Pocas son las personas que desde 1519 han tomado la iniciativa
de “conocer” desde el marco perceptual de “su cultura y filosofía” a la
civilización del Anáhuac y sus múltiples culturas diferentes en tiempo y espacio.
La colonización intelectual y cultural ha cerrado las puertas
desde el mismo momento del desembarco de los europeos en el Cem Anáhuac, toda
vez que ellos pensaron que había llegado a la India, por tal razón, subsumieron
al “desconocido” en algo “conocido” y le llamaron “indio” y a su tierra “Indias
Occidentales” y no Cem Anáhuac como lo llamaron por muchos siglos los pueblos
invadidos en su lengua franca.
Para justificar la invasión, ocupación, despojo, robo y
asesinato que iniciaron los europeos calificaron a los “nativos” como:
animales, idólatras, caníbales, salvajes, demoniacos, irracionales, guerreros,
flojos, entre otros calificativos que han llegado hasta nuestros días al
referirse a los pueblos originarios y sus descendientes culturales.
Desde Cristóbal Colón y sus socios comerciales, pasando por
Hernán Cortés y sus secuaces, intelectuales como Ginés de Sepúlveda hasta
llegar a los neoliberales y globalizadores de nuestros días, los pueblos y
culturas originarios, la civilización invadida y colonizada no ha merecido ningún respeto intelectual a pesar
de ser una de las seis más antiguas de la humanidad y con un origen autónomo,
como China o la India.
Aún más, los “modernos misioneros” del Estado criollo
contemporáneo, desde los inmaculados púlpitos de la anquilosada academia
afirman que muy poco de la civilización originaria ha podido sobrevivir hasta
nuestros tiempos y que el mestizaje ha borrado todo vestigio de aquella
sabiduría que en algún tiempo remoto pudo existir en el Cem Anáhuac. El
supuesto de la ideología criolla es que “el mestizaje” blanqueó y medio
civilizó a los descendientes de los antiguos habitantes.
Estos son algunos de los motivos por los cuales el libro “Aprender a escuchar” de Carlos
Lenkersdorf cobra un gran importancia. Primero, porque nos demuestra que a
finales del siglo XX la sabiduría ancestral (La Toltecáyotl) sigue viva,
vigente y evolucionando en las comunidades indígenas tojolabales de Chiapas.
En
segundo lugar, que su permanencia demuestra su fuerza y vigor por lo cual a los
pueblos originarios les ha permitido sobrevivir a su muerte histórica. Y en
tercer lugar, porque al vernos como “cultura mestiza dominante” reflejados en
el espejo de la cultura ancestral, nos descubrimos totalmente sordos ante el mundo,
la vida y las personas con las que compartimos.
Así pues, se requiere una gran dosis de humildad y sentido
autocrítico, desde el punto de vista personal como social y cultural, para
acceder al mensaje que nos legó el Dr. Carlos Lenkersdorf que en paz descanse.
El objetivo de este trabajo no es suplir el mismo texto, por el
contrario, nos proponemos hacer una síntesis para dimensionar la importancia que
implica conocer a fondo el contenido del libro en particular y de toda la obra
de Lenkersdorf en general.
Aprender a escuchar
Por eso, las lenguas se componen de dos realidades, el hablar y
el escuchar. P12
Los tojolabales tienen, pues, una concepción particular de las
lenguas porque las entienden compuestas de dos elementos, el escuchar y el
hablar. Son de igual importancia los dos. Si no se habla, no se escucha ninguna
palabra, y si no se escucha se habla al aire….En lugar de decir yo te dije, dicen, yo dije, tú escuchaste….
Lo aprendimos porque vivimos y trabajamos largos años con los
mayas-tojolabales, nuestros contemporáneos de Chiapas, que nos enseñaron su
lengua y su cultura. Las aprendimos por una razón que nos parece importante
explicar. Habíamos estudiado y enseñado en varios países de Europa y de este
continente. Tuvimos maestros muy buenos que nos enseñaron mucho y a quienes
respetamos hasta el día de hoy. Pero no se nos enseñó nada de los pueblos originarios
en todas las universidades. P14
Los tojolabales nos aceptaron y nos iniciaron en su lengua y
cultura por tres semanas. Lo hicimos sin libros, sin maestros preparados,
porque no hubo ni lo uno ni lo otro. En efecto, nuestros maestros fueron analfabetos.
