domingo, 31 de julio de 2011

EL ROSTRO Y EL CORAZÓN NEGADO



Los habitantes de lo que hoy llamamos equivocadamente “México” (porque no todos somos “mexicas”), hemos vivido casi cinco siglos de espaldas a la sabiduría y experiencia humana de una de las seis más importantes civilizaciones del mundo. Tres siglos en el periodo colonial (1521-1821) y casi dos siglos en el periodo neocolonial llamado con eufemismo “periodo independiente” (1821-2011). Los pueblos y culturas originarias han sido brutal y sistemáticamente excluidos en la construcción de la sociedad y el proyecto colonial “peninsular” y neocolonial “criollo”.



La negación del patrimonio cultural de más de ocho milenios, que implica la pérdida de la sabiduría sistematizada en los milenarios sistemas de alimentación, salud, educación y organización social, entre muchos otros. Esta valiosa experiencia humana desde 1521 ha sido negada, excluida y menospreciada, primero por el colonizador peninsular y luego por el criollo neocolonizador. Los juicios de valor sobre la civilización del Anáhuac, que un día expresaron –en medio de toda su ignorancia y perversidad-, Hernán Cortés y Bernal Díaz, siguen vivos y vigentes hasta nuestros días.



La civilización del Anáhuac fue descrita, -para justificar el holocausto que representó la invasión, destrucción y esclavitud en el periodo colonial-, una civilización primitiva, demoniaca, perversa, degradada, caníbal y deshumanizada. Y en el periodo neocolonial, sigue siendo para la ideología criolla una civilización retardataria, primitiva, sin aspiraciones para progresar e incorporarse al modelo económico-político-social del país que los criollos fundaron en 1821.



La exclusión de la civilización del Anáhuac en la construcción de México, ha condenado a este proyecto al fracaso desde su nacimiento. La razón: por una parte, excluye el potencial historio-cultural de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del mundo. Y por otra parte, excluye el potencial humano de la mayor parte de su población. Esto es como si China y la India, para ser lo que hoy son como potencias mundiales, excluyeran sus civilizaciones originarias y ancestrales, y pretendieran cimentar su desarrollo en una supuesta herencia cultural inglesa, y unos y otros “presumieran a sus abuelitos ingleses” y fueran ignorantes de su civilización Madre. Este es, justamente, el drama que vive lo que hoy llamamos “México”.



La ideología criolla ha pretendido borrar de la mente y del corazón la herencia cultural de la Civilización del Anáhuac de los habitantes del país que llaman México. La ideología hace pensar que el 13 de agosto de 1521 calló como un telón la Civilización del Anáhuac con Tenochtitlán, y que con la creación del Virreinato de la Nueva España, nada de lo que “civilizadamente” existe en esta tierra, tiene que ver con la civilización del Anáhuac, lo que es totalmente falso y aberrante. La ideología criolla toma como “antecedente remoto” de “su país”, el periodo colonial, en donde los héroes son Cristóbal Colón y Hernán Cortés. Y para ellos, México inicia su historia con las “gestas heroicas” de los criollos Hidalgo, Allende y Iturvide. La cultura mexica, en la historia oficial criolla, es magnificada en todos los sentidos. Tanto el poder y extensión de su dominio, como en su belicosidad y canibalismo, que da como resultada la supuesta valentía de los conquistadores, así como su noble empresa, la que han llamado con eufemismo rampante “encuentro de civilizaciones”.



Con esta mentalidad colonizada de los actuales mexicanos, cuando se trata de recuperar los valores y principios ancestrales de la sabiduría de la civilización del Anáhuac, automáticamente la gente -en general-, desacredita cualquier intento argumentando una serie de burdos sitios comunes, desde que ya no existe la civilización del Anáhuac, que los pueblos anahuacas llamados “indios o indígenas” nada pueden aportar con su atraso a la “modernidad buscada” desde hace dos siglos en el extranjero o que es una utopía “volver al pasado”. La gente acepta que es mestiza, pero su mestizaje lo sitúa en “su abuelito español” y en el color de su piel. México es un país hipócritamente racista y clasista. Y la peor ofensa es decirle “indio” a una persona.



