Cada pueblo milenario
tiene sus mitos y sus profecías. Para el Cem Anáhuac podrían ser las más
importantes: La creación y destrucción de los cinco Soles. El principio del par
de opuestos comentarios y su inmutable equilibrio. El espíritu del
“Quetzal-cóatl” entendido como el desafío equilibrador del Espíritu (Quetzal) y
su contraparte la materia (cóatl), y su profetizado regreso al Anáhuac.
Los anahuacas, mal llamados “mexicanos”, somos
los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo
del mundo y la que logró el más alto grado de desarrollo humano para todo su
pueblo en la historia de la humanidad.
En un universo totalmente integrado, como
civilización hemos vivido una oscura noche de cinco siglos en la que “los
Señores del Dinero”, los mercaderes, no solo se apoderaron del Cem Anáhuac, sino
casi de todo el mundo. Para el caso de nuestra civilización no solo nos
vinieron a invadir, robar, asesinar, sino lo más grave, nos han tratado de
desaparecer como civilización y como seres humanos.
Nos destruyeron nuestras instituciones,
nuestras leyes y nuestras autoridades. Nos han tratado de quitar la condición
de seres humanos y han querido borrar los impresionantes logros civilizatorios,
especialmente en el terreno espiritual y de calidad de vida, únicos en la
historia de la humanidad.
Lo han tratado de hacer al tergiversar la
historia y al intentar quitarnos nuestras lenguas para dejarnos mudos y
silentes. Nuestra memoria histórica, nuestros recuerdos, para dejarnos
amnésicos, como “extranjeros incultos en nuestra propia tierra”, sumidos en la
peor ignorancia, la de sí mismos, pensando que nuestra presente y nuestra
realidad nada tienen que ver con nuestro milenario pasado, y menos con nuestro
futuro.
Nos han tratado de quitar también nuestros
milenarios conocimientos, para dejarnos ignorantes y estúpidos, incapaces de
crear y recrear el mundo en el que vivimos, esperando siempre que el extranjero
colonizador resuelva nuestros problemas.
Han tratado de apropiarse de nuestros espacios,
no solo los físicos, sino los sociales, simbólicos, comunitarios, sagrados.
Para dejarnos sin pertenencia, sin arraigo ni sustento, flotando en la nada, ajenos
a nuestra propia tierra e inmediata realidad.
Y finalmente nos han tratado de quitar nuestra
espiritualidad, que representa el mayor legado y tesoro de nuestra milenaria
civilización. Nos han impuesto, -a sangre y fuego-, una religión ajena al
propio invasor-colonizador para tratar de volveremos idólatras y fanáticos,
insensibles e inconscientes. Fácilmente manipulables y mansamente sometidos.
Y en los últimos doscientos años, producto de
la neocolonización, los criollos nos han excluido en la construcción y diseño
de “su país”, en el que nuestro fenotipo, nuestras culturas, nuestras
aspiraciones son excluidas radicalmente e impuestas violentamente las de Europa
y Estados Unidos, como una copia tardía, mal hecha y desubicada de la realidad
de la mayoría del pueblo.
Los descendientes invadidos-vencidos solo nos han usado como
soldados de leva para sus permanentes guerras y confrontaciones fratricidas,
como mano de obra esclava, como enajenados consumidores y como votantes que
legalizan sus permanentes farsas electorales de su democracia de opereta bananera.
En efecto, en estos últimos cinco siglos de
invasión-ocupación los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, los
descendientes de los habitantes originarios de estas milenarias tierras hemos
sido condenados a la pobreza material y a la miseria espiritual, seamos
anahuacas o mestizos, rurales o urbanos.
Durante los primeros tres siglos (1521-1821)
inconmensurable cantidad de riqueza salió de las entrañas sangrantes de nuestra
Madre Querida a través del trabajo esclavo. Cientos de miles de toneladas de
oro, plata y grana cochinilla impulsaron el inicio del capitalismo europeo. El
“México de los criollos” en estos 192 años nos ha usado pero no nos ha
permitido tomar decisiones en el diseño de “su país”.
En los dos últimos siglos (1821-2013),
cantidades inimaginables de recursos naturales y materias primas han ido a
parar a las fábricas de los países europeos y Estados Unidos, y por la misma
vía nos han llegado millones de toneladas de productos cahtarra. En estos dos
siglos mortalmente se ha depredado y contaminado materialmente nuestra amada
Tierra y espiritualmente nuestra gente.
