Recientemente se ha publicado en todo el mundo que el 27 de abril (1998) pasado murió en California E.U., el antropólogo Carlos Castaneda de un cáncer de hígado. Como al antropólogo y escritor fue muy discreto en su vida y jamás se dejó fotografiar o gravar a pesar de que se han tirado más de 30 millones de ejemplares de sus 10 libros en varios idiomas, manteniendo su vida en el misterio más absoluto, por lo cual se entiende que de esta manera también murió. "La libertad ilimitada de ser un desconocido".
Quienes conocemos la obra de Castaneda creemos que esta "versión oficial" de su muerte, es uno más de los ardides que ha sabido usar el Nagual para pasar inadvertido en medio de una multitud. Lo cierto probablemente, es que Castaneda ha dejado de existir como "Best Seller" y punto.
El Nagual Castaneda murió para el mundo profano aquella tarde en la que saltó desde un inmenso acantilado en la Sierra Norte de Oaxaca. Castaneda lo describe al final de sus Relatos de Poder (1974).
"Cruzamos el estrecho valle y trepamos a las montañas del lado este. Al pardear la tarde nos detuvimos por ,fin en una meseta plana y yerma que miraba un valle alto hacia el sur La vegetación había cambiado drásticamente. En todo el derredor había montañas redondas y erosionadas. La tierra del valle y las laderas estaba parcelada y cultivada, pero aun así toda la escena me sugería esterilidad.
El sol ya delineaba sobre el horizonte del suroeste. Don Juan y don Genaro nos llamaron al borde norte de la meseta. Desde este punto, el panorama era sublime. Había interminables valles y montañas hacia el norte, y una cordillera de altas sierras hacia el oeste. El sol reflejado en las distantes montañas hacia el norte las hacia parecer anaranjadas, del color de los bancos de nubes hacia occidente. Pese a su belleza, el paisaje era triste y solitario".
"-El crepúsculo es la raja entre los dos mundos -dijo don Juan-. Es la puerta a lo desconocido.
Esta es la planicie frente a la puerta.
Señaló entonces el filo norte de la meseta.
-Allí está la puerta. Más allá hay un abismo, y más allá de ese abismo está lo desconocido.
"Ahora nosotros seremos otra vez polvo en el camino
-dijo don Genaro-. Tal vez algún día otra vez vuelva a entrar en tus ojos.
Don Juan y don Genaro retrocedieron y parecieron perderse en la oscuridad. Pablito me tomó del antebrazo y nos dijimos adiós Entonces un extraño impulso, una fuerza, me hizo correr con él hacia el filo norte de la meseta. Sentí que su brazo me sostenía cuando saltamos, y luego quedé solo". C.C.
De esta manera, al arrojarse desde un acantilado, se despidió Castaneda de este mundo para iniciar su Viaje a Ixtlán, su viaje sin retorno al conocimiento para fundirse en el infinito. Ha sido un viaje muy largo, en el que ha estado casi solo, rodeado únicamente de un reducido grupo y frente a una inmensa responsabilidad. En efecto, el poder ha encomendado la tarea de divulgar los conocimientos del México Antiguo y tal vez, crea un nuevo linaje de conocimientos.
Después de ese extraordinario e ilógico acto, nada es igual en la vida, pues “nadie” se arroja a un abismo con la certeza de que se desintegrará y se convertirá en energía, que subirá y bajará como un a bola de fuego en la montaña. Después de este increíble hecho, Castaneda aparecerá en Los Angeles, California y regresará tiempo después a la Sierra Norte de Oaxaca a preguntarle a Pablito, qué fue lo que sucedió aquella noche en el Cerro de las Cenizas. A partir de ahí, Castaneda inicia su largo y solitario Viaje a Ixtlán, su viaje a lo inconmensurable.
“Lo que Genaro te dijo es su historia es precisamente eso . Genaro dejó su pasión por Ixtlán: su casa, su gente, todas las cosas que le importaban. Y ahora vaga al acaso por aquí y por allá cargando de sus sentimientos; y a veces, como dice, está a punto de llegar a Ixtlán. Todos nosotros tenemos eso en común”. (Viaje a Ixtlán. 1972).
