domingo, 10 de junio de 2018

USO DE LA MEXICÁYOTL POR EL ESTADO MEXICANO

Una inmensa ola, como un sunami cultural, está cayendo encima de muchas personas, que ante el fracaso y derrumbe del “La Modernidad”, están buscando “sus raíces ancestrales” en el “Pasado Prehispánico” de México, como una forma de volver a la esencia, a la raíz de una vida apegada a valores y principios humanos que nos ofrezcan espacios de armonía, plenitud y equilibrio.
El problema y el desafío de esta búsqueda, es caer en la “comodidad de un producto” mercadológico llamado “la mexicanidad”. En efecto, El Estado Necolonial criollo, heredero directo del Virreinato de la Nueva España, solo que ahora, en vez de gachupines, son los criollos, los que toman el poder y el control. Para ellos, crean en 1821 un país, “de ellos y para ellos”, al que indebidamente le llamarán México (porque no todos somos mexicas), manteniendo en esencia, las mismas condiciones de injusticia, explotación y depredación que sus antepasados nacidos en la península Ibérica.  
En la década de los años setenta, surge un movimiento de recuperación y revaloración de la tradición de la civilización Madre, pero, equivocadamente, asumen la raíz ancestral y la esencia cultural en la mal llamada cultura azteca o mexica.
A partir de las danzas concheras, que tienen su origen en los pueblos de La Gran Chichimeca, especialmente en lo que hoy es el estado de Querétaro y Guanajuato; y que, en los últimos cinco siglos lograron, a través de la cultura de resistencia, mantenerse en los atrios de los templos católicos, y de una u otra forma, mantener viva la tradición ancestral.
En la Ciudad de México, en los años setenta del siglo pasado, surgieron los grupos de danza guerrera o azteca, o mexica. Jóvenes de aquél entonces, que pasaron de la danza conchera a la danza guerrera. Y que, de manera superficial, tomaron de la “historia oficial”, la bandera de la cultura azteca o mexica, para comenzar en la recuperación de su “ancestral pasado”.
Sin una visión crítica y analítica, menos aún, descolonizada, abrazaron y exaltaron ciegamente el discurso oficial sobre el Gran Imperio Azteca. Discurso que fue creado desde el mismo siglo XVI por los conquistadores, quienes crearon en sus mitos, fantasías y mentiras sobre los vencidos, la grandeza de su heroica conquista.
Exageraron la grandeza, el poder y la barbarie de los conquistados, pues ellos, -según la historia oficial-, “siendo un puñado de valientes y devotos soldados”, vencieron a cientos de miles de guerreros aztecas, gracias a la superioridad cultural, tecnológica y religiosa. De esta manera, ganaron para el verdadero Dios, la corona española y la civilización, un inmenso imperio.
En el siglo XVIII, con el padre ideológico del criollismo, Francisco Javier Clavijero, se empieza a crear del “Imperio Azteca, un símil del Imperio Romano”. Raíz ancestral, -según ellos-, de un pasado mítico de lo que en 1821 será México. Esta es la razón por la cual, los criollos le ponen a su país el nombre de México, en honor de la Gran México Tenochtitlán, usando los símbolos mexicas para hacer su escudo nacional.
El Estado necolonial criollo a partir del final de la Revolución, crearán, con la SEP, un proyecto nacionalista, monolingüe, mono étnico y mono cultural, en el cual, el mejor indio será el muerto. Los aztecas o mexicas serán usados como un “pasado épico superado”, y el “indio” contemporáneo, deberá ser “rescatado, castellanizado e integrado” a la “cultura y proyecto nacional”. Y de oponerse y resistirse, condenado al genocidio.
En la década de los años sesenta, se crea el Museo Nacional de Antropología e Historia, es el momento en que “el sistema”, incorpora, de lleno, a su proyecto de nación al pasado “Prehispánico”, como fuente de identidad y origen del Estado Mexicano. La sala principal del museo la ocupará la cultura mexica, pasando a segundo plano las demás culturas del Anáhuac.
