Durante los
primeros 25 años de mi vida, el sistema educativo SEP/UNAM, el de mi propia
familia y el círculo social, me enseñaron una “Historia de México” colonizada e
hispanista, muy confusa, aburrida y lejana. Los griegos, los romanos y la
revolución francesa estaban más cerca de mí.
Este país
surgió gracias al valor de un puñado de europeos que lucharon contra cientos de
miles de aborígenes salvajes, caníbales e idólatras. Posteriormente, gracias a
la presencia de piadosos religiosos, “medio se educó y civilizó a los indios”.
Y por la “visión”, capacidad y trabajo de esforzados españoles se logró hacer
producir la tierra y generar riqueza.
El origen de “mi cultura y mi país”,
según lo enseñado por el sistema, era de hombres españoles y de la cultura
occidental. Y la lucha se mantenía en el esfuerzo nacional de integrar a los
mexicanos que no tenían “la cultura occidental” y por tal, eran pobres y
generalmente belicosos insurrectos.
Fue hasta
que viví dos años en Europa, que me di cuenta de que mis raíces más profundas,
mi identidad más primigenia no estaba allá. No era que fuera superior o
inferior a los españoles, lo que me di cuenta es que era totalmente diferente
en “lo profundo y en lo esencial”.
Me di cuenta
que había vivido perdido 25 años en un “laberinto de la desolación” de no saber
en realidad quién era yo. Fue entonces que regresé en la búsqueda de mi “rostro
propio y corazón verdadero” y empecé a buscar “la salida del laberinto”. “Aquel
por quien se vive” en su designio inescrutable me mandó a Oaxaca, donde nací
espiritualmente y desde entonces he quedado atrapado por la mágica fuerza telúrica
de sus generosas montañas.
Gracias al
trabajo cultural, a las vivencias con los pueblos y culturas indígenas, y desde
luego, a “maestros” que me enseñaron a ver, sentir y comprender lo que la
colonización no me permitía percibir de mí mismo y de “mi realidad” encontré a
la Toltecáyotl. Tuve que vencer cinco siglos de ideología colonial, de mentiras
infames y dolosas verdades a medias.
Descubrí
entonces una increíble civilización que alcanzó grandes y profundos niveles de
conocimientos a partir de una visión muy avanzada de la vida, el universo y su
trascendencia en el plano espiritual. Donde el ser humano recibe la misión de
colaborar con las fuerzas rectoras del universo para mantener el equilibrio y
la armonía.
Una civilización con objetivos muy elevados, en donde la ciencia y
la espiritualidad se unen como un par de opuestos complementarios para impulsar
y trascender la vida, tanto en el plano personal, familiar y comunitario.
Y aquí viene
el punto. Cómo fue posible que se perdiera la continuidad cultural de más de
siete milenios y medio, en tan solo cinco siglos. Qué fue lo que nos sucedió
qué perdimos el camino que durante siglos nuestros venerables maestros nos
enseñaron.
El cual nos llevó a lograr el más alto nivel de bienestar humano
para toda la población en la historia de la humanidad. Qué fue lo que nos
sucedió que llegamos a estar en las miserables condiciones que hoy vivimos.
Cómo es que se perdió tanta sabiduría colectiva, organización social y conciencia
espiritualidad.
Fue gracias
a las lecturas de visionarios como Guillermo Bonfil, Laurette Séjurné, Rubén
Bonifaz Nuño y de una relectura crítica y analítica de “las fuentes históricas”
y los historiadores hispanistas del sistema neocolonial, que empecé a descubrir
la extraordinaria grandeza de nuestro glorioso pasado. Entendí el perverso
proceso al que han sometido al pueblo para que pierda su memoria histórica y su
identidad cultural y quede indefenso, amnésico y dócil, apto para cualquier
injusticia y explotación.
A lo largo
de estos años he tratado de encontrar la respuesta a partir de la investigación
y reflexión crítica y analítica. Dejando atrás “la leyenda negra de España” y
el lugar común de que “los españoles fueron los culpables”, sin menoscabo del
innegable holocausto y el epistemicidio criminal que la corona española y
algunos españoles hicieron en el Virreinato de la Nueva España (sin perdón y
sin olvido).
Pero también debemos tomar en cuenta que a partir de 1821 se ha
continuado con el mismo “ejercicio del poder” por la oligarquía criolla. En
esencia, nada ha cambiado en los últimos dos siglos de neo-colonialismo en “su
país”.
Es decir, lo mismo que se empezó a hacer en 1519 se ha mantenido hasta
nuestros días a pesar de que Hernán Cortés y Malinche murieron, además de que
la “corona española” desapareció y ha sido en los dos últimos siglos un triste
remedo de lo que en su día fue.
Me siento
comprometido a investigar y reflexionar sobre este importante tema. Por ahora,
comparto un primer avance en el entendido que son las primeras reflexiones de
lo que deberá ser un trabajo más profundo y compartido con los comprometidos.
Hasta ahora,
por lo menos encuentro siete causas muy importantes que influyeron en el proceso
de colonización y retroceso cultural, la degradación social, la pérdida de la
memoria histórica y la identidad cultural de nuestros pueblos. Estas causas
generales concatenadas con causas específicas de carácter regional propiciaron
el que hayamos perdido la sabiduría, claridad y fuerza de nuestra civilización
Madre.
