domingo, 18 de junio de 2017

NI AZTECAS NI MEXICAS, FALSA LA HISTORIA “PREHISPÁNICA” DE MÉXICO.

Los graves problemas que aquejan a la nación, tienen una génesis estructural en la memoria histórica y la identidad. Porque, como personas, familias y pueblo, “somos lo que recordamos”.
El sistema colonial en el que vivimos, está justamente sustentado en que, el pueblo y todas y cada una de las personas, no sepan, en verdad, “de dónde vienen, quiénes son y a dónde van”.
El pueblo ha vagado ciego a tropezones en este infierno de injusticias llamado “Laberinto de la Soledad”.
El Estado necolonial de ideología criolla, ha amalgamado una serie de mentiras y verdades a medias para crear su “historia oficial”. Nos dejan ignorantes y amnésicos. “Así nos quieren, así nos necesitan”. https://www.youtube.com/watch?v=JufUSzGku7w 
El país de los criollos y para los criollos, indebidamente se llama “México”, porque ese nombre viene de mexica y no todos descendemos de ellos. Pero el problema es más grave.
La “historia prehispánica” de este país, se basa en “la supuesta historia de los mexicas”. Estos fundaron Tenochtitlán en 1325 y fue destruida en 1521, es decir, 196 años de duración.
Mientras los toltecas tuvieron 1050 años de esplendor. O los zapotecas tardaron 1350 años en construir el Tollan de Daany Beédxe (Monte Albán).
Cómo es posible que el último pueblo nómada en llegar al Valle de México, como cazador y recolector, sea el representante de la historia ancestral.
Por qué no son los mayas, zapotecos, mixtecos, nahuas-toltecas, purépechas, por citar algunas culturas que tienen una historia desde la invención del maíz y la milpa, por lo menos desde hace 3500 años.
Por qué, para cuestiones de identidad ancestral, son los mexicas, “la cultura elegida por la ideología criolla” para referirse al pasado “prehispánico de nuestra identidad cultural”. Aquí hay “gato encerrado”.
Sabemos que la clase en el poder, desprecia e ignora la historia y cultura de los pueblos anahuacas. Para ellos, solo los griegos y romanos tienen significado y valor. Ya no solo estudian en E.U., ahora se los llevan a educar a sus hijos desde pequeños.
“La catedral del México prehispánico”, es decir, El Museo Nacional de Antropología e Historia, tiene en su sala principal a “los mexicas”; los toltecas, mayas y zona oaxaqueña, ocupan un segundo y pequeño lugar.
Por qué tanta insistencia del Estado necolonial criollo en tergiversar la historia. Por qué no quieren que el pueblo conozca “La Verdadera Historia del México Profundo”.  
https://www.youtube.com/watch?v=FbsxeNuBTeQ     
Por qué no quieren que el pueblo sepa que nuestros antepasados, miles de años antes de la invasión europea, inventaron el maíz, la milpa, el cero matemático, la primera calculadora o la cuenta perfecta del tiempo. ¿Por qué? https://www.youtube.com/watch?v=P6qylEz512M
En el libro de texto historia de la SEP, en Televisa y Tv azteca, los aztecas o mexicas se nos presentan como: Un gran Imperio, dueños de todo el país, feroces guerreros, etc.
Por qué, hacen creer al pueblo que todo su pasado “prehispánico” (antes de los españoles, o sea, de ellos), solo fueron los aztecas o mexicas. Por qué no se le enseña al pueblo la Pirámide de desarrollo Tolteca.
Por qué, no se le informa que aquí en el Anáhuac, muchos siglos antes de la invasión se inventó el primer sistema de educación, obligatorio, público y gratuito de la humanidad.

Por qué, a los profesores en las Escuelas Normales, no se les enseña la Historia de la Educación Ancestral del Anáhuac. Su filosofía, pedagogía y didáctica tolteca.
Por qué, no se enseña en los sistemas de educación primaria, secundaria y bachillerato, los 9500 años de historia “propia-nuestra”, sin la presencia de los invasores europeos.
Por qué, el pueblo no sabe nada de la TOLTECÁYOTL, tan antigua como el budismo, el hinduismo, el confusionismo, etc. Por qué, China e India, si lo hacen con su pueblo y los que tienen el poder económico, político, cultural y educativo, no lo permiten en México.
Por qué, nos han educado en la ignorancia y en desconocimiento de lo mejor de nosotros mismos. Por qué, solo los aztecas o mexicas son el referente del pueblo. Mucha gente que “superficialmente” pretende llegar a su raíz, se queda solo en los 196 años de los “mexicas o aztecas”.