P14
Ustedes son los primeros que vienen con
nosotros para aprender de nosotros. Aquí todos los que vienen quieren
enseñarnos como si nosotros no supiéramos nada. Son maestros, médicos,
funcionarios, políticos, extensionistas. Todos nos quieren enseñar.
Esta fue la primera observación que, por boca de ellos nos
enseñó una realidad desconocida. Los tojolabales como otros pueblos indígenas
no se aprecian por parte de la sociedad dominante. He aquí la actitud: “de
´indio´no se aprende nada”. La primera enseñanza crítica que no escuchamos
antes. Sí, hay indios, pero no se aprende nada de ellos. Viven al margen de la
sociedad dominante. P15
Los indios se mantuvieron ágrafos y poco respetados, porque de
ellos no se puede aprender nada. Los dos comentarios modificaron nuestro curso.
Los tojolabales fueron, para nosotros, maestros y nada de indios ignorantes.
Nos enseñaron lo que sabían y lo que nosotros no conocimos.
Las clases, además,
se hicieron dialógicas, nosotros aprendimos su lengua y ellos aprendieron a
escribirla. La relación acostumbrada entre representantes de la sociedad
dominante, es decir, nosotros y los indígenas se cambió. Los tojolabales se
transformaron en educadores y nosotros eb educandos gracias a ellos. Un cambio
que no se produjo por 500 años a excepción de contados ejemplos. P15
Por tanto, el escuchar otra lengua quiere decir entenderla desde
la perspectiva de los hablantes y, a la vez, respetarla en su particularidad.
…Al escucharla así, la lengua escuchada nos muestra su idiosincrasia gracias a
la cosmoaudición. P17
Si no escuchamos, si no los podemos escuchar, tampoco
descubriremos qué es el ´ab´al; que nos revela otra manera de escribir,
entender y vivir el mundo. He aquí la importancia del ´ab ´al; si no sabemos
escucharlo y entenderlo, tampoco entendemos la cultura del pueblo que es otra.
P17
Nos acercamos a la razón de la obra. La escribimos para que
aprendamos a escuchar ´ab ´al. Así nos abrieron y se abrirán perspectivas
desconocidas y no soñadas que, además, nos hacen falta y que ayudarán a salir
del provincialismo cerrado que caracteriza al país y su cultura europeizante,
por no decir eurocéntrica.
Escuchamos la
lengua de un pueblo de una cultura milenaria, en la cual sigue presente una
historia sin enemigos, sin pobres y ricos y cuyo concepto fundamental es el nosotros y no el yo de ganadores, campeones, jefes, líderes, presidentes y mandones.
P18
Se recibe para poder dar y no para enriquecernos ni para
acapararlo, tampoco para amontonarlo. El recibir escuchando nos transforma sin
que lo esperásemos. Nos afecta de modo inimaginable. P18
No sólo escuchan al nivel social, sino que escuchan a las
plantas, los animales y toda la naturaleza. P19
El escuchar puede ser la transformación de nuestra vida en medio
de un contexto de sordos. P20
Podemos agregar en paréntesis que los arquéologos, epigrafistas
y otros, dedicados a la investigación de culturas del pasado, están
comprometidos en descifrar los testimonios antiguos.
¿Qué nos dicen las piedras, la cerámica, el arte, la escritura y demás creaciones producidas por culturas antiguas? Hay publicaciones fascinantes con fotografías y representaciones gráficas. Pero dentro de poco tiempo se encuentran otros testimonios, y se modifican y cambian las interpretaciones anteriores. …
¿Qué nos dicen las piedras, la cerámica, el arte, la escritura y demás creaciones producidas por culturas antiguas? Hay publicaciones fascinantes con fotografías y representaciones gráficas. Pero dentro de poco tiempo se encuentran otros testimonios, y se modifican y cambian las interpretaciones anteriores. …
Para
poder conocer otra cultura, otra cosmovisión, insistimos nuevamente que debemos
aprender a percibir desde la perspectiva de ella; de su cultura y cosmovisión.