Cuando hablamos de la Toltecáyotl (la sabiduría tolteca), no estamos hablando de razas o fenotipos. En cambio, nos referimos a la sabiduría y experiencia existencial de nuestros antepasados sistematizada en valores y actitudes, desde que eran nómadas-recolectores-cazadores, pasando por los que construyeron las ahora llamadas “zonas arqueológicas”, los que vivieron el Postclásico, la Colonia, el Siglo XIX y hasta nuestros días. Una civilización no puede desaparecer y mantiene una continuidad a pasar de la invasión y colonización. Esta experiencia y sabiduría esta en el “banco genético de información cultural” en cada individuo de los hoy llamados “mexicanos”, no importa que sea mestizo, criollo o anahuaca (indígena).



Resulta tan aberrante y esquizofrénico negar la presencia de la cultura Occidental en nuestro mestizaje cultural, como negar la presencia de la civilización del Anáhuac. Negar cualquiera de las dos partes que nos conforman es nulificarnos. El par de opuestos complementarios requieren de su totalidad para producir el tercero diferente. Sí se excluye la parte anahuaca no se logra la síntesis dialéctica. Por esta razón los mexicanos actuales, “morenitos y güeritos” solo somos mestizos raciales, pero no culturales. Cuando incorporemos a nuestro ser y a nuestra identidad la riqueza humana anahuaca, pletórica de sabiduría y experiencia, entonces iniciaremos la construcción de un mestizaje integral-consciente-trascendente.



Por la colonización mental y cultural, existen mexicanos que se violentan cuando escuchan estas ideas y propuestas. Para ellos, el pasado pasó y nada tienen que ver con el universo civilizador anahuaca, aunque no pueden dejar de comer tortillas, frijoles, chiles, tamales, sentir a su familia en las entrañas y amar a la naturaleza, ver natural el “día de muertos” y creer en Guadalupe-Tonatizn. Lo anahuaca está en los subjetivos espacios de la percepción del mundo, la vida y la muerte, en las íntimas profundidades de lo sagrado y de lo divino.



Los estadounidenses y europeos tienen paradigmas y arquetipos, la ideología criolla de los mexicanos no. Ellos tienen a Superman, Batman, la Estatua de la Libertad, los europeos vibran con historias de brujos con Harry Potter o fantasías de la “cultura celta”. Occidente finca su “ancestral origen” en la “antigua” cultura grecolatina. Pero por la colonización, los mexicanos no podemos poseer paradigmas y arquetipos nacidos hace miles de años en el Anáhuac. Los modelos en México siempre son extranjeros. Admiramos a Europa y nos despreció, colonizó y explotó. Admiramos a E.U. y nos desprecia y nos explota.



Los “mexicanos” no podemos sentir orgullo de nosotros mismos, la colonización nos hace impotentes e inseguros, negando lo propio y exaltando lo ajeno. Tratando de ser lo que jamás seremos y depreciando lo que esencialmente somos. Así les convenimos a la ideología criolla: ignorantes de nosotros mismos, inseguros y violentos, abusivos y corruptos, irrespetuosos y desordenados, flojos y mal hechos. En un país así se puede robar, asesinar, explotar, mentir, defraudar y nadie puede decir nada…porque todos lo hacemos en la medida de nuestras posibilidades de “colonizador-colonizado”. Y en ese tenor, los poderosos en la economía y la política son referentes del “éxito” al explotar y engañar al prójimo, pasando sobre las leyes, las autoridades y las instituciones. Este tipo de personas son el prototipo del éxito, desde Hernán Cortés hasta Carlos Slim, todo están cortados por la misma “tijera colonizadora”.



Se requiere “re-pensar este país”. Acabar con el modelo colonial y crear un país que no excluya a la civilización Madre de la que están conformados la mayoría de los ciudadanos, consciente e inconscientemente, tangible e intangiblemente. Los mestizos debemos de recuperar “nuestra otra parte perdida”, para lograr la totalidad y con ello la plenitud, como persona, familia y pueblo. Retomar lo mejor de las dos partes que nos conforman la experiencia y sabiduría humana para la construcción de un país justo y humano.

