México es un país con dos
realidades en lucha permanentemente, a veces de manera estridente y sangrienta,
otras veces, silenciosa y subterránea, pero siempre manteniendo estados de
tensión dinámica. Dos visiones del mundo diferentes, dos posiciones
irrenunciables, dos maneras de entender el mundo y la vida. Una que viene desde
el inicio de la civilización Madre, miles de años antes de la era cristiana y
la otra que llegó con los europeos.
A lo largo de más de siete
mil quinientos años los pueblos originarios crearon sus culturas, que en
conjunto forman parte de la civilización del Cem Anáhuac. Esta civilización,
que es una de las seis más antiguas y con origen autónomo de la humanidad, creó
a lo largo de milenios sus propias -instituciones, leyes y autoridades-, que le
permitieron impulsar, organizar y regular su Desarrollo Humano.
Sin embargo, a
partir del 13 de Agosto de 1521 los europeos condenaron a la destrucción y a la
negación a la civilización vencida. Desde la misma destrucción de la
México-Tenochtitlán que en su momento era la ciudad más grande del mundo,
pasando por la destrucción de sus instituciones, la proscripción de sus leyes y
la deposición de sus autoridades; la negación de sus sistemas: alimentario, de
salud, educativo y de organización, hasta llegar al mismo genocidio y
epistemicidio.
A partir de 1521 los
europeos no tomarán en cuenta a la civilización vencida, pero usaran y
explotaran exhaustivamente todos sus conocimientos y recursos. Durante los tres
siguientes siglos la única preocupación de los españoles es cristianizar a los
naturales y en los siguientes doscientos años, los criollos trataran
sucesivamente de civilizarlos, integrarlos y modernizarlos en medio de su
explotación. Siempre serán una carga, un lastre pesado para alcanzar su
proyecto civilizatorio que permanentemente ha excluido a los vencidos.
De este modo en México
desde 1521, la CULTURA, ha sido la Occidental y la de los vencidos, sólo ha
sido "folclor". La LENGUA ha sido el español de los colonizadores,
los "dialectos", la de los vencidos. El ARTE ha sido de Occidente y
la "artesanía" de los invadidos. La MEDICINA del europeo y la
"brujería" del indígena. La HISTORIA ha sido la de Europa y los "mitos
de origen", la memoria de los pueblos originarios.
Y así, en todos los
campos del conocimiento humano. Se dijo en la época colonial y se mantiene
hasta la actualidad que, "los indios no son de razón". El movimiento
insurgente de los indios mayas de Chiapas, es un claro ejemplo de cómo la
cultura dominante no acepta que exista "una inteligencia indígena" y
para ellos el Subcomandante Marcos dirige y utiliza a los indios.
A diferencia de los
colonizadores ingleses en Norteamérica, que desde un principio quisieron
liberarse de Europa y crear "un nuevo mundo", rompiendo con los
caducos moldes de ultramar. Los colonizadores españoles pretendieron crear una
extensión de España en México y asumir supuesta "nobleza" a pesar de
la dudosa honestidad de su riqueza. El colonizador español nunca hizo de México
su casa definitiva, sino siempre fue un trampolín temporal para regresar a
España cargado de oro, después de haber hecho "la América". De modo
que siempre importó las ideas y los conocimientos de España, generalmente de
manera torpe y tardía.
Desde el inicio del periodo
colonial, las ideas políticas, sociales, artísticas, científicas, literarias,
educativas, venían de España. En el periodo independiente, los criollos
ilustrados que desplazaron a los peninsulares en el poder, pusieron sus ojos,
su cerebro y su corazón en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Jamás vieron
hacia adentro, ni intentaron revalorar a la civilización que les servía de base
para construir su realidad.
En el caso especial de los
artistas e intelectuales en México, el modelo generalmente siempre ha sido
Europa. La mayoría de ellos, "malitos y regulares", no han hecho más
que copiar e imitar el arte y el pensamiento europeo y hacer "variaciones tropicales
sobre el mismo tema". Con sus grandes excepciones de aquellos artistas
nuestros considerados "universales", la mayoría copia y hace
variaciones sobre las tendencias y búsquedas europeas. Tratamos de ser
"europeos" en México copiando mal y tardíamente las modas y las
corrientes "de vanguardia". Pintamos, escribimos, componemos, como europeos.