…Hace falta una cosmoaudición,
palabra que ya usamos y permítanos el neologismo, porque no se trata solamente
de la cosmovisión. P23
Por ejemplo, el término nosotros
es el pronombre personal de la primera persona del plural. Así nos enseñó en la
escuela cuando aprendimos nuestra lengua. Pero en otras culturas, por ejemplo,
la tojolabal, el nosotros / ke¨nitk,
aparte de ser el pronombre mencionado y una palabra muy, muy frecuente, es el
concepto clave que explica la organización socio-política del pueblo y su
cultura. P24
Se dice que los tojolabales antropomorfizan la realidad. Pero al
hablar con los tojolabales enfatizan que sí las cosas tienen ojos que ven y así
nos ven también a nosotros. Tienen pues, ojos, así como tienen corazón que los
hace vivir porque todo vive y tiene corazón.
El escuchar, pues, nos abre las puertas para entrar en otra
cultura. Al hablar con la gente, nos pueden abirir el corazón, explicar sus
problemas y alegrías y hacernos participar en el mundo que viven. A la vez nos
pueden cuestionar se aceptamos sus preguntas. P25
hay una condición para ser autoridad elegida, debe saber
escuchar. …Dicho de otro modo, el escuchar conduce al diálogo por el cual se
emparejan los dialogantes, quiere decir, rigen relaciones de una democracia de
iguales y participativa. P27
El escuchar desde la perspectiva Chamula es incluyente, es
decir, empareja a todos y no hace excepciones para los que manden. …El ejemplo
de los indígenas de Chamula, Chiapas, señala la que el escuchar representa en
elemento fundamental de la democracia, en este caso, de maya-tzotziles. P29
El escuchar y ser escuchado exige condiciones políticas que
excluyen la particularidad de una sociedad estratificada entre los de arriba y
los de abajo. Dónde ésta existe, el escuchar encuentra obstáculos.
Por eso, subrayamos que el escuchar tiene implicaciones
profundas más allá de la percepción auditiva. P30
Parce que profundiza a niveles a donde no llegamos, no sabemos llegar.
Nos quedamos en la superficie. El escuchar a fondo percibe realidades para
nosotros escondidas. P31
Es decir, explican dichas lenguas desde la perspectiva
occidental. …En la lingüística y en muchas ciencias estamos acostumbrados a
pensar que las ciencias buscan y establecen universalidades que, sin embargo,
no se confirman si partimos de culturas y lenguas diferentes, es decir,
culturalmente profundamente separadas. …Para el tojolabal el nosotros es un concepto clave, mientras
que en el español y otras lenguas europeas no lo es. En ésta domina el yo. Por eso, el concepto de nosotros no lo encontramos como entrada
en los diccionarios de filosofía, politología, sociología, etcétera. …
Los
ejemplos de los chamulas, la niña y los mayas del congreso nos hacen observar
que ellos parten de la realidad del nosotros.
… Por la misma razón, las publicaciones científicas, políticas y culturales,
sobre otras culturas, pueden tener juicios muy eruditos pero, a menudo, no
tocan el meollo de las otras culturas. Dichas publicaciones interesan a
turistas o a los buscadores de asuntos exóticos, también pueden interesar a especialistas
que buscan correspondencias con las lenguas europeas o sus particularidades,
pero no llegan al fondo de sus cosmovisiones y cosmoauiduciones, como ya lo
dijimos respecto a la finalidad del estudio de otras lenguas. P37
Las lenguas escuchadas
Ya dijimos que al hablar de las lenguas solemos pasar por alto
la mitad. Porque nos referimos a las lenguas habladas y omitimos las
escuchadas. …Así llegamos a la primera conclusión hipotética: en las lenguas
europeas despeña el escuchar un papel subordinado y secundario. P 39
El escuchar en serio, en cambio, exige ante todo que nos
acerquemos a la persona o las personas que queremos escuchar y que nos
escuchen. Que nos arrimemos a la voz, a la persona para escucharla y que nos
escuche. Así el nosotros se hace
realidad tangible. La cercanía es significativa porque expresa la importancia
que concedemos al otro. Nos hace falta encontrarnos al mismo nivel. Dicho de
otro modo, que nos emparejamos y no dejemos al que hable en la tarima y
nosotros a sus pies. P41
Si sabemos escuchar y acercamos a nuestros enemigos, éstos ya no
son enemigos nuestros. …El escuchar nos abre el corazón y también a los otros.
