Es más que obvio que el país de los criollos, el que nació en 1821 y al que “ellos” le pusieron indebidamente “México”, esta totalmente quebrado o como dicen nuestros vecinos, “que México es un Estado fallido”.
No solo son los últimos 18 meses, como dice José Ángel Gurría, de un gobierno de dudosa legitimidad, sino de la más que comprobada incompetencia de los criollos en el poder. Ni seis años del cleptómano bufón de la coca cola o los setenta años de la dictadura perfecta de la presidencia imperial.
El problema es mucho más antiguo, nace de una ilegal invasión y ocupación que se ha desarrollado en estas tierras y que ha mantenido, históricamente, a los pobladores originarios, llámeles “indios, nacos, paisanos, mugrosos, pobres, desempalados o hijos de la conasupo”, en la pobreza, la explotación y exclusión permanente. Ese es el verdadero problema.
Este país de criollos y para criollos, ha sido diseñado para unos cuantos y los demás, que se pudran. El problema es que “la pudrición” ya llegó hasta las más altas esferas del poder económico y político.
Lo que hoy llaman México, fue la cuna de una de las más antiguas civilizaciones con origen autónomo del mundo. A lo largo de siete mil quinientos años desarrolló una serie de valiosos conocimientos sobre el ser humano, la familia, la comunidad y la naturaleza. Se crearon respuestas eficientes y eficaces para enfrentar los retos de la alimentación, la salud, la educación y la organización social y el régimen jurídico.
Esta civilización llegó a tener MIL AÑOS DE LUMINOSO ESPLENDOR. Pocos pueblos en el mundo han llegada a tener esta rica herencia cultural. Sin embargo, esta riqueza, desde 1521 a sido tratada de destruir, negar e ignorar.
Los invasores-conquistadores-colonizadores trescientos años crearon una colonia y negaron cualquier valor de la civilización invadida en la construcción del Virreinato de la Nueva España.
Después de una lucha fraticida entre criollos contra peninsulares usando a los invadidos-colonizados, los criollos derrotaron a los gachupines, los expulsaron y crearon “su país” llamado indebidamente México, ya que el nombre milenario de estas tierras es El Anáhuac.
Pero de igual manera que sus parientes los gachupines, los criollos en la creación de “su México”, volvieron a excluir totalmente a la civilización que es la base genética, cultural y espiritual de la mayoría de los habitantes de este país. Negado nuevamente el potencial creador de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad y el derecho a desarrollarse.
Amable lector, usted se puede imaginar a la China o a la India de hoy, sin sus ancestrales y formidables Culturas Madres. ¡Por supuesto que no¡ Ambas naciones son el futuro del mundo, pero es claro que su futuro se sustenta en su grandioso pasado. Los dirigentes chinos e indios, con errores y aciertos han guiado a sus países para que la mayoría de sus habitantes vivan mejor, tengan más posibilidades, mejores estudios, buenos trabajos y garanticen a sus hijos una mejor calidad de vida.
En México, durante casi cinco siglos de ocupación solo ha existido explotación, injusticia y exclusión para las mayorías. Su ser y su saber, han sido históricamente negados y rechazados. Siempre han resultado un lastre y una carga para los invasores que los han tratado de civilizar, cristianizar, modernizar, desarrollar y globalizar, para mejor poderlos explotar. Nunca los han aceptado.
En estos cinco siglos de invasión-ocupación, muy pocas veces se han visto rasgos de amor, respeto y admiración por parte de aquellos que tienen el poder económico y político. Siempre su cultura ancestral, su fenotipo, sus tradiciones y costumbres son motivo de burla, rechazo o sarcasmo.
Los criollos en estos 188 años de vida independiente de “su país” han demostrado su incapacidad e ineptitud. Perdieron la mitad del territorio que heredaron de los gachupines, no han podido generar riqueza proporcional a los recursos que explotan y sobre todo, no han querido repartir entre los invadidos-ocupados la riqueza, “su país” ha sido siempre pobre con unos cuantos muy ricos. Por su incapacidad han vivido permanentemente de préstamos al extranjero. No han sido capaces de desarrollar ningún modelo innovador, siempre se la han pasado copiando modelos foráneos y pagando regalías por patentes. El sueño de los criollos, sean liberales o conservadores, priístas o panistas, (que no es lo mismo pero es igual) es invitar a los capitales extranjeros a que vengan a invertir a “su México”. Los criollos siempre han ofrecido la mano de obra esclava de los pueblos originarios y los mestizos, y ponen a su disposición sus recursos naturales para que los depreden. Todo esto a cambio de unas migajas para vivir de “sus rentas”. De Iturbide a Calderón, nada ha cambiado. Nada.
