miércoles, 19 de noviembre de 2014

JOSÉ VASCONCELOS el maestro colonizador 1/2


En lo que hoy es México fue la cuna de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad. Dos rasgos fundamentales que la distinguen son: fue la única que tuvo como base y fundamento un sistema de educación obligatorio, público y gratuito, que le darán un rostro propio hasta nuestros días; y en segundo lugar, que como consecuencia alcanzó el más alto nivel de vida para todo sus pueblo durante por lo menos mil años (200 a.C. a 850 d.C.). De este modo podemos afirmar que en el Anáhuac nació la pedagogía y la didáctica y que los primeros misioneros y frailes fue uno de los elementos culturales que más les impresionó.
 
 
“Ninguna cosa más me ha admirado, más digna de alabanza, que el cuidado y orden que en criar a sus hijos tenían los mexicanos. Porque entendiendo bien que en la crianza e institución de la niñez y juventud consiste toda la buena esperanza de la república, dieron en aportar a sus hijos de regalo y libertad que son dos partes de aquella edad y en ocuparlos en ejercicios provechosos y honestos.” (Joseph Acosta. 1590).
 
Los conquistadores y posteriormente los colonizadores inmediatamente desmantelaron el sistema de educación, destruyeron las escuelas, quemaron los libros, y por supuesto, asesinaron a los maestros. La colonización justamente se sustenta en la aniquilación del potencial del invadido-explotado para revelarse y poner fin a su estado indefensión-esclavitud. Un pueblo sin su lengua, memoria, conocimientos, espacios y espiritualidad, queda en un total y absoluto estado de indefensión y fragilidad que puede durar cinco siglos o más, pues al perder su conciencia de sí mismo queda en calidad de zombi.
 
Durante los siguientes tres siglos, después del inicio de la invasión-ocupación, los anahuacas quedaron sin la mínima oportunidad de educarse académicamente, solo fueron sometidos al terror a sangre y fuego de la evangelización. La mente colonizada inmediatamente podrá argumentar que no es cierto, que los españoles crearon en 1534 el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, sin embargo, el perverso fin de esta iniciativa era de “educar solo a los hijos de la nobleza nahua” del  Valle de México, para “convertirlos al pensamiento, cultura y religión española” y a través de ellos, gobernar mejor a la base esclava que estaba enviando toneladas de riqueza a la corona española. Este modelo colonizador ha sido repetido en el Siglo XX, ahora por los Estados Unidos, como lo explica el memorándum del Secretario de Estado al Presidente de aquél país:
 
“...México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría  otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos. México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros...” (Richard Lansing, Secretario de Estado del presidente Wilson. 1924. Reproducido en el Boletín de Economistas 1963-1967, de la Escuela Nacional de Economistas, UNAM.)
 
 
El “experimento educativo” del Siglo XVI de los españoles fue clausurado porque resultó que los estudiantes demostraron capacidades sorprendentes y muy pronto aventajaron a sus maestros. Es lógico entender lo que sucedió debido a que por más de tres mil años los anahuacas fueron de generación en generación a la escuela. Para tener una idea de la dimensión del fenómeno es que en 1519 de los 550 españoles que desembarcaron en el Anáhuac solo tres sabían leer y escribir y en el Anáhuac todos tenían educación académica, como afirma Jacques Soustelle en su libro “La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista” y en él, al describir la educación nos dice:
 
“Es admirable que en esa época  y en ese continente, un pueblo indígena de América haya practicado la educación obligatoria para todos y que no hubiera un solo niño mexicano del siglo XVI, cualquiera que fuese su origen social, que estuviera privado de escuela.”  (1956).
 
Cuando los criollos en 1810-1821 le dieron el “golpe de Estado” a los gachupines a través de levantar al pueblo anahuaca en contra de la corona, que la historia oficial del Estado criollo neocolonial llama con eufemismo “Guerra de Independencia”, se inicia un nuevo periodo con las mismas estructuras del periodo colonial hispano, solo que ahora en manos de los criollos. La educación durante la primera parte del Siglo XIX fue un enunciado más, especialmente de los mestizos y mulatos. No hubo oportunidad de instaurar un sistema de educación pública porque los criollos que desplazaron a los gachupines del poder, se dividieron en dos bandos y se la pasaron en permanentes guerras fratricidas por lo que el país sufrió dos invasiones y la pérdida de más de la mitad del territorio.
 
