean "aztecas" o "mexicas" (si se le analiza bien, "La danza de la pluma" es muy parecida a esas "danzas aztecas"; he visto cómo se baila la primera y bailé las danzas de las segundas un tiempo), y de que la gente sólo pueda quedarse con "lo mexica" (fue lo único que medio pudo registrarse por escrito; todo lo demás se perdió o se mezcló con leyendas y mitos ya vagos y adulterados por el tiempo y la gente que los cuenta). A menos que entremos a saquear las bibliotecas y museos, y de que secuestremos a los académicos y los obliguemos a que hablen sobre lo que han encontrado, todo eso que queremos saber sobre las culturas ancestrales de este país se perderá para siempre, sea que se olvide o que permanezca acumulando polvo en bibliotecas donde casi nadie tiene permitido entrar. :(
Un artículo claro y revelador. Una síntesis apabullante de las prácticas del estado mexicano.
ResponderEliminarEl verdadero reto es, atreverse a vivir en armonia y equilibrio:
"Que salgan de los cinturones de miseria de las ciudades y regresen a su tierra, a volver a ser hombres y mujeres libres. Que produzcan su propio alimento, que vuelvan a vivir del autoconsumo y dejen el consumismo chatarra, que cuiden su alimentación."
Yo también asistí a Universidades en busca de conocimiento y enfrenté la barrera del aprendizaje limitado y oculto.
Y he seguido el camino del mexicano pobre moderno: Buscar empleo en empresas y vivir al día con sueldos mediocres.
Desde hace algunos años mi afición por la montaña me llevó a descubrir el modo de vida de los mexicanos de la sierra, antes de conocerlo en los libros.
De manera temporal he vivido por meses en la sierra chinanteca de Oaxaca y aún sin hablar el idioma local, puedo testificar la existencia de prácticas ancestrales en las esferas familiar y comunitaria.
Las enseñanzas de Toltecáyotl están vivas. Creo podemos aprender no sólo en los libros y bibliotecas más bien en la vivencia cotidiana. Aprender de los ciclos de la agricultura. Aprender disciplina en el trabajo propio. Dar ejemplo a la familia en relación a una forma de vida alternativa y en armonía con el medio. Atreverse a vivir Toltecáyotl...
Este artículo es muy tendencioso y lleno de odio. Amo las culturas prehispánicas, pero verlas como totalmente virtuosas es quitarles parte de su humanidad. Eran humanos como nosotros y como tales tenían su lado no agradable. Los autores de tal artículo no son nada diferentes a sus contrapartes opuestas: los neonazis hispanistas que tanto desprecian. Yo soy parte español (de hecho catalán, gallego, castellano, sefardí y morisco), si odian esa parte o partes mías ni modo. Es mi genética, sin con ello seguir su juego de racismo, para bien y para mal. Así como es mi otra parte es indígena, la cuál también acpeto. No puedo odiar a ninguna de mis dos mitades, a pesar de que efectivamente mi otra mitad haya sido dominada por la otra, la cuál es muy grave. No más racismo de ninguna clase: lo hispano debe aceptar que sus métodos de conquista fueron lamentables y lo indígena debe abandonar ese exceso de victimismo. Todos somos humanos y podemos y debemos convivir para construir un mundo mejor, realistas y pluriciultural, más allá de toda clase de utopías fumadas. La historia humana debe ser vista de manera crítica, de lo contrario cae en el mismo círculo vicioso en la que cae esta página: un nuevo proyecto de historia oficial.
