lunes, 29 de enero de 2018

RADIOGRAFÍA DE UNA IMAGEN

El “mundo” es una percepción. Todo en el universo está constituido de energía. La “materia”, como tal (sólida), no existe, porque en su esencia, está constituida de energía. Los protones y neutrones, con los que se conforma los átomos, son energía. Las moléculas, conformadas por átomos, son por consiguiente energía. De hecho, los pensamientos son descargas de energía. Así pues, “el mundo” es solo energía en su esencia íntima y verdadera. La forma de “ver” esa energía, viene de un proceso mental al que llamamos “percepción”. A su vez, la percepción es producto de una serie de ideas, principios y valores.
La forma en la que “vemos” el mundo viene de una ideología. Para el caso de México, siendo un país invadido y colonizado desde hace cinco siglos, una persona común percibe lo que la ideología del sistema le hace “ver”. La colonización mental y cultural de los mexicanos es absoluta y total. Todo el sistema está diseñado desde la óptica de los invasores. La educación académica, la educación informal, la religión, los medios masivos, la estética y la cultura.
La civilización del Anáhuac ha sufrido los embates de la intolerancia y la negación. Desde 1519, el meta objetivo fue la destrucción de una de las civilizaciones más importantes y antiguas de la humanidad. El epistemicidio realizado en el continente Abyanáhuac (Abya Ayala y Anáhuac) no ha tenido precedentes en la historia de la humanidad. De las seis civilizaciones Madre: Egipto, Mesopotamia, India, China, Tawantinsuyu y Anáhuac, las dos últimas (que son una sola) han sufrido la más violenta agresión y la más extensa, en espacio y tiempo.
Pues bien, en esta ocasión nos referiremos a una imagen que surca el universo de la red, haciendo la aclaración que, además de ser muy pocas las ilustraciones sobre el holocausto y el epistemicidio del continente Abyanáhuac, las pocas que existen, están grotescamente mal intencionadas, haciendo ver a los pueblos invadidos como salvajes, sumisos y caníbales, totalmente interiorizados. En contra parte, los invasores y agresores se les pone en actitudes arrogantes y poses victoriosas, portando armaduras y uniformes, que jamás existieron. Todo esto, en su conjunto, hace ver a los invadidos agraviados, como inferiores. Lo que demuestra que la “guerra de conquista”, sigue hasta nuestros días, solo que ahora, además de ser material, es también sublimacional.
La ilustración que examinaremos es el encuentro entre Moctezuma y Hernán Cortés a las afueras de Tenochtitlán. En primer lugar, los dos personajes centrales están en planos diferentes. Cortés en un plano superior y Moctezuma en uno inferior. El leguaje corporal de los dos es diametralmente opuesto a lo que debió ser la realidad. Cortés asume una actitud de vencedor y Moctezuma de vencido. La indumentaria de los dos tiene la misma característica. Cortés usa una armadura que jamás tuvo, propia de un rey europeo, y a Moctezuma, lo pintan con un atuendo que no usaban los tlatoanis, más parecido con el que pintan a Juan Diego.
La escenografía está a favor de los invasores. Cortés, quien fue “recibido”, está en la entrada de un edificio como saliendo de él, como si él recibiera a Moctezuma. Este encuentro se dio en despoblado y no existió construcción alguna. La impresión subliminal es que Cortés está en “su castillo”, recibiendo a un asustado y temeroso Moctezuma que está en tierras extrañas, cuando fue exactamente al revés. Cortés no sabía a qué atenerse, y solo, por la perversa asesoría de Malinche, se atrevió a ir a Tenochtitlán, que era la ciudad más grande de aquel tiempo.
Las personas que rodean a Moctezuma y a Cortés son invasores, portando uniformes y armaduras que jamás usaron, porque eran aventureros pobres que se costeaban por ellos mismos sus armas, vestimentas, alimentos y curaciones. En el Siglo XVI no existían los ejércitos modernos, con uniformes, grados y armas reglamentarias. Lo que había eran los llamados “Tercios”, que eran mercenarios, asesinos al mejor postor. Más pareciera la imagen de un Moctezuma llegado a un castillo de Cortés en España. Los únicos “nativos” son un niño indígena “sirviendo” de paje de Cortés, cargando un casco de armadura.
En pocas palabras. Los nativos interiorizados. Un niño de "sirviente", una mujer en calidad de "amante" y traidora, y un tlatoani "débil", indefenso y asustado. La ilustración, como la mayoría sobre este tema, está cargada de una ideología hispanista, colonizadora y totalmente tergiversadora de la realidad. Que pretende someter al ingenuo y desinformado espectador a la permanente y sistemática colonización mental e intelectual.
El mito de que un puñado de españoles conquistó a un poderoso imperio, es parte de la conquista cotidiana, una conquista ideológica que somete y amordaza a los invadidos aún más. El mensaje es profundo, contundente y efectivo. Los extranjeros son superiores a los nativos. Entre un Cortés que conquistó a los mexicas y un Carlos Slim que de la nada, se vuelve el hombre más rico de México, no hay ninguna diferencia. Los extranjeros son más inteligentes, esforzados y eficaces que los nativos. “Así ha sido, así es y así será”, hasta el fin de los tiempos. Resígnense nativos, a ustedes históricamente les toco perder.
La conquista y colonización sigue vigente hasta nuestros días. Más eficiente y más perversa, por consiguiente, más dañina y demoledora. Sobre todo, porque ahora los invadidos no se dan cuanta de su situación.
Piensan y actúan como “conquistados-conquistadores y colonizados-colonizadores”. 