Con sus temas, escuelas y corrientes. Queremos "crear" como europeos
y lo que producimos en consecuencia es una mala copia. Acaso una "variante
tropical interesante", pero nunca una original.
Es de observar que nuestros
artistas e intelectuales han querido llegar a los "espacios universales
del arte" (eurocentrismo), por medio de las manifestaciones de la cultura
europea. Misión por cierto literalmente imposible y suicida, pues jamás
podremos llegar a ser mejor que ellos mismos. No compondremos mejor que Mozart,
ni pintaremos mejor que Van Gogh o escribiremos mejor que Cervantes, Goethe,
Dante, o Shakespeare. Como ningún mariachi sudamericano tocará mejor que una
jalisciense o un bailarín profesional bailara mejor la Danza del Vendado que un
anahuaca yaqui o una orquesta sinfónica europea toque mejor La Sinfonía India
de Chávez, que la Orquesta Sinfónica Nacional.
El caso del poeta Octavio
Paz, Premio Nobel de literatura, que podríamos considerar el más ilustre de
nuestros artistas e intelectuales, que ha sido reconocido en el ámbito
internacional, bien puede ejemplificar lo que estamos tratando de argumentar.
Hombre que creció en el mundo de "las bellas artes europeas", que
vivió en Francia y en Estados Unidos años muy importantes de su formación
intelectual y que es "heredero" del acervo cultural de Europa. Poeta
y escritor "culto" que escribió ensayos sobre el "ser" del
mexicano y de "lo mexicano", siempre con los "ojos de un
extranjero" para ver hacia adentro de su identidad. Su visión del México
antiguo es muy superficial aunque enciclopédica, porque debemos de reconocer
que Paz era un hombre con gran capacidad.
A lo largo de la obra de
Paz se nota un profundo conocimiento de la cultura Occidental. Sólidas bases de
su pensamiento están inspiradas en la cultura grecolatina, francesa, italiana,
alemana, inglesa, norteamericana. En sus ensayos es común encontrar las citas
en la lengua de autores referidos. Su visión de las culturas -no Occidentales-
es muy eurocéntrica, comenzando con la de México. Me permito citar algunos
puntos medulares de su ensayo "VISLUMBRES DE LA INDIA" que el autor
publicó en el año de 1995, ya en la punta de su brillante carrera, con todos
los reconocimientos y después de haber recibido el Premio Nobel de Literatura
en 1990. Este ensayo lo escribió de los recuerdos y apuntes que tenia de su
estancia en la India, donde fue Embajador del Gobierno de México de 1962 hasta
1968.
En "Vislumbres de la
India", Octavio Paz hace comparaciones sobre la India y México para
explicar la realidad de aquel lejano país, sin embargo, desde nuestro punto de
vista, denota una lamentable ignorancia sobre los cimientos filosóficos y
culturales de una civilización que Paz no conoció. Da la impresión, retomando a
Guillermo Bonfil Batalla, que Paz sólo conoció al México imaginario y que el
México profundo fue algo más lejano e indescifrable para él, que la misma India.
"Los pueblos mexicanos
no experimentaron nada semejante a la penetración del budismo en Ceilán, China,
Corea, Japón y el Sudeste asiático.... Las culturas mexicanas vivieron en una
inmensa soledad histórica; jamás conocieron la experiencia cardinal y repetida
de las sociedades del Viejo Mundo: la presencia del otro, la intrusión de
civilizaciones extrañas, con sus dioses, con sus técnicas y sus visiones del
mundo y del trasmundo.
Frente
a la vertiginosa diversidad del Viejo Mundo, la homogeneidad de las culturas
mexicanas es impresionante. La imagen que presenta la historia mesoamericana,
desde sus orígenes hasta el siglo XVI, a la llegada de los españoles, es la del
círculo. Una y otra vez esos pueblos, durante dos milenios, comenzaron y
recomenzaron, con las mismas ideas, creencias y técnicas, la misma historia. No
la inmovilidad sino un girar en que cada nueva etapa, simultáneamente, fin y
recomienzo. A Mesoamérica le faltó el contacto con gentes, ideas e
instituciones extrañas.
