miércoles, 19 de noviembre de 2014

JOSÉ VASCONCELOS el maestro colonizador 1/2


En lo que hoy es México fue la cuna de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad. Dos rasgos fundamentales que la distinguen son: fue la única que tuvo como base y fundamento un sistema de educación obligatorio, público y gratuito, que le darán un rostro propio hasta nuestros días; y en segundo lugar, que como consecuencia alcanzó el más alto nivel de vida para todo sus pueblo durante por lo menos mil años (200 a.C. a 850 d.C.). De este modo podemos afirmar que en el Anáhuac nació la pedagogía y la didáctica y que los primeros misioneros y frailes fue uno de los elementos culturales que más les impresionó.
 
 
“Ninguna cosa más me ha admirado, más digna de alabanza, que el cuidado y orden que en criar a sus hijos tenían los mexicanos. Porque entendiendo bien que en la crianza e institución de la niñez y juventud consiste toda la buena esperanza de la república, dieron en aportar a sus hijos de regalo y libertad que son dos partes de aquella edad y en ocuparlos en ejercicios provechosos y honestos.” (Joseph Acosta. 1590).
 
Los conquistadores y posteriormente los colonizadores inmediatamente desmantelaron el sistema de educación, destruyeron las escuelas, quemaron los libros, y por supuesto, asesinaron a los maestros. La colonización justamente se sustenta en la aniquilación del potencial del invadido-explotado para revelarse y poner fin a su estado indefensión-esclavitud. Un pueblo sin su lengua, memoria, conocimientos, espacios y espiritualidad, queda en un total y absoluto estado de indefensión y fragilidad que puede durar cinco siglos o más, pues al perder su conciencia de sí mismo queda en calidad de zombi.
 
Durante los siguientes tres siglos, después del inicio de la invasión-ocupación, los anahuacas quedaron sin la mínima oportunidad de educarse académicamente, solo fueron sometidos al terror a sangre y fuego de la evangelización. La mente colonizada inmediatamente podrá argumentar que no es cierto, que los españoles crearon en 1534 el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, sin embargo, el perverso fin de esta iniciativa era de “educar solo a los hijos de la nobleza nahua” del  Valle de México, para “convertirlos al pensamiento, cultura y religión española” y a través de ellos, gobernar mejor a la base esclava que estaba enviando toneladas de riqueza a la corona española. Este modelo colonizador ha sido repetido en el Siglo XX, ahora por los Estados Unidos, como lo explica el memorándum del Secretario de Estado al Presidente de aquél país:
 
“...México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría  otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos. México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros...” (Richard Lansing, Secretario de Estado del presidente Wilson. 1924. Reproducido en el Boletín de Economistas 1963-1967, de la Escuela Nacional de Economistas, UNAM.)
 
 
El “experimento educativo” del Siglo XVI de los españoles fue clausurado porque resultó que los estudiantes demostraron capacidades sorprendentes y muy pronto aventajaron a sus maestros. Es lógico entender lo que sucedió debido a que por más de tres mil años los anahuacas fueron de generación en generación a la escuela. Para tener una idea de la dimensión del fenómeno es que en 1519 de los 550 españoles que desembarcaron en el Anáhuac solo tres sabían leer y escribir y en el Anáhuac todos tenían educación académica, como afirma Jacques Soustelle en su libro “La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista” y en él, al describir la educación nos dice:
 
“Es admirable que en esa época  y en ese continente, un pueblo indígena de América haya practicado la educación obligatoria para todos y que no hubiera un solo niño mexicano del siglo XVI, cualquiera que fuese su origen social, que estuviera privado de escuela.”  (1956).
 
Cuando los criollos en 1810-1821 le dieron el “golpe de Estado” a los gachupines a través de levantar al pueblo anahuaca en contra de la corona, que la historia oficial del Estado criollo neocolonial llama con eufemismo “Guerra de Independencia”, se inicia un nuevo periodo con las mismas estructuras del periodo colonial hispano, solo que ahora en manos de los criollos. La educación durante la primera parte del Siglo XIX fue un enunciado más, especialmente de los mestizos y mulatos. No hubo oportunidad de instaurar un sistema de educación pública porque los criollos que desplazaron a los gachupines del poder, se dividieron en dos bandos y se la pasaron en permanentes guerras fratricidas por lo que el país sufrió dos invasiones y la pérdida de más de la mitad del territorio.
 
