viernes, 13 de julio de 2012

AL FINAL DEL DÍA


Los seres humanos somos muy ingenuos o nos pasamos de tontos. No queremos ver la triste realidad que nos agobia, vivimos en una realidad que han planificado un grupo de personas físicas o morales a las que, metafóricamente, hemos llamado “los mercaderes”, quienes tienen todo el dinero y con él, todo el poder del planeta.




La teoría de “la conspiración” es un cuento de hadas. “Los protocolos de los magos de Sion” son un comic del ratón Miguelito junto a la “verdadera verdad”. Tal vez, la concepción de “La Matrix” se acerca a esta dramática realidad.




En efecto, resulta “increíble” percibir los necrófilos alcances que tiene la “realidad” en la que vivimos. Los seres humanos de gran parte del planeta hemos perdido la conciencia, vivimos en un mundo deshumanizado, sin valores universales, sin principios esenciales y perenes. En mundo carente de la mínima sacralidad necesaria para darle sentido a todo lo que hacemos, a nuestra propia vida y nuestra propia muerte.




Como “gallinas de granja” vivimos, buscando solo el dinero como fin único y exclusivo de nuestra existencia. Hemos perdido la divinidad del mundo y de nuestra propia vida. Hemos olvidado el valor y el respeto por la VIDA. Todo se reduce a “tener y comprar”, sin ninguna actitud crítica y analítica al sistema, sin ninguna mínima reflexión sobre los valores y principios que nos ha impuesto la modernidad, el neoliberalismo y la globalización.



Sin memoria histórica, sin identidad, como pollos de granja luchando unos contra otros. Sin piedad y sin solidaridad, desalmados e inconscientes. Robándonos y engañándonos, haciéndonos trapas, quintándonos mutuamente el poco dinero que ganamos.



Hemos perdido la autodeterminación existencial y la cultura ancestral para regir la vida personal, familiar y comunitaria. Somos manipulados y no nos queremos dar cuenta de nuestra verdad existencial. Los chacales y las hienas se han apoderado de las instituciones, han reformulado los valores y han reinventado los paradigmas. Sus amos les dan poder con el dinero, la política y los medios masivos…ellos son todo.



El dinero, el comercio, la economía, la multimedia, la diversión embrutecedora, la vulgaridad y bajeza, la frivolidad y la vacuidad saturan nuestros espacios privados, familiares y comunitarios. Y en medio de este hartazgo y esta pobreza espiritual nos intoxicamos de porquería y media para no ver la realidad.



Hoy, una parte del pueblo de México se siente desilusionado por el resultado de las pasadas elecciones. Más allá de quienes o quien haya ganado y quienes perdido. Como en una borrachera de seis años preparando que su candidato llegara democráticamente a gobernarlos, hoy viven una “durísima resaca por la cruda realidad”. Nuevamente “perdieron”.




Ingenuamente creyeron que los Señores del dinero dócilmente iban a dejar sus privilegios, sus canonjías, sus grandes negocios. Tontamente pensaron que dejarían el poder a un grupo de ciudadanos que “democráticamente organizados” tomarían la presidencia y “cambiarían el Sistema”.  Sistema que les ha dado mucho dinero legal e ilegalmente, con políticos dóciles e instituciones corruptas incondicionalmente a sus órdenes y las de sus socios trasnacionales.




Ignorantes que no quieren darse cuenta que “los mercaderes” se hicieron del poder con la creación violenta de Estados Unidos y su “destino manifiesto global”. La toma de la Bastilla y la Revolución francesa fue el inicio de todos los golpes de Estado, de todas las invasiones y desestabilizaciones políticas, económicas y militares para imponer “la democracia del dinero, el comercio y la economía”.



 La democracia “del becerro de oro”, es solo una parodia en la que todos se engañan sabiendo que es imposible un “gobierno del pueblo y para el pueblo” bajo el dominio del Mercado. Los mercaderes "nativos" son apoyados por los mercaderes globales.




La democracia del becerro de oro se sustenta en la división y enfrentamiento de los pueblos, en su ignorancia y enajenación. En el dominio del "interés privado sobre el interés público"´. En la lucha entre hermanos, pobres contra pobres, ignorantes contra ignorantes, abusivos y corruptos contra abusivos y corruptos. Todos contra todos, atomizados, débiles y vulnerables.



En la corrupción y debilitamiento de las instituciones, en la demagogia de los políticos que prometen a los electores y sirven a sus patrones, los dueños del dinero que los hicieron políticos y crearon la política para que los sirvan, de uno y otro partido, todos tienen al mismo amo, "el dinero".