 

Le invitamos a que vea los videos sobre la civilización del Anáhuac.
1.- LA CIVILIZACIÓN DEL ANÁHUAC
2.- PERIODO PRECLÁSICO LOS OLMECAS
3.- PERIODO CLÁSICO LOS TOLTECAS
4.- PERIODO POSTCLÁSICO LOS MEXICAS
5.- PIRÁMIDE DE DESARROLLO HUMANO DEL ANÁHUAC
6.- LA TOLTECÁYOTL
7.- TLOQUE NAHUAQUE LO DIVINO Y LO SAGRADO
8.- EL MITO DE LOS GUERREROS AZTECAS
9.- LOS TOLTECAS
10.- PERIODO CLÁSICO O DEL ESPLENDOR
11.- LA AGRICULTURA EN EL ANÁHUAC
12.- LOS TRES CÍRCULOS DE CONOCIMIENTO
13.- LOS GUERREROS DE LA MUERTE FLORECIDA
14.- LAS ZONAS CULTURALES DEL ANÁHUAC
15.- QUETZALCÓATL
16.- EL COLAPSO DEL PERIDO CLÁSICO
17.- LAS CIVILIZACIONES MÁS ANTIGUAS DEL MUNDO
18.- LOS SEIS ELEMENTOS CULTURALES QUE DISTIGUEN A LA CIVILIZACIÓN DEL ANÁHUAC
19 La Batalla Florida


viernes, 15 de julio de 2011

LA ARQUEOLOGÍA DEL ESPÍRITU



La arqueología en México nació en las ruinas de una civilización invadida y destruida, razón por la cual ha sido, y es hasta ahora, una “ciencia del colonizador” que ha servido ideológicamente para la clase dominante y recientemente para la clase empresarial, al tratar grotescamente de atraer turismo transformado las zonas arqueológicas en “Disneylandias prehispánicas.



La arqueología nunca ha servido para alentar, fortalecer e inspirar la Identidad Cultural y la auto estima del pueblo anahuaca. Toda vez que el pasado “Prehispánico” ha tenido poca valía e importancia en la Historia oficial de México, especialmente en el proyecto criollo de país, la “historia” comienza con la Independencia. Los pueblos, culturas y civilización ancestral del Anáhuac han sido excluidas en la construcción de “la nación de los criollos”. La arqueología se mueve en una elite académica y bajo un cápelo protector inexpugnable para cualquier mortal.



Los arqueólogos nos presentan la imagen de que no existe conexión posible entre el pasado y el presente. Para ellos, la civilización motivo de su “riguroso estudio” se encuentra totalmente extinguida y ni remotamente puede aportar para la construcción de nuestro futuro. Hacen pueriles y ridículas hipótesis de los motivos esenciales del desarrollo de nuestros Viejos Abuelos. Sus especulaciones se basan en los juicios de valor de sus “maestros y mentores extranjeros”, quienes juzgan a los Viejos Abuelos bajo la medida Occidental, en donde la economía, la política, la guerra y el comercio, -según ellos-, son los elementos fundamentales para “conocer y entender” la civilización del Anáhuac. Con cuatro tepalcates pretenden interpretar una civilización que fundamentó su desarrollo en la trascendencia espiritual de la existencia.



Los arqueólogos siempre nos han estudiado por nuestras diferencias y no por nuestras semejanzas, además de analizarnos como un archipiélago cultural lleno de islas culturales que nada tienen que ver unas con otras. Cuando en verdad somos un inmenso continente cultural, no solo en México, sino desde los pueblos originarios de Alaska hasta los de la Tierra del Fuego. Todos somos una sola civilización. Y lo que nos unifica a los mestizos y a los pueblos originarios del continente, no es la “supuesta latinidad” que se inventó Napoleón Tercero para recuperar las colonias “iberoamericanas” que había perdido España a principios del Siglo XIX, o la supuesta “hispanidad” con todas sus lacras coloniales y religiosas. La unidad cultural continental de los pueblos originarios tiene que ver con una forma de ver y entender el mundo y la vida que surgió autónomamente hace ocho milenios y que sigue viva y vigente en lo profundo de nuestros adormecidos corazones.



Somos una sola civilización por más pueblos y culturas diferentes que han vivido y viven en todo éste inmenso continente y a lo largo de miles de años. Solo que desde 1492 nos han negado y nos han tratado de extinguir y desaparecer. Primero al llamarnos “indios” (porque pensaban llegar a la India) y ahora indígenas (que quita –coloquialmente- el carácter de ser humano) o latinoamericanos tercermundistas. Y la arqueología y la historia colonizadora han ocupado un lugar muy relevante en este holocausto cultural.