Castaneda fue el discípulo de un “Hombre de Conocimiento”, un tolteca heredero de la sabiduría, conocimientos y Filosofía (Toltecáyotl) con lo que se forjó el milagro deslumbrante de la civilización del Anáhuac o México antiguo, a lo largo de más de 7 mil 500, aunque Don Juan Matus sostiene que su conocimiento tiene más de 10 mil años en el Anáhuac. El conocimiento que engendró toda esta maravillosa evolución humana, tan importante como la de China o la de la India, ha sido tercamente negado por los invasores, desde 1521 hasta nuestros días. Los Antiguos Mexicanos para los "especialistas” y público en general, sólo alcanzaron a tener una sanguinaria religión politeísta y a hacer monumentales "centros ceremoniales" para adorar “al sol, al agua y al viento" y no para desarrollar un decantado y sofisticado conjunto de saberes misteriosos acerca de la esencia luminosa del ser humano, conocimientos tal vez más avanzados que los que hoy posee la cultura Occidental.
Los toltecas de ayer y de hoy, buscan la trascendencia de la existencia a partir de un cuerpo energético, buscan en síntesis, lo que han buscado todos los pueblos sabios del mundo... la luz del infinito.
Las enseñanzas de Don Juan fueron un ardid o un medio, para llegar a la esencia del conocimiento. En efecto, todos los 9 libros que Castaneda escribió sobre las enseñanzas de su maestro don Juan Matus son ¡un engaño! En tanto no enseñan lo esencial. Parece cómico pero así es. Los que "estudiamos" cada uno de sus libros durante muchos años, jamás supimos que los constantes “estirones" que se daba Don Juan, eran los famosos "Pases mágicos", y como Castaneda no tenía el poder personal suficiente para entenderlos, menos lo tendríamos sus lectores. De modo que hasta que aparece la "Tensegridad", comprendemos que el ser humano es un huevo luminoso y que posee dentro de ese huevo toda nuestra energía y que requiere "removerla' de espacios donde se han ido acumulando y neutralizando, para poderla utilizar en intentar el logro supremo de la Toltecáyotl.
Castaneda fue un Nagual de tres puntas y no de cuatro, lo que obligó a don Juan a cambiar de último momento el "arreglo" con su grupo y el propio destino de Castaneda. Efectivamente, Castaneda termina un ciclo e inicia otro nuevo, en la milenaria sabiduría.
La Toltecáyotl deja el mundo subterráneo y clandestino en el que se movió y evolucionó por siglos y aparecen a través de libros al alcance de cualquier persona que tenga un poquito de poder personal. Muchos nos perdimos y hasta nos hicimos viejos en "la onda de don Juan", muy pocos entendieron con su cuerpo que el "conocimiento" no está en las drogas, ni en los libros y en la razón, ni en las técnicas, sino en la energía que esta dentro de uno mismo. Pocos entendieron que la razón y el cuerpo físico y su entorno, son tan sólo un medio (muy valioso) para desarrollar el cuerpo energético y llegar a la luz.
Es difícil hablar de esto, sobre todo cuando no se puede pronunciar lo innombrable y como en mi caso, que no se cuenta con la energía suficiente. En torno a Castaneda están los "azotericos" (los que se azotan) y los "drogos", pero el desafío esta en puerta. Pronto viviremos cambios dramáticos que requerirán guerreros del espíritu para trascender tamaños desafíos.
Castaneda ha cumplido su tiempo humano entre nosotros. A "muerto el escritor"... ¡Viva el escritor! Ahora su nombre cabalga en la épica de este final de siglo y los conocimientos que transmitió y el nuevo ciclo que inició están en el aire. Qué harán sus discípulos con la Tensegridad, aparecerán otras formas del antiguo conocimiento del México Antiguo, regresará la Serpiente Emplumada o todo habrá sido una soberbia tomada de pelo de un impecable impostor?. Si esto es así, estaremos frente a uno de los escritores más creativos de este siglo que termina, pues no sólo inventar al "personaje" de Don Juan, sino entretejer una muy cuidadosa y casi perfecta forma de inventar la vida y el mundo del México antiguo.
Don Juan le enseñó a Castaneda a "tener que creer" y a vivir como guerrero. Lo cierto es que Castaneda como Don Juan y Don Genaro, ahora se han vuelto polvo en el camino.