La cultura mexica o azteca, (aunque su verdadero nombre es “mexitin”, fue Tlacaélel el que le cambió el nombre por mexica, y en el siglo XIX, Humboldt les puso aztecas), es el emblema del Estado necolonial criollo. Los mexicas como un pueblo guerrero, comerciante, dominador y explotador, -según la falsa historia oficial- de “todo el México antiguo”, serán “los viejos abuelos” del mexicano moderno. Reduciendo la historia milenaria de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del planeta a solo 196 años de duración.


Lo cierto es que para finales del siglo XII, ya existía un grupo que se autodeterminaba Mexitin. Era un grupo heterogéneo pero ellos se consideraban seguidores de "Mexi", así que es anterior a Huitziltzin, Tecpatzin y Tozcuecuextli. Wikipedia.
Es decir, desde la fundación de México-Tenochtitlán por cazadores-recolectores, en 1325 a su destrucción en 1521 por sus vencedores, -de ayer y de hoy-, los invasores extranjeros. De esos 196 años de Tenochtitlán, solo tendrán un relativo poder 81 años. Desde que Moctezuma Ilhuicamina y Tlacaélel toman el poder, como tlatoani y cihuacóatl respectivamente.
De esta manera, en la historia oficial del Estado necolonial criollo, la moderna y efímera Mexicáyotl, eclipsa y desplaza a la milenaria Toltecáyotl. Crea un mito histórico que “explica” un devenir histórico de poder y dominación del centro a la periferia. Una historia que “explique la realidad histórica”, en donde unos cuantos, tengan el poder y la supremacía de los demás. En donde pocos tienen mucho y muchos no tienen nada. “Porque la historia siempre ha sido así, de vencedores y vencidos. Así que, resignenese”.
En los años noventa, Televisa pasó al aire un programa en el que moderaba Enrique Krause y “palomeaba el sumo sacerdote de la kultura nacional”, el intelectual Octavio Paz. En este programa el peruano, que más tarde será Premio Novel de Literatura, Mario Vargas Llosa, dará una sentencia magistral, por la agudeza, la profundidad y la verdad, de lo que ha sido y es, el Estado mexicano.
Vargas Llosa pondrá dos calvos ardientes en la esencia del Estado necolonial criollo. Dos verdades que, hasta la fecha, no han podido ser superadas y que siguen dando el poder a un pequeño grupo de poder en el país. La primera verdad es que “México es una dictadura perfecta”. Y el segundo es que: El Estado ha usado a la “historia Prehispánica mexica, como una demagogia cultural para mantenerse en el poder.”
Citamos lo dicho texturalmente por Mario Vargas Llosa en la televisión mexicana.
“México es la dictadura “camuflada”, de tal modo que puede parecer, no ser una dictadura, pero tiene, de hecho; si uno escarba, todas las características de una dictadura. La permanecía, no de un hombre, pero si, de un partido, un partido que es inamovible. Un partido que concede suficiente espacio para la crítica, en la medida que esa crítica le sirva, porque confirma que es un partido democrático. Pero que suprime, por todos los medios, incluso los peores, aquella crítica que de alguna manera pone en peligro su permanencia. Una dictadura, que, además, ha creado una retórica que lo justifica, una retórica de izquierda, para la cual, a lo largo de su historia, reclutó, muy eficientemente a los intelectuales, a la inteligencia. 
Yo no creo que haya en América Latina, en ningún caso de sistema de dictadura, una que haya reclutado tan eficientemente al medio intelectual, sobornando lo de una manera muy sutil, a través de trabajos, a través de nombramientos, a través de cargos públicos, sin exigirles, una adulación sistemática, como si lo han hecho los dictadores vulgares. Por el contrario, pidiéndoles una actitud crítica, porque es la mejor manera de garantizar la permanencia de este partido en el poder. Un partido de hecho, único, porque financiaba a los partidos opositores. 