La gente es “ingenua” porque no quiere entender (a pesar de las palizas que le ha dado el sistema político y económico) que gane quien gane el pueblo siempre pierde. No importa el candidato o el partido, nadie puede atentar contra EL SISTEMA, en México o en cualquier parte del "mundo libre".



Un sistema que es global, invisible e impalpable, pero que tiene todos los medios, todo el poder y toda la fuerza para meter en cintura a quien trate de atentar contra de él, de manera sutil o brutal, económica o militar. Se escucha siniestro y se percibe fantasioso, pero es real y “humanamente imposible de vencer”...por ahora.











sábado, 7 de julio de 2012

LA CRUDA REALIDAD O LA RESACA ELECTORAL



Todos sabemos que en las elecciones, “gane quien gane, el pueblo siempre pierde”.



Desde 1821 en México muy pocas veces ha existido una elección que no sea fraudulenta. Esencialmente porque el sistema de la democracia representativa está diseñado por los dueños del dinero, (desde 1776 con la creación del primer “país” del mundo), ...



...para dividir y enfrentar a la sociedad y fortalecer el interés individual-privado a través de la manipulación de la sociedad por todos los medios que los dueños del dinero disponen.



En efecto, una sociedad atomizada, luchando unos contra otros y “partida” por los partidos políticos que luchan entre sí y todos contra todos, da como resultado un país débil, con instituciones frágiles y leyes transgredidas en las que se impone “el imperio del dinero”.



Lo que da como resultado que la sociedad queda imposibilitada a defender el “bien común y el interés de la Nación”, y a merced de “las iniciativas privadas” legales e ilegales de los voraces capitales nacionales y extranjeros.



 
Lo más vergonzoso para los mexicanos es que de las pocas elecciones que no fueron fraudulentas como la del año 2000, los mexicanos se equivocaron y votaron por Fox.




Este hecho debería servir de análisis para entender que la democracia representativa es “un peligro para el mundo entero” y que se debe buscar otras alternativas en donde el dinero no incline la balanza.



Este tipo de democracia, implantado por los dueños del dinero solo los favorece a ellos. Con las elecciones ellos imponen a quien ha de gobernar a favor de sus intereses, pero de una forma “democrática”.


 
La democracia de los capitales ha terminado en un show en el que el candidato que tiene más apoyo con dinero, usa mejor la mercadotecnia, dispone de los medios, hace las mejores trampas y cochupos resulta el triunfador.


 
Como el pueblo de México ha sido exprofeso privado de su MEMORIA HISTÓRICA para dejarlo indefenso y vulnerable, cada seis años se ilusiona creyendo que su voto contará para mejorar su miserable vida, y cada seis años se desilusiona.



Termina echando pestes y se “desintoxica” viendo las olimpiadas o el mundial, para en unos meses olvidar el doloroso desencuentro con la realidad, como en 1968.




Finalmente, el pueblo sabe, que tanto tirios como troyanos, todos los contendientes y sus equipos que participan en las elecciones tienen intereses de grupo y personales para beneficiarse si llegaran a ganar.



Algunos inviertan miles de millones de pesos, otros de dólares, algunos exponen sus empresas y negocios, la mayoría pone su tiempo esperando recibir…aunque sea una migaja a cambio.




Todos hacen trampas, unas chiquitas y otras grandotas, según su poder y su capacidad. Todos se echan excremento y exhiben las cochinadas del contrario con increíble cinismo y sin ninguna vergüenza.



La mayoría pierde y unos cuantos ganan. Las elecciones en México, como en casi todo el mundo, son desaseadas, corruptas, engañosas…siniestras.



“Haiga sido como haiga sido” los dueños del dinero siempre ganan y sus empleados cumplen servilmente la voz del amo.




Muchas promesas al pueblo por un voto con valor de una despensa, unas laminas o hasta una torta, pero que justifica “la patriótica jornada cívica”.



El hambre, la miseria y la ignorancia validan la toma del poder de los mismos que siempre lo han tenido. Más nada.