Otro problema que enfrentaron los gobiernos del Siglo XIX fue la permanente banca rota de las arcas de la nación, tanto por las guerras, el pésimo gobierno, como por la permanente corrupción. Un insignificante intento limitado solo a algunos núcleos urbano fue el de Justo Sierra como Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes de Porfirio Díaz en 1905.
 
“Fue hasta 1905 en que Porfirio Díaz aceptó separar del Ministerio de Justicia el ramo de la instrucción pública para hacer una nueva Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, cuya titularidad estuvo a cargo de Sierra del 1º. de julio de 1905 al 24 de marzo de 1911.
 
Este cambio significó para Sierra que el presidente Díaz había comprendido que la educación pública en el país era tan importante como la transformación económica. La asignación presupuestal fue mayor cada año, pero mínima comparada con lo asignado al Ministerio de Guerra, que acaparaba la cuarta parte del presupuesto total. En este año, del total de mexicanos, el 85% de la población era analfabeta.            (Ana Verónica Ávila.http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/reformaeducativadejustosierra.htm)
 
Fue hasta 1921 cuando el General Álvaro Obregón crea la Secretaria de Educación Pública y nombra como su primer secretario al Lic. José Vasconcelos Calderón, “hombre ilustrado de su tiempo”, total y plenamente colonizado. Su visión eurocéntrica y católica, no le permite reconocer ningún valor o conocimiento de la Civilización del Cem Anáhuac. En el prólogo de su famosa novela “El Ulises Criollo”, Vasconcelos nos da una descripción brutal de su visión colonial de nuestros milenarios antepasados y lo que para él significaba la civilización Occidental y la religión Católica.
 
“En todo caso, la conclusión más optimista que se puede derivar de los hechos observados es que aún los mestizajes más contradictorios pueden resolverse benéficamente siempre que el factor espiritual contribuya a levantarlos. En efecto, la decadencia de los pueblos asiáticos es atribuible a su aislamiento, pero también, y sin duda, en primer término, al hecho de que no han sido cristianizados. Una religión como la cristiana hizo avanzar a los indios americanos, en pocas centurias, desde el canibalismo hasta la relativa civilización.”
 
Esta “relativa civilización” es la que Vasconcelos pretende “salvar” a través del flamante sistema educativo postrevolucionario. “Educar” para Vasconcelos es occidentalizar y cristianizar erradicando las Culturas Madre. De modo que si se analiza la propuesta de los primeros misioneros del Siglo XVI frente a una cultura muy superior a ellos, especialmente en el tema de educación, Vasconcelos vuelve a tratar de hacer lo mismo. Redimir, salvar a “los indios incultos” a partir de la cultura y la educación occidental, de la cual, él era solo un remedo, una copia despreciada por los europeos.
 
“junto con la campaña alfabetizadora, Vasconcelos enfoca como labor preferente “… Incorporar a los indios de las diferentes razas que pueblan el territorio nacional, a la civilización, para convertirlos en ciudadanos y productores…”. Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
 
Es lamentable y vergonzoso que entre el magisterio mexicano y los especialistas en educación, exista un pobre y minúsculo análisis crítico de los planteamientos de los “insignes educadores” y que, en vez de leerlos críticamente, se sigan repitiendo cómodamente los clichés coloniales, sin conocer a fondo su errada ideología sustentada en la colonización mental, cultural y el racismo extremo que existe en el país. Los “padres de la educación moderna de México”, en su mayoría se inspiraban en el pensamiento “positivista”, compartían con sus diferentes matices la visión de Vasconcelos en términos generales, como: Justo Sierra, Gabino Barreda, Enrique C. Rébsamen, Gregorio Torres Quintero, Abran Castellanos, etc. 
 
