martes, 28 de enero de 2014

RUBÉN BONIFAZ NUÑO a un año de su muerte.

 


Conocí al Dr. Rubén Bonifaz Nuño al inicio de la década de los años ochenta, cuando hizo una lectura de su obra poética. En aquellos tiempos era muy visitada la Casa de la Cultura Oaxaqueña por los más reconocidos y prestigiosos artistas e intelectuales de México.


La forma más sencilla de describir al Maestro Rubén Bonifaz, es que era, en el sentido más amplio de la palabra, “todo un caballero”. Desde su elegante y meticulosa forma de vestir, siempre con un traje muy bien cortado de tres piezas, camisa, corbata y zapatos en armonioso equilibrio plástico.

 
Pero especialmente, su trato. Terso, suave y educado, que era coronado por una sutil y muy fina ironía de sí mismo. Su pausada y rítmica forma de hablar, que hacía que uno callera fascinado en el armonioso bosque de sus luminosas ideas.

 
A través de más de 35 años de ejercer la promoción cultural he podido conocer a muchos artistas e intelectuales. Lo que puedo decir, de estos “encuentros y desencuentros”,  es que entre más humilde y sencilla es la persona, más grande es su talento y su dimensión artística. Tal vez, sea esto, lo que más recuerdo del Maestro.

 
En aquellos entonces, ya me encontraba en el inicio de la búsqueda de la Toltecáyotl, y fue una gran sorpresa que el “gran poeta”, traductor de los clásicos grecolatinos, justamente estaba trabajando sobre Los Viejos Abuelos.

 
La presencia del Dr. Bonifaz Nuño en mi investigación fue determinante para tomar el camino crítico y descolonizador que en aquellas épocas todavía no vislumbraba con claridad. Me asombró la agudeza de su crítica a los investigadores extranjeros y nacionales.

 
“Para demostrar la posible falsedad de las fuentes documentales, bastaría con acudir a lo dicho por los soldados que describen lo que ellos mismos vieron. Allí resalta su incomprensión de aquello que ante los ojos tenían.” (1992).

 
En efecto, hasta esos momentos había caído atrapado por el discurso colonizador de “las fuentes” y los investigadores hispanistas neo colonizadores, que siguen “revisando-repitiendo” el discurso histórico de los conquistadores, misioneros e indígenas conversos como auténtico y veraz.

 
“Moralmente muy por encima de tal concepción, el antiguo indígena mesoamericano, como se desprende de sus imágenes y de sus textos, proclama la suya: el hombre es el principio de la creación del mundo y el encargado de su alrededor. Así es como se constituye la cultura de que somos, hasta hoy, exclusivos herederos.” (1992).

 
El maestro me abrió los ojos y la mente, al enseñarme un ángulo diferente para conocer a nuestros Viejos Abuelos. Quedó atrás entonces “La visión de los vencidos” y “la batalla de la noche triste”. Me invitó a penetrar, junto con la Maestra Laurette Séjurné el inconmensurable acervo espiritual de la Toltecáyotl. Encontré, gracia a él, la veta de “lo propio-nuestro” y de mí mismo. La autoestima, escatimada por el colonizador.

 
“De esta suerte, valiéndose de análogas complicidades, los eruditos estadounidenses han formado, respecto de la cultura olmeca, un sistema de mentidas conjeturas cuyo cuyas principales características son el desdén y la ignorancia. Condenable es eso, pero no es, en mi opinión, lo peor; lo peor consiste en que los estudiosos mexicanos, voluntariamente sometidos a una perversa forma de colonización extranjera, se sujetan, por lo común, a las sistemáticas equivocaciones de los eruditos estadounidenses, y las repitan y las confirman como verdades, acaso con el deseo y la esperanza de que éstos los tengan por iguales suyos. De estos casos, por obvio principio de dignidad, no quiero ofrecer ningún ejemplo.”  (1995).
 




 

A un año de su muerte su obra DESCOLONIZADORA empieza su camino para iluminarnos y sacarnos de la oscuridad de la ignorancia y el colonialismo mental y cultural. En mi última conversación (2010) le pedía autorización para hacer una corresponsalía del SEMINARIO PARA LA DESCOLONIZACIÓN DE MÉXCIO (UNAM) en Oaxaca. El Dr. Bonifaz aceptó, pero me dijo, “debe estar consciente de que lo van a atacar y bloquear, véame a mí y dese cuenta qué le puede pasar”. Efectivamente, desde que tomó el camino de la descolonización y revaloración de la civilización Madre, fue silenciado y bloqueado por las instituciones que ahora lo quieren homenajear.  