Mesoamérica
se movía sin cambiar: perpetuo regreso al punto de partida.... Los antiguos
mexicanos vieron a los españoles como seres sobrenaturales llegados de otro
mundo porque no tenían categorías mentales para identificarlos." [Pág.
107]
Apreciamos en el texto una
visión muy pobre y simplista del pensamiento cosmogónico de los antiguos
mexicanos. Analiza con la premisa del colonizador, "lo que no es parecido
a lo europeo, es imperfecto, carente, insuficiente". Paz menciona al
"Viejo Continente" cuando sabemos que es un solo continente llamado
con propiedad Euroasiáticoafricano, porque están unidos y por lo mismo las
emigraciones, invasiones e intercambio de los pueblos que han vivido en esa
formidable masa de tierra.
Sin embargo, Paz no ve el formidable intercambio
intercultural que existió en Mesoamérica, donde durante miles de años los
pueblos compartieron una misma estructura filosófica-civilizatoria y a pesar
del prodigo intercambio cultural, las culturas mantenían sus diferencias. Caso
actual de esta premisa lo representa el estado de Oaxaca que actualmente cuenta
con 16 culturas y cada una de ellas tiene su propio idioma, y aunque viven en
estrecha colindancia, no toman préstamos lingüísticos. Paz presupone como
negativo que los antiguos mexicanos apreciaran el tiempo y el desarrollo de
manera cíclica y circular.
El hecho de que no
apreciaran el tiempo de manera lineal como Occidente, no los hace menos,
primitivos o deficitarios. Las nuevas y más adelantadas concepciones
científicas nos hablan de una percepción del tiempo y del espacio, más cercana
a la de los antiguos mexicanos, que a la de los europeos modernos. El más
preclaro filósofo moderno de Occidente, Federico Nietzche, nos habla del
"eterno retorno".
Finalmente diremos que el intercambio cultural entre
todos los pueblos originarios del continente Americano, fue una realidad que no
se ha querido ver. Bástenos ver el discurso icnográfico en todos sus diseños,
especialmente la cruz que la investigadora Laurette Séjurné ha llamado "el
quincunce", que aparece sistemática y permanentemente en todos los pueblos
indígenas del pasado y del presente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego.
Que no seamos iguales al "otro", nos tiene que hacer por fuerza
colonizadora menos, parece apreciarse en el texto citado de Octavio Paz.
Más adelante el autor de
"Vislumbres de la India" hace la siguiente afirmación simplista y
colonizada en torno a la conquista en México.
"El
ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos americanos, que no
pudieron resistir a los conquistadores europeos: sus culturas desaparecieron, a
la inversa de lo que ocurrió con los hindúes, musulmanes y chinos ante el
imperialismo europeo. El Choque entre los españoles y los mesoamericanos fue un
violento encuentro entre civilizaciones que se resolvió por la derrota de la
mentalidad mágica y la cultura ritualista. La inferioridad científica,
filosófica, técnica y política de los mesoamericanos no explica enteramente a
la conquista." [pág. 114]
Estos conceptos vertidos
por el más insigne de los intelectuales de México a cinco años de terminar el
siglo XX, nos demuestran como la "cultura dominante" sigue negando
cualquier valor de la civilización anahuaca y que menos se
"identifica" con ella. Paz dice que los anahuacas no pudieron
resistir a los conquistadores europeos.
Quien conoce en verdad el proceso de la
conquista, entiende que fue producto de la trasgresión filosófica-religiosa que
hicieron los mexicas de la Toltecáyotl y el odio que habían logrado inspirar en
su contra por los pueblos sometidos por su sangriento imperialismo. La
conquista se llevó a cabo gracias a la participación de cientos de miles de
guerreros tlaxcaltecas, texcocanos, xochimilcas y demás pueblos que enviaron
sus guerreros a pelear del lado del "enviado" de Quetzalcóatl, como
sé hacia pasar Cortés.
Además, no se puede
comparar el momento histórico y las condiciones en que los pueblos asiáticos se
encontraban cuando los europeos iniciaron el contacto. Las culturas de Asia
eran muy superiores tecnológica, naval y militarmente que las europeas. Los
europeos no fueron a "invadir y conquistar", llegaron en cambio,
mansamente a comerciar y a importar tecnología que, posteriormente, utilizaron
para la invasión de todo el mundo.