Mientras ignoremos “La Historia Verdadera del México Profundo”, seguiremos perdidos y desolados en el “Laberinto de la Soledad”. Ajenos a nuestra verdadera historia. Huérfanos y “desmadrados”, incapaces e inseguros. “Así nos quieren, así nos necesitan” https://www.youtube.com/watch?v=JufUSzGku7w
Pero como siempre, la historia de México, “el país de los criollos y para los criollos”, nacido apenas hace 196 años, LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS VENCEDORES Y LOS EXTRANJEROS, que no es igual…pero es lo mismo.
El nombre de aztecas se lo pusieron en el siglo XIX, los extranjeros (para variar). Alexander von Humboldt (alemán) en su obra titulada Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España escrito en 1811, nombra a “los aztecas” por venir de Aztlán.
Y William H. Prescott nombra a los mexicas como aztecas en su obra “Historia de la Conquista de México en 1843”, porque en inglés el nombre de mexica, se confundía con el de “mexican” en inglés.
El primer extranjero que escribió “mexica”, fue Cortés. Sin embargo, el primer “transformador” del verdadero nombre del pueblo que fundó Tenochtitlán fue Tlacaélel.
En efecto, el nombre verdadero del pueblo es MEXTIN, no mexica o azteca. Fernando Alva Ixtlilxóchitl, habla de ellos y dice que eran chichimecas que llegaron a Colhuacan y después migraron al islote que posteriormente se llamará Tenochtitlán y otra parte se fue a fundar un barrio de Texcoco, que actualmente se sigue llamado mextim.
Debe recordarse que el cihuacóatl de tres tlatoanis de Tenochtitlán, cuando tenían un relativo y efímero poder, mandó destruir los antiguos códices, donde se documentaba la llegada de los mextin, como chichimecas nómadas, que no hablaban la lengua náhuatl, vestían pieles y comían carne y alimento que cazaban y recolectaban como semillas y frutos.
Mandó escribir “su gloriosa historia” y cambió el nombre de mextin por mexica, para desligarse de su pobre pasado. Se apropiaron de una ancestral historia de la famosa peregrinación. Historia fundacional de los primeros pobladores del Anáhuac.
La historia de los mexicas es falsa, la historia de la fundación de Tenochtitlán es falsa. Los mextin llegaron con Xólotl de las llanuras del Norte, se asentaron en Colhuacan, que era una población muy antigua de estirpe tolteca.

Tuvieron un problema, y una parte de los mextin se fueron a vivir al islote, que después llamarán Tenochtitlán, y la otra parte, se fue a vivir a Texcoco, donde ocuparan un barrio, que hoy se sigue llamado mextin.
El pueblo de este país está totalmente engañado. Su verdadera historia ha sido secuestrada. Los miles de años de historia “ancestral propia-nuestra”, han desaparecido a manos de Tlacaélel, los misioneros españoles, los anahuacas convexos, los historiadores y los académicos, que, sin el menor sentido crítico, siguen tomado los textos escritos en el siglo XVI, como “fuentes” fidedignas.
Somos los hijos de los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad y con origen autónomo. Y, en general, no sabemos absolutamente nada de los diez mil años de historia “propia-nuestra”.
Lo poco que sabemos es de los “aztecas y mexicas”, que los españoles derrotaron con 500 hombres. Algunos “mexicanos” se aferran de manera fanática a sentirse, “mexicas y feroces guerreros aztecas”.
Tocan la raíz, pero por encima, no profundizan, no investigan, no estudian. Se aferran al pasado oficial que el Estado necolonial criollo les ofrece. Cómodamente lo toman y lo vuelven una moda, un disfraz de fin de semana. 
Descolonizar es dignificar.