Los pueblos y culturas ancestrales del Anáhuac han sido propiedad de los “investigadores extranjeros”. Desde Eric Thompson con los mayas e Hiram Bingham con los Incas. El pueblo maya y el pueblo quechua no han podido decir y saber nada de ellos mismos y de su ancestral historia. Todos los pueblos y culturas originarios tienen cada uno sus propios “interlocutores”, sus especialistas, los expertos que saben qué han hecho, qué piensan y qué sienten, porque por la colonización “los indios no piensan”, ni son capaces de valerse por sí mismos. La investigación es solo un exclusivo campo para los extranjeros y los criollos, y uno que otro mestizo colado.



De esta manera nos han dicho, por ejemplo, que Monte Alban fue obra exclusiva de los zapotecos y solo de los zapotecos. Y lo dice así, el especialista extranjero de los zapotecos de Monte Alban. Pero para una mente descolonizada es más que obvio que Daany Beédxe, -el cerro del jaguar en lengua zapoteca-, fue una obra monumental de todos los pueblos que viven en la región que hoy conocemos como oaxaqueña. Que los huaves, triques, amuzgos, chontales, chatinos y demás pueblos que han vivido por milenios enteros en estas tierras, con su espíritu comunitario y bajo la sabiduría de la Toltecáyotl participaron ardua y fraternalmente en la construcción de la montaña sagrada a lo largo de más de trece siglos.



De la misma manera ahora “descubren” que en Teotihuacan existía “un barrio zapoteco”. No quieren ver que somos una civilización que milenariamente ha estado en contacto e intercambio, no solo en el Anáhuac, sino con todo el continente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego y que somos una sola civilización por más y diversos pueblos y culturas que en el tiempo y el espacio habitamos el continente. Y que muy probablemente cuando la península europea estaba poblada de salvajes guerreros, nuestros Viejos Abuelos tenían un alto contacto cultural con los pueblos de China e India.



La arqueología colonizadora es la dueña y señora del pasado “prehispánico” y está a las órdenes de sus mentores extranjeros y sus ricas universidades. Pero eso es, -“por ahora”-. Su trabajo en general es estéril e inocuo, dirigido solo a las cúpulas de sapiencia académica subordinadas al sistema. Y recientemente al servicio de la Secretaría de Turismo y los prestadores de servicios turísticos.



Los masehuales, los desheredados, los sin rostro. Los pueblos originarios, los campesinos, los suburbanos, los mestizos desculturizados, “los indios desindianizados” como decía el Dr. Bonfil Batalla, ahora lo que tenemos que hacer es LA ARQUEOLOGÍA DEL ESÍRITU.



En efecto, tenemos que explorar y desenterrar lo más valioso, lo más esencial, de lo “propio-nuestro”. Del fondo de nuestros corazones, de los más antiguo de nuestras tradiciones, de lo más genuino de nuestros usos y costumbres. Debemos de recurrir a la palabra antigua que vive en el corazón del pueblo. Recordar los valores de los tatas y de los huehues. Porque esta muy cerca el día que el mundo volverá a estar en pie y dejará de estar de cabeza. En el que la luz será luz y la oscuridad será oscuridad. En el que todo de nuevo tendrá su justa medida.





Le invitamos a que vea los videos sobre la civilización del Anáhuac.
1.- LA CIVILIZACIÓN DEL ANÁHUAC
2.- PERIODO PRECLÁSICO LOS OLMECAS
3.- PERIODO CLÁSICO LOS TOLTECAS
4.- PERIODO POSTCLÁSICO LOS MEXICAS
5.- PIRÁMIDE DE DESARROLLO HUMANO DEL ANÁHUAC
6.- LA TOLTECÁYOTL
7.- TLOQUE NAHUAQUE LO DIVINO Y LO SAGRADO
8.- EL MITO DE LOS GUERREROS AZTECAS
9.- LOS TOLTECAS
10.- PERIODO CLÁSICO O DEL ESPLENDOR
11.- LA AGRICULTURA EN EL ANÁHUAC
12.- LOS TRES CÍRCULOS DE CONOCIMIENTO
13.- LOS GUERREROS DE LA MUERTE FLORECIDA
14.- LAS ZONAS CULTURALES DEL ANÁHUAC
15.- QUETZALCÓATL
16.- EL COLAPSO DEL PERIDO CLÁSICO
17.- LAS CIVILIZACIONES MÁS ANTIGUAS DEL MUNDO
18.- LOS SEIS ELEMENTOS CULTURALES QUE DISTIGUEN A LA CIVILIZACIÓN DEL ANÁHUAC
19 La Batalla Florida



