Los dueños del dinero tienen en
sus manos a los pueblos y gobiernos del “mundo libre”. Todo es un asunto de
DINERO, más nada.
El que manda, norma e impone es el dinero. Todos… o casi
todos, obedecen al “poderoso caballero”.
Los “Mercaderes” nos han enajenado en
el mundo del dinero y todos…o casi todos, lo único que queremos es…dinero.
Pareciera que la vida es solo dinero.
El mundo (libre) se ha dividido
en dos clases de personas: Los ricos que son el 1% de la población y los
pobres, que somos el 99%.
Los países por lo tanto así juegan su rol en el mundo
(libre). E.U. con el 5% de la población mundial, consume el 50% de los recursos
planetarios.
Los dueños del dinero del mundo y
los “mexicanos” se han puesto de acuerdo que México será un país y un pueblo
para producir riqueza para ese uno por ciento.
El modelo económico del país se
basa en las exportaciones y por lo tanto, en el mercado externo.
Para ello se
necesita un país sin trabas legales para la impune explotación de las personas
y los recursos naturales.
Reformas que se adecuen a los
intereses y necesidades de las empresas trasnacionales y el sistema financiero
mundial.
Por lo tanto las reformas
estructurales solo benefician a los grandes capitales, nativos y
trasnacionales, el costo es la pérdida de la soberanía, la justicia, la
igualdad, la pobreza extrema del pueblo, la destrucción del medio ambiente y la
depredación de los recursos naturales.
De esta manera la macro economía
y el mercado externo crecen y se desarrollan a plenitud y el mercado interno, el del salario y la economía familiar, cada día se empobrece.
En México se está aplicando el
modelo chileno después del golpe de Estado de Pinochet. Aquí el Pacto por
México fue el instrumento.
Durante los próximos 20 años los mexicanos viviremos
los rigores de la “dictadura del Mercado” a consta de la gente y de la
naturaleza.
Todas las reformas apuntan a ese
objetivo. Pero dentro de las aplicadas hasta hoy, -porque faltan más, como el
de la salud, el agua, los derechos humanos-, la reforma de la educación es la
más importante.
El objetivo es someter a los trabajadores a la esclavitud a través de la perdida de sus derechos y su nivel de vida.
Lo que sucedió en Islandia y recientemente en Grecia, de que el pueblo le dice NO al poder económico mundial, es un buen ejemplo de que “si se puede”.
El Primer Ministro de Grecia le
preguntó a su pueblo por el sí o el no.
Aquí nadie nos pregunta, solo nos
mandan. Nadie nos preguntó sobre la privatización de las empresas del Estado,
el FOBAPROA, el TLC, aquí solo se cumplieron al pie de la letra los órdenes del
capital trasnacional.
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