P42
El escuchar es uno de los pilares del diálogo. …Cada uno de los
dialogantes está en el mismo nivel social, aunque sea de niveles económicos,
culturales y políticos muy diferentes. Ninguno de los que se escuchan y se
hablan es superior al otro. …El diálogo es, pues, una advertencia a los
superiores para que no se impongan, que tampoco consideren mejor opinión la
suya y que no empequeñezcan a los inferiores.
…La afirmación suena bonita, pero
no es nada fácil, porque exige que nos emparejemos con los otros. …De esta
manera el camino del dialogar y escuchar supera la estructura social de los de
arriba y los de abajo, de ricos contra pobres, de sabios contra incultos, de
blancos contra negros, de mestizos contra indios, de cristianos contra
musulmanes; en resumen, supera tanto la división de la sociedad por clases
sociales, económicas, políticas, religiosas y racistas. Pero, a menudo, le
damos la superioridad al hablar sobre el escuchar. Éste es el caso de las
lenguas de occidente que desconocen las lenguas de los pueblos originarios,
tampoco las aprenden. P43
Porque para empezar, el escuchar no silencia, no cierran la boca
y frena también el diálogo interior que habla sin cesar. Son las palabras de
adentro. En efecto, el silenciador se exige, porque si no nos callamos no
podemos fijarnos en los otros o el otro que nos hable. Necesitamos todos los
recursos intelectuales a nuestra disposición para escuchar, reflexionar y
entender lo que escuchamos, lo que nos dice el otro. … Desde fuera, pues, no
sólo escuchamos las palabras de nosotros, si no escuchamos, a la vez, la
naturaleza que nos habla, que no sostiene, que nos acaricia y, a veces nos
sacude. Nos hace falta escucharla con todas sus manifestaciones, porque somos
parte de ella y, de ninguna manera, somos dueños de ella para manipularla. P45
Escuchar al corazón y el
diálogo interior
El diálogo interior es un escuchar a nosotros mismos. Parece que
ese monólogo no descansa, sin cesar lo escuchamos, sin interrupción nos habla o
hablamos con nosotros mismos. Es la reflexión nunca interrumpida de nosotros. Y
seguido este diálogo interior nos aísla y nos obstaculiza al escuchar tanto al
corazón, como a los demás. A veces el corazón nos sacude y nos despierta, pero
sólo a veces. Es uno de los aspectos más delicados de nuestra humanidad. A la
vez es un bastón en el cual nos podemos apoyar para encaminarnos hacia lo
humano del cual nos olvidamos con tanta facilidad.
Dicho de otro modo, hay dos voces interiores que nos habla. El
corazón nos quiere despertar como miembros del nosotros cósmico y decirnos que
formamos una humanidad. El diálogo interior, en cambio, nos confirma en lo que
sabemos y queremos. …Es difícil acallar el diálogo interior que nos habla sin
cesar, pero es necesario hacerlo para poder escuchar, tanto el corazón como las
voces de los otros. …Es un liberador de la egolatría y el egocentrismo. P48
El riesgo de escuchar, 1
Es decir, el escuchar al otro nos traslada a otra realidad. En
primer lugar, no es fácil escuchar a nuestro corazón y escucharlo con voz de
otro, porque puede ser que lo confundamos con el diálogo interior que no nos
despierta sino que sólo confirma nuestro yo y así nos adormece. … otro peligro
es diferente, si queremos escuchar a alguien tenemos que desmontar la imagen
que a menudo solemos tener del otro como enemigo. P49
El tojolabal
Se presupone a lo menos dos personas que se comunican al
referirse al hablar y escuchar. Ninguna de las dos es más importante que la
otra. Sin hablar no se escucha nada, y sin escuchar no se habla al vacío. P59
Es EL TOJOLABAL, por esta razón no es un asunto biológico, de la
raza, de la sangre, de haber nacido en una comunidad tojolabal o de hablar el
idioma de este pueblo Maya desde la niñez, sino que significa un compromiso.
Por tanto, una persona puede tojobalizarse o destojolabalizarse al no cumplir
con su vocación.