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domingo, 11 de junio de 2017

LA PATRIA Y LA MATRIA

La creación del país llamado “México”, es y ha sido, a lo largo de estos 196 años, asunto de un puñado de extranjeros o hijos de extranjeros avecindados en el Anáhuac. 
Los criollos y los gachupines, que habían estado en guerra fratricida a partir de 1810, llegan a un “acuerdo” de hacer las paces y crear “su propio país”, de ellos y para ellos, de las ruinas que quedaban del Virreinato de la Nueva España, después de once años de guerra debastadora.
La creación de México es un asunto de “unos cuantos para unos cuantos”, no de la voluntad y participación de los habitantes del territorio que comprendía desde lo que hoy es Panamá, hasta la frontera con Rusia, ya que todavía no vendían los rusos a Alaska y las fronteras eran inciertas. 
En este gran territorio estaba integradas las Islas de las Antillas. Esta gran extensión de tierra, la perdieron los criollos por su incapacidad y nulo sentido de pertenencia, “nunca ha sido suya”, lo que hoy es México, para ellos, siempre ha sido un “territorio ocupado” para hacerse ricos.
Los criollos jamás han amado y sentido responsabilidad y compromiso con los pueblos anahuacas que han vivido por miles de años en estos territorios. 
Los han usado en sus permanentes guerras, como soldados de leva, o como votos cautivos en sus luchas políticas, o como mano de obra esclava o de salario mínimo. 
Siempre los han engañado, lo mismo para llevarlos a morir en sus campañas militares, que en sus campañas políticas. 
Les prometen cada seis años y los engañan una y otra vez.
De modo que cuando en México se habla de “patriotismo”, se debe uno preguntar, si la “patria” fundada por los criollos ha tratado igual a todos sus hijos. 
La injusticia, la impunidad, el abuso, casi siempre ha sido el método con el cual, la patria, ha tratado a sus hijos. 
La patria siempre ha estado del lado de las empresas e intereses extranjeros. 
La patria siempre ha estado del lado de los caciques, de los terratenientes, los comerciantes, los industriales. 
La patria siempre ha estado del lado del partido político en el poder. 
La justicia de la patria, al pueblo, siempre le ha dado la espalda. No lo escucha, lo ignora.
El “modelo económico” de la patria, desde sus inicios, siempre ha sido: que los capitales extranjeros inviertan en “nuestro país”.
Los criollos ponen la mano de obra esclava y los recursos naturales, y los hacen socios o sus empleados. 
México para los criollos ricos, ha sido y es, un lugar para “exportar capitales” a sus tierras de origen.
Los hijos originarios de estas tierras, los “sin nombre, los descubiertos, los sin alma, los robados, los masacrados y los explotados”, “para ellos”, no caben los conceptos de México, patria, nación, nacionalismo, identidad e historia”.
“Ellos, los prehispánicos, los indios, los precolombinos, los precortesianos, los indígenas, los naturales, los aborígenes, ...
los nativos, los mesoamericanos, los yopes, los nacos, los prietitos, los hijos de la conasupo, los peladitos, los sub y desempleados, los de abajo”.
A los que les quitaron: la lengua, la memoria histórica, los conocimientos, los espacios y la espiritualidad, con la llegada de los extranjeros y la colonización. 
Los desposeídos de sus milenarias leyes, autoridades, instituciones, producto de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del mundo, y, sobre todo, la que alcanzó el más alto nivel de calidad de vida para todos, desde 1521, ...
no tienen “ni rostro ni corazón”, son invisibles y totalmente prescindibles.
Han vivido invadidos, ocupados, depredados. 
Tres siglos a manos de los gachupines y dos siglos a manos de los criollos. 
Desde Iturbide hasta Peña, los que gobiernan, han sido y son, “un puñado” de gente extraña, enemigos y explotadores implacables.
La Patria es de ellos y para ellos. 
La MATRIA, en cambio, es y ha sido del pueblo. 
La Patria les ha dado a nuestros “padrastros”, riqueza y poder. 
El problema, de “ellos”, es que desde siempre se han estado peleando entre ellos y entregándose al extranjero.
La Matria en cambio les ha dado a sus hijos, sabiduría, experiencia para resistir. 
Alimento, medicina, educación y organización, con la cual han hecho una verdadera epopeya de resistencia.
La patria de los criollos y para los criollos, tiene apenas 196 años de una triste y sombría historia. 
La Matria, en cambio, tiene diez mil años y es la fuerza, la sabiduría y el futuro del pueblo. 
El futuro del Anáhuac está en el conocimiento pleno de su pasado. 


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