Esa dictadura, es una dictadura, puede tener un nombre especial, una dictadura muy especial, muy su generis, muy diferente, pero es una dictadura, por tanto, es una dictadura, que todas las dictaduras latinoamericanas, desde que yo tengo uso de razón, han tratado de crear algo equivalente al PRI en sus propios países. 
En el Perú, el dictador Velasco, trató con todo su equipo de intelectuales reclutados de formar una especie de PRI peruano, pero no funcionó. Alan García, trató de crear un PRI peruano. El intento de nacionalización de todo el sistema financiero, fue hecho, con el intento de crear un sistema semejante, para garantizar ese tipo de permanencia, que ante el resto del mundo pudiera ser camuflada, como ha sido el caso de la dictadura mexicana. 
Y me atrevo a decir también, que no solamente a la permanencia del poder, a la falta de una genuina democracia interna, se puede hablar de una dictadura, como el caso tradicional de México. Sino que, al igual que las otras dictaduras latinoamericanas, fue incapaz de traer la justicia social. No puedo creer que se pueda decir que, en México, haya una mejor distribución de la riqueza, que en el país promedio latinoamericano. Creo que las desigualdades son tan grandes y originadas por las mismas razones de injusticia social, de corrupción, como en otros países latinoamericanos. 
Entonces la dictadura, tuvo en el caso de México, las mismas consecuencias que tienen las otras dictaduras latinoamericanas. Es verdad que ha habido una crítica interna muy talentosa, muy generosa, muy valerosa de muchos intelectuales mexicanos, naturalmente entre ellos, Octavio (Paz), sin ninguna duda. Pero creo que es muy importante también, denunciar el caso mexicano, espero que no se me considere como “un mal invitado”, por decirlo de esa manera, pero, como estos está democratizando, y como este país se abre a la libertad, quiero ponerlo a prueba, y quiero decirlo aquí abiertamente, porque eso lo he pensado yo desde la primera vez, que vine a México, un país que yo admiro y quiero tanto. 
Creo que es muy importante que se diga que en este país se vivió y se ha vivido durante décadas, con unos matices muy particulares, muy especiales, el fenómeno de la dictadura latinoamericana. La revolución mexicana tiene cosas muy admirables, sin ninguna duda. La más importante aquella que mencionó Octavio (Paz), la reivindicación de un pasado. La reivindicación de la tradición prehispánica, que ha sido asumida con orgullo por el pueblo mexicano, como no ha sido asumida en otros países, como ejemplo el mío. Esto indudablemente ha sido una contribución muy positiva. Pero también hay que entender que, eso, ha sido otro de los instrumentos que ha utilizado el sistema dictatorial del PRI para eternizarse. Ha sido otro argumento de esa gran demagogia histórica, a lo largo de su historia del PRI, que se ha prestado a muchas falsificaciones de tipo cultural, como, por ejemplo, la justificación de falsos artistas, de falsos géneros artísticos, en nombre de ese nacionalismo, que creo que es uno de los factores más peligrosos dentro de este proceso de democratización mexicana. Un factor, que debe ser puesto en tela de juicio y cuestionado, si nosotros, como estoy seguro lo quieren los demócratas mexicanos, quieren que esta democratización y liberación en México valla hasta sus últimas consecuencias.”
Mario Vargas Llosa le puso “los dos cascabeles “al gato sistema”, cuando dijo que: México es una dictadura perfecta, y lo segundo, que “el sistema ha utilizado “la Historia Prehispánica” (mexicas, aztecas y demás fantasías) para consolidarse y eternizarse en el poder. 
Hemos afirmado en varios ensayos, el peligro que se corre al asumir la “identidad ancestral del Anáhuac”, en la cultura mextin, llamada: mexica y azteca. El Estado necolonial criollo ha “fabricado” un supuesto “imperio azteca”, que le da un marco histórico “ancestral”, al llamado, por el Dr. Guillermo Bonfil Batalla, “El México imaginario”.  Es para dudar y analizar el "mito de los aztecas" que es "el orgullo" del Estado mexicano.