Los tojolabales, pues, son aquellos que saben escuchar puesto
que ésta es su vocación. Dicho de otro modo, enfatiza el escuchar y no el
hablar. Porque al recibir las palabras de otros se saben obsequiados. Así es
que ponen en su atención en los otros para entenderlos bien. Y los entienden a
respetar sus palabras, respetar su manera de ser y de expresarse. Es decir, esperan que los otros también sepan
escuchar. Que cumplan sus palabras. De este modo son, como se dice en
tojolabal, ´ermanos, es decir jmojitik.
A sus ´ermanos los
encuentran también en la naturaleza de las plantas, animales, aguas y nubes.
Todos ellos son hermanas y hermanos. P61
De otro modo, en español y en otras lenguas europeas se sabe
filosofar, pero poco o nada se sabe. …Ni nos damos cuenta que excluimos la
mitad, es decir, la mitad de la lengua que es el escuchar. … Pero, ¿sabemos
escuchar? ¿Conocemos los requisitos para saber escuchar? ¿Se dan clases del
escuchar? ¿Conocemos los obstáculos para escuchar? También hay que destacar uno
de los retos concretos de hoy día: la necesidad de aprender a escuchar. ¿No es
una tarea que hasta la fecha ignoramos con un orgullo olímpico? P66
La comunicación en tojolabal se realiza de manera tal que los
dos sujetos se complementan, porque para los tojolabales no hay comunicación a
no ser que dos o más interlocutores participen en el evento. P67
Al referirnos al giro, yo
dije, tú escuchaste, no solamente se subraya el escuchar, sino que se espera
que el escuchador responda. La frase
de comunicación en tojolabal representa el inicio del diálogo. En el hablar
diario, los hablantes esperan que se dialogue. Dicho de otro modo, el hablar-escuchar que su relación
dialéctica de los que se complementan y espera la complementación. Es decir, su
lengua establece relaciones horizontales que son bidireccionales y no
verticales ni autoritarias. P69
La asamblea de los
luchadores
“Las autoridades, elegidas
por nosotros, son mandadas por nosotros”.
Es decir, los electores al elegir a las autoridades por
consenso, no le entregan el poder en la toma de decisiones. …“Nosotros
pensamos, nosotros decidimos y nosotros vamos a hacer”. …En resumen, las
comunidades tojolabales se caracterizan por la capacidad, la obligación y el
querer escuchar. Así se diferencian de la organización política en la sucia
dominante donde se domina la mayoría entre (auténtica o fabricada). P76
En nosotros, a su vez, se constituye por escuchar. De hecho, el
escuchar precede las tres acciones que resumen el consenso de la asamblea. …Esta
integración de los que escuchan y hablan desempeña una función altamente
política, porque los que escuchan se emparejan con sus interlocutores. P77
Por eso, el escuchar es el distintivo de las asambleas
tojolabales y de otros pueblos originarios. Si los asambleístas no saben
escuchar, no funcionó la asamblea, tampoco se logra el consenso y se descompone
la comunidad o el cuerpo socio-político. P80
Y por supuesto comunidades tojolabales en las cuales no
funcionan las asambleas del consenso. La influencia de la sociedad dominante se
metió y sigue filtrándose en las comunidades. No lo negamos. Pero esta clase de
comunidades no son representativas del modelo de los tojolabales. Porque sus
juntas son réplicas de las asambleas en la sociedad dominante. P82
La democracia debe
escuchar
Una vez logrado (el consenso en las asambleas), se dice: lajan lajan´aytik, que quiere decir: estamos emparejados, estamos en paz, no hay
pleito porque estamos de acuerdo. Dicho de otro modo, el emparejarse
corresponde a la paz social fundada en el actuar o hacer de todos los miembros
de la comunidad o del cuerpo social y político que hace dichas afirmaciones.
P93
Desde la perspectiva tojolabal el escuchar y al hacer formar una
unidad que no se debe disolver. Por eso, con la elección de la autoridad no se
le entregue el poder de tomar decisiones y determinar las acciones. La
autoridad tiene la función de ejecutar los acuerdos de la comunidad, del
conjunto social y político. Para los tojolabales se realiza la democracia al
mantener la unidad del pueblo que escucha, piensa, decide y actúa. La
separación de estos elementos disuelve la democracia o la construye de nombre
pero no en la realidad. P94
El poder y el gobierno
De hecho, con mucha probabilidad existía esta clase de
estructuras socio-políticas en los tiempos prehispánicos del clásico maya
tardío entre los mayos de la audiencia de los confines.