                                                 Visite  http://www.toltecayotl.org/




lunes, 2 de julio de 2012

LA LEYENDA DE LOS SOLES






La Leyenda náhuatl de los Cinco Soles es fundamental para entender la evolución humana de manera simbólica. Con todas las variantes que existen refiere que en el principio de los tiempos no existía nada y fue entonces que el Señor de la Dualidad Divina, Ometecuhtli, creó a Tonacacihuatl, la Señora de Nuestra Carne y a Tonacatecuhtli el Señor de Nuestra Carne para que poblaran la tierra. Ellos se reprodujeron y tuvieron a cuatro hijos llamados: Tezcatlipoca Rojo, Tezcatlipoca Negro, Tezcatlipoca Blanco y Tezcatlipoca Azul.







Luego los Tezcatlipocas pensaron que deberían crear una obra para que los veneraran como dioses. Tezcatlipoca Azul hizo una gran hoguera y los hermanos se centraron a su alrededor para crear a los seres humanos. Así nació el hombre y lo llamaron Huehuecoyotl y le crearon a su mujer. Les ordenaron tener hijos y les crearon a los animales, las montañas, los mares, los lagos y les dejaron como misión adorar a los cuatro dioses. Sin embargo, la obra no era perfecta porque Tlaltipac estaba en tinieblas, dado que no existía el Sol.




 

Fue entonces, que Tezatlipoca Blanco-Quetzalcóatl convirtió la hoguera en un débil Sol, lo que hizo que Tezcatlipoca Negro molesto se convirtiera en un potente Sol, que destruye la vida y marchita las plantas. Los gigantes que habitaban el mundo en aquella época llamados Tzoculiceque se alimentaban de los piñones. Fue Tezcatlipoca Blanco-Quetzalcóatl el que derribó de un bastonazo a ese inclemente sol y Tezcatlipoca Negro cayó en el fondo de un lago y emergió transformado en un inmenso jaguar, al que lo seguían muchos jaguares que devoraron a los gigantes. Este fue el Sol de Tierra o Tlaltipactonantiuh.




 

El siguiente Sol se creó porque Quetzalcóatl se transformó en Sol, pero fue un Sol menos intenso, lo que provocó que la agricultura prosperara y que los seres humanos se alimentaran de una fruta silvestre llamada acotzintli. Pero un día Tezcatlipoca Negro convertido en jaguar trepó a los cielos y de un zarpazo derribó a su hermano Tezcatlipoca Blanco-Quetzalcóatl, lo que provocó un vendaval que desgarraba los cerros, sembrando destrucción. Por la fuerza del viento los seres humanos tenían que caminar encorvados, por lo que se convirtieron en monos. Este Sol se le llamó Sol de Viento o Ehecatonatiuh.






El tercer Sol se creó cuando Tláloc toma el lugar de Quetzalcóatl y se convierte en Sol. Tlaltipac se vuelve a poblar y los seres humanos ahora se alimentan de maíz de agua. Al tiempo los seres humanos empezaron a corromperse con prácticas inmorales y a desatender sus obligaciones con los dioses. La tierra se convirtió en un páramo, de modo que Quetzalcóatl le ordena a Xiuhtecuhtli, Señor del Fuego, que destruya a la humanidad. Del cielo empezó a llover fuego y los seres humanos se convirtieron en aves. Este Sol se llamó Xiuhtonatiuh.



 

El siguiente Sol se creó por órdenes de Tezcatlipoca Azul-Huitzilopochtli (para los mexicas), quién ordenó a Chalchuiuhcueye, La Señora de las Faldas de Esmeraldas convertirse en Sol. El alimento de los seres humanos fue Nahui-xochitl. Pero en la lucha cósmica de los contrarios, Tezcatlipoca obliga a Chalchuiuhcueye a destruir a la humanidad, por lo cual empieza a llover de manera permanente hasta que los seres humanos se convierten en peces y los cielos perdieron el equilibrio y cayeron sobre la tierra. Este Sol se llamó Atonatiuh.




 
Entonces, los dioses apenados por sus errores se reunieron de nuevo en Teotihuacan y rectificar, decidieron crear a cuatro hombres llamados: Atemoc, Itzacoatl, Itzamaliza y Tenoch. Los cuatro emergieron por los cuatro puntos cardinales convertidos en frondosos árboles. Levantaron los 13 cielos y reconstruyeron los 9 estratos del Mictlán . Los dioses ordenaron a Tezcatlipoca Blanco-Quetzalcóatl que viajara al Mictlán y le pidiera al Mictlantecuhtli, el Señor de la Muerte, que le diera los huesos de los seres humanos de que habían muerto en el Sol anterior. El Señor de la Muerte le puso unas pruebas que Quetzalcóatl pudo superar con ayuda de los insectos y su nagual Xólotl para rescatar a las “reliquias divinas” a las que dio vida al sangrarse su miembro sobre los huesos. Faltaba el alimento de los seres humanos del nuevo Sol. De modo que los dioses decidieron que nuevamente Tezcatlipoca Blanco-Quetzalcóatl, ahora convertido en una hormiga localizara el Monte del Sustento llamado en náhuatl Tonacaltepetl y que trajera el maíz y las semillas para la nueva alimentación de los seres humanos.