jueves, 7 de julio de 2011

ARQUEOLOGÍA E IDEOLOGÍA CRIOLLA


Desde 1492 los europeos han excluido total y sistemáticamente “en su nuevo mundo”, a las civilizaciones que invadieron, en el Norte a la del Anáhuac, y en el Sur a la del Tawantinsuyu. No solamente fue el robo, destrucción y asesinato, sino a lo largo de estos cinco siglos ha sido la negación primero como seres humanos y hasta nuestros días, de sus derechos como pueblos y culturas originarias.


En el periodo colonial fueron tratados como esclavos y vencidos de guerra, como lo señaló en su día Gines de Sepúlveda. En los doscientos años de “vida independiente”, los criollos han excluido a los pueblos y culturas originarias en la construcción del proyecto de las nuevas naciones que crearon por todo el continente.



Los criollos se han caracterizado por ser acomplejados, incompetentes y con una baja auto estima, pues jamás se asimilaron concientemente a la civilización Madre y nunca han sido aceptados por su “Madre patria”. Desprecian permanentemente a los pueblos y culturas originarias, y al mismo tiempo tratan de ser recalcitrantemente más españoles que los españoles de España, que por supuesto, nunca los han aceptado como iguales. Ni de aquí ni da allá. Es curioso, pero hasta la fecha, se sienten “españoles” en México y en España mexicanos que cantan nostálgicos “el cielito lindo” con un enorme sobrero para turistas.



Desde principios del siglo XIX, los criollos han despreciado a los habitantes indígenas y mestizos, aunque siempre han sido la mayoría de habitantes “en sus nuevos países”. Siempre han tenido los ojos y el corazón puestos afuera, y permanentemente han despreciado lo autóctono. Primero Francia y ahora Estados Unidos. Los criollos son extranjeros incultos en su propia tierra, siempre exaltando lo ajeno y despreciando lo propio. La cultura dominante y su ideología criolla es la que carece de identidad, por esta razón nunca le dieron importancia a las civilizaciones que destruyeron. Jamás, en estos cinco siglos se interesaron seria y profundamente por conocer y dimensionar la grandeza cultural y humana de los pueblos sometidos. Su interés solo fue destruirlos, someterlos y explotarlos.



Esta actitud explica, el por qué, los “descubridores” de las más famosas zonas arqueológicas del continente fueran extranjeros y no criollos. En principio debemos de señalar que existe un sentido colonizador al hablar de “descubrimientos”. Al igual que el continente, nunca fue “descubierto”, porque mucho antes de que los europeos se “medio civilizaran”, los Viejos Abuelos en el continente ya conocían perfectamente la cuenta del tiempo. Culturalmente es más antiguo el Cem Anáhuac y el Tawantinsuyu que la península europea, que por cierto no tiene culturalmente un origen autónomo. De modo que el venir a robar y destruir, no implica el “descubrir”.



Así que por ejemplo Machu Pichu y Chichen Itza, por citar solo dos zonas arqueológicas que siempre fueron conocida su existencia y ubicación por los pueblos originarios (sus herederos), pero como ellos nunca han sido tomados en cuenta por los criollos…no valen, no tienen voz, no existen, en los nuevos países que se fundaron a principios del silgo XIX. En aquellos tiempos los criollos tenían sus ojos puestos en Francia y por supuesto, “las antigüedades y las ruinas” de los pueblos invadidos, vencidos y esclavizados, no tenían ningún valor para ellos. Tuvieron que venir extranjeros a “descubrir” lo que para ellos no existía, pero estaba en “sus narices”.



Para el caso de Machu Pichu se supone que un agricultor criollo Agustín Lizárraga, buscando nuevas tierras de cultivo “descubrió” Machu Pichu nueve años antes de que el estadounidense Hiram Bingham lo hiciera el 24 de julio de 1911, financiado por un rico joyero, la Universidad Yale y con la recomendación del Presidente Tiffany de E.U. Por cierto, Bingham fue el primer saqueador de Machu Pichu del que sustrajo 40 mil piezas arqueológicas y las llevó a E.U.