Es muy cierto que Bonifaz Nuño fue un gran poeta y humanista, pero “SORPRENDE” que no se mencione su obra más importante para el pueblo y la cultura de este país, que es su trabajo para la revisión crítica de la historia del Anáhuac y la consecuente descolonización del pensamiento de quién en verdad fuimos y quién en verdad somos.


La pregunta sería, ¿Por qué las instituciones educativas y culturales, así como, los investigadores e intelectuales han guardado silencio sobre la parte más importante de la vida y la obra del Dr. Rubén Bonifaz Nuño. Por qué solo hablan de su obra poética y las traducciones de la primera etapa de su vida, pero cuando llegó a la madurez intelectual, a “florecer su sabiduría y conocimiento”, y se atrevió a señalar la visión colonizadora de los investigadores extranjeros y sus achichicles nacionales sobre la historia antigua de México, calló portentoso sobre él, el SILENCIO Y EL BLOQUEO INSTITUCIONAL.  


 

Algunas ligas recomendadas sobre Bonifaz Nuño:









 
 
 
 
 
 

sábado, 18 de enero de 2014

LOS CUATRO JINETES DEL APOCALPICPSIS


El mundo es un conjunto de cargas energéticas.
La realidad, está conformada por un conjunto de ideas
aceptadas como verdades por todos.

El “mundo y la realidad” que hoy vivimos se creó apenas en 1492, a través de cuatro “factores-esencia”, que llamaremos “Los cuatro Jinetes del Apocalipsis”.


El Australopithecus se supone que tiene una antigüedad entre tres o cuatro millones de años. El Homo erectus aproximadamente dos millones de años. El Homo sapiens sapiens tan solo 150 mil años. El ser humano que hoy somos apenas 40 mil años.


El ser humano “nace en África” y sube hacia el Norte, pasa por el Cercano Oriente, una migración se va hacia Europa y la otra parte hacia Asia. De éstos, una parte se va hacia el Norte y cruzando el Estrecho de Bering y llega a poblar América por el Norte, y otra parte de la migración humana que se fue hacia el Sur de Asía, cruzó marítimamente a través de la Polinesia el Océano Pacífico y pobló América del Sur.   


La invención de la agricultura inició hace 10 mil años. Las primeras ciudades del planeta se dieron hace ocho mil años. Solo han existido seis civilizaciones con origen autónomo, las más antiguas de la humanidad, Egipto, Mesopotamia, China, India, Cem Anáhuac (de Nicaragua al Norte de E.U.) y Tawantinsuyo (de Ecuador a Chile por la cordillera de los Andes).


Cada una de estas “civilizaciones Madre” creó su propio conjunto de conocimientos, ideas, significados y valores del mundo y la vida (epistemología), así como aprendió a relacionarse con la naturaleza, creando sus propios recursos científicos y tecnológicos para asegurar su existencia y desarrollo.


Estas seis civilizaciones son las precursoras de la humanidad, fuera de ellas, no existió otra civilización o cultura más antigua, todas las demás han sido creadas a partir de los aportes de estos seis pueblos. 


En general se podría decir que estás civilizaciones, en esencia, han sido de carácter biófilo, es decir, que buscaron enaltecer y desarrollar la vida, sin dejar de tomar en cuenta que la “naturaleza humana” es la imperfección y que, intrínsecamente, lo humano busca intuitiva o conscientemente la trascendencia espiritual de la existencia.


Pero, ¿por qué es tan importante la invasión-ocupación-explotación de América por Europa? Porque ahí está el principio de “la realidad” del mundo y la vida en que “sobrevivimos hoy día” en gran parte del mundo.


Desde la caída del Imperio Romano (476 d.C.) hasta la invasión de América, Europa vivió un periodo de estancamiento cultural conocido como Edad Media y por el contrario, el mundo islámico vivió un vigoroso fortalecimiento de su cultura, encapsulando a los pueblos europeos y desconectándolos del “mundo antiguo civilizado, es decir, Egipto, Mesopotamia, India y China. 


La ignorancia, la barbarie y la pobreza en Europa campearon durante diez siglos, exterminado a los hombres y mujeres de conocimiento indígena europeos, hasta que, con la invasión-ocupación-explotación de los pueblos, metales preciosos y materias primas de América, Europa “se capitalizó” de súbito e inició el capitalismo.


De este modo podemos apreciar que, la colonización, es decir, el derecho que se abrogaron los reinos europeos de Castilla, Aragón y Portugal, de ir a lejanas tierras, invadir, esclavizar y explotar a los pueblos originarios y depredar sus cuantiosos recursos naturales, conocido como colonización, permitió la rápida e increíble capitalización de Europa y fue el primer “Jinete del Apocalipsis”. 


