Los invasores desde hace cinco siglos de ocupación,
sustentan su Estado Colonial en la pérdida de la memoria histórica de los
invadidos. Los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos del Anáhuac, han tenido
que enfrentar la explotación y el abuso sin la capacidad de saber, quién en
verdad son, de dónde vienen y a dónde van. Han vivido en un círculo perverso de
ignorancia de sí mismos, en una amnesia total y por ende, en una indefensión total.
Tratando de ser lo que no son y despreciando lo que esencialmente los hace ser.
Han terminado como colonizadores de sí mismos, aspirando emular a sus verdugos
en vez de combatirlos. Explotándose, depredándose, violentándose y despojándose
a sí mismos. Han vivido en estos cinco siglos en una sociedad de “vencedores y
vencidos”.
A pesar de ser una de las seis civilizaciones más
antiguas y con origen autónomo de la humanidad, no conocen su milenaria
historia, no saben quiénes son y cómo se llaman. Se han formado como
“extranjeros incultos en su propia tierra”. Han vivido como sumisos
esclavos y peones de los invasores y sus descendientes culturales. Explotados
en la encomienda, luego en la hacienda y hoy, como empleados con el salario
mínimo. Trabajando para hacer ricos a los extranjeros y vivir en la miseria más
lastimosa de generación en generación.
Esta civilización le llamó por milenios a este
continente Cem Anáhuac y aún los historiadores criollos como Francisco Javier
Calvijero en el Siglo XVIII recogen en sus escritos el nombre de “Anáhuac” para
nombrar los territorios originales. Todavía en 1813, José María Morelos y Pavón
convoca en la ciudad de Chilpancingo un congreso al que le llamó, “Congreso del
Anáhuac”, donde los sublevados del Virreinato de la Nueva España definirían
cuál sería el derrotero de la sublevación y en el cual Morelos, daría a conocer
“Los Sentimientos de la Nación”. Sí estas tierras milenariamente fueron “El
Anáhuac”, por qué ahora se llaman “México”.
Fue la lucha de 1810 un estallido social provocado
por las fuerzas económicas y políticas del Virreinato de la Nueva España,
no la lucha de los pueblos originarios para poner fin a la invasión y
explotación extranjera. Los pueblos originarios fueron usados para definir las
posiciones de poder entre los gachupines y los criollos. Miguel Hidalgo y sus
conspiradores, al saberse descubiertos llamaron a un estallidos social de los
indígenas en contra de los gachupines. Trescientos años de injusticia y
explotación acumulados, solo necesitaron el llamado de “un cura”, para iniciar
el estallido. No era la primera vez que los pueblos originarios se revelaban en
contra de la ocupación europea, desde 1531 se dio la primera gran rebelión
indígena y la historia oficial calla el rosario de rebeliones en el periodo
colonial, lo cierto es que ninguna en tres siglos, fue convocada, organizada y
financiada por los criollos. Esa fue la diferencia.
Después de 11 años de una cruenta y devastadora
guerra civil, los criollos vencen a los gachupines, más por factores externos
que internos definieron esta supuesta “independencia”. Y en 1821 los criollos
crean “su propio país” al que “ellos” llaman México. En esta nueva realidad
social, nuevamente quedan excluidos los pueblos originales y su milenaria
civilización y con ello el nombre ancestral del Anáhuac.
Después de la expulsión de los gachupines, los
criollos vencedores se dividen en dos grupos, opuestos y antagónicos, que
lucharán por dos concepciones “de país” totalmente diferentes una de otra. Sí
unos son liberales los otros serán conservadores, si unos son federalistas, los
otros serán centralistas, sí unos son republicanos los otros serán monárquicos.
Esta lucha llega hasta el Siglo XXI, en dónde sí unos son priístas, los otros
serán panistas. El país de los criollos desde hace dos siglos esta dividido y
enfrentado, en lo único que se unen y se ponen de acuerdo los criollos, es en
la exclusión y explotación de los pueblos originarios y sus, al parecer,
inacabables recursos naturales. La ideología criolla les ha negado totalmente a
los pueblos y culturas originarias el derecho a ser y auto determinarse en
estos dos siglos de “vida independiente”.