Otro problema que enfrentaron los gobiernos del Siglo XIX fue la permanente banca rota de las arcas de la nación, tanto por las guerras, el pésimo gobierno, como por la permanente corrupción. Un insignificante intento limitado solo a algunos núcleos urbano fue el de Justo Sierra como Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes de Porfirio Díaz en 1905.
 
“Fue hasta 1905 en que Porfirio Díaz aceptó separar del Ministerio de Justicia el ramo de la instrucción pública para hacer una nueva Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, cuya titularidad estuvo a cargo de Sierra del 1º. de julio de 1905 al 24 de marzo de 1911.
 
Este cambio significó para Sierra que el presidente Díaz había comprendido que la educación pública en el país era tan importante como la transformación económica. La asignación presupuestal fue mayor cada año, pero mínima comparada con lo asignado al Ministerio de Guerra, que acaparaba la cuarta parte del presupuesto total. En este año, del total de mexicanos, el 85% de la población era analfabeta.            (Ana Verónica Ávila.http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/reformaeducativadejustosierra.htm)
 
Fue hasta 1921 cuando el General Álvaro Obregón crea la Secretaria de Educación Pública y nombra como su primer secretario al Lic. José Vasconcelos Calderón, “hombre ilustrado de su tiempo”, total y plenamente colonizado. Su visión eurocéntrica y católica, no le permite reconocer ningún valor o conocimiento de la Civilización del Cem Anáhuac. En el prólogo de su famosa novela “El Ulises Criollo”, Vasconcelos nos da una descripción brutal de su visión colonial de nuestros milenarios antepasados y lo que para él significaba la civilización Occidental y la religión Católica.
 
“En todo caso, la conclusión más optimista que se puede derivar de los hechos observados es que aún los mestizajes más contradictorios pueden resolverse benéficamente siempre que el factor espiritual contribuya a levantarlos. En efecto, la decadencia de los pueblos asiáticos es atribuible a su aislamiento, pero también, y sin duda, en primer término, al hecho de que no han sido cristianizados. Una religión como la cristiana hizo avanzar a los indios americanos, en pocas centurias, desde el canibalismo hasta la relativa civilización.”
 
Esta “relativa civilización” es la que Vasconcelos pretende “salvar” a través del flamante sistema educativo postrevolucionario. “Educar” para Vasconcelos es occidentalizar y cristianizar erradicando las Culturas Madre. De modo que si se analiza la propuesta de los primeros misioneros del Siglo XVI frente a una cultura muy superior a ellos, especialmente en el tema de educación, Vasconcelos vuelve a tratar de hacer lo mismo. Redimir, salvar a “los indios incultos” a partir de la cultura y la educación occidental, de la cual, él era solo un remedo, una copia despreciada por los europeos.
 
“junto con la campaña alfabetizadora, Vasconcelos enfoca como labor preferente “… Incorporar a los indios de las diferentes razas que pueblan el territorio nacional, a la civilización, para convertirlos en ciudadanos y productores…”. Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
 
Es lamentable y vergonzoso que entre el magisterio mexicano y los especialistas en educación, exista un pobre y minúsculo análisis crítico de los planteamientos de los “insignes educadores” y que, en vez de leerlos críticamente, se sigan repitiendo cómodamente los clichés coloniales, sin conocer a fondo su errada ideología sustentada en la colonización mental, cultural y el racismo extremo que existe en el país. Los “padres de la educación moderna de México”, en su mayoría se inspiraban en el pensamiento “positivista”, compartían con sus diferentes matices la visión de Vasconcelos en términos generales, como: Justo Sierra, Gabino Barreda, Enrique C. Rébsamen, Gregorio Torres Quintero, Abran Castellanos, etc. 
 