Para inicios del Siglo XXI, según la CEPAL, por
cada diez millones de “mexicanos” existe un supermillonario que, por supuesto
es un extranjero avecindado recientemente en el Anáhuac. Es decir, en el
neocolonialismo existen 11 “encomenderos”, cada uno con diez millones de
“naturales esclavos de su ignorancia” y otros diez millones “expulsados” en
Estados Unidos.
Sin embargo, los principios y valores
fundamentales de la civilización del Anáhuac, conocidos como Toltecáyotl siguen
vivos y vigentes solo que en el inconsciente de los hijos de los hijos de los
Viejos Abuelos toltecas.
En efecto, la sabiduría ancestral sigue viva, el
problema es que está en el subconsciente y solo en situaciones extremas aflora
al consciente como en los terremotos de la Ciudad de México en 1985, donde la
solidaridad, organización y hermandad pudieron hacer el milagro de rescatar a
las víctimas.
El neocolonialismo criollo y la globalización
económica nos obligan violenta o subliminalmente a dejar “lo propio” para
asumir “lo ajeno” como una forma de vida. Dejar de ser quienes hemos
orgullosamente sido durante miles de años y pasar a ser ciudadanos marginados,
subempleados, sumisos consumidores y votantes inconscientes, para construir
dependencia y destruir resistencia.
Pero la realidad nos dice que el mundo de los
abusivos colonizadores se está desmoronado, se cae a pedazos. El Estado moderno
se derrumba por sus propios excesos. El capitalismo financiero es la serpiente
que se está devorando así misma. El modelo económico mundial es un rotundo
fracaso material y espiritualmente. Ya no existe futuro por ese camino que
termina en un precipicio.
Sin embargo, lo único que todavía sigue en pie,
firme como el tronco de un árbol y sólido como la piedra es la milenaria
sabiduría humana, para el Anáhuac la Toltecáyotl. Los valores, principios y
saberes, experiencia humana de vida de más de ocho mil años está latente en el
corazón del mestizo y sigue viva en el anahuaca.
No podemos seguir inconscientes otros
quinientos años, de rodillas y dándole la espalda a nuestra mayor herencia
cultural. El legado de los Viejos Abuelos toltecas que le dieron a la humanidad
más de mil años del más elevado desarrollo humano del planeta.
Ninguna
civilización le dio a todo su pueblo la calidad alimenticia, niveles de salud,
educación obligatoria y logró la capacidad de organización como los pueblos y
culturas del Cem Anáhuac de 200 a.C. al 850 d.C.
Requerimos urgentemente despertar y activar el
Banco Genético de Información Cultural que está depositado en cada uno de los
ahora mal llamados “mexicanos”. Se requiere desarrollar una actitud crítica y
analítica para investigar, re-conocer, re-novar, re-valorar nuestra milenaria
cultura Madre, para renacer de nuestras más profundas entrañas culturales.
Para refundar una nueva patria con la raíz ancestral de la MATRIA. Debe resurgir el Anáhuac en donde se acabe la colonización, los "vencedores y los vencidos", donde no se excluya lo mejor de nosotros mismos y de las apropiaciones culturales que hemos hecho de todo el mundo. Una patria sin abusos y abusadores, sustentada en la justicia.
Asumiéndonos con una cultura mestiza, -como
todas las del mundo-, pero teniendo muy clara nuestra matriz-filosófica-cultural
que es la Toltecáyotl a partir de despertar nuestra memoria histórica y activar
nuestro Banco Genético de Información Cultural.
El desafío en principio es individual y
despertada la consciencia, el trabajo comunitario corre su propio cause.
Requerimos “despertar para soñar” y luego imaginar el mundo que necesitamos
re-construir. Un mundo que en sus bases se asienten los milenarios valores y
principios del La Toltecáyotl. Lo difícil no es hacerlo, sino imaginarlo.
El camino es de adentro hacia afuera y de abajo
hacia arriba. El camino está en lo profundo de nuestro corazón florecido. Se
despierta en un instante y se sueña una eternidad. Se requiere hacer
urgentemente “arqueología del espíritu” en el fondo de nuestro corazón.
El profetizado “Regreso de Quetzalcóatl” no es
más que eso. El equilibrio del “quetzal con el cóatl”, del espíritu con la materia.
El Quetzalcóatl no bien de afuera, llega desde lo más profundo y verdadero de
nosotros mismos.
El Quetzalcóatl es encarnar en nuestra vida cotidiana los más
antiguos y valiosos conocimientos de la trascendencia de la existencia. Implica
el desarrollo de nuestro potencial espiritual como personas, familia y pueblo.