ResponderEliminarSalir de los cinturones de miseria... Pues... Mientras que los cinturones de miseria de la Ciudad de México ya no tienen remedio y están condenados a quedarse así para siempre (y a crecer más, porque lo que tiene CDMX no existe en los demás estados de México), los de la ciudad de Oaxaca aún tienen remedio. De hecho, nuestra manera de llevar nuestra civilización a otros lados es muy característica: Calles cuadradas, vegetación espesa y diversas clases de oficios y servicios muy característicos y ubicados en ciertos puntos son algunos ejemplos. Muchas partes de las afueras de CDMX (que ya no son tan "afueras") son así. Sin embargo, la miseria ya no vive en las afueras; ya logró herir el corazón de la ciudad de Oaxaca, y muchos tuvimos que irnos porque continuar la vida allí se volvió imposible, y eso es gracias a la chairez traída por los maestros de la sección 22 y por todas las organizaciones chairas fundadas por el PRI (y los acarreados de ambas partes), y la reafirmación de poderes de ambas partes destrozó el comercio, tanto el formal como el informal (día de marchas y bloqueos es igual a día de no hay ventas para nadie). :(
ResponderEliminarConclusión: Debemos erradicar el marxismo y el comunismo de México. xD
Producir el propio alimento y vivir del auto-consumo... Sería excelente... Nada más necesito unos cuantos miles de pesos (que no sé de dónde ir a sacar, porque las cajas de ahorro defraudan y los intereses que cobran los bancos son una exageración) para comprar mis propios animales de granja, mis costales de semillas, terreno de siembra y todo lo necesario para echar a andar ese proyecto del auto-consumo... Total, como en Oaxaca sobra espacio y tenemos tecnología, pues ya no es tanto problema... Sólo lo del dinero. Si hubiera dinero, todo lo demás sería posible. Con dinero baila el perro calzón que le toquen. Si para los huevos no tengo, menos para las gallinas y lo que las gallinas comen. :(
Conclusión: Debemos erradicar el capitalismo, el liberalismo económico y la usura en México, antes que nos ahoguemos todos en deudas y terminemos viviendo en la calle. Sólo falta encontrar el sistema económico que lo reemplace. Tal vez deberíamos volver a lo de antes: Metálicos (Oro + Plata y sistema de pesos/medidas Troy, pero puros y sin envilecer para que no se inflen ni se devalúen) y Gemas (piedras preciosas) más trueque de elementos de la canasta básica (herencia nativa), pero no sé... No vayan a protestar los de ONU, los del banco mundial o algo así. :(
Aprendizaje limitado y oculto en las universidades... Sí, sin contar que lo que muestran son, en su mayoría, alucines fumados. Me ha tocado oír cada sandez en la universidad que termino preguntándome quiénes les dieron las maestrías y doctorados a esos "académicos". Sólo porque son de raza blanca, sean gringos o sean europeos o sean chilangos, no significa que tienen más derecho que yo (que soy oaxaqueño, indígena y de tez morena oscura) a formular teorías y a convertirlas en dogmas incuestionables dentro del mundo en el cual operan. La peor parte viene cuando, usando su sistema de argumentación (ése que le enseñan sólo a los de humanidades; a nosotros los de ingenierías y ciencias duras sólo nos enseñan a mostrar datos y a explicar y mostrar de dónde salen para que el de humanidades los interprete, mas nunca a citar ni a esas cosas raras que sólo los de humanidades saben hacer) como arma, obligan a todos sus alumnos a asumir como verdad o como dogma incuestionable todo aquello que de sus bocas y sus artículos sale; como a mí no me pueden obligar a tragarme sus fumados alucines, los tengo totalmente en mi contra. Y dicen que "la universidad está abierta a todo tipo de opiniones"... Sí, claro...
