miércoles, 16 de enero de 2008

ANA GUEVARA Y RAMIREZ ACUÑA…dos renuncias y un mismo país.


Una renunció por su valor, dignidad y honestidad. El otro “lo renunciaron” para poner en su lugar al más “intimo de los íntimos”. Una sabe va a cabalgar en lo más alto de la Historia deportiva de México. El otro, simplemente se va al basurero de la historia oficial de la burocracia.


Como ya dijimos el domingo, Ana Guevara le regaló la última y más importante medalla al pueblo de México, la medalla de “La Dignidad y el Valor”. Declaró a los medios “que en este país, a nadie le interesa el deporte, ni al presidente ni a la secretaria de la SEP”. En consecuencia, renunció a proseguir con su exitosa carrera deportiva, para no seguir siendo parte de la SIMULACIÓN que hacen los jefes y jefecillos del deporte, que siguen hundidos en el pantano de la corrupción, irresponsabilidad e ineptitud en la que ha vivido el deporte nacional desde siempre. Y como dijo ante la TV, sí a mí no me apoyan y me obstaculizan, qué pueden esperar los deportistas que apenas comienzan.


Esa es la realidad en México, no solo del deporte, sino de todos los campos en los que el gobierno mete su corrupta mano. Así que los mexicanos, ante esta valiente declaración y muestra de honor y dignidad, debemos de empezar a pensar seriamente en la clase de gente que nos gobierna en los tres niveles, independientemente del color de su partido. La política ha demostrado, especialmente en los últimos tiempos, que la política es un ambiente CORRUPTO por naturaleza, por lo que entendemos que las personas decentes, honestas y positivas…NO SE METEN EN POLÍTICA.


Del otro lado vemos como le “cortaron la cabeza” al secretario de Gobernación. Ramírez Acuña nunca debió llegar a la SEGOB, en tanto que jamás ha tenido la capacidad para desarrollar una responsabilidad tan delicada, en la que se necesita madurez política, diplomacia y una casi infinita capacidad para conciliar lo irreconciliable. Ramírez Acuña a lo que podía aspirar era a ser jefe de algún cuerpo represor o a lo más, dirigir a la PFP. Más nada.


Pero la culpa no es de él, sino de quién lo nombró. Y vemos como los cambios en el gobierno federal se dan sobre el tenor de “los más íntimos” y cercanos al presidente. Vemos como son mafias que se van apoderando del gobierno (el gobierno, que es el mayor bien común del pueblo). Vemos muy claramente que, en los tres niveles de gobierno, “los equipos” no se conforman por capacidad, conocimiento o experiencia. No, todo es el amiguismo, “los compromisos” y la actitud mafiosa. Los puestos no son para los mexicanos más capaces, sino para los amigos y los intereses de los que llegan al poder.


Justamente por lo que esta finiquitando su carrera deportiva Ana Guevara, por la ineptitud, el amiguismo, la corrupción y la simulación, vemos como el Presidente nombra al más íntimo entre los íntimos secretario de Gobernación. Como vemos, Ana Guevara tiene toda la razón.

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