“La gente de razón”, especialmente la que posee estudios superiores conoce muy poco, y menos les interesa, los alcances y logros civilizatorios del Anáhuac, menos aún los egresados de las escuelas normales, quienes repiten al pie de la letra el discurso histórico de “la batalla de la noche triste”, con el que posteriormente troquelaran colonialmente las mentes de sus alumnos. Desde 1521 se partió de que “los naturales” no tenían alma, es decir, no eran seres humanos, razón por la cual, “legal y cristianamente” se les podía usar para su beneficio. Este pensamiento poco cambió en la creación del Estado Mexicano postrevolucionario en 1921, que tiene una “ideología neocolonial criolla”. En ella, los “indios” primero y posteriormente “indígenas”, deben ser “integrados” al Estado nación, para crear riqueza y consumir. Vasconcelos entonces tratará de cumplir las aspiraciones inconclusas de los primeros colonizadores del Siglo XVI.
 
“De regreso a Mérida, se realiza la excursión obligará a Uxmal y Chichén Itza; frente a las ruinas arqueológicas comenta:”… según el grado de conservación y lo que indican las decoraciones se han inventado nombres para los restos de las construcciones más grandes: el Templo de los Guerreros y la Casa de las Monjas, etc. El juego de pelota ocupó un vasto y bien conservado anfiteatro y así sucesivamente, según avanza la etiqueta del desenterrador, van apareciendo año tras año prodigios nuevos; pero todo es uniformemente bárbaro, cruel y grotesco. Sin ningún sentido de belleza; en el decorado, simple y labor paleográfica. Como no tuvieron alfabeto eficaz usaron el dibujo y el relieve como lenguaje, lo que fuerza y aleja la línea de su desarrollo musical desinteresado, que es la esencia del arte. Decoración utilitaria, que, por lo mismo, no los causa emoción estética alguna; sólo el asombro de los tanteos y aberraciones del alma humana…”. Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
 
El concepto de la educación para Vasconcelos es civilizar e integrar, entendiendo como occidentalizar y modernizar a los pueblos campesinos e indígenas. Acabar con todo vestigio de las culturas originarias emanadas de la Civilización Madre.  Erradicar las lenguas, culturas, tradiciones y costumbres ancestrales que maravillosamente, en un heroico ejercicio de “resistencia cultural”, los pueblos indígenas y campesinos lograron mantener a lo largo de casi cuatro siglos y medio de coloniaje, exclusión y persecución.  Se pretende “integrar” al campesino y al indígena como trabajadores y consumidores de una sociedad homogénea, monolingüe y “nacional”.
 
Por esta razón se crean las llamadas “Misiones Culturales”, una especie de “extensionismo eurocéntrico”, que pretende “civilizar-integrar-modernizar-mejorar” a los “primitivos y salvajes” nativos que reacios históricos “al progreso” (occidental), se aferran en su “bárbaras y rudimentarias culturas”. A estos personajes se les llamó “misioneros” en el sentido judeocristiano quienes se iban incrustando en las comunidades para destruir, desarticular y corromper las milenarias tradiciones y costumbres emanadas de la Civilización Madre.  Hasta la fecha el modelo no ha cambiado en lo esencial. Personas con un bajo nivel académico y una limitada cultura eurocéntrica, -en voraz acenso social-, van con la representación del Estado mexicano a través de la SEP a “convertir” a los masehuales en ciudadanos modernos y productivos.
 
“El maestro misionero no debe despreciar ninguna oportunidad para lograr su objeto. Inspírese en el espíritu de los misioneros franciscanos que cristianizar a los indios y tenga presente que su trabajo es de amor, de actividad, y de inteligencia. La escuela ha de tener por mira enseñar a hablar a los niños y a los vecinos el idioma castellano (leerlo y escribirlo); enseñarlos a conocer su tierra (plantas, animales y minerales); enseñarlos a explotar a todo trance sus productos regionales para elevar su condición económica y despertarles la conciencia de su propio valer para incorporarlo a la masa trabajadora de México.” (Instructivo para capacitar a los misioneros 1923). Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
 

 

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Leer para creer, ya es tiempo de retomar con seriedad la educacion, sabemos que al gobierno no le interesa, pero a nosotros como individuos que? Y nuestros hijos y nietos....tienen o no derecho a una verdadera educacion?, con real conocimiento en primer lugar de la historia de nuestra nacion. Reflexionemos todos.

Anónimo dijo...