Los dioses se volvieron reunir en Teotihuacan y decidieron crear el Quinto Sol, pues Tlaltipac estaba a obscuras. Acordaron que uno de ellos se convertiría en Sol, para lo cual hicieron una gran hoguera y escogieron a Tecucciztecatl y a Nanahuatzin para que ayunaran por 13 días y purificaran su cuerpo y su espíritu. Mientras el primero evitó el sacrificio ofrendado joyas y piedras preciosas, el segundo se entregó con devoción a sacrificarse para lograr la purificación.




 

Cuando los dioses ordenaron a Tecucciztecatl saltar a la gran hoguera, no encontró el valor y la fuerza interna para hacerlo. Después de varios intentos fallidos, los dioses ordenaron a Nanahuatzin que saltara, lo cual hizo de inmediato. Poco tiempo después, en el horizonte apreció Nanahuatzin convertido en el Quinto Sol, pero enseguida, apareció por el Oriente Tecucciztecatl también convertido en Sol. Los dioses dialogaron y concluyeron que no podía haber dos Soles, de modo que tomaron a un conejo que pasaba y lo arrojaron sobre la cara de Tecucciztecatl, para opacar su luz y éste se convirtió en la Luna.




 

A pesar de todo lo hecho por los dioses el Sol no tenía movimiento. Nuevamente los dioses dialogaron y concluyeron que todos ellos debían sacrificarse, arrojándose también a la hoguera, para darle vida y movimiento al Quinto Sol. El único que no quiso saltar fue Xólotl, pero fue perseguido por Quetzalcóatl y aún cuando pretendía evadir su destino convirtiéndose en maíz, maguey y ajolote. El sacrificio de los dioses dio como resultado la creación y la vida del Quinto Sol. Las divinidades se tuvieron que sacrificarse para que los seres humanos pudieran vivir. Por eso el nombre que le dieron al pueblo fue de macehualli o macehual, que significa en náhuatl “Merecido del sacrificio de los dioses”. Esto explica, filosóficamente, el profundo sentido de sacrificio que tenía la vida para los anahuacas y en los mexicanos contemporáneos. Los dioses se sacrificaron para darles la vida y los seres humanos “alimentaban” a los dioses a través de sacrificarles “espiritualmente”. Este concepto es del período Clásico, pues Tlacaelel el Ciuhacóatl mexica cambió el sacrificio espiritual por el sacrificio material, al final del período Postclásico. Pero eso lo trataremos más adelante.



 

“Confirmando los mitos, éstas imágenes subrayan el papel esencial que juega el hombre en el mantenimiento de la armonía cósmica asegurada únicamente por la constante regeneración espiritual.” (Laurette Séjurné. 1957)







Podemos encontrar en la Leyenda de los Cinco Soles, cómo los antiguos mexicanos de una manera metafórica, nos hablan de una evolución y una serie de procesos en la búsqueda de mejores estadios de desarrollo humano. Esta conciencia no lineal de la evolución, en la que intervienen las fuerzas opuestas y complementarias del universo y los seres humanos, nos indica una visión más científica que los mitos de origen de la cultura judeocristiana. El aspecto filosófico esta presente en la historia y explica las actitudes que han tenido y tienen los mexicanos de ayer y de hoy, con respecto a lo divino y lo sagrado, con la vida y con la muerte.





 


“Ninguna otra cultura de la antigüedad llegó a formular, como ellos (los mayas) tal número de módulos y categorías calendáricas ni tantas relaciones matemáticas para enmarcar, con infatigable anhelo de exactitud, la realidad cíclica del tiempo desde los más variados puntos de vista. Al mencionar algunos de sus logros en el campo de la astronomía, la cronología y las matemáticas, nuestro propósito ha sido destacar lo más conocido de la sabiduría acerca de las medidas del tiempo.”
(Miguel León portilla. 1968)






(Tomado del libro RAICES Y ESENCIA DEL MEXICO ANTIGUO. Guillermo Marín 2004 . Se puede bajar gratuitamente de la página, buscar sección LIBROS)