México, “su país”, esta llegando al final de su modelo. No se puede seguir explotando más, no se puede seguir empobreciendo más, no se puede seguir robando más, no se puede seguir entregando más a su pueblo y a sus recursos naturales. La incapacidad, rapacidad e incompetencia de quienes nos han gobernado desde 1821 ha llegado a su fin. Sus leyes, sus autoridades y sus instituciones están naufragando en un mar de estiércol y corrupción.
No se puede gobernar a un país a espaldas de su pueblo y rechazando su civilización original. El modelo colonizador esta llegando a su fin por la propia incompetencia y corrupción de los colonizadores.
Los llamados “mexicanos” estamos atrasados medio siglo. La colonización llegó a su fin en la década de los años sesentas en África. Las potencias coloniales tuvieron que retirarse de sus colonias. En México los colonizadores están experimentado lo que se vivó hace 50 años en África.
La pregunta obligada es, ¿qué vamos a hacer? Después de la catástrofe del fin, volveremos a crear otro modelo neo-colonial, como le ha pasado a muchas excolonias en África. O pondremos las bases para re-hacer un nuevo modelo con las bases antiguas de la civilización milenaria. La Toltecáyotl y el modelo tolteca se refuncionalizará y se adaptará para estos tiempos. Como lo esta haciendo China o volveremos a colonizarnos nosotros mismos con el modelo europeo.
Es claro que el modelo colonial criollo se esta agotando. Qué vamos a hacer. Más de lo mismo. Otro estallido social como el de 1910 para que todo cambie y sigamos igual. Se impondrá el modelo “yorquino” que se quiso imponer en 1821 y nos volveremos una estrella más de nuestro vecino del Norte. O buscaremos re-construir nuestra nación milenaria a partir de los valores y principios ancestrales toltecas, enriquecidos con lo mejor del presente, sea esto: tecnología, ciencia, filosofía, etc.
Tenemos que pensar en el futuro. Para ello, necesitamos conocer VERDADERAMENTE nuestro pasado. Necesitamos descolonizar nuestras mentes y nuestro espíritu. Necesitamos saber en verdad…quienes somos nosotros, de dónde venimos y a dónde queremos ir.
No podemos y no debemos condenar a las futuras generaciones a otros cien años de desolación, injusticia y exclusión.
No solo son los últimos 18 meses, como dice José Ángel Gurría, de un gobierno de dudosa legitimidad, sino de la más que comprobada incompetencia de los criollos en el poder. Ni seis años del cleptómano bufón de la coca cola o los setenta años de la dictadura perfecta de la presidencia imperial.
El problema es mucho más antiguo, nace de una ilegal invasión y ocupación que se ha desarrollado en estas tierras y que ha mantenido, históricamente, a los pobladores originarios, llámeles “indios, nacos, paisanos, mugrosos, pobres, desempalados o hijos de la conasupo”, en la pobreza, la explotación y exclusión permanente. Ese es el verdadero problema.
Este país de criollos y para criollos, ha sido diseñado para unos cuantos y los demás, que se pudran. El problema es que “la pudrición” ya llegó hasta las más altas esferas del poder económico y político.
Lo que hoy llaman México, fue la cuna de una de las más antiguas civilizaciones con origen autónomo del mundo. A lo largo de siete mil quinientos años desarrolló una serie de valiosos conocimientos sobre el ser humano, la familia, la comunidad y la naturaleza. Se crearon respuestas eficientes y eficaces para enfrentar los retos de la alimentación, la salud, la educación y la organización social y el régimen jurídico.
Esta civilización llegó a tener MIL AÑOS DE LUMINOSO ESPLENDOR. Pocos pueblos en el mundo han llegada a tener esta rica herencia cultural. Sin embargo, esta riqueza, desde 1521 a sido tratada de destruir, negar e ignorar.
Los invasores-conquistadores-colonizadores trescientos años crearon una colonia y negaron cualquier valor de la civilización invadida en la construcción del Virreinato de la Nueva España.
Después de una lucha fraticida entre criollos contra peninsulares usando a los invadidos-colonizados, los criollos derrotaron a los gachupines, los expulsaron y crearon “su país” llamado indebidamente México, ya que el nombre milenario de estas tierras es El Anáhuac.
Pero de igual manera que sus parientes los gachupines, los criollos en la creación de “su México”, volvieron a excluir totalmente a la civilización que es la base genética, cultural y espiritual de la mayoría de los habitantes de este país. Negado nuevamente el potencial creador de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad y el derecho a desarrollarse.