Los criollos al termino del estallido social, crean
“su país”, como los que a principio del Siglo XIX se estaban formando por
iniciativa de los mercaderes en el continente europeo. En efecto, el “Nuevo
Orden Mundial” se inicia con la creación de Estados Unidos de Norteamérica en
1776, y prosigue la estrategia con el financiamiento del golpe de Estado a la
monarquía francesa en 1789, al que la “historia oficial de occidente” llama con
eufemismo la “Revolución Francesa”. Pero que implica. No solo el derrocamiento
de los gobiernos constituidos, primero en Europa y luego en todos los pueblos
del mundo. Sino además una nueva visión de organización humana, en la que el
individualismo, la propiedad privada, las sociedades anónimas, el comercio y el
consumo, serán la razón de ser de pueblos y gobiernos. La “modernidad” implica
la ascensión del capitalismo y el “culto al Becerro de Oro” a través de la
democracia.
Los mercaderes han pretendido derrocar las
milenarias formas de gobierno de los pueblos, que fueron creadas a través de
sus tradiciones, costumbres e historia, para imponer “la democracia” y
con ella el capitalismo, el dominio del Mercado sobre el Estado, el sistema de
partidos políticos, el consumismo y un largo etcétera. Nada nuevo desde 1789 en
Francia hasta 2010 en Irak.
Los criollos, europeos nacidos en México, iniciaron
la “construcción de su país”. Los criollos se creían los poseedores de la
esencia de la identidad local. Por supuesto, desplazando y desconociendo
totalmente a los pueblos y culturas originarias. Los criollos tomaron
simbólicamente a “los mexicas” como su más antiguo origen. Esta tendencia se
vio surgir desde mediados del Siglo XVIII, cuando el criollismo buscó sustentar
su “autenticidad” en una mitológica cultura mexica, muy parecida en su
descripción a la romana de los europeos. Así, los mexicas del Siglo XVI,
descritos por los conquistadores y misioneros como “salvajes y caníbales”,
pasaron a ser, los cultos y poderosos mexicas “dominadores de todo el Anáhuac”
para los criollos del Siglo XVIII.
Los criollos en su rebeldía querían crear un origen
“autóctono”, para confrontarlo con lo ibérico. Por eso transformaron a los
mexicas, y en su discurso los convirtieron en “un poderoso imperio”, al que sus
antepasados habían conquistado. Esta es la razón por la que le ponen “México” y
no Anáhuac” a su nuevo país
Como en los escritos del Siglo XVI se hablaba de la
gran ciudad de México-Tenochtitlán, los criollos decidieron que ese nombre
debería llevar su nuevo y flamante país. Por supuesto que no se consultó a los
pueblos originarios, ni a sus tlamatinimes que habían sobrevivido al
holocausto, el acto de la creación de México, como la mayoría de los actos de
esta “Patria” en los doscientos años de su pequeña existencia, han ignorado y
excluido totalmente a la Matria, la civilización Madre que tiene ocho milenios
de existencia.
De
esta manera, el país de los criollos llamado México, se constituye de manera
vertical y autoritaria, por un “puñado de personas”, que permanentemente
ignora, desvalora y desconoce la civilización que constituye la esencia de la
mayor parte de los ciudadanos de “su país”, y que no ha desaparecido, como
ellos suponen desde el 13 de agosto de 1521. Los criollos siempre han buscado
modelos y capitales foráneos para modernizar, desarrollar y globalizar a “su
país”. Pero nuca, en estos dos siglos, han buscado respuestas en la
civilización del Anáhuac, que logró el mayor avance de desarrollo humano del
mundo. Esta actitud mezquina, miope y racista de los criollos, históricamente
ha impedido una verdadera mezcla y fusión de las dos civilizaciones y ha
condenado a los criollos al permanente subdesarrollo y a los pueblos
originarios a la exclusión, explotación y miseria.
El
llamarle México al Anáhuac, por una parte nos habla del desprecio y negación de
los criollos por la civiliza invadida. Pero por la otra, nos demuestra la
absoluta amnesia y sometimiento de los sobrevivientes al holocausto. Su total
colonización mental e intelectual. Lo que explica la dramática y
miserable situación que viven históricamente los descendientes culturales
de los antiguos anahuacas.
De
esta suerte, “los mexicanos” son los colonizados y desmemoriados. Aquellos que,
en el mejor de los casos, poseen una frágil “Identidad Nacional”, pero que no
poseen una sólida “Identidad Cultural”. La “Patria” es la de los mexicanos que
“celebraran su independencia” el 15 de septiembre. La “Matria” es de los
anahuacas poseedores de una sabiduría milenaria para sobrevivir y crear una
asombrosa cultura de resistencia. Los mexicanos son “patrioteros”, los
anahuacas son “tradicionalistas”. Unos están esperanzados al “gobierno y
los partidos políticos”, los otros están aferrados a las tradiciones y
costumbres ancestrales que están sabiamente camuflajedas en las llamadas
“culturas populares”.