Pero lo mismo le sucedió a Chichen Itza, que en 1840 John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood visitaron la zona arqueológica de Chichén Itzá que pertenecía a un criollo llamado Juan Sosa y en 1894, Edward Herbert Thompson adquirió la Hacienda de Chichén-Itzá, realizó estudios, exploraciones y saqueo en la zona, en especial dentro del cenote sagrado. Hasta hace muy poco, la zona arqueológica era propiedad privada de una rancia familia yucateca.



En estos dos siglos de la creación de México, el país de los criollos y para los criollos, jamás éstos han valorado y buscado inspiración en el portentoso legado cultural y filosófico de la Toltecáyotl. Dos presidentes tomaron en cuenta, de manera relativa y circunstancial, la riqueza arqueológica de México. Porfirio Díaz ordenó para las fiestas del Centenario “limpiar” la pirámide del Sol en Teotihuacan, destrucción que estuvo a cargo del arqueólogo Leopoldo Batres y Carlos Salinas, que convirtió al INAH en una institución “creadora de Disenylandias Prehispánicas”, para atraer turistas a México.



Pero en estos dos siglos de la “República Criolla”, jamás el pasado milenario del Anáhuac (que es una de las seis civilizaciones más antiguas del mundo), que oficialmente es llamado “Prehispánico” (es decir, antes de los españoles), ha sido tomado en cuenta para la formación de valores, ideales y actitudes. La experiencia de siete milenios y medio en la creación del conocimiento, la alimentación, la salud, la educación y la organización social anahuaca, ha sido excluida total y absolutamente. Para la ideología criolla el “indio bueno” fue el que hizo pirámides y cacharros para los turistas. Los pueblos originarios sobrevivientes al holocausto colonizador son un problema, son “los indios malos”, pues ahora sus tierras y recursos naturales son codiciados por las empresas trasnacionales y los capitales criollos y ellos “se oponen al desarrollo neoliberal globalizado”.



El problema para los criollos es que su país, tiene los días contados. Tanta incompetencia, cinismo y corrupción, esta haciendo que su “país” se les deshaga en las manos (corruptas). Sus leyes, autoridades e instituciones se desmoronan por sus propios errores, incapacidades y corruptelas. Ya ni ellos creen en su propio país. Sin embargo, el Anáhuac espera pacientemente el momento de su luminoso despertar. Como lo está haciendo China o India, tan antiguos como el Anáhuac. No es un discurso mesiánico, es en cambio, una realidad histórica. El Anáhuac tiene ocho milenios de existencia, México apenas doscientos años. Uno es “propio-nuestro”, el otro es ajeno.

lunes, 4 de julio de 2011

EN VEZ DE INDIGNARSE SE ADORMECEN


En los diez mil años que tiene la humanidad de vivir civilizadamente, casi la mayor parte de este tiempo, el ser humano vivó –en general- bastante desapegado del culto al becerro de oro y en la búsqueda de la trascendencia espiritual de la existencia.



Sí bien es cierto, en Mesopotamia nació el comercio, la moneda, la especulación y la acumulación de manera significativa en la sociedad, los “mercaderes” estaban totalmente restringidos y acotados por las autoridades, fueran emperadores, reyes, kanes o tlatuanis. El poder no lo compartía el Estado y por más riqueza y dinero que tuviera un comerciante, no podía acceder a los altos niveles de gobierno y en general, el comercio era una actividad de bajo prestigio en las civilizaciones más antiguas con origen autónomo.




Sin embargo, en los últimos 235 años, los mercaderes han ido infiltrándose en el poder. En efecto, la creación de los Estados Unidos es el primer golpe abierto que realizan los mercaderes al crear “el primer país del mundo”. Antes de 1776 no existían los “Estados nación”, las organizaciones humanas eran reinos, imperios, sultanatos, señoríos, pero no existía el concepto de “país” como en la actualidad.