En esta fabricación, montada con textos tomados desde el siglo XVI, como son la de los misioneros, conquistadores y anahuacas conversos, así como por los “académicos del sistema”, presentan a los “mextin-mexicas-aztecas”, como la cultura más importante del “México Prehispánico”. Una cultura que llegó al Altiplano Central en estado salvaje en el siglo XI, y que tomó, de los remanentes que habían sobrevivido del colapso la cultura teotihuacana, la Toltecáyotl, para transgredirlos y conformar una ideología mística, materialista y guerra, llamada Mexicáyotl. De la supuesta fundación de Tenochtitlán en 1325 a su caída en 1521, transcurrieron tan solo 196 años. Y de este periodo, solo tuvieron un relativo y limitado poder los últimos 81 años.
El Estado “mexicano”, maliciosamente exalta a la Mexicáyotl y diluye en la nada a la Toltecáyotl, para que el pueblo no investigue, no conozca y no busque cambiar este país, con las bases y principios de la Toltecáyotl. La Pirámide de Desarrollo Humano Tolteca, que nos propone trabajar con nuestra sabiduría: la alimentación-nutrición, salud-armonía, educación-valores, organización-democracia participativa; para llegar a las maestrías de: la conciencia histórica, la conciencia sacra y la conciencia energética, quedan invalidadas ante la visión militarista-materialista mexica. Los criollos, al Anáhuac le llamaron México, que viene de mexica. Al pueblo le llaman “mexicano”, como si los 110 millones de ciudadanos fuéramos descendientes de los mexicas. Así, quedan invisibilizados los mayas, los zapotecos, los mixtecos, los purépechas, los totonacos, los yaquis, los tarahumaras, y un largo etcétera. Todos somos uniformados como mexicas en un país mono cultural, monolingüe, y mono étnico. Con un “nacionalismo uniformador”.
La Toltecáyotl trabaja el concepto filosófico de: la vida, la persona, la familia, la comunidad, el calpulli, la asamblea, el mandar obedeciendo, la comunalidad, la solidaridad, la alimentación, la salud, la educación, la relación con todos los seres vivos, con la Naturaleza, el planeta y el cosmos. Sabiduría que fue creada a lo largo de diez mil años entre todos los pueblos del Cem Anáhuac, queda invalidada con la Mexicáyotl, que fue creada por el Cihuacóatl Tlacaélel en 81 años, a través de retomar y trasgredir una estructura de sabiduría y conocimiento biófila-espiritual de miles de años. Cuando el pueblo solo se queda con la Mexicáyotl, pierde miles de años de conocimiento, se queda con “la fronda y pierde la raíz”, huérfano, y el Estado neocolonial criollo gana fuerza y fortaleza, para seguir manteniendo en el poder a los “vencedores”, del gran y poderoso imperio azteca”. El PRI, seguirá ganado todas las elecciones, porque como lo afirma Mario Vargas Llosa, la “Dictadura Perfecta”, ha usado esa “demagogia histórica” para perpetuarse en el poder.
La razón por la cual, el Estado necolonial criollo, hace creer al pueblo que la cultura mexica es la más importante de la civilización Madre, es para mantenerlo sometido en la ignorancia de “sí mismo” y en la supuesta superioridad de “sus vencedores”. Guillermo Marín.
Finalmente diremos que, el sumo sacerdote, “el Papa de la Kultura en México”, publicó un libro con los apuntes de su estancia en la India, cuando era Embajador de México en la década de los años sesenta. Octavio Paz, inmediatamente después de que le otorgaron el Premio Novel de Literatura en 1990. En este libro, Paz, pretende “explicar la cultura de la India milenaria”, con ejemplos de la cultura del México antiguo. El resultado es catastrófico, Paz demostró que no conocía la Toltecáyotl y la civilización del Anáhuac, y menos aún, la de la India.