( * ) Tomado del libro PARA LEER A CARLOS CASTANEDA
Quienes conocemos la obra de Castaneda creemos que esta "versión oficial" de su muerte, es uno más de los ardides que ha sabido usar el Nagual para pasar inadvertido en medio de una multitud. Lo cierto probablemente, es que Castaneda ha dejado de existir como "Best Seller" y punto.
El Nagual Castaneda murió para el mundo profano aquella tarde en la que saltó desde un inmenso acantilado en la Sierra Norte de Oaxaca. Castaneda lo describe al final de sus Relatos de Poder (1974).
"Cruzamos el estrecho valle y trepamos a las montañas del lado este. Al pardear la tarde nos detuvimos por ,fin en una meseta plana y yerma que miraba un valle alto hacia el sur La vegetación había cambiado drásticamente. En todo el derredor había montañas redondas y erosionadas. La tierra del valle y las laderas estaba parcelada y cultivada, pero aun así toda la escena me sugería esterilidad.
El sol ya delineaba sobre el horizonte del suroeste. Don Juan y don Genaro nos llamaron al borde norte de la meseta. Desde este punto, el panorama era sublime. Había interminables valles y montañas hacia el norte, y una cordillera de altas sierras hacia el oeste. El sol reflejado en las distantes montañas hacia el norte las hacia parecer anaranjadas, del color de los bancos de nubes hacia occidente. Pese a su belleza, el paisaje era triste y solitario".
"-El crepúsculo es la raja entre los dos mundos -dijo don Juan-. Es la puerta a lo desconocido.
Esta es la planicie frente a la puerta.
Señaló entonces el filo norte de la meseta.
-Allí está la puerta. Más allá hay un abismo, y más allá de ese abismo está lo desconocido.
"Ahora nosotros seremos otra vez polvo en el camino
-dijo don Genaro-. Tal vez algún día otra vez vuelva a entrar en tus ojos.
Don Juan y don Genaro retrocedieron y parecieron perderse en la oscuridad. Pablito me tomó del antebrazo y nos dijimos adiós Entonces un extraño impulso, una fuerza, me hizo correr con él hacia el filo norte de la meseta. Sentí que su brazo me sostenía cuando saltamos, y luego quedé solo". C.C.
De esta manera, al arrojarse desde un acantilado, se despidió Castaneda de este mundo para iniciar su Viaje a Ixtlán, su viaje sin retorno al conocimiento para fundirse en el infinito. Ha sido un viaje muy largo, en el que ha estado casi solo, rodeado únicamente de un reducido grupo y frente a una inmensa responsabilidad. En efecto, el poder ha encomendado la tarea de divulgar los conocimientos del México Antiguo y tal vez, crea un nuevo linaje de conocimientos.
Después de ese extraordinario e ilógico acto, nada es igual en la vida, pues “nadie” se arroja a un abismo con la certeza de que se desintegrará y se convertirá en energía, que subirá y bajará como un a bola de fuego en la montaña. Después de este increíble hecho, Castaneda aparecerá en Los Angeles, California y regresará tiempo después a la Sierra Norte de Oaxaca a preguntarle a Pablito, qué fue lo que sucedió aquella noche en el Cerro de las Cenizas. A partir de ahí, Castaneda inicia su largo y solitario Viaje a Ixtlán, su viaje a lo inconmensurable.
“Lo que Genaro te dijo es su historia es precisamente eso . Genaro dejó su pasión por Ixtlán: su casa, su gente, todas las cosas que le importaban. Y ahora vaga al acaso por aquí y por allá cargando de sus sentimientos; y a veces, como dice, está a punto de llegar a Ixtlán. Todos nosotros tenemos eso en común”. (Viaje a Ixtlán. 1972).