Por eso, en las ordenanzas de los roedores se insiste en la
prohibición de las asambleas. No tiene derecho el pueblo de tomar decisiones,
porque éstas deben estar en las manos de los cabildos, es decir, de las
personas con talas y elegidas. En otras palabras, los mayas quisieron mantener
las estructuras prehispánicas, lo que los españoles no admitieron. También
encontramos la misma estructura en los tojolabales de hoy en día. P106
Obstáculos para escuchar
El nombre del habla es lengua
que, en primer lugar, es el origen del cuerpo humano con la cual articulamos
las palabras. Dicho de otro modo, ya a partir del vocablo, nuestro idioma es lo
que se habla, lo que se dice, pero no se incluye lo que se oye o escucha. P107
Al hablar decimos al otro solamente yo te digo y no mencionamos nada de lo que esperamos, es decir que
escuche. No iniciamos un diálogo. Enfatizamos la diferencia del tojolabal.
Sabemos que se dice, yo digo tú escuchas.
Para los mayas tojolabales el dialogar requiere la complementariedad de los que
participan: se habla y se escucha. Se
presupone el recibir de los dialogantes. Así se forma comunidad, se forma el nosotros, concepto distintivo del
tojolabal. P109
El no querer escuchar se da en sociedades divididas en clases
sociales, en razas inferiores y superiores, en los que mandan y en los que son
mandados. P111
El no querer escuchar caracteriza la historia de la Conquista y
del colonialismo como lo documenta Las Casas en La Brevísima relación de la
destrucción de las Indias que no se acabó con Independencia y la Revolución.
P114
El luchar en el contexto
tojolabal
El escuchar es uno de
cuatro conceptos claves del tojolabal. Los demás son el nosotros, todo vive y la complementariedad o intersubjetividad. P121
Es decir, todos somos iguales, no hay los de arriba ni los de
abajo, todos nos complementamos y mantenemos la estructura cósmica del anillo nosótrico. P129
Porque como responsables, todos tenemos que participar a
restablecer el equilibrio social. Por la misma razón del nosotros,la educación es la no mosotrificacion
de los educandos. Es decir, aprenden todos y no se prepara una élite de
ganadores, primeros, campeones y mandones. La organización sociopolítica
también es nosótrica. Es decir, es de
una democracia participativa dentro de las comunidades y en los conjuntos más
amplios. Las autoridades sí son elegidas, pero no está en sus manos el poder,
porque éste queda en manos del nosotros
popular cuyos consensos tienen que ejecutar las autoridades. Si no lo hacen,
pueden ser revocadas.
Estos conceptos clave se están usando por los tojolabales en su
habla diaria y contemporánea. Al convivir con ellos los aprendimos. Suenan
utópicos desde la perspectiva de la sociedad dominante en la cual no existe.
Entre los tojolabales, en cambio, se da la utopía vivida y presente que se
practica. P130
Pero desde la crisis en la cual vivió occidente, es decir,
ecológica, política, económica y cultural, nos parece recomendable despegar la
cosmovisión tojolabal porque representa la alternativa al camino occidental. No
es arrogancia ni soberbia que nos hacen decirlo, sino que la situación que
vivimos nos llama a aprender de otras culturas, lo que nos pueden enseñar, lo
que no sabemos o lo que se nos olvidó. P132
Carlos Lenkersdorf
APRENDER A ESCUCHAR
Editorial Plaza y Valdés, S.A. de C.V.
México 2008
ISBN: 978-607-402-432-6
Visite www.toltecayotl.org
www.aquioaxaca.com
4 comentarios:
gracias, empezaremos a leer al maestro carlos
Hay que recordar que escuchar es importante, sin esta parte no hay dialogo.
Gracias por compartir.
por qué son los extranjeros los que se van a vivir con los indígenas, apreden su lengua, su cultura y escriben libros sobre estos saberes ...y nosotros solo soñamos con ir a Disenylandia a tomarnos la foto con el ratón miguelito
muy intersante la propuesta de Lenkersdorf, es extraño que no sea muy conocido en el medio académico, que yo sepa se conoce el libro >Los hombres verdaderos<, en fin, lo buscarmeos. Bien por la información aunque un poco larga.
J. Pineda.
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