“La gente de razón”, especialmente la que posee estudios superiores conoce muy poco, y menos les interesa, los alcances y logros civilizatorios del Anáhuac, menos aún los egresados de las escuelas normales, quienes repiten al pie de la letra el discurso histórico de “la batalla de la noche triste”, con el que posteriormente troquelaran colonialmente las mentes de sus alumnos. Desde 1521 se partió de que “los naturales” no tenían alma, es decir, no eran seres humanos, razón por la cual, “legal y cristianamente” se les podía usar para su beneficio. Este pensamiento poco cambió en la creación del Estado Mexicano postrevolucionario en 1921, que tiene una “ideología neocolonial criolla”. En ella, los “indios” primero y posteriormente “indígenas”, deben ser “integrados” al Estado nación, para crear riqueza y consumir. Vasconcelos entonces tratará de cumplir las aspiraciones inconclusas de los primeros colonizadores del Siglo XVI.
 
“De regreso a Mérida, se realiza la excursión obligará a Uxmal y Chichén Itza; frente a las ruinas arqueológicas comenta:”… según el grado de conservación y lo que indican las decoraciones se han inventado nombres para los restos de las construcciones más grandes: el Templo de los Guerreros y la Casa de las Monjas, etc. El juego de pelota ocupó un vasto y bien conservado anfiteatro y así sucesivamente, según avanza la etiqueta del desenterrador, van apareciendo año tras año prodigios nuevos; pero todo es uniformemente bárbaro, cruel y grotesco. Sin ningún sentido de belleza; en el decorado, simple y labor paleográfica. Como no tuvieron alfabeto eficaz usaron el dibujo y el relieve como lenguaje, lo que fuerza y aleja la línea de su desarrollo musical desinteresado, que es la esencia del arte. Decoración utilitaria, que, por lo mismo, no los causa emoción estética alguna; sólo el asombro de los tanteos y aberraciones del alma humana…”. Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
 
El concepto de la educación para Vasconcelos es civilizar e integrar, entendiendo como occidentalizar y modernizar a los pueblos campesinos e indígenas. Acabar con todo vestigio de las culturas originarias emanadas de la Civilización Madre.  Erradicar las lenguas, culturas, tradiciones y costumbres ancestrales que maravillosamente, en un heroico ejercicio de “resistencia cultural”, los pueblos indígenas y campesinos lograron mantener a lo largo de casi cuatro siglos y medio de coloniaje, exclusión y persecución.  Se pretende “integrar” al campesino y al indígena como trabajadores y consumidores de una sociedad homogénea, monolingüe y “nacional”.
 
Por esta razón se crean las llamadas “Misiones Culturales”, una especie de “extensionismo eurocéntrico”, que pretende “civilizar-integrar-modernizar-mejorar” a los “primitivos y salvajes” nativos que reacios históricos “al progreso” (occidental), se aferran en su “bárbaras y rudimentarias culturas”. A estos personajes se les llamó “misioneros” en el sentido judeocristiano quienes se iban incrustando en las comunidades para destruir, desarticular y corromper las milenarias tradiciones y costumbres emanadas de la Civilización Madre.  Hasta la fecha el modelo no ha cambiado en lo esencial. Personas con un bajo nivel académico y una limitada cultura eurocéntrica, -en voraz acenso social-, van con la representación del Estado mexicano a través de la SEP a “convertir” a los masehuales en ciudadanos modernos y productivos.
 
“El maestro misionero no debe despreciar ninguna oportunidad para lograr su objeto. Inspírese en el espíritu de los misioneros franciscanos que cristianizar a los indios y tenga presente que su trabajo es de amor, de actividad, y de inteligencia. La escuela ha de tener por mira enseñar a hablar a los niños y a los vecinos el idioma castellano (leerlo y escribirlo); enseñarlos a conocer su tierra (plantas, animales y minerales); enseñarlos a explotar a todo trance sus productos regionales para elevar su condición económica y despertarles la conciencia de su propio valer para incorporarlo a la masa trabajadora de México.” (Instructivo para capacitar a los misioneros 1923). Joaquín Cárdenas Noriega. 1982.
 