Tan solo en el siglo XVI y únicamente por medio de la “contabilidad oficial” de la corona española, se supone que se robaron 152 mil kilos de oro y 5 millones 931 kilos de plata, lo que a precios actuales resulta una cantidad inconmensurable si partimos de que el kilo de oro vale más de medio millón de pesos y el de plata más de diez mil pesos.


Pero aún más, como Colón afirmó que los seres humanos encontrados no tenían alma, esto los reducía a la condición de animales, por lo que se les podía explotar sin ninguna paga o retribución, como se hace con los burros, caballos o bueyes. 


De modo que la esclavitud, es decir, la explotación de los seres humanos hasta la muerte era justa y apegada a la ley de su “Dios”. Con mano de obra esclava y cantidades infinitas y al parecer inagotables de recursos naturales que “no tenían dueño”, los europeos iniciaron la conquista del planeta.


Con esta riqueza expropiada de manera violenta de América, los pueblos europeos inician lo que hoy se conoce como Era Moderna. Los especialistas occidentales dividen la historia de la humanidad en tres periodos históricos. El primero va desde la invención de agricultura hasta el descubrimiento de América, al que llaman “premodernidad”; el segundo inicia con el descubrimiento de América (invasión-ocupación-explotación) hasta los finales del siglo XX, a la que llaman “modernidad”; y el tercero va de finales del silgo XX hasta nuestros días, al que han empezado a llamar “posmodernidad” o el fin de la historia. 


Así el segundo jinete del Apocalipsis es “la modernidad”, lo que implica un cambio de paradigma existencial sustentado en la explotación y acumulación, logrado a través del comercio o la guerra. Una ideología necrófila que justifica y legaliza la colonización.


El colonialismo y la modernidad traerán como consecuencia el surgimiento y desarrollo del capitalismo. La invasión militar, la explotación y despojo de los pueblos no-europeos, sustentado en la ideología del progreso, harán que primero España y Portugal, después Holanda e Inglaterra y finalmente otros países europeos se enriquezcan expoliando a los pueblos del mundo, destruyendo sus culturas ancestrales y depredando los recursos naturales del planeta hasta llegar a una crisis ecológica planetaria. 


Este proceso tomará redoblado vigor al final de la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos junto con Inglaterra y Japón revitalizaran el modelo hasta llevarlo a lo que conocemos como neoliberalismo y globalización. De esta manera el capitalismo se convierte en el tercer “Jinete del Apocalipsis”.


La visión material, de la vida y el mundo que implica el capitalismo, está sustentada en la irracionalidad, la violencia, la individualidad, el consumismo, la explotación y acumulación, por lo que  formulará una ideología que justifique e imponga esta aberración, como una verdad incuestionable de carácter “universal”. 


Y es aquí donde surge el cuarto “Jinete del Apocalipsis”, es decir, el eurocentrismo, entendido como el aplicar la visión del mundo y la vida a todos los pueblos del mundo como universal, y condenar a la visión del mundo y de la vida de los demás pueblos del mundo con un carácter particular.


Este prejuicio cognitivo implica que el centro del mundo, intelectual, cultural, social, historiográfico y geográficamente es Europa. Según el Dr. Ramón Grosfoguel, “hace del pensamiento de los hombres de cinco países: Italia, Francia, Inglaterra, Alemania y últimamente Estados Unidos, se imponga sobre el resto de la población mundial”. 


Para poder establecer el eurocentrismo se necesitó de destruir el conocimiento de los demás pueblos del mundo, lo que se conoce como “epistemicidio”. La “historia universal, la historia del arte, la historia del pensamiento”, etc., es únicamente, la historia de Europa. 


Pero el punto es que este conocimiento se impone sobre el de los demás pueblos a partir de su supuesta “universalidad”. Es decir, de “un solo universo, el europeo” que se hace extensivo sobre las “particularidades” de los pueblos de todo el mundo. Por eso ahora se habla descolonizadamente de una “pluriversalidad” del mundo y la vida.



De modo que “otro mundo posible” implica necesariamente la lucha contra los “cuatro jinetes del Apocalipsis".





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viernes, 3 de enero de 2014

El EZLN y la Toltecáyotl a 20 años de lucha descolonizadora y 30 años de organización




En 1987 Guillermo Bonfil llamó la atención del mundo académico al afirmar que existía un “México profundo” y que provenía de una civilización negada. Hasta ese momento ya no existían los “indios en México” de manera oficial, solo había “mexicanos marginados del desarrollo” y en vías de ser “integrados” a la economía y a la sociedad.