Con la creación de E.U. viene el “proyecto de Estado” de la defensa de la “libertad”, la propiedad privada, la libre empresa, el libre mercado, la sociedad anónima, los derechos “universales del hombre y la Empresa” y con ello el individualismo sobre el comunitarismo. Los mercaderes crearán la política, los partidos políticos (que están diseñados para partir, fragmentar y enfrentar a la sociedad) y fiablemente a los intelectuales. Instrumentos con los que se controla, explota y administra a los pueblos esclavizados por el Mercado. Destruirán las monarquías, las iglesias, el comunitarismo, la solidaridad, la fraternidad y la familia. Explotarán irracional y criminalmente a la naturaleza hasta llegar a un holocausto planetario.



A partir de la II Guerra Mundial, los mercaderes se apoderan totalmente de los países a través de la economía y el Mercado. Los Estados Nación que apenas se construyeron a principios del siglo XIX, a finales del Siglo XX empezarán a ser remplazados por los bloques económicos. Un día en Europa se acabaron las monarquías y surgieron las repúblicas, ahora se acaban las repúblicas y surge los bloques económicos. Todo por voluntad y beneficio de los mercaderes.



Absolutamente todo en este mundo “moderno” se vuelve una mercancía y el dinero se convierte en el “alma y arma” de Satanás. Por dinero se mata, se envenena, se roba, se engaña, se miente. Todo se vale en los negocios y el abuso es la norma. El único objetivo de los Estados, las familias y las personas es obtener dinero “a cualquier precio” y en el libertinaje absoluto. El dinero mueve al mundo a través del consumo.



De esta manera el ser humano se convierte en mercancía, lo mismo que la alimentación, la salud, la educación y la organización social. Los dioses antiguos mueren olvidados y emerge con toda la fuerza el culto al “becerro de oro”. Finalmente “los mercaderes” se han vuelto a meter al “templo” y se han apoderado de nuestra mente y de nuestro corazón. Se vive solo para tener dinero.



Los mercaderes se han vuelto los prohombres del mundo, la empresa y la iniciativa privada –que lesionan a la familia el bien común-, son la “esperanza de los pueblos y de las economías” y las que “dan la oportunidad” de tener una fuente de trabajo, dado que al ser humano se le ha quitado la posibilidad de ser auto suficiente, solidario y comunitario. La gente vive para trabajar, comprar a crédito y pagar. Más nada.



Los pueblos han perdido el sentido divino y sagrado de la existencia. Ya casi no tienen valores, tradiciones, fiestas, usos y costumbres. La modernidad las ha hecho caducar. La moda la marca el Mercado a través de la multimedia. Todo esto ha hecho para que unos cuantos tenga casi toda la riqueza y muchos casi no tengan nada. Lo cual produce violencia, desolación, vacío y una inmensa soledad y esterilidad humana.



La gente de los pueblos del mundo no se da cuenta y no se indigna. Sigue pensando que no pasa nada y que la democracia representativa es la única alternativa para hacer cambios. Sigue creyendo en las corruptas elecciones, en los corruptos políticos y en el corrupto sistema. La gente en vez de indignarse se adormece. Muere lentamente conectada a la televisión, a una tarjeta de crédito y a la esperanza de sacarse la lotería y resolver “su problema”






Le invitamos a que vea los videos sobre la civilización del Anáhuac.
1.- LA CIVILIZACIÓN DEL ANÁHUAC
2.- PERIODO PRECLÁSICO LOS OLMECAS
3.- PERIODO CLÁSICO LOS TOLTECAS
4.- PERIODO POSTCLÁSICO LOS MEXICAS
5.- PIRÁMIDE DE DESARROLLO HUMANO DEL ANÁHUAC
6.- LA TOLTECÁYOTL
7.- TLOQUE NAHUAQUE LO DIVINO Y LO SAGRADO
8.- EL MITO DE LOS GUERREROS AZTECAS
9.- LOS TOLTECAS
10.- PERIODO CLÁSICO O DEL ESPLENDOR
11.- LA AGRICULTURA EN EL ANÁHUAC
12.- LOS TRES CÍRCULOS DE CONOCIMIENTO
13.- LOS GUERREROS DE LA MUERTE FLORECIDA
14.- LAS ZONAS CULTURALES DEL ANÁHUAC
15.- QUETZALCÓATL
16.- EL COLAPSO DEL PERIDO CLÁSICO
17.- LAS CIVILIZACIONES MÁS ANTIGUAS DEL MUNDO
18.- LOS SEIS ELEMENTOS CULTURALES QUE DISTIGUEN A LA CIVILIZACIÓN DEL ANÁHUAC
19 La Batalla Florida