En China encontraron la pólvora y la brújula,
copiando mejoras tecnológicas para sus naves, que posteriormente las
convertirán en potentes naves de guerra. La invasión militar de Europa a Asia
se dio hasta el siglo XIX, cuando ya habían logrado asimilar y refuncionalizar
la tecnología asiática. Es lamentable que Paz, al igual que los ideólogos del
siglo XVI como Juan Ginés de Sepúlveda, defienda la tesis de que un pueblo
guerrero e invasor sea superior al vencido.
"Las
personas y bienes de los que hayan sido vencidos en justa guerra pasan a los
vencedores. Los vencidos en justa quedan siervos de los vencedores, no
solamente porque el que vence en alguna virtud excede al vencido, como los
filósofos enseñan, y porque es justo en derecho natural que lo imperfecto
obedezca a lo más perfecto..." Ginés de Sepúlveda.
Sorprende que Paz diga que
"el encuentro entre civilizaciones se resolvió por la derrota de la
mentalidad mágica y la cultura ritualista", pues la cultura de los
españoles de 1521 era tan mágica y ritualista como la de los antiguos
mexicanos.
El propio Bernal Díaz del Castillo describe como Cortés llevaba
entre sus hombres a un "brujo" y al que acudieron en varias ocasiones
para salir airosos de sus lances. Los rituales de las Cortes Medioevales, como
las supercherías de los pueblos europeos eran propios de la Edad Media, la
época de mayor oscurantismo de Occidente.
No entendemos como Octavio
Paz puede hablar de una inferioridad científica de los antiguos mexicanos,
cuando ya se reconoce que el maíz es un hijo de la ingeniería biogenética en el
sexto milenio antes de Cristo nacido en el Valle de Tehuacán y que los mayas
inventaron el cero matemático o que el conocimiento de la mecánica celeste era
literalmente perfecto y que el calendario Gregoriano que usa actualmente
Occidente, fue producto de la modificación que se le hizo al antiguo calendario
Juliano, gracias a los conocimientos que llegaron al Vaticano de México. Y no
se diga de “la cuenta larga” en torno al centro de la Galaxia, cuando los
europeos pensaban que la Tierra era plana.
No entendemos como Paz
asegura que los antiguos mexicanos tenían una inferioridad filosófica y
técnica, si Occidente no ha reconocido hasta nuestros días que existiera una
filosofía anahuaca, que fuera capaz de estructurar y articular un impresionante
desarrollo humano que tuvo un recorrido inalterable, por lo menos de tres
milanos consecutivos.
¿Dónde está plasmado el
pensamiento filosófico en la historia y la filosofía oficial mexicana? Lamentablemente
no existe en los libros de texto oficiales, y sí no existe, ¿cómo es posible
que Paz diga que ésta era inferior?
La Toltecáyotl sigue viva,
presente y vigente en el México contemporáneo, pero es más evidente en el
"México profundo", razón por la cual no la "ven" nuestros
preclaros intelectuales occidentalizados. Finalmente Paz asegura que existe una
supuesta inferioridad técnica de los antiguos mexicanos frente a los invasores
europeos. Como ya dijimos, los europeos fueron a Asia a apropiarse de las
tecnologías y les dieron un uso guerrero e invasiva y en el Anáhuac aprendieron
la cuenta perfecta del tiempo.
Hasta la fecha, Occidente
avanza tecnológicamente a partir de la investigación militar, las guerras y el
comercio. Pero si la técnica y el conocimiento anahuaca no estaban enfocados a
los aspectos militares, no necesariamente implicó esto, una
"inferioridad" técnica, científica y cultural.
Un buen ejemplo para
hacer una, ya de por sí, difícil comparación entre el Cem Anáhuac y Europa, es
que en el siglo XVI, los españoles encontraron en México-Tenochtitlán, la
ciudad más grande del mundo con aproximadamente ochocientos mil habitantes,
mientras París, que era la urbe más grande de Europa en esos momentos apenas
contaba con 62 mil habitantes.
