Derechos Humanos Universales e inalienables.
“Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos,
sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen
nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos
tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos
son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
El principio de la universalidad de los derechos humanos es la piedra
angular del derecho internacional de los derechos humanos. Este principio, tal
como se destacara inicialmente en la Declaración Universal de Derechos Humanos,
se ha reiterado en numerosos convenios, declaraciones y resoluciones
internacionales de derechos humanos.”
Lo que ha hecho el Estado
Mexicano en contra del pueblo entra dentro de La teoría jurídica internacional,
conocida como, “La Doctrina del Descubrimiento”,
que ha servido de fundamento para la violación de los derechos humanos de los
pueblos indígenas, es condenar a todo un pueblo a “la ignorancia de sí mismo”.
A través de las leyes y las políticas implantadas por medio de sus
instituciones, el Estado necolonial de ideología criolla, alienta y genera la
perdida de la memoria y la identidad ancestral, con ello, se lesiona uno de los
derechos humanos más importantes, tanto de los individuos como de los pueblos, nos
referimos al “tener conciencia de su ser histórico y de su identidad cultural
milenaria”. Despojando a los individuos y a los pueblos de la conciencia de
ser, lo que los imposibilita en la capacidad de defender sus derechos y exigir
justicia. Un pueblo en tales condiciones es un pueblo amnésico, vulnerable e
inseguro.
En base a la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los derechos intrínsecos de los pueblos indígenas,
resulta un derecho inalienable el poseer conscientemente la memoria histórica y
la identidad ancestral. El negarle esta conciencia es una forma de
discriminación, ya que es un derecho intrínseco, que tiene la misma importancia
o más, que el que deviene de sus estructuras políticas, económicas y sociales.
En la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, en el artículo
segundo se afirma que: “Los pueblos y los individuos
indígenas son libres e iguales a todos los demás pueblos y personas y tienen
derecho a no ser objeto de ningún tipo de discriminación en el ejercicio de sus
derechos, en particular la fundada en su origen o identidad indígenas”.
Cuando de manera deliberada, el
Estado le niega al pueblo en general, no solo al indígena, la memoria histórica
y la identidad cultural ancestral, se lesiona su derecho a conocer su origen y
su identidad. De esta manera, al negarse la libre autodeterminación cultural,
se promueve una falsa y endeble identidad, lo que impide su pleno desarrollo
económico, social y cultural.
En el artículo quinto menciona: “Los pueblos indígenas tienen derecho a
conservar y reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas,
económicas, sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a participar
plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del
Estado.” La Toltecáyotl, definida por el Dr. Miguel León Portilla, como
“Las instituciones y la sabiduría de los toltecas”, que es la estructura
epistémica de la Civilización Madre, ha sido sistemáticamente negada y menospreciada
por las instituciones educativas, culturales de investigación en ciencias
sociales y medios masivos de comunicación.
En el artículo octavo de la
Declaración de Naciones Unidas dice textualmente, “Los pueblos y los individuos indígenas tienen derecho a no ser
sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura.” La
difusión de una falsa historia ancestral, por medio de las instituciones del
Estado Mexicano, es una acción violenta que busca someter a los pueblos
indígenas y mestizos a una historia oficial, que ha pretendido unificar una
sola identidad nacional sometiendo a la desaparición a las identidades
culturales ancestrales.
El mismo nombre del país, es un
atentado contra la permanencia de la memoria de la civilización ancestral
llamada Anáhuac. México viene del nombre de la Ciudad de México-Tenochtitlán y
el gentilicio de “mexicano” viene de mexica. Actualmente existen más de 60
pueblos y culturas hijas de la civilización del Anáhuac y la mayoría del pueblo
no es heredero de la “cultura mexica”, por lo tanto, es una violación a su
dignidad y a su identidad, al ser sometidos a una asimilación forzada.
En el punto dos del mismo
artículo octavo se establece: “Los
Estados establecerán mecanismos eficaces para la prevención y el resarcimiento
de:
a) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia privarlos de su
integridad como pueblos distintos o de sus valores culturales o su identidad
étnica;
b) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia desposeerlos de sus
tierras, territorios o recursos;
d) Toda forma de asimilación o integración forzada…”
El Estado Mexicano ha cometido un
delito de lesa humanidad y un atentado a los derechos humanos al privar, a
propósito, de su memoria historia e identidad cultural ancestral a la mayoría de
sus habitantes. Por lo que deberá restituir esta memoria y esta identidad
ancestral a través de difundir la verdadera historia ancestral, la sabiduría
milenaria conocida como Toltecáyotl, por medio de sus instituciones de
educación, medios masivos e investigación.
En el artículo treceavo dice, “Los pueblos indígenas tienen derecho a
revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus
historias, idiomas, tradiciones orales, filosofías, sistemas de escritura y
literaturas, y a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas, así
como a mantenerlos.”
En el artículo veintiochoavo
apunta, “Los pueblos indígenas tienen
derecho a la reparación, por medios que pueden incluir la restitución o, cuando
ello no sea posible, una indemnización justa y equitativa por las tierras, los
territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o
utilizado y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados
sin su consentimiento libre, previo e informado.”
Tomando en cuenta que la
filosofía, la historia y los valores de la civilización Madre se encuentran en
la Toltecáyotl, ésta, se convierte en uno de los principales recursos del
pueblo para encontrar el desarrollo y la plenitud. Por lo que el Estado Mexicano,
debe reparar el daño que le ha hecho a los herederos de este recurso.
Finalmente, en el artículo
treintaiunavo dice, “Los pueblos
indígenas tienen derecho
a mantener, controlar, proteger y
desarrollar su patrimonio
cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones
culturales tradicionales y las manifestaciones
de sus ciencias,
tecnologías y culturas,
comprendidos los recursos humanos
y genéticos, las semillas, las medicinas, el conocimiento de las propiedades de
la fauna y la flora, las tradiciones orales, las literaturas, los diseños, los
deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e interpretativas.
También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su
propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos
tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales.”
Las culturas nacidas de la
civilización Madre y los pueblos mestizos desprendidos de estas culturas, que
también son sus herederos legítimos, tienen el derecho y la obligación de
proteger, desarrollar y exigir la restitución de la Toltecáyotl, como un
recurso cultural y un patrimonio cultural.
Recuperar los conocimientos,
sabiduría, valores, principios, producto de diez mil años de desarrollo humano,
es un derecho humano elemental par tener plena conciencia de ser, ejercer con
plenitud el legado de sabiduría de una de las seis civilizaciones ancestrales y
con origen autónomo de la humanidad.
Solo con este legado, llegará la
plena transformación del país, a partir de un patrimonio cultural que nos
unifica y fortalece a todos por igual. Lo que nos permitirá tener un destino
compartido en el que exista la justicia, la igualdad y la fraternidad acabarán
con el abuso, la corrupción y la injusticia, generada por una identidad falsa,
valores ajenos y una historia que solo benefició a un pequeño grupo de
usurpadores.
El Estado Mexicano debe restituir
la memoria histórica y la identidad cultural ancestral, porque se ha cometido
un crimen de lesa humanidad y se ha atentado contra los derechos humanos de los
pueblos indígenas y los pueblos mestizos.
Visite www.toltecayotl.org
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