Para finales de la década de los ochentas no existía la menor percepción de la existencia de un gran número de “compatriotas” identificados con la civilización original. De hecho se pensaba que el pasado ancestral había terminado brutalmente el 13 de agosto de 1521 con la caída de Tenochtitlán y que "los mexicanos modernos", nada tenían que ver con esas antiguas y oscuras raíces.




Hace 20 años, el primero de enero de 1994 los insurgentes anahuacas mayas, fueran tzotziles, tojolabales, choles, tzeltales, mames, zoques, dieron al “México criollo”, un enérgico ¡ya basta!, expresaron de manera contundente aquí estamos y no hemos “desaparecido” a pesar de quinientos años de exterminio, explotación y despojo, en los primeros minutos de que el país estaba entrando al “primer mundo”.




Cinco siglos –como todos los pueblos anahuacas del país-, viviendo en la exclusión y en la injusticia más espeluznante y cínica, anteponiendo una obstinada lucha de resistencia, por mantenerse fieles a su milenaria cultura y al orgullo de ser descendientes de milenarios linajes de sabiduría. Y éste es justamente el punto de esta reflexión.




Muy pocas personas han podido percibir lo que existe en la base y el volumen del iceberg que representa el EZLN y su histórica lucha. Se ha quedado el análisis en la punta visible, el Sub comandante Marcos, pero en el fondo existe la presencia de una sabiduría milenaria, producto de la experiencia en desarrollo humano de una de las seis civilizaciones más antiguas del mundo y eso es lo más valioso del neozapatismo.




Los pueblos mayas forman parte de una civilización conocida como del Cem Anáhuac, que tiene diferentes pueblos y culturas en tiempo y espacio, pero que a pesar de su diversidad y largo periodo de tiempo (ocho mil años), todos los pueblos están íntimamente unidos por una “matriz-raíz  filosófica-cultural” llamada Toltecáyotl en lengua náhuatl.




El pensamiento filosófico que guió y le dio dirección y sentido a miles de años de desarrollo humano endógeno, que permitió la construcción y el diseño de Monte Albán, Teotihuacán, Palenque, Toniná y cientos de recintos de conocimiento;  que permitió descubrir el cero matemático, inventar el maíz y la milpa, la cuenta perfecta del tiempo, es el mismo que ha inspirado el movimiento zapatista.




Los insurgentes mayas no han buscado inspiración en doctrinas ideológicas exógenas para hacer sus planteamientos y organizar su lucha. No han sido “financiados” por oscuros intereses trasnacionales o políticos nacionales. La pirámide de desarrollo humano del Anáhuac está presente en el zapatismo (Sistemas de alimentación, salud, educación y organización). Los valores y principios, personales, familiares y comunitarios vienen de miles de años de sabiduría humana.

 


Que desde 1521 el invasor-conquistador y posteriormente el colonizador español y el neocolonizador criollo no hayan podido o no hayan querido ver, conocer y entender esta sabiduría; no quiere decir que no existiera o que ésta haya sido desaparecida. Ha estado ahí y ha sido la sabiduría que ha orientado la lucha de resistencia y permanencia durante estos largos y difíciles cinco siglos.



Los mestizos, urbanos y rurales, lo que requieren es leer a gente cono Carlos Lenkersdorf para “Aprender a escuchar” al otro, el que encarna la esencia de lo que somos como hijos de una civilización que no ha muerto, para aprender a valorar a “Los hombres verdaderos”. Para empezar a descolonizar nuestras aturdidas mentes. Leer a Rubén Bonifaz Nuño y conocer sus tesis descolonizadoras sobre la sabiduría ancestral o a Laurette Séjurné y su propuesta filosófica-espiritual de la Toltecáyotl. 



Se requiere conocer La Toltecáyotl, no solo para “entender” con mayor profundidad al movimiento zapatista, sino para re-conocer uno de nuestros mayores tesoros VIVOS, herencia y patrimonio cultural más importante de nuestra Matria. Sin La Toltecáyotl al tratar de “ver hacia adentro”, solo estamos condenados a ver “folklor” y “vestigios inservibles” (tangibles e intangibles) que no tienen razón de ser en un mundo “moderno”.



El zapatismo ha puesto a la sabiduría ancestral, La Toltecáyotl, en los reflectores de las mentes más lúcidas de México y el mundo. La capacidad de pensar en otro mundo posible, el mandar obedeciendo y para todos todo, para nosotros nada, son parte de un complejo, ancestral y biófila forma de conocer y significar el mundo y la vida.



Como a los neozaptsitas, los insurgentes anahuacas mayas, lo que nos puede ayudar a salir de este cinco centenario “laberinto de la desolación”, construido de injusticias, abusos, despojos e insensibilidad humana es justamente conocer lo mejor de nuestra herencia cultural ancestral, La Toltecáyotl.




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