El Quetzalcóatl cobra un sentido doble. Es
“emergente”, porque sale de lo más profundo y valioso de nosotros mismos, y su
“emergencia” deviene de que no tenemos más tiempo para seguir siendo esclavos
de nuestra propia ignorancia. El futuro de nuestra Matria es su milenario
pasado.
Visita www.toltecayotl.org
13 comentarios:
Maestro Marín, lo felicito. Muy brillante y motivador su artículo. Espero pronto que regrese a Tuxtpec
NUESTRA CULTURA ANCESTRAL ES ALGO VIVO Y LATENTE EN EL ANAHUAC MEXICANO QUE SE MANIFIESTA DIA CON DIA Y QUE EN ESTE NUEVO TIEMPO DEL 13 BAKTUN DEL BOLOM YOKTE DE LOS ABUELOS MAYAS NOS INVITA A RECORDAR Y VIVIR SOBRE TODO NUESTRA MEMORIA ANCESTRAL Y DESPERTAR DEL LETATGO DE LA INVACION COLONIZADORA DE NUESTROS PUEBLOS.
QUETZALCOATL NUNCA SE HA IDA SIEMPRE HA ESTADO AHÍ EN NUESTROS CORAZONES Y MEMORIA ANCESTRAL DEL ANAHUAC.
Tenoch Kalpilli Mazatekuhtli.
los antepasados lo dejaron dicho. regresara la sabiduria al anahuak y volveremos a ser hermanos del sol, el aire, el agua, la tierra y de todos los seres vivos que alimenta tontzin. no puede ser de otra forma ya no hay futuro si seguimos como vamos
Sin duda que el amigo Guillermo Marín es una persona interesada y promotora de lo que algunos han llamado "filosofía toltecáyotl", entendiéndose
ésta como la visión del mundo del Anáhuac y de su representante el sabio "tolteca" (diestro, maestro, filósofo...), y estoy de acuerdo con el buen Guillermo; sin embargo, por momentos da la impresión de caer en una visión unilaterial al apegarse a la tesis de Bonfil Batalla separando el México Profundo y el México Criollo. Y no deja de tener hasta cierto punto razón de la imposición del México Criollo sobre el otro en estos casi quinientos años...; empero, no toda la República Mexicana es el "Anáhuac" ni es heredera de esa "toltequidad" ni tampoco en el México del Sur es posible lavarse la herencia cultural de la conquista porque ya es parte del mismo; no es desde este "purismo" anahuaca y hasta abstracto concepto desde donde se debe trabajar para liberar a México y a los "mexicanos" sino desde la diversidad misma de México: pluriétnico y pluricultural, plurinacional, criollo, mestizo, afromestizo e indígena. Es decir: México debe reestructurarse y reorganizarse en sus reales naciones respetando los territorios y lenguas originarios e históricos... V. gr.: un sonoroense criollo no tiene por que ser "anahuaca" a fuerzas ni un zapoteco ser otomí o visceversa... Los términos México y "mexicanos" son convencionales y abstractos y no representan a nadie; sin embargo, históricamente le ha dado sustento al país, empero, ya para estos tiempos presentes, están dejando de tener sentido... no tenemos porque seguir siendo "mexicanos" a güevo y mucho menos si la desigualdad histórica y en beneficio de los criollos sigue imperando en el territorio nacional; tenemos derecho a construir nuestra propia utopía como lo reafirmaría Marín, más no "otra vez" desde el abstracto e idealizado "Anáhuac" del que nos habla el buen Guillermo, porque tal vez ni existió ese paraíso, de otra manera no hubieran apoyado a la conquista española muchas naciones rivales de los aztecas o mexicas, quienes habían impuesto un imperio terrorífico y sangriento sobre muchas naciones del llamado "Cem Anáhuac". Para mi, aquí estriba el punto crucial y esencial de la reestructura de México y el reflorecimiento diverso de la cultura en el territorio nacional y el surgimiento de la igualdad y justicia en el mismo (sin imposiciones y e idealizaciones "anahuacas" ni mucho menos lo proyectos del México discriminador criollo).
El tema y otros puntos que menciona el buen Guillermo merecen reflexión sin duda.
Saludos y buena tarde.
Nacho.
Estimado Ignacio… (primera parte)
Te envío cordiales saludos y los mejores deseos para este nuevo año. Gracias por hacerme llegar tu valioso comentario y me permito hacerte algunas consideraciones.