Amable lector, usted se puede imaginar a la China o a la India de hoy, sin sus ancestrales y formidables Culturas Madres. ¡Por supuesto que no¡ Ambas naciones son el futuro del mundo, pero es claro que su futuro se sustenta en su grandioso pasado. Los dirigentes chinos e indios, con errores y aciertos han guiado a sus países para que la mayoría de sus habitantes vivan mejor, tengan más posibilidades, mejores estudios, buenos trabajos y garanticen a sus hijos una mejor calidad de vida.
En México, durante casi cinco siglos de ocupación solo ha existido explotación, injusticia y exclusión para las mayorías. Su ser y su saber, han sido históricamente negados y rechazados. Siempre han resultado un lastre y una carga para los invasores que los han tratado de civilizar, cristianizar, modernizar, desarrollar y globalizar, para mejor poderlos explotar. Nunca los han aceptado.
En estos cinco siglos de invasión-ocupación, muy pocas veces se han visto rasgos de amor, respeto y admiración por parte de aquellos que tienen el poder económico y político. Siempre su cultura ancestral, su fenotipo, sus tradiciones y costumbres son motivo de burla, rechazo o sarcasmo.
Los criollos en estos 188 años de vida independiente de “su país” han demostrado su incapacidad e ineptitud. Perdieron la mitad del territorio que heredaron de los gachupines, no han podido generar riqueza proporcional a los recursos que explotan y sobre todo, no han querido repartir entre los invadidos-ocupados la riqueza, “su país” ha sido siempre pobre con unos cuantos muy ricos. Por su incapacidad han vivido permanentemente de préstamos al extranjero. No han sido capaces de desarrollar ningún modelo innovador, siempre se la han pasado copiando modelos foráneos y pagando regalías por patentes. El sueño de los criollos, sean liberales o conservadores, priístas o panistas, (que no es lo mismo pero es igual) es invitar a los capitales extranjeros a que vengan a invertir a “su México”. Los criollos siempre han ofrecido la mano de obra esclava de los pueblos originarios y los mestizos, y ponen a su disposición sus recursos naturales para que los depreden. Todo esto a cambio de unas migajas para vivir de “sus rentas”. De Iturbide a Calderón, nada ha cambiado. Nada.
México, “su país”, esta llegando al final de su modelo. No se puede seguir explotando más, no se puede seguir empobreciendo más, no se puede seguir robando más, no se puede seguir entregando más a su pueblo y a sus recursos naturales. La incapacidad, rapacidad e incompetencia de quienes nos han gobernado desde 1821 ha llegado a su fin. Sus leyes, sus autoridades y sus instituciones están naufragando en un mar de estiércol y corrupción.
No se puede gobernar a un país a espaldas de su pueblo y rechazando su civilización original. El modelo colonizador esta llegando a su fin por la propia incompetencia y corrupción de los colonizadores.
Los llamados “mexicanos” estamos atrasados medio siglo. La colonización llegó a su fin en la década de los años sesentas en África. Las potencias coloniales tuvieron que retirarse de sus colonias. En México los colonizadores están experimentado lo que se vivó hace 50 años en África.
La pregunta obligada es, ¿qué vamos a hacer? Después de la catástrofe del fin, volveremos a crear otro modelo neo-colonial, como le ha pasado a muchas excolonias en África. O pondremos las bases para re-hacer un nuevo modelo con las bases antiguas de la civilización milenaria. La Toltecáyotl y el modelo tolteca se refuncionalizará y se adaptará para estos tiempos. Como lo esta haciendo China o volveremos a colonizarnos nosotros mismos con el modelo europeo.
Es claro que el modelo colonial criollo se esta agotando. Qué vamos a hacer. Más de lo mismo. Otro estallido social como el de 1910 para que todo cambie y sigamos igual. Se impondrá el modelo “yorquino” que se quiso imponer en 1821 y nos volveremos una estrella más de nuestro vecino del Norte. O buscaremos re-construir nuestra nación milenaria a partir de los valores y principios ancestrales toltecas, enriquecidos con lo mejor del presente, sea esto: tecnología, ciencia, filosofía, etc.
Tenemos que pensar en el futuro. Para ello, necesitamos conocer VERDADERAMENTE nuestro pasado. Necesitamos descolonizar nuestras mentes y nuestro espíritu. Necesitamos saber en verdad…quienes somos nosotros, de dónde venimos y a dónde queremos ir.
No podemos y no debemos condenar a las futuras generaciones a otros cien años de desolación, injusticia y exclusión.
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