ResponderEliminarCuando alguien de tez blanca pide empleo, se lo dan. Sobre todo, si es mujer y es atractiva, no importa que no sepa hacer nada. Cuando alguien como yo pide empleo, pues... Busco empleo desde los dieciocho años. Tengo veintiséis, y sigo buscando. Ese racismo, ese clasismo y ese elitismo característico de los empleadores detiene a muchos en mi tierra natal. Por eso tuve que irme, como todos, pero en Michoacán es exactamente la misma historia. Tal vez logre algo en la Ciudad de México. Total, todo el centro histórico de México está lleno de letreros de "en este establecimiento no se discrimina"... :(
Me encantan las sierras. Hay a quienes les gustan las playas, pero a mí me gustan las sierras. Y también he viajado mucho (pero no lo suficiente). He visto cómo viven muchas personas, y me di cuenta de una cosa: El estado de Oaxaca es como otro país dentro de México. El Valle de México comparte algunas cosas con Oaxaca, pero nada más; a los oaxaqueños todavía nos queda la capacidad de asombro, la paciencia y la determinación que a los chilangos se les acabó desde hace años. El oeste y el bajío, al contrario, no se parecen en, prácticamente, nada, ni a Oaxaca ni al Valle de México; está tan españolizado y me parece tan medieval, retrógrado y desagradable (la zona habitada) que lo único que quiero hacer, desde que llegué, es salir huyendo y jamás volver. Cosas de ese tipo deberían documentarlas en libros. xD
Yo soy indígena y hablo zapoteco (y aprendo nahuatl). Y, por lo mismo, y agregando el hecho de que viví en Oaxaca los primeros 25 años de mi vida, puedo asegurar que hay mucho de "Toltecayotl" hasta en la misma ciudad, sólo que nadie lo ha visto, a nadie le ha interesado y, por eso, nadie ha dicho nada sobre eso. Así como existen "pueblos indígenas" (nombre que suena horrible, por cierto, porque implica la idea de "barbarie" y de "lo salvaje" en oposición a civilización, entendida como sólo lo que los ricos y blancos de USA y Europa hacen), existe Oaxaca, la "ciudad indígena". Pero no me refiero al centro histórico. Me refiero a todas las colonias afuera de él y a los "barrios populares". Escribiría más sobre esto, pero no vaya a llegar algún académico de la UNAM a querer robarse mi idea. xD
ResponderEliminarArtículo tendencioso y lleno de odio... Sí, como el odio que nos tuvieron los conquistadores y los evangelizadores que dijeron que nosotros los indígenas éramos salvajes sin alma y que, por eso, los conquistadores y evangelizadores estaban en su derecho de hacer con nosotros lo que ellos quisieran. Y no lo estoy inventando yo. Estuvo un tal Gines de Sepúlveda en el siglo 16 (hasta donde yo sé, era el primitivo equivalente de su tiempo a un académico), en España, diciendo esa clase de cosas. Quedó el registro de Las Casas en su "Brevísima relación de la destrucción de estas Indias" (o algo así), a la que nadie le hizo caso. Que los españoles le llamen "leyenda negra" a los dogmas incuestionables sobre los cuales se ha erigido la historia nacional de México ya no es nuestro problema. xD
ResponderEliminarEn Oaxaca, a diferencia del oeste de México, sentimos aversión por lo español, precisamente por lo de la conquista. Nos da igual que sean de Castilla, León, los vascos, Galicia, Cataluña, etc. Nos da igual que desciendan de "cristianos viejos" o de "conversos". El punto es que nos convirtieron en el jodido país de Tercer Mundo que somos ahora (los países hablantes de inglés ahora nadan en la abundancia y aparecen en la tele como perfectos mientras nosotros nos morimos de hambre y nos tenemos que aguantar el legado de corrupción que los españoles nos dejaron), nos dejaron esos horribles edificios barrocos que nos caen encima con cada temblor que aparece, nos dejaron una mentalidad machista, elitista, medieval y retrógrada de la que hasta los de la ONU se escandalizan (si no, ¿porqué estaría de acuerdo en dejar a Cataluña ser país separado de España?) y nos impusieron un idioma inservible y lleno de parches (si realmente funcionara como idioma, la ciencia y la tecnología no estarían en inglés) que los niños (y hasta varios adultos) mexicanos no entienden cuando leen y ni siquiera los universitarios escriben bien, y punto. ¿Quieres ir a un lugar de México donde los españoles y España son ídolos venerados cuales dioses supremos? Ve a Morelia o a Guanajuato. Allí los adoran, y encontrarás letreros que digan "España" o "Nueva España" por todas partes. xD