 

viernes, 7 de noviembre de 2014

EL PAVOROSO IMPERIO DEL BECERRO DE ORO


 
Supuestamente el ser humano “que hoy somos”, vive en civilizaciones desde hace diez mil año. Según los expertos, el ser humano vivió en la prehistoria 30 mil años antes de inventar la agricultura y convertirse en pueblos sedentarios.

 
Pues bien, de esos 10 mil años de vivir en comunidad y del cultivo de la tierra, en los últimos 500 se creó una forma diferente de entender, significar y vivir la vida. En efecto, a partir de 1492 (fecha simbólica) se termina “el mundo antiguo” y se inicia el mundo moderno o la concepción ideológica llamada “la modernidad”.

 
Con la invasión del continente americano y a través de las miles de toneladas de oro, plata y recursos robados al esclavizar a los pueblos originarios, los paupérrimos y salvajes reinos europeos se empezaron a “capitalizar” surgiendo el capitalismo.

 
Este es el inicio, -abierto y declarado-, de “los Mercaderes” de arrebatarles el poder a los reyes y emperadores (autoridades en general), primero de Europa y después de todo el mundo. Durante 9500 años el “poder” había estado en manos de linajes, jerarquías, cofradías, etc., que de una u otra forma pretendía o asumían el poder “por designio divino”, por lo cual era sagrado, independientemente de la religión en donde se apoyara. Los Mercaderes, que son los adoradores del “becerro de oro”, por más riquezas que tuvieran no podían acceder al Poder, que era reservado solo a estos linajes.


Los Mercaderes eran mantenidos por medio de férreos controles con los que limitaban sus “posibilidades” de intervenir y encausar a los pueblos en sus ambiciones de poder y beneficios económicos. Razón por la cual, los Mercaderes, decidieron luchar por “sus derechos” y la bandera que enarbolaron fue la de “LA LIBERTAD” y la asumieron como el bien más importante del ser humano.

 
Los Mercaderes pretendieron dese esos tiempos tener una patria propia donde ellos impusieran su ley y después al mundo a partir del pleno y total e irrestricto derecho a acceder al dominio sobre el mundo. Este derecho lo disfrazaron con la búsqueda de “la libertad”.

 
Libertad de comerciar, atesorar, comprar, explotar, someter por medio de sus riquezas los pueblos, a las personas y las estructuras de organización, tanto públicas como comunitarias. Los Mercaderes necesitaban cambiar las milenarias leyes de los pueblos para tener plena libertas de explotar y enriquecerse sin ninguna limitación.

 
Después del tsunami que representó la entrada de oro y plata a los comerciantes europeos, que primero se asentaron en Sevilla, pero posteriormente en toda Europa, especialmente los que se avecindaron en Ámsterdam y luego en Londres, comenzó una estrategia subterránea y silenciosa por “minar” las estructuras del sistema de gobierno de las monarquías.

Se empezó a preparar el nuevo orden social. Se financió y alentó a una nueva clase de gente,  “los intelectuales”, que empezaron a pensar en otro tipo de sociedad al formular un nuevo “contrato social” y crear los “derechos individuales”, quedando atrás los comunitarios. Se alentó la búsqueda de ideas y razones por las cuales los pueblos se temían que sacudir de las monarquías. Y se “inventó” la democracia supuestamente tomada de la cultura grecolatina.

 
Para ello, se creó a una plaga humana que ha medrado a los pueblos desde su origen en “La Asamblea”. Los políticos crearían el marco legal de la burguesía al poder. Los políticos son personas sin principios y valores que por el poder y el dinero ilegítimo (emanado de él), luchan entre sí, teniendo como objetivo partir, fragmentar y dividir a la sociedad, para debilitar el “bien común” en favor del “la iniciativa privada” de los Mercaderes.

 
Se crearon las logias masónicas para formar cuadros de “la sociedad civil”, especialmente de los pequeños comerciantes y aquellos que tenían un oficio o profesión reconocida, para que remplazaran a los cuadros administrativos de la monarquía y de la iglesia. Se le abrió las puertas al bajo clero para invitarlo al nuevo orden social donde el dinero sería el motor de la vida humana y la nueva religión “el culto al becerro de oro”.