El
investigar y conocer los orígenes de nuestros problemas de orden cultural nos
permitirá encontrar las soluciones requeridas para erradicar los males. La auto
crítica es esencial para conocer las causas. Comencemos por enumerarlas y luego
tratar de describirlas.
1. Antes de
la invasión, la transgresión filosófica y religiosa de la Toltecáyotl en el
periodo Postclásico. 2. Después de la invasión, olvidar y no defender la
práctica comunitaria, familiar y personal de las bases culturales de la
Toltecáyotl. 3. Las autoridades surgidas del Estado Suyuano, ante la invasión y
para mantener su poder ilegítimo se
aliaron a los extranjeros invasores. 4. Las autoridades y los líderes de
opinión abrazaron la cultura, lengua y religión del invasor para mantener su
estatus y posición social. 5. El mal uso y el abuso que se hizo de la milenaria
herencia cultural del pueblo por el absoluto respeto y la estricta obediencia a
las autoridades civiles y religiosas. 6. Gran parte de los pueblos asumieron la
modernidad como proyecto propio y aceptaron su rol de “colonizador-colonizado”.
7. Empezó una lucha fratricida para lograr posicionarse a cualquier precio en
la nueva sociedad colonial y posteriormente neocolonial perdiéndose el valor sagrado
de la Vida y la cultura comunitaria.
1. Antes de la invasión, la transgresión filosófica y religiosa
de la Toltecáyotl en el periodo Postclásico.
El mito de “La partida de Quetzalcóatl” nos habla de que después
de vivir “largo tiempo” en el Anáhuac, el “conocimiento envejeció” y
desapareció en una estrategia concertada desde Nicaragua hasta el Norte de
Estados Unidos, dejando la promesa de la restauración o “regreso” de
Quetzalcóatl, el arquetipo cultural y símbolo de la sabiduría y la
espiritualidad.
En el
periodo Postclásico (850 a 1521) Alfredo López Austin afirma que algunas
culturas trataron infructuosamente de rehacer la hegemonía lograda por los
toltecas en todo el Cem Anáhuac en el periodo Clásico, pero por las armas. Se
crearon los señoríos, las disputas y las guerras. El investigador a esta
degradación le llama “el Imperio Suyuano”.
Del año 850
aproximadamente al año 1440, en que toma el poder Moctezuma Ilhuicamina, podemos
apreciar un lógico decaimiento cultural ante la partida o ausencia de los
Venerables Maestros y la destrucción de casi todos los centros de conocimiento
llamados ahora “zonas arqueológicas” del periodo Clásico. La “condición humana”
es la imperfección y la “inercia de la materia” hizo que poco a poco, se fuera
decayendo en la práctica comunitaria, familiar y personal, los valores y
principios de la Toltecáyotl.
Pero la
ascensión al poder de Moctezuma, y sobre todo, las ideas de cambio del
Cihuacóatl Tlacaélel, trajeron grandes y dramáticas transformaciones del pensamiento
filosófico y religioso de la Toltecáyotl en el pueblo mexica, sus aliados y los
pueblos que iban dominando. Pero este cambio no se dio en todo el Cem Anáhuac,
solo fue en los dominios de la Triple Alianza que eran muy limitados, el
Altiplano Central y una parte pequeña de la costa del Golfo de México en la
zona cultural totonaca.
Como los mexicas iban en un periodo de expansión, pesaba sobre el futuro inmediato el final del Quinto Sol, “inminente desde la partida de Quetzalcóatl” en el 850. Así que cada 52 años llegaba la fatídica fecha de “uno caña”. Tlacaélel decidió cambiar la historia antigua del Cem Anáhuac en donde ellos aparecerán como el pueblo elegido e hicieron suyo el ancestral mito de la partida de Aztlán y la búsqueda de la “tierra prometida”. Mito fundacional, por cierto de carácter universal, que no podía encarnarlo el último pueblo en llegar al Altiplano Central.
No solo
cambió las bases espirituales de la Toltecáyotl, sino “bajó” de nivel a
Quetzalcóatl y subió en su lugar a su numen tutelar Huitzilopochtli,
vinculándolo como “par de opuestos complementarios” con Tláloc. Ordenó la
destrucción de los códices antiguos toltecas. La Batalla Florida de carácter
personal la cambió por una guerra permanente contra sus vecinos para someterlos
e imponerles fuertes tributos. El sistema de educación se transformó en
escuelas militares. La sociedad y la religión se militarizaron. Se empezó a
usar el cacao como instrumento de cambio y se desarrolló el comercio. Se empezó
a usar la propiedad privada a partir de logros militares y riqueza de los
pochtecas.