Los
anahuacas son los nahuas, mayas, zapotecas, mixtecas, totonacas, purépechas,
mazahuas, etc. Descendientes de las culturas originarias. Mestizos totalmente,
pues ya no existen los “pueblos originarios” del periodo Clásico o del
Postclásicos. Los pueblos originarios se han transformado, como todos los
pueblos originarios del mundo. Pero mantienen en su esencia, la visión del
mundo y la vida, los valores y principios ancestrales de la Toltecáyotl. Quizás
tienen problemas para concebirse como “mexicanos” y muchos de ellos sienten muy
lejana a la Patria. Porque a lo largo de estos dos siglos, la Patria los ha
excluido, traicionado y engañado. Saben, por su propia experiencia histórica,
que la Patria siempre ha estado al servicio del explotador, del ladrón y del
asesino. Muy pocas veces, la Patria les ha hecho justicia y les ha garantizado
sus derechos históricos, comunitarios y humanos.
Los mestizos desculturizados, intuitivamente se
refugian en la Matria. La Virgen de Guadalupe, El día de Muertos, las fiestas
patronales, los valores familiares, “flor y canto” y fundamentalmente, la
milenaria cultura culinaria los mantiene unidos inconscientemente a su esencia
ancestral.
Lo
que hoy es el país llamado México, es un proyecto criollo, excluyente y
explotador. México es el ejemplo de la injustica, abuso, racismo y explotación.
Los criollos nunca han sabido crear riqueza y menos a compartirla, pese a
contar con un pueblo trabajador y recursos naturales casi ilimitados. Su sueño
desde 1821 es que los capitales extranjeros exploten al pueblo y depreden los
recursos naturales a cambio de que a los hagan “socios” y les den unas cuantas
migajas para vivir cómodamente sin ningún esfuerzo de sus rentas.
Sus
gobiernos han sido de pacotilla, viviendo de “sueños imperiales”, la alta
burocracia ha sido corrupta, cínica e ineficiente. Se dan vida de emperadores y
las arcas nacionales han estado al servicio de sus caprichos y banalidades. No
ha existido un proyecto endógeno de desarrollo, todos los modelos económicos,
políticos y culturales han sido importados, primero de Europa y hoy de Estados
Unidos. La justicia social ha sido solo demagogia en los tiempos electorales.
La
iniciativa privada criolla es totalmente explotadora y depredadora. Nunca han
tenido una responsabilidad social e histórica con el pueblo y con el país.
Apoyada por el “Estado criollo”, siempre se ha mostrada despiadada e insensible
con los trabajadores. Condenándolos, en el campo o en la ciudad a condiciones
de miseria. La iniciativa privada criolla jamás se ha caracterizado por
invertir en investigación, en inversiones a largo plazo y menos aún en
arriesgar sus capitales. Incompetente e ineficiente, vivió protegida por el
gobierno, ofreciendo productos y servicios de poca calidad y muy caros, razón
por la cual no pudo competir con un mercado internacional, en la globalización
impuesta, la economía criolla ha colapsado.
Podemos
entonces concluir que existen dos proyectos de nación. Uno que tiene el poder
político y económico, y que es la continuación de la invasión y colonización
iniciada en 1521 por extranjeros avecindados y sus descendientes culturales.
Que crearon “su país” en 1821 y que le llamaron arbitrariamente “México” y que
han creado en los dos últimos siglos una ideología de explotación y depredación
totalmente irresponsable que esta conduciendo a una crisis y estallidos social,
que no tiene futuro, justamente por su desbordante e insaciable rapiña e
injusticia social.
El
otro proyecto civilizatorio del Anáhuac, emanado de una de las seis
civilizaciones más antiguas de la humanidad y con origen autónomo. Proyecto que
logró los avances más importantes en cuanto a Desarrollo Humano en la historia de
la humanidad. Que fundamentó a lo largo de siete milenios y medio, sus logros
en: el impulso de la ciencia y la investigación; en basar la vida en sociedad a
través de la educación pública, obligatoria y gratuita; en una sociedad
pacifista y anti bélica; en una sociedad que impulsó la austeridad y la
frugalidad ante el mundo material, por lo cual no inventó la moneda; en una
sociedad en la que sustento sus relaciones sociales en el comunitarismo, por lo
cual no existió la propiedad privada. Y finalmente, porque desarrollo un
propósito social abstracto, de carácter espiritual, que tuvo una continuidad
asombrosa, por lo menos a lo largo de tres mil años.
