martes, 21 de abril de 2015

DESCOLONIZAR EL MESTIZAJE 1/3


 
I. Más allá del concepto de una “Raza Cósmica”, ideada por un pensamiento eurocéntrico, positivista, cristiano e hispanista, como fue el de José Vasconcelos. No se puede llegar a un mestizaje pleno, si se rechaza y se desconoce una de sus partes que lo integran. Los mexicanos somos mestizos sanguíneos, más no plena y conscientemente “mestizos culturales”.
 
 
 
No se ha podida dar una fusión y sinergia en plenitud del par de opuestos complementarios, por la razón de la negación y exclusión de una de las partes. El mestizaje cultural fue negado por la destrucción, persecución y menosprecio de la civilización invadida. Primero los gachupines y después los criollos, en estos cinco siglos de ocupación, han tratado de acabar con las culturas, las lenguas, la religión, los conocimientos, la historia, la alimentación, la medicina, el arte, de los pueblos invadidos. Lo han hecho de manera violenta y de manera subliminal, y sobre todo, de manera constante y sistemática. Colonialismo epistémico absoluto y total.

 
No existe la “pureza racial y menos cultural”. Si partimos que el ser humano inició el poblamiento del planeta desde África, todos compartimos un origen común y formamos una sola raza, “La raza humana”. Las diferencias de fenotipo se han dado a través del tiempo y las condiciones del medio ambiente. Especialmente a partir de la invasión europea al planeta, que inició en 1492, el intercambio humano ha ido en aumento. En especial debido a las facilidades para viajar que en el siglo XX ha tenido la humanidad.

 
Culturalmente existen seis civilizaciones con origen autónomo, que en general, iniciaron sus procesos de invención de la agricultura y de sedentarización entre el tercero y segundo milenio antes de la era. Pero aun así, las civilizaciones originarias están compuestas por diversos pueblos y culturas diferentes en tiempo y espacio. En los últimos cinco siglos, el intercambio cultural ha ideo creciendo, especialmente a partir del siglo XX.
 
 
No existe, y probablemente nuca ha existido, “un pueblo puro” culturalmente. La humanidad es una mezcla de mezclas, afortunadamente. Un ejemplo de lo anterior, sin lugar a dudas, es lo que hoy conocemos como España. En la península han habitado muchos pueblos comenzando con los pueblos originarios, después fueron llegando los bereberes, cartagineses, romanos, judíos, musulmanes, vándalos, godos y un largo etcétera.  


El mestizaje es múltiple y complejo. Se sabe que en la memoria histórica de algunos pueblos del Cem Anáhuac, se recuerda que sus más antiguos abuelos vinieron de lejanas tierras o en embarcaciones por el mar. En Oaxaca, por ejemplo, el pueblo ikoots (huave), recuerda que sus orígenes están en Sudamérica. En Teotihuacan, en el estado de México, se han encontrado “barrios” de diversas culturas del Anáhuac.
 
Hasta la década de los años setentas se suponía que el territorio maya estaba en el Sureste del país y aparece deslumbrante Cacaxtla en el estado de Tlaxcala. Esto demuestra que la “migración” y el contacto con lejanos pueblos fue permanente y constante. En estos cinco siglos, de manera incesante, han llegado a las tierras del Anáhuac pueblos y culturas de diferentes partes del mundo. Creemos que en el continente americano, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, todos los pueblos y culturas pertenecen a una sola civilización.


La “pureza racial y cultural” han sido un instrumento ideológico y económico del nuevo orden mundial, que surgió en 1492 con la invasión europea al planeta, para deshumanizar “al otro”, -al invadido-descubierto-, convirtiéndolo en un ser inferior o en un animal, para poder explotarlo sin problemas éticos, morales y legales. No existen ni razas ni “culturas puras, superiores o inferiores”. Como se ha dicho, todos los pueblos del mundo somos una mezcla de casi todos.


II. Los pueblos y culturas descendientes de la civilización del Anáhuac han sufrido una invasión colonial hasta nuestros días. Los primeros 300 años bajo el dominio español y los últimos dos, bajo el dominio criollo. Se realizó uno de los más grandes genocidios y epistemicidios de la historia de la humanidad.
 
 
Los millones de los, -mal llamados “mexicanos”-, sean “indígenas, campesinos mestizos o urbanos mestizos, viven en “el laberinto de la soledad”, sin un rostro propio, sin un corazón verdadero. Sin una identidad cultural clara y definida. Amnésicos, ignorantes, inseguros, corruptos, malinchistas, abusivos, racistas, irresponsables, sometidos, “modernos e individualistas”, neutralizados; “así nos quieren, así nos necesitan” los capitales criollos y trasnacionales para mantener las injustas relaciones sociales y culturales que generan su gran riqueza.


Para entender mejor la estrategia de dominación de la ideología criolla, tenemos que “re-pensar” nuestra historia y analizar el discurso de su “historia oficial”. Históricamente los primeros mestizos de lo que hoy es México, fueron producto de un matrimonio bajo las leyes y religión del pueblo maya. Los primeros tres mestizos fueron fruto del amor, compromiso y respeto de la doncella maya llamada Zazil Ha y el marinero andaluz llamado Gonzalo Guerrero, quien naufragó en 1511 en las costas del estado de Quintana Roo.
 