Nada bueno sale de la mezcla racial. Por eso el mexicano "mestizo" tiene tantos problemas de salud (incluyendo la mental), y por eso tiene problemas de aprendizaje, también. Si revuelven al mexica gandalla, revoltoso y busca-pleitos con el español fanfarrón, elitista, arrogante, machista, fanático y retrógrado, lo que se obtiene es el chilango actual. Si cambiamos al mexica por el tarasco de mente lerda, mañoso y abusivo, lo que se obtiene es al michoacano actual. Así son las cosas. De ahí que nosotros los oaxaqueños seamos quienes cargamos la economía de CDMX, la nacional y hasta la de USA. Somos los menos contaminados racialmente y también somos lo menos peor de México. Casi puedo asegurar que somos lo único en México que funciona, que trabaja y que no se deja ni influenciar ni manipular tan fácil. Le dejamos el maíz y la calabaza, y le dimos dos presidentes a México. Y esos dos presidentes, hayan sido como hayan sido, le dejaron a México cosas que aún hoy existen y hasta son reconocidas mundialmente. Fue en Oaxaca, no en la zona maya, donde se inventó la escritura y hasta el cero matemático. Sólo hay que atar cabos sueltos para darse cuenta de ello. xD
ResponderEliminarNo es justo que hoy cualquiera pueda nacer o volverse mexicano gracias a un papel, y no por sus genes. Por eso hay tanto blanco en la televisión y en los lugares importantes, ahí donde nosotros los verdaderos mexicanos de origen mexicano al 100% no podemos llegar (porque no nos lo permiten). Además, si el blanco me discrimina, yo estoy en mi derecho de discriminar al blanco. Si el rico me discrimina, yo estoy en mi derecho de discriminar al rico. Si el extranjero me discrimina, yo estoy en mi derecho de discriminar al extranjero. Así es como surgen los estamentos, y eso es lo que le da orden y estructura a la sociedad. Así son las cosas, y así que se queden; yo no soportaría (y muchos como yo tampoco) vivir revuelto con gente de otra raza y otra cultura, como si mi país fuera sólo un pedazo de tierra donde meten gente para que viva allí, y en el que dicha gente está obligada a convivir sin nada más en común que el acta de nacimiento con letrero de "mexicano" (como si uno pudiera revolver gallinas con gavilanes en la vida real). Gente así de rara es el chilango. Allá ellos. Por eso están como están. Nosotros somos diferentes. Por eso el país se divide en 32 estados. Al que no le guste cómo es uno de ellos, que se vaya para otro donde sí le guste. No dejaremos que nos pase lo mismo que a Roma, que sucumbió ante la pluri-culturalidad. Que los chairos se traguen sus cuentos de la pluri-culturalidad, y nos dejen en paz. xD
ResponderEliminarHay a quienes les gusta hacerse las víctimas. Hay a quienes les gusta asumir que tal o cual lado es el bueno, y que los demás son malos. Yo asumí desde el principio que todos son malos en mayor o menor grado. Yo me metí a la universidad para encontrar cómo vengarme de los victimarios (desde los conquistadores españoles hasta el PRI, financiado por USA y Europa) con sus mismas armas, y también para que el resto de México se acuerde de que Oaxaca existe, y de que en Oaxaca no sólo hay cosas malas, como maestros que marchan, pobreza extrema y esas cosas. Cuando tenga ese papel que diga que yo sé hacer algo, entonces sí, tendré tanto derecho como esos académicos a decir lo que yo quiera, con la diferencia que yo diré cosas concretas, cosas reales, cosas que a la gente normal les importen, yendo más allá de "ser crítico" y tomando partido por aquellos que lo merecen. Por otro lado, si el mismísimo Hernán Cortés, el destructor de México, el maldito asesino y conquistador que le desgració la vida a este lugar, prefirió Oaxaca a su propia tierra y hasta se declaró "marqués del valle de Oaxaca" (sin permiso, por cierto)... A pesar de sus horribles intenciones de "conquistar para fundar una nueva España quitando todo lo que se encontrara a su paso y revolver a todos con todos (Cartas de Relación)" y de su mentalidad medieval y retrógrada, se dio cuenta por un instante del lugar que había encontrado, tanto así como para querer quedarse en él. xD
No es el problema la historia, sino "lo oficial". Conclusión: Si las instituciones se inventaron en Roma, debieron morir con ella. Hay que quitar las instituciones, porque nos estorban para evolucionar y progresar. Matando las instituciones y todo lo institucional (empezando con el PRI), ya no habrá más lastres que nos impidan avanzar. xD