lunes, 13 de noviembre de 2017

LA RESTITUCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA Y LA IDENTIDAD CULTURAL ANCESTRAL 2/2

Derechos Humanos Universales e inalienables.
“Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
El principio de la universalidad de los derechos humanos es la piedra angular del derecho internacional de los derechos humanos. Este principio, tal como se destacara inicialmente en la Declaración Universal de Derechos Humanos, se ha reiterado en numerosos convenios, declaraciones y resoluciones internacionales de derechos humanos.”
Lo que ha hecho el Estado Mexicano en contra del pueblo entra dentro de La teoría jurídica internacional, conocida como, “La Doctrina del Descubrimiento”, que ha servido de fundamento para la violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas, es condenar a todo un pueblo a “la ignorancia de sí mismo”. A través de las leyes y las políticas implantadas por medio de sus instituciones, el Estado necolonial de ideología criolla, alienta y genera la perdida de la memoria y la identidad ancestral, con ello, se lesiona uno de los derechos humanos más importantes, tanto de los individuos como de los pueblos, nos referimos al “tener conciencia de su ser histórico y de su identidad cultural milenaria”. Despojando a los individuos y a los pueblos de la conciencia de ser, lo que los imposibilita en la capacidad de defender sus derechos y exigir justicia. Un pueblo en tales condiciones es un pueblo amnésico, vulnerable e inseguro.
En base a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos intrínsecos de los pueblos indígenas, resulta un derecho inalienable el poseer conscientemente la memoria histórica y la identidad ancestral. El negarle esta conciencia es una forma de discriminación, ya que es un derecho intrínseco, que tiene la misma importancia o más, que el que deviene de sus estructuras políticas, económicas y sociales.
En la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, en el artículo segundo se afirma que: Los pueblos y los individuos indígenas son libres e iguales a todos los demás pueblos y personas y tienen derecho a no ser objeto de ningún tipo de discriminación en el ejercicio de sus derechos, en particular la fundada en su origen o identidad indígenas”.
Cuando de manera deliberada, el Estado le niega al pueblo en general, no solo al indígena, la memoria histórica y la identidad cultural ancestral, se lesiona su derecho a conocer su origen y su identidad. De esta manera, al negarse la libre autodeterminación cultural, se promueve una falsa y endeble identidad, lo que impide su pleno desarrollo económico, social y cultural.
En el artículo quinto menciona: “Los pueblos indígenas tienen derecho a conservar y reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado.” La Toltecáyotl, definida por el Dr. Miguel León Portilla, como “Las instituciones y la sabiduría de los toltecas”, que es la estructura epistémica de la Civilización Madre, ha sido sistemáticamente negada y menospreciada por las instituciones educativas, culturales de investigación en ciencias sociales y medios masivos de comunicación.
En el artículo octavo de la Declaración de Naciones Unidas dice textualmente, “Los pueblos y los individuos indígenas tienen derecho a no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura.” La difusión de una falsa historia ancestral, por medio de las instituciones del Estado Mexicano, es una acción violenta que busca someter a los pueblos indígenas y mestizos a una historia oficial, que ha pretendido unificar una sola identidad nacional sometiendo a la desaparición a las identidades culturales ancestrales.
El mismo nombre del país, es un atentado contra la permanencia de la memoria de la civilización ancestral llamada Anáhuac. México viene del nombre de la Ciudad de México-Tenochtitlán y el gentilicio de “mexicano” viene de mexica. Actualmente existen más de 60 pueblos y culturas hijas de la civilización del Anáhuac y la mayoría del pueblo no es heredero de la “cultura mexica”, por lo tanto, es una violación a su dignidad y a su identidad, al ser sometidos a una asimilación forzada. 
En el punto dos del mismo artículo octavo se establece: “Los Estados establecerán mecanismos eficaces para la prevención y el resarcimiento de:
a) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia privarlos de su integridad como pueblos distintos o de sus valores culturales o su identidad étnica;
b) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia desposeerlos de sus tierras, territorios o recursos;
d) Toda forma de asimilación o integración forzada…”
El Estado Mexicano ha cometido un delito de lesa humanidad y un atentado a los derechos humanos al privar, a propósito, de su memoria historia e identidad cultural ancestral a la mayoría de sus habitantes. Por lo que deberá restituir esta memoria y esta identidad ancestral a través de difundir la verdadera historia ancestral, la sabiduría milenaria conocida como Toltecáyotl, por medio de sus instituciones de educación, medios masivos e investigación.
En el artículo treceavo dice, “Los pueblos indígenas tienen derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus historias, idiomas, tradiciones orales, filosofías, sistemas de escritura y literaturas, y a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas, así como a mantenerlos.”   
En el artículo veintiochoavo apunta, “Los pueblos indígenas tienen derecho a la reparación, por medios que pueden incluir la restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa y equitativa por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o utilizado y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e informado.”
Tomando en cuenta que la filosofía, la historia y los valores de la civilización Madre se encuentran en la Toltecáyotl, ésta, se convierte en uno de los principales recursos del pueblo para encontrar el desarrollo y la plenitud. Por lo que el Estado Mexicano, debe reparar el daño que le ha hecho a los herederos de este recurso.
Finalmente, en el artículo treintaiunavo dice, “Los  pueblos  indígenas  tienen  derecho  a  mantener,  controlar, proteger  y  desarrollar  su  patrimonio  cultural,  sus  conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones  de  sus  ciencias,  tecnologías  y  culturas,  comprendidos  los recursos humanos y genéticos, las semillas, las medicinas, el conocimiento de las propiedades de la fauna y la flora, las tradiciones orales, las literaturas, los diseños, los deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e interpretativas. También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales.”
Las culturas nacidas de la civilización Madre y los pueblos mestizos desprendidos de estas culturas, que también son sus herederos legítimos, tienen el derecho y la obligación de proteger, desarrollar y exigir la restitución de la Toltecáyotl, como un recurso cultural y un patrimonio cultural.
Recuperar los conocimientos, sabiduría, valores, principios, producto de diez mil años de desarrollo humano, es un derecho humano elemental par tener plena conciencia de ser, ejercer con plenitud el legado de sabiduría de una de las seis civilizaciones ancestrales y con origen autónomo de la humanidad.
Solo con este legado, llegará la plena transformación del país, a partir de un patrimonio cultural que nos unifica y fortalece a todos por igual. Lo que nos permitirá tener un destino compartido en el que exista la justicia, la igualdad y la fraternidad acabarán con el abuso, la corrupción y la injusticia, generada por una identidad falsa, valores ajenos y una historia que solo benefició a un pequeño grupo de usurpadores.  
El Estado Mexicano debe restituir la memoria histórica y la identidad cultural ancestral, porque se ha cometido un crimen de lesa humanidad y se ha atentado contra los derechos humanos de los pueblos indígenas y los pueblos mestizos.

Visite www.toltecayotl.org





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