Profe. Marin ahora resulta que hasta Vasconcelos es un colonizador....no será que usted ve moros con tranchetes. Anonimo desconcertado :-(

Unknown dijo...

Hola Guillermo,
La visión que nos compartes de José Vasconcelos Calderón no concuerda con la que se deriva de los siguientes hechos realizados por Vasconcelos:
1) En su libro "La raza cósmica", establece que la raza mestiza de América está destinada a ser la raza que guiará a la humanidad, si el tuviese tan mala idea de las culturas originarias de América, como tu estableces, jamás se le habría ocurrido que la raza mestiza llegará a ser la raza cósmica.
2) Cuando fue rector de la UNAM, año de 1920, creo el lema de la UNAM que dice: "Por mi raza hablará el espíritu", nuevamente se refiere a la raza cósmica, y a su espíritu que hablará por ella, este espíritu solo puede ser el que proviene de las culturas originarias de América.
3) El escudo de la UNAM representa a Latinoamérica flanqueada por el águila y el cóndor, con lo cual realza el mestizaje. Curiosamente, esta águila y cóndor están representados en la parte inferior Oriente de la pirámide de Mayapán, ciudad fundada por Quetzalcóatl-Kukulcán.
4) Le dio gran importancia a Quetzalcóatl, y no ha habido otro funcionario público en México que lo iguale o supere en esto.
Por lo antes expuesto, vemos que Vasconcelos si valoró y le dio gran importancia a las culturas originarias de América y a la raza de bronce.
ATTE: Ing. Manuel Rosado Sarmiento

Guillermo Marín dijo...

Estimado Ing. Manuel Jesús Rosado Sarmiento…
Muchas gracias por compartir su respetable punto de vista.
Lo invito a que re-lea con atención la primera de las dos partes del ensayo, la segunda es “más intensa”. Sí usted observa estoy citando al propio José Vasconcelos y no pongo ideas mías en sus propias palabras. Además, cito a terceros que analizan su obra y los propis textos de Vasconcelos.
No fue solo Vasconcelos, él y otros educadores, son parte de un proceso colonial en el que hemos vivido estos cinco siglos. Tenemos que empezar a despertar una “conciencia crítica y analítica”. Si el Estado no tuviera una ideología neocolonial, los pueblos indígenas y campesinos, ni la mitad de la población vivirían en la pobreza, ni 2450 familias en este país tendrían toda la riqueza que tienen. El país se nos está viniendo abajo, justamente, por no ver la realidad y seguir simulando “mitos caducos”.
No se puede tratar de seguir tapando el Sol con un dedo colonizador.
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Estimado colega:
Me parece muy interesante y provocador el Vasconcelos que usted nos presenta. Sin investigar todavía, creo que tiene usted razón porque lo que es bueno para SEP es malo para los profesores y alumnos, eso está comprobado. Pero tiene usted razón, si el gobierno nos presenta a Vasconcelos como un héroe de la educación...debemos empezar a sospechar. Investigaré y muchas gracias. Profesor Hilario Martínez.

Anónimo dijo...

¡Estupendo! Maestro Marín, gracias por empezar a quitarnos la venda de los ojos y mostrarnos “con qué y de qué” está hecha la estructura colonial ideológica que nos hace ciegos a la realidad. Como este personaje, Vasconcelos, una estrella más del canal de las estrellas del sistema, se tiene que desnudar a otros “iconos y arquetipos” del sistema. Habría que revisar a Benito Juárez, porque como liberal y reformador, si viviera, hoy estaría en el PRI, sería neoliberal y apostándole a las reformas de Peña Nieto. La verdad nos hará libres. Felicidades. Ricardo Meneses.

Anónimo dijo...

José Vasconcelos terminó frustrado porque le quitaron la presidencia (nada nuevo en México) y se cargó a la derecha. De viejo, admiraba a Hitler y a Mussolini, muy europeizado para mi gusto y además facha. Anónimo desconocido.

Robin Heilschild 【蓋面】 dijo...

Es cierto. Maldito sea Vasconcelos. Por su culpa me discriminan más peor en las escuelas...xD

Estoy escribiendo un libro sobre eso, precisamente. Le mostraré a México de qué lado masca la iguana...xD