El
proyecto criollo se basa en la Patria, el proyecto ancestral se basa en la
Matria. Uno es exógeno y el otro endógeno. Uno es político-económico, el otro
es histórico y cultural. Uno posee 200 años de experiencia importada del
exterior, el otro posee siete mil quinientos años de desarrollo endógeno y
quinientos años de una sofisticada cultura de resistencia. Uno esta sustentado
en leyes e instituciones impuestas, el otro esta sustentado en las tradiciones
y instituciones milenarias “propias”. A uno se le acabó el tiempo, el otro
posee el futuro. Uno
se llama México y el otro se llama Anáhuac.
Visita www.toltecayotl.org
3 comentarios:
Gracias por su reflexión...
Muy buena publicación, excepto por la parte de las mezclas. Los nativos y los de fuera son como agua y aceite. No hay elementos en común. Por eso este país está como está. Mientras unos hacen y deshacen a su antojo, otros quieren ser lo que no son. Y los demás, mientras tanto, o desean "mezclar agua con aceite" (como el autor de este blog) porque "las mezclas son buenas y enriquecedoras" o buscan la forma de hacer lo que hay que hacer con lo que se tiene a la mano (como yo) para evitar que los elementos extraños interfieran con el desarrollo correcto de alguna cuestión relacionada con todos estos asuntos (es difícil encontrar interferencias constructivas)...xD
Estimado hermano mexicano: Tengo la grata satisfacción de escribirle para felicitarlo por su trabajo valiente, estoy con Ud. en esta lucha por la raza autóctona, aunque yo soy una híbrida , pero tengo conciencia, y he ofrendado mi vida a investigar y tengo 46 obras que recientemente se están empezando a publicar. Coincido con Ud. en que los mestizos se han creído una raza "exquisita" que desciende de los europeos. Realmente la clase alta de nuestro continente es la prole réproba de los frailes inquisidores que violaron a las mujeres de sangre real y a las del pueblo de nuestra raza aborigen, después cada fraile tenía 20 mujeres , un harén,y con cada una quince hijos. Los invasores salidos de las cárceles españolas hicieron lo mismo, y alentados por los frailes , cuando el rey de España quiso legalizar el asalto y violación a nuestro continente, para participar en el atraco de nuestras riquezas ancestrales, los frailes ordenaron a los desorejados y desnarigados indultados de los crímenes por los Papas que regían en el momento, que se tenían que casar con las violadas, porque así el primer hijo, de acuerdo a las leyes españolas del mayorazgo, pasaba a ser el dueño y señor de las tierras y riquezas. Entonces esa es la población que constituye la clase alta que ha gobernado y sigue gobernando en los países de América, enseguida la chusma que acompañó a Colón, por orden de la iletrada y ambiciosa reina Isabel, que de católica sólo tenía el título, decía la chusma con las riquezas preamericanas compró los títulos de Condes y Marqueses, que ostentan los mestizos. Por eso en Venezuela , cuando ha subido por primera vez el pueblo al gobierno,la clase alta o mestiza, no puede soportar esto y como son dueños de empresas y de tierras de cultivo, emplean estrategias para matar al pueblo de hambre y acusar al Gobierno de ser el causante de la terrible carestía que vive el país. Han hecho bien de encarcelar al cabecilla.
Permítame felicitarlo por su magnífico trabajo histórico. Ahora nos toca a nosotros reconstruir la Historia de los vencidos, presentando pruebas para que la Historia Universal se rinda ante ellas. Esto estoy haciendo en mis seminarios. Sería importante que nos uniéramos formando un equipo de defensa de la raza autóctona, como una Fundación. En el Ecuador ya exiten personas que se están organizando. La Unidad hace la fuerza, y somo una sola raza, no existen mexicanos, ecuatorianos, peruanos ni bolivianos sino una sola raza la Raza Americana. No hay que permitir que nos dividan los anglosajones de América del Norte, y se apoderen ellos del calificativo de Americanos. Estoy a sus órdenes, le invito a conocer mis trabajos de investigación. Un saludo afectuoso de Ruth Rodríguez Sotomayor.
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