Tenochtitlán en el periodo
Postclásico decadente, contaba con la cuadricula que hoy usan las ciudades
modernas en el trazo de sus avenidas y calles, que Europa no tuvo de manera
regular hasta el siglo XIX. La ciudad de México tenía agua potable, calzadas,
canales, calles. Edificios públicos como: bibliotecas, zoológicos, mercados,
bodegas generales, escuelas, baños públicos. La medicina y la higiene era muy
adelantada y conocían toda la herbolaria para tener una buena salud, además de
las famosas trepanaciones que Europa en ese momento no hacían.
Técnicamente los antiguos
mexicanos vivan con una mayor calidad de vida, tanto en alimentación, higiene y
salud, educación y deporte; que los europeos. Aunque ciertamente no disponían
de su tecnología militar, pero esto, insistimos, no es suficiente razón para
suponer una inferioridad técnica, que solo existe en las mentes eurocéntricas,
colonialistas y guerreras. Octavio Paz trata de explicar lo que sucedió en la
India en el aspecto religioso, comparando el violento choque religioso que
vivieron los antiguos mexicanos. Paz afirma que los indígenas abrazaron la
religión cristiana de manera "voluntaria".
Paz no se puede ver más
colonizador y desconocedor de la historia y la cultura de su propio pueblo.
Ante esta afirmación, debemos suponer que para el autor los antiguos mexicanos
se sintieron "liberados" por sus conquistadores y que estuvieron oprimidos
por antiguos cultos sanguinarios.
Por supuesto que nadie avala los sacrificios
humanos, pero lo cierto es que los aztecas vivían un periodo de decadencia
filosófica y religiosa [por la cual pudo ser posible la conquista], sin
embargo, tendríamos que tomar en cuenta que en la transgredida ideología
azteca, la muerte en sacrificio era una "gracia" y una liberación
para el espíritu, que llegaba a la vida verdadera por este medio.
Algo verdaderamente
aberrante, pero exactamente, igual al que tenían los misioneros españoles que
creían que sí morían sacrificados en la difusión de su credo, llegarían al
reino de los cielos. Muchos misioneros vivían obsesionados en el sacrifico, que
iba desde la autoflagelación hasta la inmolación con infieles, para lograr la
gracia celestial. Tanto los indígenas como los misioneros que morían en tal
condición, pensaban que era un privilegio.
Sin dejar de mencionar la opresión
que durante toda la colonia significo la misma institución de la iglesia y la
Santa Inquisición; tanto para indígenas como para los propios españoles.
Para Octavio Paz, como para
muchos "intelectuales mexicanos occidentalizados", la presencia de los invasores
europeos fue una epopeya por "civilizar" al mundo primitivo y
salvaje, que no tuvo ni ha tenido valor y cabida en su proyecto colonizador,
más que de ser la materia prima, la mano de obra barata y sin derechos humanos
con la cual construir un "nuevo mundo" para los colonizadores. Los
pueblos agredidos, invadidos, saqueados, explotados, violados y escarnecidos,
para la mentalidad colonizadora, "salieron ganado" de este proceso
histórico.
“No
todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los
portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes
trazos, todavía está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas
diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían.
Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre
todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes,
las ganancias han sido inmensas.
Para
juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin
ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en
nuestro país- no seríamos lo que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de
pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas."
[pág. 116]
Creo que no puede haber
mayor comentario a este último párrafo, es dramáticamente explícito. Es claro
que para algunos intelectuales y artistas mexicanos, que se supone, deberían de
ser las "antenas" y los visionarios de su pueblo, en el caso de un
país colonizado como México, han estado y están de parte de los
colonizadores-explotadores. Mientras nuestros intelectuales y artistas no se
descolonicen ideológicamente.
Mientras no aprendan a ver su pasado y su Cultura
Madre con otros ojos. Mientras no encuentren inspiración en los valores y
principios de la milenaria sabiduría de nuestros Viejos Abuelos. Mientras no
analicen de manera objetiva el deshumanizado e injusto sistema colonial en el
que hemos vivido desde 1521 los mexicanos.
Seguirán sirviendo para
mantener y perpetuar el sistema y el pueblo no podrá contar con ellos para su
descolonización. Oaxaca 2008.
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