Todo proyecto civilizatorio ha tenido y tiene una “visión unilateral”, desde la antigua Mesopotamia hasta los Estados Unidos. Nosotros somos hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad y eso parece que no se logra dimensionar para entender los grandes procesos históricos que vivimos.
Somos parte de este proceso de desarrollo humano de ocho milenios, de modo que lo que sucedió en los últimos 81 años del imperio mexica, no puede ser tomado como lo que sucedió a lo largo de miles de años y lo que ha sucedido en estos últimos quinientos años estará definido también por este largo proceso, aunque nos resulte difícil comprenderlo por la colonización mental y cultural que padecemos que nos entrampa en el “inmediatismo histórico”.
Dicho de otro modo Ignacio: Europa está definida históricamente por la cultura grecolatina, aunque hoy existan países y culturas “diferentes”, todas y cada una de ellas, tendrán en su matriz y percepción del mundo y la vida, los valores grecolatinos. No es que Alemania o Inglaterra sean griegas o latinas. De la misma forma, los ciudadanos que viven en lo que hoy llamamos México, sean extranjeros avecinados, criollos, mestizos, afromestizos o anahuacas, estarán “marcados” por la impronta milenaria de la civilización del Anáhuac y su sabiduría conocida como Toltecáyotl.
Los 81 años de relativo poder de los mexicas, los tres siglos de Colonia hispánica y los casi dos de neocolonialismo criollo se diluyen en los siete milenios y medio de desarrollo humano endógeno y quedan totalmente impactados por los más de mil años del periodo de esplendor, en donde el Anáhuac logró el más alto grado de desarrollo humano para su pueblo en la historia del planeta. Ninguna civilización le pudo dar a todo el pueblo los niveles de alimentación, salud, educación y organización que se lograron aquí, por lo cual, entre otras cosas, somos la civilización que construyó más pirámides en el mundo.
Ignacio, no solo tenemos el derecho de “construir una utopía”, sino que resulta urgente e imperioso, porque el nivel de injusticia, de pobreza, de enajenación de los mal llamados mexicanos está llegando a niveles vergonzosos e inamisibles, así como la terrible depredación de los recursos naturales y la contaminación ambiental.
(segunda parte)
Pero el punto es que si esa utopía será: “grecolatina, marxista, budista o dictada por la OMC”. Qué no podemos soñar con nuestra propia historia, con nuestros propios mitos, con nuestros milenarios valores y principios. O tenemos que importar nuevamente otra utopía.
Crees en verdad que “idealizar al Anáhuac y a la Toltecáyotl” es malo o un riesgo. E idealizar el “american life”, la cultura grecolatina y la cultura del “más fuerte, más rápido y más alto” sea mucho mejor.
El problema sustantivo es que no conocemos La Toltecáyotl, seguimos repitiendo las mentiras históricas de Hernán Cortés y tomándolas como “fuentes”. De Bernal Díaz a Mel Gipson nada nuevo se ha dicho sobre lo que fueron nuestros Viejos Abuelos según el conquistador, de Hernán Cortés a Carlos Slim nada nuevo ha sucedido en este país. ¡Estamos totalmente colonizados! Si no somos o no nos creemos anahuacas…qué trataremos de ser ahora, de cara al Siglo XXI… españoles, franceses, gringos de tercera o hermanitos cósmicos.
Abramos los ojos y el corazón, así como el intelecto. Estamos colonizados y esto nos hace pensar como colonizadores. Pero para “el pensamiento occidental”, es decir, en Europa o E.U. no somos más que “changuitos viviendo en una república bananera”. El colonizador nos desprecia y se burla de nosotros y nosotros nos queremos “igualarnos y sumarnos como uno de ellos, pero no, no nos dejan ni nos dejarán”. Nos han enseñado a desvalorízanos y auto despreciarnos. Nos quitado hasta la posibilidad de crear nuestra propia utopía.
Te escribo esto porque te respeto y es muy sano dialogar “emparejándonos” como dicen los tojolabales. Estoy consciente que nadie tiene la verdad en la mano y menos tu servidor.
Creo que vale la pena, en estos momentos, correr el riesgo de ser soñadores. Pero teniendo nuestros propios sueños, recreando nuestra propia utopía, sin pedir permiso o contemporizar con la moda política, económica o intelectual.
Recibe un abrazo fraterno.
Guillermo.
Qué tal estimado Guillermo: (primera parte)
espero te encuentres bien y ya sabes: lo mejor para ti y tu apreciable familia para este recién año y que tus proyectos todos se hagan realidad.