 
Se financió con la gente más pobre de París un estallido social, que pomposamente llaman “Revolución Francesa”, que terminó en un golpe de Estado a la monarquía y posteriormente se utilizó a Napoleón para destruir los reinos y crear las nuevas repúblicas…en las cuales, el dinero y sus personeros (políticos) cabildearían por la libertad y los derechos de los Mercaderes.

 
El argumento es que “¿el pueblo?” necesitaba un gobierno nacido de él y para él, que garantizara LA LIBERTAD, la propiedad privada y la iniciativa privada, el comercio y el uso de la fuerza para defender “la libertad” de los enemigos internos y externos. La verdad sucedió  exactamente todo lo contrario.

 
Al final, los Mercaderes terminarán siendo más despiadados e inhumanos que los monarcas y los pueblos vivirán en el esclavismo más brutal y explotador. Las “leyes del Mercado” que no tienen ninguna responsabilidad social e histórica, no solo explotan al individuo sino fundamentalmente le quitan los derechos más esenciales de vida, conciencia y libertad. La Naturaleza se convertirá en el enemigo a “dominar y explotar” y los pueblos en un insumo y un “mercado”.

 
El nuevo tirano será el Mercado, la religión será desbancada por la ciencia, la sabiduría por la tecnología, el motor de la sociedad moderna será la economía y el DINERO el nuevo dios que garantiza el consumo y con ello “la felicidad humana”.

 
El planeta pasará a ser gobernado por poderosas e invisibles sociedades anónimas, quienes determinarán las economías de las regiones, los contenientes, los países y los pueblos. Desde un misterioso espacio invisible e impalpable para el común de las personas comunes, estas organizaciones criminales sin rostro moverán los hilos invisibles de la economía, la geopolítica y las guerras.

 
Esta, -macro fuerza supranacional-, a través de diversas empresas trasnacionales irán poco a poco, pero de manera sistemática y eficiente, apoderándose de las economías, regionales, nacionales y continentales. Impondrán, no solo gobiernos y sus funcionarios que estarán a su servicio, sino que impondrán nuevos paradigmas, valores, visiones del mundo, la vida, la felicidad, el éxito, el fracaso, la moda, etc.

 
Crearán nuevos hábitos y costumbres personales, familiares y sociales, así como alimentos, enfermedades, diversiones, paradigmas. A través de los medios masivos de información y las nuevas tecnologías mantendrán a la gente hipnotizada y enajenada. Lograrán que la gente no piense, no tenga sentido común y menos conciencia y aspiraciones de trascendencia en el plano espiritual. Será un mundo de zombis.

 
Estas poderosas fuerzas económicas impondrán el DINERO como el único y más elevado proyecto de realización humana y social. Todo el mundo humano girará en torno al DINERO, pero “ellos”, lo tendrán todo. El frenesí del dinero será la energía que mueva los motores de los gobiernos, las empresas, las familias y las personas.

Para alcanzar esta meta, se ha logrado corromper totalmente a los gobiernos y las instituciones políticas de cada país. Los mercaderes representan una fuerza tan poderosa que pueden crear de la noche a la mañana a los políticos, los líderes sociales, los artistas, etc., y al mismo tiempo, en un instante, desaparecerlos. Como todo se mueve con y por DINERO, los Mercaderes manejan a su antojo a los gobiernos a través de sus empleados llamados políticos. Los Mercaderes manejan a su antojo las “democracias” porque éstas se mueven con…DINERO, y ellos tienen todo el dinero del mundo, es decir, todo el poder.
 

Las diferencias a nivel de países de esta acción perversa del Mercado, radica en el grado de conciencia, educación y participación ciudadana de cada pueblo. En la medida que ésta es grande, los políticos se ven sometidos a las presiones y escrutinio público por lo que los Mercaderes tienen un poco más restringidos sus poderes al ser “supervisados” y llamados a cuentas a sus empleados los políticos.