Descolonizar es dignificar.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos.
Los más de 500 años han colonizado hasta nuestras mínimas neuronas han colonizado de la cual hasta hoy no podemos liberarnos, pero sus publicaciones nos hace reflexionar y el reto es seguir bregando por una verdadera descolonización de nuestros pueblos originarios.
Jorge - Pasco - Perú

Anónimo dijo...

El mensaje se apodera del sujeto solo cuando esté esta lleno de ignorancia . Con la labor de lumbreras como usted la memoria histórica se recupera y se pasa de la inercia cotidiana a un estado mental diferente. El llamado mexicano requiere precisamente eso , información , datos, conocimiento profundo del pasado, esto para lograr su despertar y cuestionarse con bases la situación actual del país. Como es posible que un país riquísimo con un pueblo trabajador viva en un estado oprobioso de falta de todo lo que se pueda considerar libertad y dignidad, eso no tiene lógica si se piensa con detenimiento. Asimismo si uno observa un poco vera como las clases dirigentes están copadas de apellidos raros y gente de características físicas distintas a la mayoría de la población. Pigmentocracia derivada por derecho divino ? No , más bien una cleptocracia blanca dominante hacia dentro y dominada desde afuera, emanada en su base de procesos como la conquista y el virreinato. En este punto si sigue uno observando y reflexionando se dará cuenta que acontecimientos como la independencia y la revolución no cumplieron su cometido. Sin duda el invasor extranjero ama al estado de cosas en que está este país. Débil, dividido, sin memoria histórica , mandado por gentuza pusilánime y racista. Por ahora el llamado México es la tierra de las oportunidades para los fuereños, pero, dentro de lo que se denomina esperanza , fe y desafío esa situación cambiará. Antaño libres con el destino en nuestras manos, ahora sometidos y expoliados, pero mañana nuestra tierra volverá a ser nuestra. Mediante los medios necesarios , mediante los sacrificios que se requieran , el oprobio será eliminado y nuestros enemigos allende el bravo y el atlantico se llenarán de aprension y temor. Un resurgimiento es necesario para darle guía y destino a este país.Mis respetos para usted en su trabajo de dignificacion , faltan más personas que hagan eso.