"Los pueblos mexicanos no experimentaron nada semejante a la penetración del budismo en Ceilán, China, Corea, Japón y el Sudeste asiático.... Las culturas mexicanas vivieron en una inmensa soledad histórica; jamás conocieron la experiencia cardinal y repetida de las sociedades del Viejo Mundo: la presencia del otro, la intrusión de civilizaciones extrañas, con sus dioses, con sus técnicas y sus visiones del mundo y del trasmundo.
Frente a la vertiginosa diversidad del Viejo Mundo, la homogeneidad de las culturas mexicanas es impresionante. La imagen que presenta la historia mesoamericana, desde sus orígenes hasta el siglo XVI, a la llegada de los españoles, es la del círculo. Una y otra vez esos pueblos, durante dos milenios, comenzaron y recomenzaron, con las mismas ideas, creencias y técnicas, la misma historia. No la inmovilidad sino un girar en que cada nueva etapa, simultáneamente, fin y recomienzo. A Mesoamérica le faltó el contacto con gentes, ideas e instituciones extrañas. Mesoamérica se movía sin cambiar: perpetuo regreso al punto de partida.... Los antiguos mexicanos vieron a los españoles como seres sobrenaturales llegados de otro mundo porque no tenían categorías mentales para identificarlos." Octavio Paz, Vislumbres de la India. Pág. 107
"El ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos americanos, que no pudieron resistir a los conquistadores europeos: sus culturas desaparecieron, a la inversa de lo que ocurrió con los hindúes, musulmanes y chinos ante el imperialismo europeo. El Choque entre los españoles y los mesoamericanos fue un violento encuentro entre civilizaciones que se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista. La inferioridad científica, filosófica, técnica y política de los mesoamericanos no explica enteramente a la conquista." Octavio Paz, Vislumbres de la India. [pág. 114]
“No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas, pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.
Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas." Octavio Paz, Vislumbres de la India. [pág. 116].
Como lo señala atinadamente Mario Vargas Llosa, el Estado mexicano ha sido muy hábil al crear un mito y una demagogia cultural con “el imperio azteca” para alejar al pueblo de la mayor riqueza filosófica-cultural de su pasado ancestral. La instauración del culto fanático de la Mexicáyotl, es producto de una “razón de Estado”.
La gente que fue informada solo con el libro de texto a través de la SEP, sobre el pasado “Prehispánico” y que su referente “ancestral” son los mexicas y la Gran México-Tenochtitlán. Creyendo con los “mextin-mexicas-aztecas”, son los creadores de la milenaria cultura y sabiduría del Cem Anáhuac, quedan atrapados en “el laberinto de la desolación, de ser extranjeros incultos en su propio país”.
El enemigo de los pueblos y culturas ancestrales del Anáhuac, ha sido, el extranjero colonizador y depredador, quien se ha apoderado del gobierno desde 1521 y ha impuesto sus propias leyes, autoridades e instituciones. Lo mismo en el sistema colonial que en el necolonial, no importando si son gachupines o criollos, siempre han explotado al pueblo y depredado los recursos naturales. Si el Estado necolonial criollo exalta a los mexicas y al “imperio azteca”, haciendo de su “historia oficial” el origen de su país…debemos estar alertas, ser críticos y analíticos de su discurso.
El quedar ajenos a nuestra milenaria raíz. A los valores, principios y saberes conocidos como Toltecáyotl, es como quedar amputados del mayor potencial con el que podremos cambiar el destino de nuestra nación.
Se requiere una acción crítica y analítica, para descolonizar el proyecto de dominación cultural, a través de la anulación del potencial de sabiduría milenaria que posee la Civilización del Cem Anáhuac. Porque, es justamente, con esta sabiduría “propia-nuestra”, y no con otras más, que nos lleguen del extranjero, como podremos restaurar la armonía, la justicia y la fraternidad entre los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos del Anáhuac.


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