Castaneda fue el discípulo de un “Hombre de Conocimiento”, un tolteca heredero de la sabiduría, conocimientos y Filosofía (Toltecáyotl) con lo que se forjó el milagro deslumbrante de la civilización del Anáhuac o México antiguo, a lo largo de más de 7 mil 500, aunque Don Juan Matus sostiene que su conocimiento tiene más de 10 mil años en el Anáhuac. El conocimiento que engendró toda esta maravillosa evolución humana, tan importante como la de China o la de la India, ha sido tercamente negado por los invasores, desde 1521 hasta nuestros días. Los Antiguos Mexicanos para los "especialistas” y público en general, sólo alcanzaron a tener una sanguinaria religión politeísta y a hacer monumentales "centros ceremoniales" para adorar “al sol, al agua y al viento" y no para desarrollar un decantado y sofisticado conjunto de saberes misteriosos acerca de la esencia luminosa del ser humano, conocimientos tal vez más avanzados que los que hoy posee la cultura Occidental.
Los toltecas de ayer y de hoy, buscan la trascendencia de la existencia a partir de un cuerpo energético, buscan en síntesis, lo que han buscado todos los pueblos sabios del mundo... la luz del infinito.
Las enseñanzas de Don Juan fueron un ardid o un medio, para llegar a la esencia del conocimiento. En efecto, todos los 9 libros que Castaneda escribió sobre las enseñanzas de su maestro don Juan Matus son ¡un engaño! En tanto no enseñan lo esencial. Parece cómico pero así es. Los que "estudiamos" cada uno de sus libros durante muchos años, jamás supimos que los constantes “estirones" que se daba Don Juan, eran los famosos "Pases mágicos", y como Castaneda no tenía el poder personal suficiente para entenderlos, menos lo tendríamos sus lectores. De modo que hasta que aparece la "Tensegridad", comprendemos que el ser humano es un huevo luminoso y que posee dentro de ese huevo toda nuestra energía y que requiere "removerla' de espacios donde se han ido acumulando y neutralizando, para poderla utilizar en intentar el logro supremo de la Toltecáyotl.
Castaneda fue un Nagual de tres puntas y no de cuatro, lo que obligó a don Juan a cambiar de último momento el "arreglo" con su grupo y el propio destino de Castaneda. Efectivamente, Castaneda termina un ciclo e inicia otro nuevo, en la milenaria sabiduría.
La Toltecáyotl deja el mundo subterráneo y clandestino en el que se movió y evolucionó por siglos y aparecen a través de libros al alcance de cualquier persona que tenga un poquito de poder personal. Muchos nos perdimos y hasta nos hicimos viejos en "la onda de don Juan", muy pocos entendieron con su cuerpo que el "conocimiento" no está en las drogas, ni en los libros y en la razón, ni en las técnicas, sino en la energía que esta dentro de uno mismo. Pocos entendieron que la razón y el cuerpo físico y su entorno, son tan sólo un medio (muy valioso) para desarrollar el cuerpo energético y llegar a la luz.
Es difícil hablar de esto, sobre todo cuando no se puede pronunciar lo innombrable y como en mi caso, que no se cuenta con la energía suficiente. En torno a Castaneda están los "azotericos" (los que se azotan) y los "drogos", pero el desafío esta en puerta. Pronto viviremos cambios dramáticos que requerirán guerreros del espíritu para trascender tamaños desafíos.
Castaneda ha cumplido su tiempo humano entre nosotros. A "muerto el escritor"... ¡Viva el escritor! Ahora su nombre cabalga en la épica de este final de siglo y los conocimientos que transmitió y el nuevo ciclo que inició están en el aire. Qué harán sus discípulos con la Tensegridad, aparecerán otras formas del antiguo conocimiento del México Antiguo, regresará la Serpiente Emplumada o todo habrá sido una soberbia tomada de pelo de un impecable impostor?. Si esto es así, estaremos frente a uno de los escritores más creativos de este siglo que termina, pues no sólo inventar al "personaje" de Don Juan, sino entretejer una muy cuidadosa y casi perfecta forma de inventar la vida y el mundo del México antiguo.
Don Juan le enseñó a Castaneda a "tener que creer" y a vivir como guerrero. Lo cierto es que Castaneda como Don Juan y Don Genaro, ahora se han vuelto polvo en el camino.
( * ) Tomado del libro PARA LEER A CARLOS CASTANEDA
www.toltecayotl.org
1 comentario:
Tu comentario es bastente factible, tal vez Castaneda solo acechó a sus acechadores empedernidos y decidio cortar con toda esa propaganda y ser realmente libre y es más factible si existiendo tal posibilidad, no la hubiera explotado antes de morir en la realidad.
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