lunes, 30 de abril de 2012

CUANDO TODO SE HA REDUCIDO A OBTENER DINERO.




El dinero le ha quitado el significado a la vida. En general, la educación que imparte la sociedad Occidental, es que el dinero es la llave mágica que abre las puertas de la felicidad, el éxito y la realización existencial.






Por dinero y con dinero “baila el perro…y todo el mundo”. Las personas, las familias, los pueblos, los gobiernos, los multimillonarios, todos quieren dinero y más dinero, sin límite y sin medida.






Cuál es la razón de la vida, cuál su finalidad, de qué manera encontrar la trascendencia…para qué vivimos. ¿Ha sido siempre el dinero el motor de la vida de las personas, familias y pueblos?






No, no siempre ha sido así, de hecho, esta visión del mundo y la vida tiene muy poco tiempo en el planeta, y aún hoy, no todos los humanos en el planeta buscan dinero como la fuente de su existencia.









La mitad de los siete mil millones de seres humanos ganan dos dólares al día y el 5% de los humanos consume cerca del 50% de los recursos del planeta.






En el Cem Anáhuac, nuestros Viejos Abuelos toltecas desarrollaron a lo largo de miles de años la Toltecáyotl (el pensamiento filosófico de los toltecas). Esto les permitió lograr alcanzar el más alto nivel de vida para todo un pueblo en la historia de la humanidad.






Lo cual se logró, entre otras cosas, gracias a que no inventaron la moneda, no existió la propiedad privada, se implementó el comunitarismo y una democracia participativa, toda la gente tenía educación académica y, pueblo y gobierno, buscaban como principal propósito social compartido el desarrollo espiritual.






Las condiciones de la modernidad económica y financiera se impusieron al término de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, podemos mencionar la Revolución Industrial como arranque de la deshumanización en Occidente.






El desmembramiento de la familia, la producción en serie. La aplicación de la química en las diversas industrias.






A principio del siglo XX el desarrollo de los productos desechables. A partir de la mitad del siglo XX el consumismo, la caducidad tecnológica o por moda, pero sobre todo, la creación de un sistema económico-comercial sustentado en “la escases”.






En efecto, como todo es dinero, en un mundo en el que rige “la ley de la oferta y la demanda”, los productores de bienes y servicios controlan el mercado para que se viva en una sociedad de “la escases” y los productos no bajen de precio por existir un exceso de oferta.


 



 

Pero el ser humano vivió por milenios sin dinero, sin escaparates, sin modas, sin publicidad, sin empresas. En las antiguas y milenarias civilizaciones. En Babilonia, Karnak, Tiahuanaco y Teotihuacán, los seres humanos tenían otros valores y principios fundamentales de la existencia.






No era el “hacer dinero, comprar, tener, atesorar” el objetivo existencial de la vida. No existía la cantidad de circulante que hoy se tiene y mucho menos la cantidad y variedad de mercancías. Pero la gente, en aquél tiempo como hoy, tenía “razones fundamentales y verdaderas para vivir”… ¿cuáles eran?






En general eran espirituales, religiosas, de poder, de prestigio, de conocimiento, etc., pero no era de dinero. Sin embargo, hoy en día, en general en las sociedades “modernas” todo el que mueve un dedo espera dinero a cambio.





Las cosas de la vida han perdido su esencia porque lo que las mueve es el ganar dinero. Las acciones no se hacen por el placer de hacerlas, la responsabilidad o la tradición, sino porque se obtiene dinero de ellas.







Si va usted a un restaurante, su objetivo no es darle una buena comida, sino sacarle el mayor número de pesos. Pero lo mismo si usted va a un hospital, a una escuela, si se sube a un transporte, el objetivo no es atenderlo, procurarlo, transportarlo, el objetivo es sacarle a usted el dinero.






La gente no encuentra realización en lo que hace, porque en general, solo ve la forma de ganar dinero. Los mismos estudiantes cuando tienen que escoger una carrera para estudiar, no lo hacen por la que les dejará mayores satisfacciones o por contribuir a la comunidad, sino en la que ganaran más dinero.






De esta manera podemos afirmar que la vida se ha enajenado, es decir, está fuera de sí.







La obtención del dinero es el motor y el objetivo de la vida. ¿Será cierto?








Y la gente que “tiene todo el dinero”…para qué vive esa gente.






Para qué vive Carlos Slim…por lo que se ve, para ganar más dinero y después, más dinero, y al final, más dinero.






Amable lector, como dice AMLO, “con todo respeto”…y…para qué vive usted.



                                                    Visite     http://www.toltecayotl.org/

2 comentarios:

pavelenlinea dijo...

que verdad hay en tus palabras, hermano, creo q en estos tiempos llama la necesidad de pensar en una formula para despertar del engaño en el q vivimos, te recomiendo el libro walden dos,una joya,novela inpirada en la necesidad de un cambio social,chicawa!!!!

César Sandoval dijo...

La verdad no la encontramos en un libro, esta en cada uno de nosotros y de querer aceptar nuestras raíces. Sobre todo también de negar la realidad y pensar que hay mejores cosas, mas allá de lo mostrado