El
sacrificio interno espiritual se cambió por el sacrifico de seres humanos
tomados prisioneros en las “batallas floridas mexicas”. La propuesta ideológica
de Tlacaélel resultó grotesca pero efectiva…temporalmente. Los mexicas se
asumieron como “El Pueblo del Sol” y se abrogaron el “sostenimiento” del Quinto
Sol a partir de los sacrificios humanos. Asegurando larga vida a la Triple
Alianza y al mundo donde ésta se expandía. Pero eso solo fue en un limitado
espacio, no en todo el Cem Anáhuac y sobre todo, fue por un periodo muy corto
de tiempo. La expansión del imperio duró de 1440 a 1521, es decir, tan solo 81
años.
Primero el
discurso de los conquistadores y después el discurso de la oligarquía criolla
en el periodo neocolonial, han querido generalizar las practicas decadentes mexicas
a todos las culturas y la milenaria historia del Cem Anáhuac, lo cual es totalmente
falso. También pretender hacer creer que “eran super poderosos”, falso. Que
hacían miles de sacrificios humanos, falso. Que eran politeístas, falso. Que
tenían sojuzgados a todos los pueblos y culturas del Cem Anáhuac, falso. Que
eran un pueblo esclavizador, falso. Que eran caníbales, falso.
Existen respetables
corrientes de pensamiento que niegan categóricamente los sacrificios humanos de
los mexicas. “No se puede tapar el Sol con un dedo”. El ser humano en todos los lugares y en todos
los tiempos ha hecho y sigue haciendo sacrificios humanos, no solo los mexicas.
En esos en la península ibérica también se hacían, solo que se les llamaba
“autos de fe” y hoy se siguen haciendo, solo que se llaman “daños colaterales”
de la guerra y de la economía.
En el México contemporáneo, según la UNICEF mueren cientos de niños diariamente por problemas generados por la miseria.
En el México contemporáneo, según la UNICEF mueren cientos de niños diariamente por problemas generados por la miseria.
De no
conocer y entender la decadencia y transgresión de la Toltecáyotl en el Cem
Anáhuac. Decadencia, en los más de cinco siglos (850-1440), desde la partida de
Quetzalcóatl del Anáhuac a la expansión de la Triple Alianza. Transgresión,
desde el ascenso al poder de Moctezuma Ilhuicamina a la caída de Tenochtitlán.
No se puede entender la conquista. No es posible que solo 850 europeos hayan
podido vencer a varios cientos de miles anahuacas. Los hechos militares
estuvieron a cargo de los anahuacas en los dos bandos. Las intrigas, las
mentiras y las discordias creadas entre los pueblos estuvieron a cargo de
Malinche y Hernán Cortés, justamente por la transgresión a la Toltecáyotl y la
sustitución religiosa-filosófica de Huitzilopochtli por Quetzalcóatl.
Si los
mexicas no hubieran transgredido la religión y la Toltecáyotl, como los mayas,
los europeos no habían podido conquistar tan fácilmente el Cem Anáhuac y no
hubieran aceptado la religión y la cultura del invasor-conquistador-colonizador.
La resistencia cultural sería más fuerte de lo que ha sido. Resistencia
cultural como la que han mantenido los pueblos mayas, oaxaqueños, huicholes,
yaquis, tarahumaras, mayos, por citar algunos ejemplos.
Se puede
observar en el actual mosaico cultural de México, que los pueblos que aceptaron
el cambio religioso-filosófico de Quetzalcóatl por Huitzilopochtli,
especialmente los nahuas del Altiplano Central, fueron los pueblos que
aceptaron más fácilmente el cambio religioso cultural de la cristianización-modernidad.
Continuará...
Visite www.toltecayotl.org
3 comentarios:
Aquí su servidor Giovanni leyendo su blog que me fascina, pero tengo unas dudas: Por ahí leí un artículo del hijo del Dr. López Austin, el también Dr. López Luján sobre sacrificios y menciona que un arqueólogo japonés encontró aproximadamente una centenar de cuerpos en Teotihuacan, en la llamada "pirámide de Quetzalcóatl" y que eran de sacrificados, también en ese artículo (se llama "El sacrificio humano en Mesoamérica: ayer, hoy y mañana") mencionan que los hubo en diferentes ciudades, no sólo con los mexicas, mi duda es entonces si el sacrificio espiritual que usted menciona si se dio? otra es que habla de Huitzilopochtli como "dios de la guerra" los de la mexicanidad dicen que no era eso, sino que representaba la fuerza de voluntad, visito varias páginas y le pregunto sobre qué opina de estos grupos de la mexicanidad? le mando un cordial saludo
Estimado Giovanni. Casi todos los pueblos del mundo hicieron, hacen y harán sacrificios humanos. El descubrimiento de "los sacrificados en Teotihuacan" no puede ser "la prueba" para afirmar que durante todo el Clásico se hacían sacrificios. La historia no puede ser manejada de manera maniquea. Si esas personas fueron verdaderamente sacrificadas en Teotihuacan, sería la excepción, más no la regla. Sobre Huitzilopochtli, efectivamente, era el símbolo de "la voluntad" entre otros atributos, pero su esencia fue la guerra.
En serio le agradezco que siempre responda, si, pienso que se debe analizar bien esa postura de los sacrificios sin caer en reduccionismos, los mexicanistas dicen que no hubo, y los hispanistas que eran masivos y seguidos, saludos. Giovanni
Publicar un comentario