Don Juan le cuenta a Castaneda una de las historias de los centros abstractos de poder más conmovedoras. Don Juan le relata como dejó a su nagual y huyó en busca de una libertad mal entendida.
En este viaje hacia el Norte, Don Juan cuenta como se enamoró de una mujer y sus hijos perdiendo en menos de una año todo lo aprendido en casa de su nagual. Tuvo que aprender que un brujo no se puede ligar a las personas comunes y corrientes, porque el precio es muy alto. Don Juan tuvo que pagar con su vida el haber perdido la oportunidad de ir a lo inconmensurable. Tuvo que morir para que el espíritu le diera “un nuevo boleto”, otra oportunidad. El boleto para ir a la impecabilidad.
Al final, Don Juan insiste en que todo se basa en el movimiento del punto de encaje y que para ello es necesaria la energía que se ahorra y después se recanaliza a través de la impecabilidad. Eso es todo, parece muy simple y sin embargo, es muy difícil lograrlo.
El problema del ser humano común y del guerrero es él mismo; el problema se reduce al uso y ahorro de la energía. Don Juan dice que el hombre moderno intuye sus recursos internos, pero no se atreve a usarlos; su mal viene del contrapunto entre su estupidez y su ignorancia.
Don Juan dice que ahora, más que nunca, el hombre necesita aprender nuevas ideas que tengan que ver con su mundo interior, ideas relativas al ser humano frente a lo desconocido, frente a su muerte personal. Don Juan dice que, como nunca, el ser humano ahora necesita conocer lo que es la impecabilidad y los secretos del punto de encaje.
“-La impecabilidad, como tantas veces te lo he dicho, no es moralidad -me dijo-. Sólo parece ser moralidad. La impecabilidad es, simplemente, el mejor uso de nuestro nivel de energía. Naturalmente, requiere frugalidad, previsión, simplicidad, inocencia y, por sobre todas las cosas, requiere la ausencia de la imagen de sí. Todo esto se parece al manual de vida monástica, pero no es vida monástica.
"Los brujos dicen que, a fin de tener dominio sobre el movimiento del punto de encaje, se necesita energía. Y lo único que acumula energía es nuestra impecabilidad...
La verdadera dificultad no está en mover el punto de encaje ni en romper la continuidad. La verdadera dificultad está en tener energía. Si se tiene energía, una vez que el punto de encaje se mueve, cosas inconcebibles están al alcance de la mano.
Don Juan explicó que el aprieto del hombre moderno es que intuye sus recursos ocultos, pero no se atreve a usarlos. Por eso dicen los brujos que el mal del hombre es el contrapunto entre su estupidez y su ignorancia. Dijo que el hombre necesita ahora, más que nunca, aprender nuevas ideas, que se relacionen exclusivamente con su mundo interior; ideas de brujo, no ideas sociales; ideas relativas al hombre frente a lo desconocido, frente a su muerte personal. Ahora, más que nunca, necesita el hombre aprender acerca de la impecabilidad y los secretos del punto de encaje.
-El ser devorado por el monstruo era algo simbólico -replicó el nagual Julián, en voz baja-. El verdadero monstruo es tu estupidez. Ahora mismo estás en peligro mortal de ser devorado por ese monstruo…” Carlos Castaneda. El Conocimiento Silencioso.
En este viaje hacia el Norte, Don Juan cuenta como se enamoró de una mujer y sus hijos perdiendo en menos de una año todo lo aprendido en casa de su nagual. Tuvo que aprender que un brujo no se puede ligar a las personas comunes y corrientes, porque el precio es muy alto. Don Juan tuvo que pagar con su vida el haber perdido la oportunidad de ir a lo inconmensurable. Tuvo que morir para que el espíritu le diera “un nuevo boleto”, otra oportunidad. El boleto para ir a la impecabilidad.
Al final, Don Juan insiste en que todo se basa en el movimiento del punto de encaje y que para ello es necesaria la energía que se ahorra y después se recanaliza a través de la impecabilidad. Eso es todo, parece muy simple y sin embargo, es muy difícil lograrlo.
El problema del ser humano común y del guerrero es él mismo; el problema se reduce al uso y ahorro de la energía. Don Juan dice que el hombre moderno intuye sus recursos internos, pero no se atreve a usarlos; su mal viene del contrapunto entre su estupidez y su ignorancia.
Don Juan dice que ahora, más que nunca, el hombre necesita aprender nuevas ideas que tengan que ver con su mundo interior, ideas relativas al ser humano frente a lo desconocido, frente a su muerte personal. Don Juan dice que, como nunca, el ser humano ahora necesita conocer lo que es la impecabilidad y los secretos del punto de encaje.
“-La impecabilidad, como tantas veces te lo he dicho, no es moralidad -me dijo-. Sólo parece ser moralidad. La impecabilidad es, simplemente, el mejor uso de nuestro nivel de energía. Naturalmente, requiere frugalidad, previsión, simplicidad, inocencia y, por sobre todas las cosas, requiere la ausencia de la imagen de sí. Todo esto se parece al manual de vida monástica, pero no es vida monástica.
"Los brujos dicen que, a fin de tener dominio sobre el movimiento del punto de encaje, se necesita energía. Y lo único que acumula energía es nuestra impecabilidad...
La verdadera dificultad no está en mover el punto de encaje ni en romper la continuidad. La verdadera dificultad está en tener energía. Si se tiene energía, una vez que el punto de encaje se mueve, cosas inconcebibles están al alcance de la mano.
Don Juan explicó que el aprieto del hombre moderno es que intuye sus recursos ocultos, pero no se atreve a usarlos. Por eso dicen los brujos que el mal del hombre es el contrapunto entre su estupidez y su ignorancia. Dijo que el hombre necesita ahora, más que nunca, aprender nuevas ideas, que se relacionen exclusivamente con su mundo interior; ideas de brujo, no ideas sociales; ideas relativas al hombre frente a lo desconocido, frente a su muerte personal. Ahora, más que nunca, necesita el hombre aprender acerca de la impecabilidad y los secretos del punto de encaje.
-El ser devorado por el monstruo era algo simbólico -replicó el nagual Julián, en voz baja-. El verdadero monstruo es tu estupidez. Ahora mismo estás en peligro mortal de ser devorado por ese monstruo…” Carlos Castaneda. El Conocimiento Silencioso.
( * ) Tomado del libro PARA LEER A CARLOS CASTANEDA
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