 
Quien se convirtió a la cultura y religión maya, enseñando a los pueblos de la península las tácticas militares para enfrentar la invasión, motivo por la cual les fue más difícil a los filibusteros dominar a los pueblos mayas, y también, fue la razón por la cual murió de un arcabuzazo, luchando contra los peninsulares. Esta historia ha sido minimizada y tergiversada por la historia hispanista oficial, que pone a Guerrero como un traidor y le da poco mérito a su lucha, y despoja de cualquier significado su matrimonio y a sus tres hijos, que fueron los primeros mestizos de México.


Desde Las Cartas de Relación, hasta los últimos textos escritos y filmados sobre este este personaje y el de su familia, siempre se ha visto y analizado desde un pensamiento eurocéntrico e hispanista. Para la corona española Guerrero fue un traidor y procuró que su ejemplo no cundiera entre los invasores. Para el Estado criollo neocolonial, Gonzalo Guerrero y su familia maya, pasan totalmente desapercibidos y desvalorizados para estar fuera de la “historia oficial”, acaso como un dato curioso sin ninguna relevancia histórica y cultural. 

 
III. Primero los conquistadores, después los encomenderos y sus hijos, los criollos, fueron “despojados” del poder por la burocracia real, que fue llegando y ocupando los mejores espacios gubernamentales, religiosos, comerciales, mineros y agrícolas en la sociedad novohispana.


Los criollos asumían el Virreinato de la Nueva España como “algo propio”, que según ellos, les pertenecía por “derecho de conquista” y herencia familiar. Desde los primeros años de la Colonia el enfrentamiento fue frontal. Primero con Hernán Cortés, que con el título de Capitán General y Justicia Mayor, que fue desplazado en el poder por el licenciado Nuño de Guzmán, quien provenía de un clan familiar muy poderoso de Castilla, al ser nombrado Presidente de la Real Audiencia Gobernadora en 1528 y tener el apoyo de la corona.


Este será el inicio de un conflicto que durará trescientos años, entre los descendientes de los conquistadores, así como de los primeros colonizadores, quienes se sentían desposeídos por la nobleza castellana y la burocracia real. En efecto, bajo el Sistema de Castas, la corona mantenía el dominio y control sobre el virreinato, especialmente de los criollos. La sospecha permanente de traición de estos “primeros españoles en América” comenzó con el propio Cortés, quien planeaba crear el reino del Anáhuac y convertirse en su rey, dado que en esos primeros años de la Colonia, Cortés tenía muchos más guerreros (anahuacas) bajo su mando y gran cantidad de oro, que el propio rey de España.


Posteriormente sus dos hijos, el criollo y el bastardo, ambos llamados Martín Cortés, intentaron fallidamente la traición a la corona. Por tal razón los criollos (hijos de padres españoles nacidos en América), no podían tener los más altos puestos en el gobierno virreinal, la iglesia y el ejército. Eran, “españoles de segunda”. Esta “injusticia” alimentó un odio hacia los gachupines (españoles nacidos en España), que terminará con  el “Grito de Dolores” de un cura criollo, llamado Miguel Hidalgo y Costilla, que incita a la rebelión indígena diciendo que “es hora de matar gachupines”, para despojar del poder colonial a los peninsulares.


En esos tres siglos, los pueblos y culturas ancestrales de la civilización del Anáhuac, quedaron excluidos del proyecto del Virreinato. Para no ser exterminados, tuvieron que renunciar a su religión y memoria histórica ancestral, sus lenguas, su alimentación, su sistema de educación y de salud, sus formas de gobierno y organización comunitaria, su formas de expresión artísticas. Forzados a mantenerse como mano de obra esclava, sin educación, derechos y oportunidades reales. Excluidos, silenciados y explotados. La única alternativa que tenían, para dejar su estado de indefensión, fue la de tratar de ser como sus invasores-colonizadores-explotadores. Dejar de ser lo que fueron por milenios para tratar de ser “ajenos a sí mismos” para poder existir.

 
Los criollos los usaron como carne de cañón para su lucha en contra de los gachupines. Les prometieron la libertad, la igualdad y la tierra, al final de la lucha victoriosa, los traicionaron y mantuvieron las mismas condiciones de opresión que en la Colonia. De manera díscola, los criollos crearon “su patria de ellos y para ellos”. Constituyeron una supuesta república, pero en la realidad, se mantuvo el sistema y régimen colonial.  Se independizaron políticamente de España, pero económica, política, social y culturalmente, se mantuvo el sistema colonial e ideológicamente dependientes de España.
 
 
Agradeceremos dejar un comentario.
 
 
 

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

te has mosqueado coño, deja de escribir guarrerías y ponte a currerar hijo del maíz...a trabajar!!!! Tu padre don Hernán Cortés jajajajaja

Anónimo dijo...

Marín, por qué nos odias tanto, que seas naco y prieto no es nuestra culpa, que seas sangre esclava es tu destino, ya párale de escribir sandeces. Bájale al radio.

Anónimo dijo...

Los dos comentarios anónimos previos a éste, reflejan cuán hondo cala la verdad en las ideas de este autor. El recismo que destilan, desde luego no es gratuito, es un ejemplo insignificante del racismo que históricamente ha existido en México contra los pueblos originarios, infringido no solo por penisinsulares y criollos, sino por los propios mexicanos mestizos, que como bien señala el autor, se han convertido en colonizados-colonizadores. De allí la trascendental importancia de este artículo que propone nada menos que descolonizar la idea de mestizaje impuesta historicamente, con el propósito de consolidar la neocolonización del país.