El punto es que se tiene que convencer a los pueblos a través de aparentar que las democracias funcionan, que existen tres poderes independientes, que los partidos políticos y sus políticos son instituciones y personas preocupadas y responsables con sus pueblos. Los medios masivos y la élite de gente que se beneficia con “el sistema” trabajan todos los días eficientemente para hacer creer a las personas que “el sistema” si funciona y funciona muy bien. Para ello existe todo el dinero del mundo, las tecnologías y las instituciones, así como “las mentes más brillantes” que se venden al sistema.

En algunos países, muy pocos y pequeños, los Mercaderes permiten que da alguna manera que “funcione bien el sistema”, justamente para demostrar a todos los demás su viejo y cínico adagio, “que lo que no funcionan son las personas, pero que el sistema es muy bueno”. No bueno, sino ¡el mejor!, que el ser humano ha creado en estos diez mil años, por ende el único debe existir sobre la Tierra, y que no se debe de pensar en cambiarlo o modificarlo. Este es justamente el engaño.

Los pueblos ingenuamente piensan que si “cambian a las personas en el poder”, los problemas estructurales se resolverán. Cuento de nunca acabar con las corruptas elecciones. Cuando el pueblo se cansa de los engaños de los políticos, los Mercaderes los cambias a través de su “democracia” o otros iguales o peores.

En la mayoría de los países que son históricamente los aportadores de los recursos naturales y la mano de obra esclava. “El sistema” se encarga de que la gente sea mucho más ignorante, pierda su educación ancestral y sus tradiciones y costumbres. Pero sobre todo, que se enajene y embrutezca. Entre más ignorante y pobre sea el pueblo de un país es más fácil utilizar las instituciones del Estado para servir a los Mercaderes.

A mayor educación, conciencia y participación ciudadana, menor margen de acción de los Mercaderes y sus empleados los mentirosos políticos y sus cleptómanos funcionarios.

En el México de 2014 estamos llegando al resquebrajamiento de la estructura colonial que se implantó desde 1521 por medio de la invasión española, y que fue transformada en 1821 por la traición de los ambiciosos criollos en un neocolonialismo disfrazado de democracia bananera. Estas peligrosas fracturas que están sufriendo “el sistema neocolonial” son producto de la incapacidad, opacidad y corrupción de los “Mercaderes locales” y sus irresponsables empleados los políticos.

Con una cortina de humo se trata de hacer creer al pueblo que existe una democracia y una división de poderes. Totalmente falso, lo que existe un pacto de impunidad que inicia con las personas más ricas del país y que termina en la administración pública en sus tres niveles y desde luego, en los partidos políticos. Los Mercaderes locales están a su vez al servicio del “gran orden mundial” del culto al “becerro de oro”.
 

Todos los partidos políticos, -sin excepción-, coludidos y a las órdenes de los capitales locales y los transaccionales, así como la alta y media burocracia, que se ha constituido como una “rancia monarquía hereditaria”, forman un perverso entramado inconfesable por sus mezquinos y antipatriotas intereses, pero sobre todo por su PACTO SECRETO DE ABSOLUTA IMPUNIDAD. Entregan cínicamente los recursos de la Nación a las empresas extranjeras e inhumanamente condenan a todos los trabajadores a ser esclavos famélicos de sus empleadores, para que estos hagan más DINERO del sufrimiento y la degradación del pueblo.

Un puñado de personas históricamente se ha organizado secretamente fuera de la Ley, para apoderarse del más importante y valioso “bien común del pueblo” que es su gobierno. Se han apoderado de las instituciones es sus tres niveles de gobierno y las usan para delinquir “legalmente”. Reforman la Constitución para su beneficio y para servir a sus amos. Se asocian con el crimen organizado y mantienen en el país un clima de TERROR, para que nadie se atreva a protestar. El país lo han convertido en una inmensa fosa clandestina.


Todo comenzó con las matanzas de Cholula y del Templo Mayor, y han seguido sistemáticas y permanentes, hasta llegar a Tlatlaya e Iguala. Han sido millones de muertos por las armas, las enfermedades y la pobreza en estos cinco siglos. El pueblo lo único que tiene para su defensa es su conciencia y su organización. No es como la del respetable Dr. Mireles, por medio de las armas. Es en cambio, con la organización para la exigencia del cumplimiento estricto de la Ley y el fortalecimiento del Estado de Derecho.