Siempre es bueno y necesario el diálogo respetuoso y constructivo, puesto que coadyuva el discernimiento de temas interesantes como los que tú planteas en tu blog. Al respecto me gustaría precisar algunos aspectos que comenté y amablemente respondes.
1.- Sin duda el Anáhuac en conjunto fue una civilización milenaria (y aún vivimos en el México sureño principalmente, mucho de su legado cultural), y estuvo compuesto por múltiples naciones que compartían afinidades pero también había diferencias (y enfrentamientos) entre ellas.; es decir, no fue una civilización estandarizada y uniforme ni fraternal. P. e.: mixtecos Vs. zapotecos ha sido ancestral mucho antes del Imperio Mexica, y no se diga contra este último tlaxcaltecas, totonacas, mixtecos, purépechas, etc. Si antes de esos 81 años que mencionas todo ERA maravilloso y paradisiaco: ¿quieres decir que se acabó el paraíso para el Anáhuac con el imperio de la Triple Alianza?; ¿y se colapsó por agentes exógenos o endógenos al Anahuac? ¿Texcocanos, los de Tacuba y mexicas no pertenecían al Anahuac? ¿Esta civilización anahuaca no devino por si sola en imperio teocrático terrorífico con una religión imperial (al Tlatoani no se le podía ver a la cara) o fueron elementos extraños (extraterrestres o europeos -y no es sarcasmo...-) que influyeron en ello? Si somos intelectuales honestos, debemos admitir que la civilización del Anahuac, como cualquier civilización (entre las 6 que dices) también tuvo sus cualidades y fallas propias de su cosmovisión. Por lo tanto, no debe caerse en una idealización de la misma, sino reconocer lo positivo y negativo de la misma y enarbolar aquello positivo que sin duda hace falta en este mundo de neoliberalismo rapaz producto de la civilización europea-norteamericana y de trasfondo judía; valores propios como el equilibrio y respeto por toda forma de vida en la naturaleza, la cooperación, el tequio, la democracia participativa a través de la asamblea comunitaria, la solidaridad, el apoyo o ayuda mutua, la hospitalidad entre otros, que son valores propios de esta cosmovisión "anahuaca"... pero déjame decirte que esto no es válido para todo México porque hay muchos "mexicos" diferentes y no se debe pretender imponer una visión del mundo (que es la intención en tu blog) sino demostrar con argumentos sólidos que eso conviene y es una alternativa pero No la única ni a todos les interesa... ¿A los judíos y libaneses que son dueños de México les conviene?, seamos realistas, son hijos y adoran al "borrego de oro" y viven en este territorio pero no les interesa México ni los otros "mexicanos" aunque hayan nacido en México, entonces porque pretender o afirmar que ellos "los ciudadanos que viven en lo que hoy llamamos México, sean extranjeros avecinados, criollos, mestizos, afromestizos o anahuacas, estarán “marcados” por la impronta milenaria de la civilización del Anáhuac y su sabiduría conocida como Toltecáyotl."
(segunda parte)
Un comentario: en algunos lugares del norte de México se dice que el maíz es para los puercos y prefieren la tortilla de trigo... en el sur ("anahuac") es impensable la vida sin el maíz, ¿por qué pensar que México todo es homogéneo si en realidad no es así?, por qué pensar que "estarán “marcados” por la impronta milenaria de la civilización del Anáhuac y su sabiduría conocida como Toltecáyotl.", cuando somos tan diferentes unos de otros... tu idea es bienintencionada pero las buenas intenciones no bastan; es cierto, tenemos derecho a nuestra utopía pero no a pretender imponerla; me explico: yo como mixteco y heredero de lo que tu llamarías "legado anahuaca" me interesa mi legado cultural y mi utopía y trabajo mucho por ellos y lo he divulgado; empero, no tengo ni las intenciones ni el derecho de imponerlo al resto de los "mexicanos"... es por ahí donde iba mi argumento y no en otro sentido; los colegas mixtecos actuales estamos convencidos que no debemos persuadir ni mucho menos imponer sino elaborar un constructo teórico-racional sobre nuestro legado sin buscar o pretender que todos los mexicanos deban estar marcados por la impronta nuestra, sino simplemente argumentar racionalmente sus bondades espirituales e intelectuales y filosóficas sin más...
Mi estimado Guillermo, te reitero mis saludos y parabienes:
NACHO.
