A José Guadalupe
González ejemplar oaxaqueño binacional.
Desde hace muchos años, vengo
sosteniendo que existe una ideología en el país, que mueve los hilos del poder
en todas sus expresiones y niveles. Esta ideología, percibe a los ciudadanos
comunes como objetos de su riqueza y ve en los recursos naturales, la fuente de
su expansión económica. No tiene responsabilidad histórica, ni empatía con la
gente. Por el contrario, los desprecian, por lo cual manifiestan su profundo
sentido racista y clasista.
Esta clase de personas piensan que sus raíces
culturales están en el extranjero. Ignoran y desprecian la historia y cultura
de la Civilización del Anáhuac, que solo significa para ellos un valor económico
como atractivo para la industria turística. La mayoría tiene dos nacionalidades,
y en otros países guardan sus riquezas.
Nunca se la “juegan” por este país, y no dudan en entregar y destruir el
país que les ha dado asilo, si en ello obtienen una ganancia.
Desde 1824,
cuando fundaron “su país de ellos y para ellos”, al que llamaron
arbitrariamente “México”, su política económica ha sido atraer los capitales
extranjeros, para asociarse con ellos, poniendo la mano de obra en calidad casi
de esclavitud y abriendo a la libre demanda los recursos naturales. Esta es una
ideología, porque existe gente morena que lucra a través de esta ideología,
pero, casualmente, en los estratos altos y muy altos del país, esta clase de
personas tienen generaciones de haber llegado a este país, y mantienen su
supuesto estatus de “extranjeros”, y por tal, cobran sus regalías en un país
colonial.
Los casos de los señores Emilio
Lozoya y Alonso Ancira, ejemplifican cabal y completamente este argumento. Uno
en la administración pública y el otro en la iniciativa privada, aunque con
tanta corrupción hoy resultan lo mismo. Los orígenes del Sr. Lozoya están en
Alemania y los del Sr. Ancira en España, son un indicativo de estas
“casualidades”. El primero se supone está escondido en Suiza y al segundo lo
detuvieron en España. En ambos casos, un desprecio por la ley, las
instituciones y la nación en general. Si pueden destruir al Estado, lo hacen,
sí con ello obtienen una mínima ganancia.
Los funcionarios de ideología criolla
usan los recursos del Estado para darse vida faraónica y los empresarios tienen
empresas pobres y ellos viven en el “jet set internacional”, mientras sus
trabajadores viven en la cuasi miseria. El mismo modelo económico que ambos
grupos han diseñado para su país es, el de “sacrificar” el mercado interno para
sacar sus ganancias del mercado internacional, a través de la mano de obra
esclava por medio de la maquila y el exportar materia prima. Para los pobres
nada, para los ricos todo. Más nada.
Ya se sabe ahora, que mucho
influyó en la victoria electoral del Sr. Trump, una empresa que se llamó Cambridge
Analytic, que a través de información personal de los ciudadanos de E.U. sacó
un “diagnóstico” de los anhelos y fobias de los votantes.
Seguramente se
detectó el verdadero pánico que tienen los anglosajones de los anahuacas
(indígenas y campesinos), que poco a poco y de manera callada, han ido ganando
espacios, no solo en el mercado laboral, porque hacen muy bien el trabajo que
ellos no quieren hacer, y que, les hace la vida más cómoda y económica. Sino lo
que es más alarmante, que la cultura de “esos anahuacas”, está conformado la
cultural de ellos. Esto explicaría “la fobia” de Trump contra los mexicanos,
pero más que fobia, es un instrumento político que lo valida en el poder.
Desde nuestra perspectiva,
existen dos clases de ciudadanos en este país. Los “mexicanos” y los anahuacas.
Los primeros son los que en 1824 crearon “su país” y han tenido el poder,
haciendo pedazos esta maravillosa y riquísima nación, a través de su ineptitud,
corrupción y falta de compromiso. Y los anahuacas, que históricamente han sido
excluidos y explotados, pero que, a final de cuentas, son los que han mantenido
a la nación. Sorprende no encontrar en el mundo de la riqueza a los anahuacas,
y es común ver que, en ese mundo, la mayoría son extranjeros avecindados,
muchos con varias generaciones de vivir en el Anáhuac.
Mientras los criollos
desmantelan, roban y sacan del país sus riquezas mal habidas; los anahuacas
expulsados por la exclusión económica y en calidad de “ilegales”, están
mandando al país la mayor cantidad de dólares que los criollos, “con sus
empresas”, jamás han podido ganar.
Seguramente los gringos ven en
los anahuacas, un formidable y temible enemigo. Su potencialidad está,
justamente en que son portadores de la milenaria cultura del Cem Anáhuac. En
efecto, los valores y principios de los anahuacas, los hace ser excelente
trabajadores, responsables no solo con su familia, sino con su comunidad de
origen. Poseer la conciencia de la comunalidad, la resiprocidad, la
solidaridad, así como la responsabilidad histórica de “los saberes, usos y
costumbres”.
Mientras los anglosajones ven a
los anahuacas como potenciales enemigos; los criollos los ven con desprecio y
burla racista. Los piensan inferiores, sin embargo, a la luz de un análisis
descolonizado, resultan mucho más aptos y eficientes, el problema es que los
criollos se han preocupado porque nunca tengan el poder, a través de aplicarles
una lobotomía histórica.
Este país sería otro, si nuestra gente que trabaja en
E.U., trabajara aquí, con las mismas condiciones. Se requiere que los valores y
principios de la sabiduría ancestral del Anáhuac, definan el destino de la
nación. Educayotl AC. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org
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