jueves, 22 de mayo de 2008

EL VIAJE A IXTLÁN ( * )


Ésta es una de las metáforas más bellas y poéticas de la obra. Don Juan le enseña a Castaneda que cuando un aprendiz de la Toltequidad inicia el camino hacia el conocimiento (El viaje a Ixtlán), el aprendiz tiene que dejar todo lo que antes conocía y amaba; el viaje a Ixtlán es difícil y solitario, más no desolador. En este viaje no hay lugares familiares, ni gente conocida; está acechado por “fantasmas”, seres humanos con angustias y ansiedades comunes; "fantasmas" que llaman y buscan que el aprendiz pierda el camino a lxtlán.

Don Juan dice que sólo como guerreros se puede sobrevivir en el viaje a Ixtlán. La técnica del “camino del guerrero” fue elaborada por los viejos toltecas para poder transitar en todo su recorrido el camino a Ixtlán. Don Juan dice que el arte del guerrero es, equilibrar el prodigio de ser hombre con el terror de ser hombre. Para sobrevivir en el viaje a Ixtlán se debe ser claro y estar mortalmente seguro de su impecabilidad.

El libro de “Viaje a Ixtlán” es el que recomendamos para iniciar la lectura de la obra de Carlos Castaneda. En él, el autor logra hacer un primer recuento de sus experiencias. Nos transmite las técnicas básicas para el ahorro de energía y al final nos da una idea del camino hacia el conocimiento. Tal vez éste, junto con “Relatos de poder”, sean los libros básicos de la primera parte, en la que el autor escribe al lado de la presencia “física” de Don Juan.

De alguna manera “Viaje a Ixtlán” sienta las bases de lo que serán las enseñanzas de Don Juan, tocándose puntos básicos y objetivos de cómo transitar hacia el conocimiento. Las técnicas que Don Juan le enseña a Castaneda para ahorrar energía nada tienen que ver con las drogas o el uso de artes fantásticas; por el contrario, hablan de actitudes y formas de actuar en el mundo "real y cotidiano”. En ese mundo el aprendiz entablará su batalla. Muchos lectores urbanos de Castaneda han buscado el conocimiento en las montañas, con chamanes y, en algunos casos, por medio de las drogas. Pero Don Juan es muy claro en eso: dice que en el hacer de nuestro mundo, ahí mismo, encontraremos el camino. A fin de cuentas lo que en principio debemos de trabajar es en sacar toda la basura que llevamos dentro y remover el cúmulo de ideas fijas y preconcebidas con las que nos movemos.

Finalmente diremos que todas las técnicas que Don Juan le enseñó a Castaneda sobre el lado derecho tenía como finalidad que aprendiera a ahorrar energía. Es muy fácil "perderse" en la selva de las técnicas, es decir, tomarlas como fin, cuando tan sólo son medios. Además hay que recordar que Castaneda resultó un aprendiz muy "resistente" en el campo de la razón y Don Juan tuvo que tratar por diferentes medios de “sensibilizarlo” teniendo que recordar que Castaneda seleccionó en su obra lo que pensó era conveniente relatar. Pero siempre reconoció que muchas de las enseñanzas, al principio, no las entendió ni las intuyó. Al principio Castaneda pensaba que Don Juan era un indio viejo y extraño que le decía cosas o le ponía a hacer tareas que para él no tenían mucho sentido, pero que más adelante, cuando tuvo el ahorro suficiente de energía, pudo "entender".

“-¿Eran aliados esos fantasmas, don Genaro? -pre­gunté.
-No. Eran gente.
-¿Gente? Pero usted dijo que eran fantasmas.
-Dije que ya no eran reales. Después de mi en­cuentro con el aliado, ya nada fue real…
-Todos aquellos con los que Genaro se encuentra en su camino a Ixtlán son nada más seres efímeros -explicó don Juan-. Tú, por ejemplo. Eres un fantasma. Tus sentimientos y tu ansiedad son los de la gente. Por eso dice que sólo se encuentra viajeros fantasmas en su viaje a Ixtlán.
De pronto me di cuenta de que el viaje de don Genaro era una metáfora.
-Entonces, su viaje a Ixtlán no es real -dije.
-¡Es real! -repuso don Genaro-. Los viajeros no son reales…
Para entonces, claro, serás brujo, pero eso no ayuda; en un momento así, lo importante para todos nosotros es el hecho de que todo cuanto amamos, odiamos, o desea­mos ha quedado atrás. Pero los sentimientos del hombre no mueren ni cambian, y el brujo inicia su camino a casa sabiendo que nunca llegará, sabiendo que, ningún poder sobre la tierra, así sea su misma muerte, lo conducirá al sitio, las cosas, la gente que amaba. Eso es lo que Genaro te dijo…
-Sólo como guerrero se puede sobrevivir en el ca­mino del conocimiento -dijo-. Porque el arte del guerrero es equilibrar el terror de ser hombre con el prodigio de ser hombre.” C.C. "Viaje a Ixtlán"

( * ) Tomado del libro PARA LEER A CARLOS CASTENEDA.



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