Estimado Igancio… (primera parte)
Me sumo a la idea del “diálogo respetuoso y constructivo”. Pero déjame apuntar algo más, para dialogar se requiere saber “escuchar”, estar abiertos y bien intencionados a tratar de entender lo que “el otro” nos trata de compartir. Porque si no es así, solo es un “diálogo de sordos”. Para nuestro caso, es un dialogo epistolar y diríamos que tenemos que “leer atentos sin ideas personales preconcebidas”, en pocas palabras, no poner en la boca o pluma ajena “ideas personales”.
Yo no pretendo “imponer una visión del mundo” y menos aún es la intención de mi blog, seguramente tú lo ves así. Tan solo ejercito mi derecho de escribir lo que pienso, por eso te digo que no podemos ni debemos “imponer ideas”. De este modo siento respetuosamente que tú, estás imponiendo tus ideas sobre mi trabajo.
Permíteme tratar de explicarme de otra manera. Cuando afirmo que todos los pueblos y culturas del Anáhuac poseían una misma matriz filosófica cultural, no quiero decir que “todos eran iguales”. Tláloc, Chac y Cosijo, son tres diferentes nombres en tres lenguas y culturas diferentes, con tres diferentes iconografías que, además, varían en el tiempo, pero todas poseen una misma matriz de pensamiento. A eso me refiero.
Una de las riquezas de nuestra civilización Madre es justamente la unidad en la diversidad. Por supuesto que los zapotecos y los mixtecos son diferentes pero en esencia, están unidos por la Toltecáyotl. Los mismos dedos de una mano, todos son diferentes pero están unificados en el concepto de la mano. Los hermanos en una misma familia.
De la misma manera, ayer como hoy, todos los que vivimos en el territorio del Cem Anáhuac, estamos unidos por esa misma matriz filosófica, histórica, cultural, que la colonización llama con eufemismo “Latinoamérica”. Personalmente, desde hace mucho tiempo, estoy convencido que todos los pueblos originarios del continente, desde Alaska hasta La Tierra del Fuego, son hijos de una misma civilización y recientemente López Austin y Luis Millon tímidamente lo empiezan a vislumbrar.
(seguna parte)
De modo que baste vivir a un extranjero en México algunos años y la cultura ancestral lo modificará sensiblemente. A los españoles que se vienen a vivir a México cuando regresan de visita a su tierra les llaman “indianos”, justamente por esos cambios culturales.
Cuando subrayo los logros más importantes de nuestra civilización Madre, no es que trate de hacer creer a la gente que ERA PERFECTA, eso es ridículo e insensato…ingenuo. La condición del ser humano es justamente la imperfección.
El punto es que el discurso oficial sobre los Viejos Abuelos sigue siendo el mismo de Hernán Cortés y Bernal Díaz. No es posible que todo lo malo de la condición humana se cargue a los conquistados para justificar la conquista y por ejemplo, solo se hable de los logros de la cultura griega y no se hable de las grandes atrocidades que hacían con su propio pueblo, sus mujeres y con sus esclavos. Colonización es que cuando una voz señala los logros de nuestra civilización Madre, inmediatamente las voces colonizadas la tachen de idealizaciones. Por qué si se puede idealizar a la cultura grecolatina y no a la nuestra.
No podemos juzgar al pueblo alemán y sus aportes a la cultura universal, solo a través del periodo nazi. De la misma manera, no es serio ni válido hacer juicios sobre la civilización del Anáhuac y la Toltecáyotl por los hechos y mal hechos de los mexicas en solo 81 años.
Te felicito que estés afiliado a tu matriz cultura mixteca y que desde esa trinchera estés trabajando, pero no debes perder de vista que existen más del 80% de “mexicanos” que no tienen consciencia e identidad ancestral y que están perdidos en “el laberinto de la soledad”. Y que también existen muchos hablantes de las lenguas originarios que no tienen una identidad consciente de su pasado ancestral. Desde esa trinchera estoy trabajando sin miedo y sin ambición.
Recibe un fraternal abrazo.
Guillermo.
gracias x compartirlo, y felicitaciones x su conferencia en el campamento, reafirma la identidad. saludos y que este 2013 sea de mucha salud y trabajo. Josefina Santiago.
Hola, muchas gracias por la liga todo lo que escribe me deja asombrada, porfavor podria decirme como puedo adquirir su libro de "Historia verdadera del México Profundo".
Ailed Flores.
hola,les habla kukulcan,ya ando por aqui,Donald trump ganara las elecciones,haber que se puede
hacer no es facil llevar,el cargo topiltzin,adiestren a los suyos ,ya es hora la estrella de la mañana ha bajado de su firmamento.
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