martes, 5 de marzo de 2013

La meta de la educación entre los nahuas. Miguel León Portilla



Abundantes son ciertamente las fuentes de primera mano que nos hablan acerca de la Tlacahuapahualiztli o “arte de criar y educar a los hombres” en el mundo Anáhuac prehispánico2.
 
 
Tanto es así que pudiere escribirse un libro aparte, en el que con auténtico sentido humanista podría reconstruirse –como lo hizo Jaeger respecto de la Paideia griega- la rica y profunda concepción del hombre implicada por la Tlacahuapahualiztli (arte de criar y educar a los hombres).3


Mas, ahora nuestro fin es sólo analizar algunos de los principales aspectos de este arte en agua de educar seres humanos para descubrir así uno de los más elevados objetivos del hombre náhuatl, considerado dinámicamente, sujeto creador.


Es decir que en todos los pueblos cultos, la educación es el medio de comunicar a los nuevos seres humanos la experiencia y la herencia intelectual de las generaciones anteriores, con el doble fin de capacitarlos y fortalecernos en el plano personal e incorporarlos eficazmente a la vida de la comunidad.
 
 
Pues bien, así como en la Paidia de los griegos se acentuaba probablemente más el carácter personalista, así entre los nahuas, especialmente en el imperio azteca, se atendía de transferencia el segundo aspecto de la educación:
 
 
el de la incorporación de los nuevos seres humanos a la vida y objetivos supremos de la comunidad.
 
 
Esta idea, que pone de relieve el carácter comunitario de la Tlacahuapahualiztli, no bebe, sin embargo, hacernos pensar en una absorción de la personalidad: rostro y corazón, por parte del grupo.
 
 
Porque, en contra de esto encontramos el testimonio de los textos que vamos a estudiar y que expresamente hablan de una cabal formación del rostro y el corazón..


Lo único, pues, que debe destacarse, para comprender desde un principio los móviles nahuas en la educación es el interés demostrado por los dirigentes de la comunidad en incorporar desde luego al ser humano a la vida del grupo, en la que en adelante siempre tendrá que desempeñar un papel especial.
 
 
Acertadamente expresa esta misma idea el padre José Acosta, cuyo parecer aduce ya Clavijero en su historia:
 

“Ninguna cosa, dice el padre Acosta, me ha admirado más ni parecido más digna de alabanza y memoria el cuidado del orden en criar a sus hijos tenían los mexicanos. En efecto, difícilmente se hallará nación que en un tiempo de subjetividad haya puesto mayor diligencia en este artículo de la mayor importancia para el estado”.4


Tomando en cuenta, empezaremos por tratar de la primera educación daban los niños en la casa paterna. Giraba ésta, ya desde sus comienzos, alrededor de la idea de fortaleza y control de sí mismos, y que de manera práctica y por vía de consejos se inculcaba en los niños.
 
 
Así, el Códice Mendocino nos ilustra acerca de lo reducido de la ración alimenticia que se les daba, para enseñarles a controlar su apetito,5 al igual que sobre los primeros quehaceres de tipo doméstico, como los de acarrear agua o leña, en que eran ejercitados.
 
 
Por lo que toca a los consejos paternos, es elocuente el siguiente texto de los informantes indígenas de Sahagún, en el que se describe la primera misión educadora del padre:
 

1.      “el padre de gentes: raíz y principio del linaje de hombres.

2.      Bueno es su corazón, recibe las cosas, compasivo, se preocupa, de él es la previsión, en apoyo, con sus manos protege.

3.      Creía, educa a los niños, los enseña, los amonesta, los enseña a vivir.

4.      Les pone delante un gran espejo, un espejo agujereado por ambos lados, una gruesa tea que no ahuma…”6.


Como podrá comprobarse, varias de las funciones que se asignan aquí al “padre de gentes” (te-ta) guardan una estrecha semejanza con algunos de los rasgos de la tlamatini en su visión de educador.


 

Ya en la línea dos del texto que ahora citamos es descrito como un hombre de buen corazón (in qualli iyollo), revisión, sostén y protección de sus hijos.
 
 
Pero es sobre todo en las líneas 3 y 4 donde aparece claramente la forma cómo desempeña su papel de educador en el hogar: no sólo criar a sus hijos, atendiendo al aspecto meramente biológico; su misión principal está en enseñarlos y a molestarlos.
 
 
Y esta idea, que evoca la de largos discursos paternos dirigidos al hijo en diversas ocasiones, las encontramos repetida por la gran mayoría de los cronistas, que incluso han conservado en versión castellana varias de las que hoy llamaríamos exhortaciones morales.7
 
 
y como para dar mayor fuerza a la idea de que el padre es quien primero amonesta y enseña a sus hijos a conocerse y gobernarse a sí mismos, encontramos aquí la misma metáfora aplicada al tlamatini:
 
 
el padre también “les pone delante un gran espejo” para que aprendan a conocerse y hacerse dueños de sí mismos.


Son, pues, dos principios fundamentales los que guían la educación náhuatl impartiera ya desde el lugar: el del autocontrol por medio de una serie de privaciones a que debe acostumbrarse niño y el del conocimiento de sí mismo y de lo que debe llegar a ser, inculcado a base de repetir exhortaciones paternas.


Una segunda etapa en el proceso de la Tlacahuapahualiztli (“arte de criar y educar a los hombres”), se habría con entrada del niño a los centros de educación que llamaríamos públicos.



Mas, el punto fundamental es que todos los niños y jóvenes nahuas, sin excepción, acudirán a una u otra forma de escuela. Y como bien nota  Soustelle:



Es admirable de que en esa época y en ese continente un pueblo indígena de América haya practicado la educación obligatoria para todos y que no hubiera un solo niño mexicano del siglo XVI, cualquiera que fuese su origen social, que estuviera privado de escuela”.15.

 
Tomado del libro: “LA FILOSOFÍA NAHUATL” de Miguel León Portilla                         Páginas 221 a 225. UNAM, México. 1966
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Comentario:
La civilización del Anáhuac fundamentó su desarrollo en la EDUCACIÓN, por lo cual fue la primera civilización en el mundo antiguo de contar con un SISTEMA DE EDUCACIÓN OBLIGATORIO, PÚBLICO Y GRATUITO. Los otros ELEMENTOS CULTURALES fueron: Desarrollo de la ciencia biófila, no inventaron armas durante siete mil quinientos años, no usaron la moneda ni la propiedad privada, vivían en comunidad y el propósito social fundamental era la trascendencia espiritual.  
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto le deberían leer todos los maestros y las maestras de México...aun la que está en la cárcel!!!!